Los empresarios y banqueros quieren acercarse a Podemos y Podemos quiere sentarse con ellos y dialogar. Hasta ahora no han pasado de olisquearse y enviarse sutilmente mensajes a través de terceros, pero la encuesta del CIS que les sitúa como ganadores de las próximas generales en intención directa de voto, evidencia que llega la hora de pasar del olisqueo al toqueteo. Preguntamos a unos y otros por qué no se han reunido todavía. Iñigo Errejón se muestra dispuesto y asegura que "no pasa nada por sentarse y charlar, aunque partamos de posturas distintas. Deberían tener más olfato para detectar el impacto social de Podemos. Lo lógico es que se hubiese abierto algún canal, pero la realidad es que no se ha producido. Si se creen los argumentarios del miedo que circulan sobre nosotros, es normal que reaccionen con distancia. En algún momento tendrá que suceder". El partido de Pablo Iglesias deja la mano tendida e intenta relajar la desconfianza de las élites económicas hacía su esbozado programa económico. Desde el entorno del Banco de Santander, la primera entidad financiera española, no niegan que si Emilio Botín hubiera estado vivo, tras los últimos sondeos, podría haber dicho eso de 'Manolo (Cendoya) tráeme a uno de estos chicos, a ver que cuentan', aunque defienden que "Ana Botín no es tan diferente a su padre. Si tiene que reunirse con Podemos, lo hará las veces que sean necesarias, como lo han hecho su padre y su abuelo con todos los partidos".
Que Antonio Garrigues Walker, uno de los abogados más políticos e influyentes de este país defendiese, desde este medio, la existencia de Podemos y advirtiese de que "los que han votado a Podemos son todo menos ignorantes", o que el economista Luis Garicano, aspirante a ministro de Economía del PP, escriba este tuit - "Leyendo la tesis doctoral de Errejon.... analítica y bien argumentada. Se comerán con patatas a Moreno, Báñez y demás"-, no es casualidad, aunque algunos colegas suyos hayan querido ver oportunismo en el elogio.
Hay cierto temor en las altas esferas a que Pablo Iglesias, Monedero, Errejón, Bescansa o Alegre aireen en televisión los encuentros, "no porque tengamos nada que ocultar, sino porque no hay interés por ser el centro de programas de entretenimiento", explican desde una importante multinacional.
Las consultoras especializadas en asuntos públicos y lobbies están recomendando a sus clientes esperar a saber quiénes son los que tienen capacidad para decidir. "Ahora mismo es pronto para empezar a dialogar. No se sabe quiénes son las personas adecuadas para iniciar ese diálogo, ni cómo van a enfocar ellos los temas. Están en un proceso de constitución. A una empresa no le aporta nada hablar por hablar. No es un problema de que nuestros clientes teman a Podemos. No existe miedo por el hecho de que se cuenten las reuniones ni el contenido. Es una práctica habitual y sana de la democracia", dice Montserrat Escudero, Public Affairs Practice Director de Ketchum Public Affairs.
"Nosotros recomendamos a nuestros clientes comportarse con normalidad institucional. Una vía es contactar con la delegación en Bruselas, contactos que se irán incrementando cuando tengan cargos públicos en ayuntamientos y comunidades autónomas", explica Joan Navarro, vicepresidente de Llorente y Cuenca.
Y mientras los grandes grupos de poder económico están a la espera, son los empresarios de tamaño medio los que están dando los primeros pasos. Con la excusa de la aproximación institucional, algunas compañías se han acercado a los eurodiputados de Podemos al hilo de la votación parlamentaria de determinadas resoluciones que les afectaban. En Podemos reconocen que han sido entrevistas muy puntuales y poco significativas, pero los lobbistas las tienen perfectamente documentadas, ya que algunas se han producido a instancias suyas, más para examinar de cerca a Podemos que otra cosa. A nivel local, también ha habido reuniones entre círculos de Podemos y organizaciones empresariales sectoriales, que van a lo práctico ante los apabullantes datos que muestran las encuestas sobre intención de voto.
La semana pasada, sin ir más lejos, un empresario turístico disculpó su ausencia de un relevante acto porque había quedado con representantes de Podemos. Y algún empresario madrileño de CEIM ha expresado su intención de ir a verles empujado por el cabreo con el Gobierno. "Según vayan ganando plazas en las municipales y autonómicas, los empresarios se irán acercando a ellos. Podemos hará, posiblemente, lo que hizo el PSOE de Felipe antes de ganar en 1982, cuando venían ya llorados y nosotros les quitábamos el miedo: que no hombre, que no vamos a nacionalizaros ya, no nos tengas tanto miedo, que esto lo podemos considerar de otra forma, más despacito", relata un ex ministro económico de Felipe que se hizo la gira.
