Intervención de Purificación Causapié en el Foro de Igualdad del Congreso Extraordinario del PSOE.
Decimos que el PSOE es socialista y es feminista.
Somos muchas las personas que creemos que no es posible ser socialista si no se es feminista. ¿Por qué? Porque para hacer real la utopía socialista de la igualdad es imprescindible incorporar el feminismo.
El feminismo nos compromete con la igualdad desde el cuestionamiento de la sociedad patriarcal como dominación de los hombres sobre las mujeres, pero también de lo masculino sobre lo femenino, de unas personas sobre otras en función de su sexo, género, etnia, edad, capacidad, procedencia, religión, orientación sexual, etc. El feminismo destruye el entramado de relaciones de desigualdad sobre el que se asienta nuestra sociedad y nos sitúa ante la utopía de una sociedad que, con la igualdad como premisa, construye una ciudadanía libre y garantiza nuestro desarrollo democrático.
La incorporación del feminismo ha enriquecido enormemente al socialismo, que tradicionalmente luchó contra la desigualdad en el acceso a los recursos. El socialismo necesita de la incorporación de otras realidades y de nuevas luchas, sólo así será capaz de ganar la confianza de amplios sectores de la ciudadanía.
Pero además el feminismo es una oportunidad para el PSOE, imprescindible en su renovación y modernización, no sólo porque incorpora al discurso socialista propuestas políticas de calado, sino además porque obliga a cambios en la estructura orgánica del partido, precisamente para mejorar su capacidad de interlocución con la sociedad.
Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿Qué significa ser un partido feminista? Y empezar a construir un relato y un plan de actuación.
Voy a intentar aportar algunas reflexiones respecto a tres ámbitos:
1. Respecto a las propuestas políticas.
Hemos abierto un Foro en Facebook y muchas compañeras me trasladasteis algunas propuestas, que van desde la incorporación de la igualdad en la reforma constitucional -paridad, derecho a la salud sexual y reproductiva, igualdad salarial, etc-, hasta la lucha contra la explotación sexual de mujeres y niñas, sin olvidar nuestro compromiso permanente contra la violencia de género.
Además, en el ámbito de la igualdad de trato, se insistió en la lucha contra la discriminación de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. Para hacerlo efectivo planteamos un Ministerio de Igualdad y la transversalidad de todas las políticas públicas como estrategia.
Son elementos de la Agenda Feminista, y también del activismo LGTB, que hemos debatido e incorporado a lo largo de años a la agenda socialista, y respecto a los que debemos avanzar.
Propongo que pasemos de la propuesta concreta al discurso global, de forma que cada política económica, social, cultural, educativa... que proponga nuestro partido sirva al objetivo de la igualdad. No nos vale un modelo económico que genere desigualdad entre hombres y mujeres para después aplicar políticas que pretenden corregir lo que viene mal de fábrica.
Durante la Conferencia Política muchas mujeres y hombres socialistas y feministas dijimos: no queremos ser un párrafo al final del texto sino la esencia de cualquier texto, o lo que es lo mismo, queremos una democracia que garantice la igualdad. Por este motivo, hemos apostado por la trasparencia y la participación, por eso defendemos las listas cremallera, y hemos reivindicamos una política económica diseñada para el bien común, que redistribuya la riqueza, incluido el cuidado.
Las feministas además nos aliamos con las políticas que defienden el valor de lo público, y nos situamos en la tradición laica, puesto que, desde el respeto a todas las creencias, consideramos que solo la laicidad del Estado garantiza la igualdad de ciudadanos y ciudadanas.
2. Pero el compromiso feminista también requiere cambios en la organización interna del PSOE
En el foro abierto en Facebook surgieron algunas otras propuestas, como poner en marcha la sectorial de igualdad o dotar al feminismo de un espacio propio. Por supuesto, garantizar listas cremallera 100%.
Las listas cremalleras son un paso fundamental para garantizar la democracia, que no es posible si no hay igualdad entre hombres y mujeres.
El reclamo de una organización sectorial de igualdad está estrechamente relacionada con la necesidad del feminismo socialista de organizarse y tener interlocución propia tanto dentro como fuera del partido, con el movimiento feminista. Existen territorios que no son geográficos sino ideológicos, e incluso de intereses y prioridades, y deben convivir en un partido moderno.
