"Lujo es también un intangible que te hace disfrutar de la belleza", decía Christian Dior cuando le preguntaban por el lujo asequible, el imposible y el pagable. Pero también puede ser algo tan efímero como disfrutar de una tarjeta de transporte público... La ciudad de Nueva York, pionera tantas veces en ser disruptiva en cuanto a la forma de ofrecer arte a sus ciudadanos, se plantea ahora convertir en un lujo el acto cotidiano de utilizar su conocida MetroCard.
Esta no sería la primera vez que el arte llegase al suburbano. Los grafiteros decoraron en los años 70 y 80 decenas de estaciones de la Gran Manzana y algunos de los edificios colindantes en las líneas que eran exteriores. Y ese arte aún pervive gracias a las líneas B y Q. En Brooklyn, frente al Puente de Manhattan, en dirección al centro, se encuentra la estación abandona de Myrtle Avenue donde está la exposición Masstransiscope, un zoótropo gigante obra del artista Bill Brand.
La MetroCard nació en la década de 1990 y desde entonces es la forma de viajar por Nueva York que millones de personas utilizan todos los días. Pero ahora, la empresa que gestiona el Metro de Nueva York está modificando el sistema de lectura de las tarjetas de viajes. Se avecina la desaparición de la tradicional tarjeta amarilla y azul que será sustituida —como en tantas grandes ciudades del mundo— por lectores electrónicos. Y mientras se prueban nuevos modelos para el dispositivo que se podrá utilizar desde enero del año de 2018, aparecen diferentes ideas para hacer ediciones limitadas para coleccionistas.
No es la primera vez que Nueva York customiza sus tarjetas del metro. De vez en cuando, los artistas y las marcas le han dado un toque fresco, a menudo en nombre de una promoción. Y hace menos de un mes se lanzaron 50.000 MetroCards de edición limitada diseñadas por la artista conceptual Barbara Kruger, como parte de la Bienal Performa 17. Todo un éxito. ¿Quién no quiere guardar una MetroCard para enseñar a sus nietos y que además es una obra de arte?
A partir de esta experiencia, el equipo de la revistaFormat comenzó a preguntarse cómo sería la MetroCard si otros artistas como Anish Kapoor, Awol Erizku y Yayoi Kusama pudieran diseñarla.
La plataforma artística Single Fare —que trabaja en Nueva York con artistas locales e internacionales— abrió este verano una serie de exposiciones con propuestas de artistas para embellecerla. Estas iban desde caras del presidente Barack Obama, hasta jardines paradisiacos y bosques encantados. Diseños que serán presentados a la empresa del Metro para hacer ediciones limitadas.
Otra propuesta llega de la mano del ilustrador Pranavi Suthagar, que se ha inspirado en grandes artistas contemporáneos para reinterpretar las tarjetas del metro de Nueva York. Una de las ideas está basada en la obra Descensión, trabajo del escultor británico Anish Kapoor —que estuvo instalado hasta septiembre en el Brooklyn Bridge Park— y que él ha reinterpretado como un sugerente río rojo sobre la tarjeta.
Otra de las propuestas de Suthagar nace de la obra de Awol Erizu. El artista nacido en Etiopía es conocido por sus pinturas en el barrio del Bronx y por ser el autor de las famosas fotos que anunciaban el segundo embarazo de Beyoncé en Instagram. El resultado es una tarjeta en la que la alegoría a la vida llega de mano de una flor.
Y para terminar, la interpretación que Suthagar hace del legendario artista japonés Yayoi Kusama, el creador de Infinity Mirrors.Inspirada en él, la MetroCard se llena de puntos multicolor.