El poder se está acercando a Podemos, como ha hecho toda la vida con aquellos que estaban a un paso de llegar a Moncloa. Es cierto que Felipe González tenía un equipo económico joven pero consistente capaz de ir derribando los recelos de empresarios de toda la vida hacia esos chicos tan rojos, pero a la hora de la verdad, el programa elaborado por Santiago Roldán y otros economistas, acabó en la papelera y el ministro fue Miguel Boyer.
"Ahora mismo, a Podemos le sería más fácil entrar en contacto con los bancos, que van más a la generalidad -afirma el ministro socialista- mientras que a los empresarios les preocupan más el fracking o la regulación en concreto de su actividad, y van a esperar a que se pronuncien". En tiempos de Felipe, había personajes como Valls Taberner (presidente del Banco Popular), que recibía a todo el mundo. Luego estaba Julio Feo, que les puso en contacto con Sánchez Asiaín (Banco Bilbao), o Solchaga, que estaba en el Servicio de Estudios del Banco de Vizcaya y conocía a Pedro Toledo.
En Podemos reconocen que así como en otros ámbitos cuentan con introductores que les abran puertas, en el mundo empresarial no tienen esa figura. Aunque los economistas Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, y Vicenç Navarro, catedrático de Políticas en la Pompeu Fabra, les están ayudando con el programa económico, no tienen asignado ese papel de mediación.
Sin embargo, en las reuniones de empresarios, el partido de Iglesias sobrevuela el espacio inevitablemente. Ha sucedido en las últimas 48 horas, cuando el Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC) presentó el estudio de que "podría reducir el paro a un 11% en 2018", dicen, si Rajoy toma medidas que ellos proponen. Allí fue imposible arrancar a César Alierta una palabra sobre Podemos, pero sí hubo confidencias de los empresarios y los expertos fuera de cámara. "Este estudio que hemos presentado no es para la izquierda ni para la derecha, se puede llevar adelante con los nuevos también", comentaba uno de los autores del informe, reconociendo que había un pacto tácito para no hablar de Podemos, aunque estaba muy presente.
Algo muy parecido sucedió en el Congreso de la Empresa Familiar, que ha tenido lugar en Alicante. Al hilo de los chismes sobre Sonia Castedo, la alcaldesa imputada de la ciudad -a la que el rey tuvo que estrechar la mano, pero de la que Rajoy se libró-, no hacía falta nada más que rascar un poco en la piel de cualquiera de los asistentes, para que estos manifestaran su asqueo hacia la corrupción y a la vista de los últimos sondeos, intentaran saber quién en Podemos podía ser su interlocutor. Por si acaso.
Ese es, precisamente, uno de los problemas detectados entre el mundo empresarial. ¿Quién es el interlocutor en energía o en alimentación y exportaciones? Aunque haya que esperar a las vísperas de las municipales para que el magma que se agita debajo de los pies de todos fructifique, por si acaso y oficialmente, la CEOE adopta idéntica postura que el Banco Santander: "Estamos dispuestos a hablar y reunirnos con ellos en cuanto salgamos del proceso electoral en el que estamos inmersos".
Veremos qué zapatos se colocan Pablo Iglesias o su gente para pisar moqueta del poder y con qué adherencias salen de las citas.
Que Antonio Garrigues Walker, uno de los abogados más políticos e influyentes de este país defendiese, desde este medio, la existencia de Podemos y advirtiese de que "los que han votado a Podemos son todo menos ignorantes", o que el economista Luis Garicano, aspirante a ministro de Economía del PP, escriba este tuit - "Leyendo la tesis doctoral de Errejon.... analítica y bien argumentada. Se comerán con patatas a Moreno, Báñez y demás"-, no es casualidad, aunque algunos colegas suyos hayan querido ver oportunismo en el elogio.
Hay cierto temor en las altas esferas a que Pablo Iglesias, Monedero, Errejón, Bescansa o Alegre aireen en televisión los encuentros, "no porque tengamos nada que ocultar, sino porque no hay interés por ser el centro de programas de entretenimiento", explican desde una importante multinacional.
Las consultoras especializadas en asuntos públicos y lobbies están recomendando a sus clientes esperar a saber quiénes son los que tienen capacidad para decidir. "Ahora mismo es pronto para empezar a dialogar. No se sabe quiénes son las personas adecuadas para iniciar ese diálogo, ni cómo van a enfocar ellos los temas. Están en un proceso de constitución. A una empresa no le aporta nada hablar por hablar. No es un problema de que nuestros clientes teman a Podemos. No existe miedo por el hecho de que se cuenten las reuniones ni el contenido. Es una práctica habitual y sana de la democracia", dice Montserrat Escudero, Public Affairs Practice Director de Ketchum Public Affairs.
"Nosotros recomendamos a nuestros clientes comportarse con normalidad institucional. Una vía es contactar con la delegación en Bruselas, contactos que se irán incrementando cuando tengan cargos públicos en ayuntamientos y comunidades autónomas", explica Joan Navarro, vicepresidente de Llorente y Cuenca.
