Con muchas ganas he cogido el discurso de salida del armario de Tim Cook, el consejero delegado de Apple. Con muchas ganas porque ya saben ustedes que a mí, lo que me va, es meterme con la gente, así, educadamente. Y si son consejeros delegados, más. Tiene mucho de justicia poética que Apple, la compañía cuyo logo (supuestamente) representa la manzana mordida por Alan Turing, el matemático torturado y humillado por ser homosexual en la Gran Bretaña de hace no tanto tiempo (¿se imaginan? uno de los más brillantes cerebros del siglo XX, vejado y arrastrado a la muerte por ser homosexual, uno de los que contribuyó a que usted y yo nos podamos comunicar a través de esto), haya acabado con un consejero delegado saliendo del armario.
Y entonces me entran ganas de decir que un millonario, blanco, americano, ya mayorcete ha salido del armario y que qué guay ¿no? Que sale porque puede. Que así sale cualquiera. Pero leo el discurso, y lo releo, y lo vuelvo a releer y, oigan: que es espectacular. Que es Apple. Que es emocionante. Que es honesto. Que es sencillo. Que es didáctico. Que es ejemplar. Que es feliz.
Utilizo la traducción que ha hecho la web dosmanzanas.com para destacar algunas frases. Dejo a ustedes el ejercicio de compararlo con otros "discursos de salidas del armario" (¿por qué lo llamas lenguado si es panga?) más estupiditos, recientes. Hace poco escribí aquí mismo un artículo titulado Diez consejos a los famosos para su discurso de salida del armario. Que no es que yo crea que Tim Cook me ha leído, faltaría más, pero como si lo hubiera hecho.
"Aunque nunca he negado mi sexualidad, tampoco he hablado públicamente de ella, hasta ahora. Así que déjenme ser claro: estoy orgulloso de ser gay, y considero que ser gay uno de los más grandes dones que Dios me ha dado." Pues, qué maravilla ¿no? Este señor no llevaba una vida oculta, no ha salido del armario porque le hayan pillado haciendo felaciones a policías en váteres ni nada de eso (que también mola ¿eh?). Aquí en España no gusta eso de Dios, así, en ciertos círculos pero yo mismo, por ejemplo, así lo considero (sea Dios, Alá, Buda o el spaghetti volador): gracias ese regalo he conocido a mi marido. Y si ustedes lo vieran, sabrían por qué estoy tan agradecido.
"Ser gay me ha permitido comprender de una forma más profunda de lo que significa pertenecer a una minoría y me ha abierto una ventana hacia los desafíos a los que las personas de otras minorías se enfrentan a diario." Frase maravillosa con la que me identifico plenamente. No hay lucha por los derechos LGTB que no se imbrique con otras luchas: contra el racismo, el machismo, la pobreza. Lean a Paco Vidarte. Él lo contaba muy bien.
"No me considero un activista, pero comprendo lo mucho que me he beneficiado del sacrificio de otros. Si el hecho de saber que el consejero delegado de Apple es gay puede ayudar a alguien que está luchando consigo mismo por aceptarse, o puede llevar consuelo a alguien que se siente solo, o inspira a personas a seguir luchando por su igualdad, ya solo eso compensa el sacrificio de mi intimidad." Aquí yo ya me hecho por el suelo y me pongo a aplaudir. La salida del armario como una herramienta política y social. No critica al activismo y los supuestos lobbies, sino que reconoce su lucha y agradece el beneficio que esa lucha ha supuesto para todos. Vean el documental "How to survive a plague": muchos de mi generación estamos vivos porque recibimos información o nos beneficiamos de los tratamientos que los activistas de Act Up (entre otros) consiguieron gracias a su lucha (¿se imaginan tirar las cenizas de sus seres queridos en la Casablanca?).
"(...) saber que estoy haciendo mi parte, por pequeña que sea, para ayudar a otros. Juntos construimos, ladrillo a ladrillo, un camino iluminado por el sol hacia la justicia. Y este es mi ladrillo." Ya me tiene ganado. Tanto que no sé si cambiar de móvil. Y de tablet. Y de marido. Ladrillo a ladrillo. Poquito a poco. Hoy hemos ganado todos.
Y entonces me entran ganas de decir que un millonario, blanco, americano, ya mayorcete ha salido del armario y que qué guay ¿no? Que sale porque puede. Que así sale cualquiera. Pero leo el discurso, y lo releo, y lo vuelvo a releer y, oigan: que es espectacular. Que es Apple. Que es emocionante. Que es honesto. Que es sencillo. Que es didáctico. Que es ejemplar. Que es feliz.
Utilizo la traducción que ha hecho la web dosmanzanas.com para destacar algunas frases. Dejo a ustedes el ejercicio de compararlo con otros "discursos de salidas del armario" (¿por qué lo llamas lenguado si es panga?) más estupiditos, recientes. Hace poco escribí aquí mismo un artículo titulado Diez consejos a los famosos para su discurso de salida del armario. Que no es que yo crea que Tim Cook me ha leído, faltaría más, pero como si lo hubiera hecho.
"Aunque nunca he negado mi sexualidad, tampoco he hablado públicamente de ella, hasta ahora. Así que déjenme ser claro: estoy orgulloso de ser gay, y considero que ser gay uno de los más grandes dones que Dios me ha dado." Pues, qué maravilla ¿no? Este señor no llevaba una vida oculta, no ha salido del armario porque le hayan pillado haciendo felaciones a policías en váteres ni nada de eso (que también mola ¿eh?). Aquí en España no gusta eso de Dios, así, en ciertos círculos pero yo mismo, por ejemplo, así lo considero (sea Dios, Alá, Buda o el spaghetti volador): gracias ese regalo he conocido a mi marido. Y si ustedes lo vieran, sabrían por qué estoy tan agradecido.
"Ser gay me ha permitido comprender de una forma más profunda de lo que significa pertenecer a una minoría y me ha abierto una ventana hacia los desafíos a los que las personas de otras minorías se enfrentan a diario." Frase maravillosa con la que me identifico plenamente. No hay lucha por los derechos LGTB que no se imbrique con otras luchas: contra el racismo, el machismo, la pobreza. Lean a Paco Vidarte. Él lo contaba muy bien.
"No me considero un activista, pero comprendo lo mucho que me he beneficiado del sacrificio de otros. Si el hecho de saber que el consejero delegado de Apple es gay puede ayudar a alguien que está luchando consigo mismo por aceptarse, o puede llevar consuelo a alguien que se siente solo, o inspira a personas a seguir luchando por su igualdad, ya solo eso compensa el sacrificio de mi intimidad." Aquí yo ya me hecho por el suelo y me pongo a aplaudir. La salida del armario como una herramienta política y social. No critica al activismo y los supuestos lobbies, sino que reconoce su lucha y agradece el beneficio que esa lucha ha supuesto para todos. Vean el documental "How to survive a plague": muchos de mi generación estamos vivos porque recibimos información o nos beneficiamos de los tratamientos que los activistas de Act Up (entre otros) consiguieron gracias a su lucha (¿se imaginan tirar las cenizas de sus seres queridos en la Casablanca?).
"(...) saber que estoy haciendo mi parte, por pequeña que sea, para ayudar a otros. Juntos construimos, ladrillo a ladrillo, un camino iluminado por el sol hacia la justicia. Y este es mi ladrillo." Ya me tiene ganado. Tanto que no sé si cambiar de móvil. Y de tablet. Y de marido. Ladrillo a ladrillo. Poquito a poco. Hoy hemos ganado todos.