Hasta ahora tanto feministas como activistas LGTB han hecho aportaciones fundamentales al PSOE, que el partido ha recogido y hecho propias. Aportaciones que no se han visto correspondidas con la consolidación de espacios con influencia, representación e interlocución propia. Tomemos como ejemplo los Grupos Federales, que, sin duda, han hecho un gran trabajo. ¿Cuánto valor político ha aportado al PSOE la defensa del matrimonio igualitario? Mucho más que el reconocimiento que tiene el Grupo Federal LGTB, promotor y sostén de estas políticas.
3. Y por último, la labor de oposición debe estar marcada también por ese carácter feminista del partido
Sin duda, cada una de las políticas de la derecha es un ataque brutal a la emancipación de las mujeres. Es una cuestión ideológica, de modelo de sociedad que defendemos unos y otros -unas y otras-, porque el modelo patriarcal de la derecha profundiza en la desigualdad, es su razón de ser.
El modelo social de la derecha discrimina y uniformiza, quiere obligar a las personas a vivir de acuerdo a creencias que solo sirven a los poderosos, es un modelo que destruye la diversidad puesto que no cree en ella.
Vivimos ante una ola internacional de conservadurismo que ataca los derechos de las mujeres en todo el mundo, ante una reacción que en muchos países convierte en ley la homofobia y la lesbofobia, que persigue y condena a transexuales, que predica el odio, el racismo y la xenofobia, que quiere imponer sus convicciones ideológicas por encima de los valores de la Democracia.
En España, con su reforma de la ley del aborto como bandera, el Gobierno pretende convertirnos en referente internacional de la reacción ultraconservadora. No podemos permitirlo.
Por lo tanto, se hace imprescindible desarrollar una alianza colectiva, desde el PSOE y desde la socialdemocracia internacional. Tenemos una enorme responsabilidad, y la debemos liderar aglutinando a toda la izquierda política y social, junto al movimiento feminista.
En definitiva, el feminismo tiene mucho que aportar al debate de las ideas y de la renovación que se está produciendo en la socialdemocracia española, europea y mundial. Y en este escenario el PSOE debe seguir dando pasos en la construcción de un territorio feminista, un espacio propio que aglutine a amplios sectores del partido y desde el que aportar valores, ideas y propuestas políticas para el conjunto de la ciudadanía.
Decimos que el PSOE es socialista y es feminista.
Somos muchas las personas que creemos que no es posible ser socialista si no se es feminista. ¿Por qué? Porque para hacer real la utopía socialista de la igualdad es imprescindible incorporar el feminismo.
El feminismo nos compromete con la igualdad desde el cuestionamiento de la sociedad patriarcal como dominación de los hombres sobre las mujeres, pero también de lo masculino sobre lo femenino, de unas personas sobre otras en función de su sexo, género, etnia, edad, capacidad, procedencia, religión, orientación sexual, etc. El feminismo destruye el entramado de relaciones de desigualdad sobre el que se asienta nuestra sociedad y nos sitúa ante la utopía de una sociedad que, con la igualdad como premisa, construye una ciudadanía libre y garantiza nuestro desarrollo democrático.
La incorporación del feminismo ha enriquecido enormemente al socialismo, que tradicionalmente luchó contra la desigualdad en el acceso a los recursos. El socialismo necesita de la incorporación de otras realidades y de nuevas luchas, sólo así será capaz de ganar la confianza de amplios sectores de la ciudadanía.
Pero además el feminismo es una oportunidad para el PSOE, imprescindible en su renovación y modernización, no sólo porque incorpora al discurso socialista propuestas políticas de calado, sino además porque obliga a cambios en la estructura orgánica del partido, precisamente para mejorar su capacidad de interlocución con la sociedad.
Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿Qué significa ser un partido feminista? Y empezar a construir un relato y un plan de actuación.
Voy a intentar aportar algunas reflexiones respecto a tres ámbitos:
1. Respecto a las propuestas políticas.
Hemos abierto un Foro en Facebook y muchas compañeras me trasladasteis algunas propuestas, que van desde la incorporación de la igualdad en la reforma constitucional -paridad, derecho a la salud sexual y reproductiva, igualdad salarial, etc-, hasta la lucha contra la explotación sexual de mujeres y niñas, sin olvidar nuestro compromiso permanente contra la violencia de género.
Además, en el ámbito de la igualdad de trato, se insistió en la lucha contra la discriminación de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. Para hacerlo efectivo planteamos un Ministerio de Igualdad y la transversalidad de todas las políticas públicas como estrategia.