Y mientras los grandes grupos de poder económico están a la espera, son los empresarios de tamaño medio los que están dando los primeros pasos. Con la excusa de la aproximación institucional, algunas compañías se han acercado a los eurodiputados de Podemos al hilo de la votación parlamentaria de determinadas resoluciones que les afectaban. En Podemos reconocen que han sido entrevistas muy puntuales y poco significativas, pero los lobbistas las tienen perfectamente documentadas, ya que algunas se han producido a instancias suyas, más para examinar de cerca a Podemos que otra cosa. A nivel local, también ha habido reuniones entre círculos de Podemos y organizaciones empresariales sectoriales, que van a lo práctico ante los apabullantes datos que muestran las encuestas sobre intención de voto.
La semana pasada, sin ir más lejos, un empresario turístico disculpó su ausencia de un relevante acto porque había quedado con representantes de Podemos. Y algún empresario madrileño de CEIM ha expresado su intención de ir a verles empujado por el cabreo con el Gobierno. "Según vayan ganando plazas en las municipales y autonómicas, los empresarios se irán acercando a ellos. Podemos hará, posiblemente, lo que hizo el PSOE de Felipe antes de ganar en 1982, cuando venían ya llorados y nosotros les quitábamos el miedo: que no hombre, que no vamos a nacionalizaros ya, no nos tengas tanto miedo, que esto lo podemos considerar de otra forma, más despacito", relata un ex ministro económico de Felipe que se hizo la gira.
El poder se está acercando a Podemos, como ha hecho toda la vida con aquellos que estaban a un paso de llegar a Moncloa. Es cierto que Felipe González tenía un equipo económico joven pero consistente capaz de ir derribando los recelos de empresarios de toda la vida hacia esos chicos tan rojos, pero a la hora de la verdad, el programa elaborado por Santiago Roldán y otros economistas, acabó en la papelera y el ministro fue Miguel Boyer.
"Ahora mismo, a Podemos le sería más fácil entrar en contacto con los bancos, que van más a la generalidad -afirma el ministro socialista- mientras que a los empresarios les preocupan más el fracking o la regulación en concreto de su actividad, y van a esperar a que se pronuncien". En tiempos de Felipe, había personajes como Valls Taberner (presidente del Banco Popular), que recibía a todo el mundo. Luego estaba Julio Feo, que les puso en contacto con Sánchez Asiaín (Banco Bilbao), o Solchaga, que estaba en el Servicio de Estudios del Banco de Vizcaya y conocía a Pedro Toledo.
En Podemos reconocen que así como en otros ámbitos cuentan con introductores que les abran puertas, en el mundo empresarial no tienen esa figura. Aunque los economistas Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, y Vicenç Navarro, catedrático de Políticas en la Pompeu Fabra, les están ayudando con el programa económico, no tienen asignado ese papel de mediación.
Sin embargo, en las reuniones de empresarios, el partido de Iglesias sobrevuela el espacio inevitablemente. Ha sucedido en las últimas 48 horas, cuando el Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC) presentó el estudio de que "podría reducir el paro a un 11% en 2018", dicen, si Rajoy toma medidas que ellos proponen. Allí fue imposible arrancar a César Alierta una palabra sobre Podemos, pero sí hubo confidencias de los empresarios y los expertos fuera de cámara. "Este estudio que hemos presentado no es para la izquierda ni para la derecha, se puede llevar adelante con los nuevos también", comentaba uno de los autores del informe, reconociendo que había un pacto tácito para no hablar de Podemos, aunque estaba muy presente.
Algo muy parecido sucedió en el Congreso de la Empresa Familiar, que ha tenido lugar en Alicante. Al hilo de los chismes sobre Sonia Castedo, la alcaldesa imputada de la ciudad -a la que el rey tuvo que estrechar la mano, pero de la que Rajoy se libró-, no hacía falta nada más que rascar un poco en la piel de cualquiera de los asistentes, para que estos manifestaran su asqueo hacia la corrupción y a la vista de los últimos sondeos, intentaran saber quién en Podemos podía ser su interlocutor. Por si acaso.
Ese es, precisamente, uno de los problemas detectados entre el mundo empresarial. ¿Quién es el interlocutor en energía o en alimentación y exportaciones? Aunque haya que esperar a las vísperas de las municipales para que el magma que se agita debajo de los pies de todos fructifique, por si acaso y oficialmente, la CEOE adopta idéntica postura que el Banco Santander: "Estamos dispuestos a hablar y reunirnos con ellos en cuanto salgamos del proceso electoral en el que estamos inmersos".
Veremos qué zapatos se colocan Pablo Iglesias o su gente para pisar moqueta del poder y con qué adherencias salen de las citas.