Jean Cau nos recomendó en junio de 1967 el primer manuscrito de Patrick Modiano, El lugar de la estrella, que se publicó un año más tarde: «El chico que lo ha escrito tiene 21 años. Y desde el primer momento produce un libro que, en mi opinión, es más que una promesa. Creo que ahí tenéis a un escritor del presente y del futuro».
Para mí, Patrick Modiano es el escritor que representa la literatura en su más bella expresión, desprendida de modas, de corrientes ideológicas y de conformismos. De este modo, se inscribe de forma admirable en la historia de una editorial marcada desde sus orígenes por este espíritu de independencia. Su obra alarga, en otra época y en otros lugares, la búsqueda del tiempo y de la identidad que Marcel Proust había comenzado. Su marcha, singular y constante, procede también de la investigación, al estilo de Simenon, Chandler o del Queneau de Un duro invierno.
Como editor que soy, este premio Nobel me parece un aliciente formidable para la búsqueda de una política de catálogo que apuesta por autores determinados. Recompensa una fidelidad recíproca entre el autor y el editor.
Para mí, Patrick Modiano es el escritor que representa la literatura en su más bella expresión, desprendida de modas, de corrientes ideológicas y de conformismos. De este modo, se inscribe de forma admirable en la historia de una editorial marcada desde sus orígenes por este espíritu de independencia. Su obra alarga, en otra época y en otros lugares, la búsqueda del tiempo y de la identidad que Marcel Proust había comenzado. Su marcha, singular y constante, procede también de la investigación, al estilo de Simenon, Chandler o del Queneau de Un duro invierno.
Como editor que soy, este premio Nobel me parece un aliciente formidable para la búsqueda de una política de catálogo que apuesta por autores determinados. Recompensa una fidelidad recíproca entre el autor y el editor.