Son elementos de la Agenda Feminista, y también del activismo LGTB, que hemos debatido e incorporado a lo largo de años a la agenda socialista, y respecto a los que debemos avanzar.
Propongo que pasemos de la propuesta concreta al discurso global, de forma que cada política económica, social, cultural, educativa... que proponga nuestro partido sirva al objetivo de la igualdad. No nos vale un modelo económico que genere desigualdad entre hombres y mujeres para después aplicar políticas que pretenden corregir lo que viene mal de fábrica.
Durante la Conferencia Política muchas mujeres y hombres socialistas y feministas dijimos: no queremos ser un párrafo al final del texto sino la esencia de cualquier texto, o lo que es lo mismo, queremos una democracia que garantice la igualdad. Por este motivo, hemos apostado por la trasparencia y la participación, por eso defendemos las listas cremallera, y hemos reivindicamos una política económica diseñada para el bien común, que redistribuya la riqueza, incluido el cuidado.
Las feministas además nos aliamos con las políticas que defienden el valor de lo público, y nos situamos en la tradición laica, puesto que, desde el respeto a todas las creencias, consideramos que solo la laicidad del Estado garantiza la igualdad de ciudadanos y ciudadanas.
2. Pero el compromiso feminista también requiere cambios en la organización interna del PSOE
En el foro abierto en Facebook surgieron algunas otras propuestas, como poner en marcha la sectorial de igualdad o dotar al feminismo de un espacio propio. Por supuesto, garantizar listas cremallera 100%.
Las listas cremalleras son un paso fundamental para garantizar la democracia, que no es posible si no hay igualdad entre hombres y mujeres.
El reclamo de una organización sectorial de igualdad está estrechamente relacionada con la necesidad del feminismo socialista de organizarse y tener interlocución propia tanto dentro como fuera del partido, con el movimiento feminista. Existen territorios que no son geográficos sino ideológicos, e incluso de intereses y prioridades, y deben convivir en un partido moderno.
Hasta ahora tanto feministas como activistas LGTB han hecho aportaciones fundamentales al PSOE, que el partido ha recogido y hecho propias. Aportaciones que no se han visto correspondidas con la consolidación de espacios con influencia, representación e interlocución propia. Tomemos como ejemplo los Grupos Federales, que, sin duda, han hecho un gran trabajo. ¿Cuánto valor político ha aportado al PSOE la defensa del matrimonio igualitario? Mucho más que el reconocimiento que tiene el Grupo Federal LGTB, promotor y sostén de estas políticas.
3. Y por último, la labor de oposición debe estar marcada también por ese carácter feminista del partido
Sin duda, cada una de las políticas de la derecha es un ataque brutal a la emancipación de las mujeres. Es una cuestión ideológica, de modelo de sociedad que defendemos unos y otros -unas y otras-, porque el modelo patriarcal de la derecha profundiza en la desigualdad, es su razón de ser.
El modelo social de la derecha discrimina y uniformiza, quiere obligar a las personas a vivir de acuerdo a creencias que solo sirven a los poderosos, es un modelo que destruye la diversidad puesto que no cree en ella.
Vivimos ante una ola internacional de conservadurismo que ataca los derechos de las mujeres en todo el mundo, ante una reacción que en muchos países convierte en ley la homofobia y la lesbofobia, que persigue y condena a transexuales, que predica el odio, el racismo y la xenofobia, que quiere imponer sus convicciones ideológicas por encima de los valores de la Democracia.
En España, con su reforma de la ley del aborto como bandera, el Gobierno pretende convertirnos en referente internacional de la reacción ultraconservadora. No podemos permitirlo.
Por lo tanto, se hace imprescindible desarrollar una alianza colectiva, desde el PSOE y desde la socialdemocracia internacional. Tenemos una enorme responsabilidad, y la debemos liderar aglutinando a toda la izquierda política y social, junto al movimiento feminista.
En definitiva, el feminismo tiene mucho que aportar al debate de las ideas y de la renovación que se está produciendo en la socialdemocracia española, europea y mundial. Y en este escenario el PSOE debe seguir dando pasos en la construcción de un territorio feminista, un espacio propio que aglutine a amplios sectores del partido y desde el que aportar valores, ideas y propuestas políticas para el conjunto de la ciudadanía.