El primer ministro libanés, Saad Hariri, aseguró la pasada noche en su primera entrevista tras haber dimitido el pasado fin de semana, desde Arabia Saudí, que su decisión responde al interés del Líbano, donde prometió que regresará "muy pronto".
En una entrevista con la televisión libanesa Al Mustaqbal (Futuro), Hariri admitió que presentar su dimisión desde otro país "no es la manera usual" de hacerlo, pero se justificó asegurando que está "tomando medidas de seguridad" para protegerse, al mismo tiempo que busca alertar a los libaneses de que "están en peligro".
"Estoy aquí en el reino libre y tengo la capacidad de abandonarlo en cualquier momento, pero no quiero que mi familia vuelva a vivir lo que yo viví cuando mi padre (Rafik) fue asesinado" con un coche bomba en Beirut en 2005, aseguró Hariri, disipando así las dudas sobre si permanece en Riad en contra de su voluntad.
Asimismo, señaló que no es deseado por el Gobierno sirio, los grupos islamistas radicales como el yihadista Estado Islámico, y por eso tenía que "crear una red de seguridad" en torno a su figura.
En cuanto a los peligros que corre el Líbano, el mandatario aseguró que se estaba urdiendo un plan "para meter al Líbano en los ejes de conflicto" que rodean a su país "y por órdenes iraníes".
No voy a permitir que nadie lance una guerra regional contra el Líbano
"No voy a permitir que nadie lance una guerra regional contra el Líbano", remachó, aclarando que Arabia Saudí no ha intervenido en los asuntos del Líbano desde que accedió al cargo a finales de 2016.
"Queremos el interés del Líbano y la unidad nacional a favor del interés del Líbano y no de otros intereses regionales", señaló, apuntando al pacto de Gobierno con el movimiento chií Hizbulá, que le permitió ser nombrado primer ministro.
"No estoy en contra de Hizbulá como partido político, pero no se puede permitir que sabotee el Líbano", añadió Hariri, quien destacó que el movimiento apoyado por Irán "tiene que entender que el interés del Líbano es mantener relaciones con todos los países" de la zona. Según Hariri, ha transmitido a Teherán que "no acepta la intervención de Irán en el Líbano ni en los países árabes".
Hariri anunció su dimisión el pasado 4 de noviembre desde la capital saudí, donde algunas fuerzas políticas libanesas consideran que está retenido en contra de su voluntad por las autoridades del reino y que fue interpretado como un ataque del reino contra Hizbulá y, sobre todo, contra Irán.