¿Hablamos de desigualdad? Pues bien, hablemos entonces de agua, ya que hay pocos derechos básicos en los que se sienta más la desigualdad que en el del acceso a esta fuente de vida.
Es una desigualdad entre quienes tienen que caminar entre 4 y 8 horas diarias para conseguir agua y a quienes la cotidiana facilidad nos hace olvidar que se trata de un recurso escaso en el mundo y para millones de personas. El derecho al agua es fundamental y demasiadas personas lo ven vulnerado con consecuencias terribles para sus vidas.
En pleno siglo XXI, 748 millones de personas no tienen acceso a agua limpia, y como consecuencia sufren enfermedades y se acentúa su malnutrición. Cada año mueren 1.5 millones de niños y niñas por enfermedades asociadas con la falta de acceso y mala calidad del agua, como la malaria o la diarrea. Para las mujeres que cargan siempre con esta responsabilidad, conseguir el agua que su familia necesita se convierte en una batalla diaria para la que no cuentan con medios ni con apoyos suficientes y que les pone más trabas a la hora de acceder a la educación o al empleo.
La desigualdad también se muestra en la propiedad y el acaparamiento de los recursos hídricos. El agua ya es escasa y lo será más en el futuro. Se trata de un bien público que debería ser manejado como tal, con una mirada global, de acceso equitativo. Sin embargo, hace años que asistimos a la privatización de los recursos hídricos y a su planificación en función de intereses comerciales.
En Oxfam Intermón sabemos de agua. Y porque llevamos décadas trabajando al lado de las personas que sufren su carencia, sabemos que es una de las prioridades para las comunidades más vulnerables. Junto con ellas, a través especialmente de las mujeres, desarrollamos programas que aseguren el acceso a un agua de calidad y cercana. Sí, cerca, para ganar tiempo para vivir. Y esto lo hacemos tanto en situaciones estables en las que se puede trabajar a medio plazo, como en crisis humanitarias en las que desplegamos nuestra capacidad para asegurar una cantidad mínima de agua potable en las condiciones más extremas que uno se puede imaginar.
La campaña de esta Navidad de Oxfam Intermón habla de agua y desigualdad en su acceso y, sobre todo, de agua y personas, de las historias de mujeres y hombres que quieren ejercer su derecho al agua limpia y que actúan en consecuencia. Necesitamos tu apoyo para asegurar el agua limpia a quien la necesita.
¿Te sumas? http://www.oxfamintermon.org/es/cambiasuagua
Es una desigualdad entre quienes tienen que caminar entre 4 y 8 horas diarias para conseguir agua y a quienes la cotidiana facilidad nos hace olvidar que se trata de un recurso escaso en el mundo y para millones de personas. El derecho al agua es fundamental y demasiadas personas lo ven vulnerado con consecuencias terribles para sus vidas.
En pleno siglo XXI, 748 millones de personas no tienen acceso a agua limpia, y como consecuencia sufren enfermedades y se acentúa su malnutrición. Cada año mueren 1.5 millones de niños y niñas por enfermedades asociadas con la falta de acceso y mala calidad del agua, como la malaria o la diarrea. Para las mujeres que cargan siempre con esta responsabilidad, conseguir el agua que su familia necesita se convierte en una batalla diaria para la que no cuentan con medios ni con apoyos suficientes y que les pone más trabas a la hora de acceder a la educación o al empleo.
La desigualdad también se muestra en la propiedad y el acaparamiento de los recursos hídricos. El agua ya es escasa y lo será más en el futuro. Se trata de un bien público que debería ser manejado como tal, con una mirada global, de acceso equitativo. Sin embargo, hace años que asistimos a la privatización de los recursos hídricos y a su planificación en función de intereses comerciales.
En Oxfam Intermón sabemos de agua. Y porque llevamos décadas trabajando al lado de las personas que sufren su carencia, sabemos que es una de las prioridades para las comunidades más vulnerables. Junto con ellas, a través especialmente de las mujeres, desarrollamos programas que aseguren el acceso a un agua de calidad y cercana. Sí, cerca, para ganar tiempo para vivir. Y esto lo hacemos tanto en situaciones estables en las que se puede trabajar a medio plazo, como en crisis humanitarias en las que desplegamos nuestra capacidad para asegurar una cantidad mínima de agua potable en las condiciones más extremas que uno se puede imaginar.
La campaña de esta Navidad de Oxfam Intermón habla de agua y desigualdad en su acceso y, sobre todo, de agua y personas, de las historias de mujeres y hombres que quieren ejercer su derecho al agua limpia y que actúan en consecuencia. Necesitamos tu apoyo para asegurar el agua limpia a quien la necesita.
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