El Mercado Único Digital es uno de los objetivos más ambiciosos de la Unión Europea para impulsar una mayor integración y dinamismo. Este reto se enmarca dentro de la estrategia Europa 2020 creada en 2010 para coordinar las políticas europeas para salir de la crisis y, sobre todo, para generar unos niveles sólidos y sostenibles en el tiempo de crecimiento económico y creación de empleo.
Para lograr este fin, se estableció la Agenda Digital, con siete objetivos que se complementan entre sí, siendo el primero de ellos el Mercado Único Digital. Esta agenda busca aplicar las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tanto a las actividades económicas y administrativas como a las tareas diarias de los ciudadanos en un mercado común. Además, pretende impulsar la confianza y la seguridad en Internet, así como garantizar un rápido acceso a todos y asegurar la inversión en esta materia de investigación y desarrollo.
En concreto, el objetivo de crear un Mercado Único Digital es uno de los retos más ambiciosos, fundamental para sacar adelante la Agenda Digital. Se estima que la integración digital podría contribuir con unos 520.000 millones de euros al PIB de la UE. Además, las posibilidades de mejora de la eficiencia del mercado se cifran en 260.000 millones de euros al año.
Los enormes desafíos a los que nos enfrentamos exigen rapidez y eficacia en la respuesta, necesitan una mayor integración de nuestro mercado digital que permita un mejor uso de las TIC. No debemos poner barreras donde no existen, por lo que el gran reto será eliminar las trabas comerciales que aún existen entre los distintos Estados miembros que bloquean el libre flujo de servicios online.
En un mundo interdependiente y globalizado como el actual, este objetivo supone dinamizar nuestro mercado interno, aumentar nuestra competitividad a nivel mundial y poder aprovechar las demás políticas que se están desarrollando en el seno de la Unión, como por ejemplo la comercial, cuyo Acuerdo con Estados Unidos, aún en negociación, reportará aún más beneficios en un marco europeo integrado.
El Mercado Único Digital fomentará las opciones de negocio mediante el comercio electrónico o e-commerce, mejorará el acceso a la información, logrará más eficiencia al rebajar los costes de las transacciones, desmaterializará el consumo, reducirá la huella ambiental e introducirá modelos empresariales y administrativos mejorados. Las empresas y, sobre todo, los consumidores van a ser los más beneficiados, por las oportunidades de empleo y de negocio en un mercado de más de 500 millones de personas.
En este sentido, se facilitará el cumplimiento de los requisitos administrativos y financieros para las empresas, dando capacidades a los clientes a través de la administración electrónica (e-government). Para conseguir estos propósitos se ha establecido una lista de acciones entre las que se encuentran la simplificación de licencias a nivel europeo, la armonización de los regímenes numéricos, reforzar la industria de datos europeos o extender el uso de la firma digital.
Estas acciones requieren un marco normativo que facilite el desarrollo de la computación en nube, una conectividad de datos móviles sin fronteras y un acceso simplificado a la información y al contenido, preservando y reforzando la privacidad, los datos personales, la seguridad cibernética y la neutralidad de la red.
Este primer objetivo ha de ir acompañado de los otros siete de la Agenda Digital, en especial, la formación de los ciudadanos para el uso de las TIC; la inversión pública y privada en investigación y desarrollo; así como mejorar la interoperabilidad de los servicios y las condiciones para los productos de las TIC.
La nueva Comisión Europea que se forme en noviembre y el recién elegido Parlamento Europeo tienen una gran responsabilidad para impulsar este ambicioso plan y evitar su paralización. Las PYMES son las que más han de beneficiarse de esta apuesta, ya que son el motor económico de nuestra Unión.
Por lo tanto, el Mercado Único Digital es el reto de la Unión Europea para crear un marco de mayor integración y el desafío de sus ciudadanos de saber aprovecharlo. El filósofo inglés John Stuart Mill afirmó que "no existe mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación", y tenemos ante nosotros la oportunidad de demostrar nuestro progreso.
Para lograr este fin, se estableció la Agenda Digital, con siete objetivos que se complementan entre sí, siendo el primero de ellos el Mercado Único Digital. Esta agenda busca aplicar las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tanto a las actividades económicas y administrativas como a las tareas diarias de los ciudadanos en un mercado común. Además, pretende impulsar la confianza y la seguridad en Internet, así como garantizar un rápido acceso a todos y asegurar la inversión en esta materia de investigación y desarrollo.
En concreto, el objetivo de crear un Mercado Único Digital es uno de los retos más ambiciosos, fundamental para sacar adelante la Agenda Digital. Se estima que la integración digital podría contribuir con unos 520.000 millones de euros al PIB de la UE. Además, las posibilidades de mejora de la eficiencia del mercado se cifran en 260.000 millones de euros al año.
Los enormes desafíos a los que nos enfrentamos exigen rapidez y eficacia en la respuesta, necesitan una mayor integración de nuestro mercado digital que permita un mejor uso de las TIC. No debemos poner barreras donde no existen, por lo que el gran reto será eliminar las trabas comerciales que aún existen entre los distintos Estados miembros que bloquean el libre flujo de servicios online.
En un mundo interdependiente y globalizado como el actual, este objetivo supone dinamizar nuestro mercado interno, aumentar nuestra competitividad a nivel mundial y poder aprovechar las demás políticas que se están desarrollando en el seno de la Unión, como por ejemplo la comercial, cuyo Acuerdo con Estados Unidos, aún en negociación, reportará aún más beneficios en un marco europeo integrado.
El Mercado Único Digital fomentará las opciones de negocio mediante el comercio electrónico o e-commerce, mejorará el acceso a la información, logrará más eficiencia al rebajar los costes de las transacciones, desmaterializará el consumo, reducirá la huella ambiental e introducirá modelos empresariales y administrativos mejorados. Las empresas y, sobre todo, los consumidores van a ser los más beneficiados, por las oportunidades de empleo y de negocio en un mercado de más de 500 millones de personas.
En este sentido, se facilitará el cumplimiento de los requisitos administrativos y financieros para las empresas, dando capacidades a los clientes a través de la administración electrónica (e-government). Para conseguir estos propósitos se ha establecido una lista de acciones entre las que se encuentran la simplificación de licencias a nivel europeo, la armonización de los regímenes numéricos, reforzar la industria de datos europeos o extender el uso de la firma digital.
Estas acciones requieren un marco normativo que facilite el desarrollo de la computación en nube, una conectividad de datos móviles sin fronteras y un acceso simplificado a la información y al contenido, preservando y reforzando la privacidad, los datos personales, la seguridad cibernética y la neutralidad de la red.
Este primer objetivo ha de ir acompañado de los otros siete de la Agenda Digital, en especial, la formación de los ciudadanos para el uso de las TIC; la inversión pública y privada en investigación y desarrollo; así como mejorar la interoperabilidad de los servicios y las condiciones para los productos de las TIC.
La nueva Comisión Europea que se forme en noviembre y el recién elegido Parlamento Europeo tienen una gran responsabilidad para impulsar este ambicioso plan y evitar su paralización. Las PYMES son las que más han de beneficiarse de esta apuesta, ya que son el motor económico de nuestra Unión.
Por lo tanto, el Mercado Único Digital es el reto de la Unión Europea para crear un marco de mayor integración y el desafío de sus ciudadanos de saber aprovecharlo. El filósofo inglés John Stuart Mill afirmó que "no existe mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación", y tenemos ante nosotros la oportunidad de demostrar nuestro progreso.