Los hombres conducimos mejor porque, para empezar, tenemos dos aptitudes fundamentales: capacidad de concentración en una sola cosa y orientación. Además de eso, históricamente muchas profesiones asociadas al motor eran cosa nuestra: profesores de autoescuela y examinadores, pilotos de F1, chóferes... y mecánicos. ¿Corremos más que las mujeres? Es posible. Pero porque tenemos más seguridad al volante y entendemos mejor el funcionamiento de un coche. Hablamos el idioma del motor.
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