Cuando compramos una prenda, normalmente nos llevamos de regalo un libro cosido a la misma. La marca, el lugar de creación y de fabricación, la composición de la prenda, de y por quien ha sido importada o exportada, sus importantísimos cuidados... Todo ello aparece en una larga etiqueta que es todo un apéndice de la misma.
Pero ahora Zara se ha encontrado con un problema en sus etiquetas, en concreto en las de sus tiendas de Estambul, en Turquía. No es que sean puramente informativas: es que van un paso más allá.
İşçiler Zara ürünlerine etiket asarak destek istedi: Alacağınız ürünü ben yaptım ama paramı alamadımhttps://t.co/jFJYsegSFzpic.twitter.com/id9EYXPylG
— Cumhuriyet (@cumhuriyetgzt) 31 de octubre de 2017
Las etiquetas de las que habla el diario Cumhuriyet en este tuit han sido colocadas en varias prendas de diversas tiendas de Estambul. La razón de las mismas es una protesta: la de los 140 trabajadores de Bravo, una empresa subsidiaria de Zara (aunque también de otras empresas como Mango y Next), que cerró en julio de 2016. Al quedarse en la calle, los trabajadores exigen ahora a la marca emblema de Inditex que les paguen lo que se les adeuda, al parecer, los últimos tres meses de salario, según Cumhuriyet.
Para hacerlo, nada mejor que usar una llamativa etiqueta. En el mensaje escrito en la misma se puede leer: "Yo he hecho esta prenda que tú vas a comprar, pero no he cobrado mi parte por ella". Los trabajadores también han decidido protestar a través de la plataforma Change.org, donde han recopilado unas 25.000 firmas.
"En julio de 2016, nuestro jefe se negó a pagar gran parte de los salarios que habíamos ganado haciendo la ropa para estas marcas. Los acreedores llegaron a nuestra fábrica y se apoderaron de todas las máquinas y objetos de valor. Mientras tanto, nuestro jefe desapareció, llevándose nuestros salarios con él. Todavía no hemos recibido nuestros salarios ni ningún tipo de compensación por despido", afirman en la petición.
¿POR QUÉ EN TIENDAS DE ZARA?
Entonces, si el problema está en un suministrador de la cadena (uno más de las decenas que trabajan, en este caso, para Zara o Mango), en una fábrica textil concreta, ¿por qué las protestas tienen lugar en las tiendas de una marca concreta, el punto de venta? Lo primero y más obvio, porque esa es la mejor estrategia por parte de los trabajadores para llamar la atención del cliente y de los medios y, por tanto, para hacer presión a las marcas.
Pero también por lo que ellos mismos afirman en su petición: "Las marcas globales ganan la mayor parte de los beneficios de esta producción y se ha demostrado en multitud de ocasiones que son los verdaderos jefes de la industria, quiénes determinan las condiciones en la fábrica". Por ello, buscan que el público tome "conciencia de esta dinámica de poder" y que las marcas se hagan cargo de su responsabilidad y se vean "obligadas a aceptar que son responsables de asegurar que sus productos se han producido de manera justa".
Por su parte, la empresa ha reconocido que, en el caso de Zara y de su matriz, Inditex, la empresa "ha firmado un Acuerdo Marco Global con IndustriAll Global Union [la patronal global del textil] y aceptó la responsabilidad de los derechos básicos de los trabajadores en sus fábricas proveedoras".
El HuffPost se ha puesto en contacto con Inditex para conocer su posición al respecto. Aseguran que, por su parte, quedaron al corriente de los pagos con la fábrica. Pero, como han trabajado con ellos durante años, están buscando un acuerdo e incluso crear un fondo económico para ayudar a los trabajadores. Este es el comunicado completo que han hecho público.
Inditex ha cumplido con todas sus obligaciones contractuales con Bravo Tekstil y, en este momento, está trabajando con la federación sindical internacional IndustriALL, Mango y Next para establecer un fondo de ayuda a los trabajadores afectados por la desaparición fraudulenta del propietario de la fábrica Bravo. En este momento, la federación sindical internacional IndustriALL, con el apoyo de Inditex, está negociando a través de su sindicato local en Turquía para llegar a un acuerdo. Este fondo de ayuda cubriría los salarios impagados, las indemnizaciones pendientes, las vacaciones comprometidas y los finiquitos de los trabajadores que estaban contratados en el momento del cierre repentino de esta fábrica en julio de 2016. Estamos comprometidos a encontrar una solución rápida para todos los afectados.