¿Alguien sabe cuánto pierden los bancos cada año por los robos y fraudes electrónicos a sus millones de usuarios? La respuesta es no. El tema no trasciende porque, como me decía hace poco un experto de un fabricante de software de seguridad, el principal activo de un banco es su credibilidad y la confianza que nos transmite. Eso quiere decir que para los responsables de un banco es preferible perder millones o decenas de millones de euros al año por el ciberfraude que reconocer que no sabe o no puede custodiar nuestro dinero con las suficientes garantías, lo que a la postre daría lugar a una espantada masiva de clientes que acabarían sacando sus ahorros para guardarlos bajo el colchón.
Los bancos no quieren que nadie ande hurgando en estas cuestiones. Hace unos meses, el fabricante Kaspersky desvelaba datos de una encuesta que decían que el 7% de las compañías financieras españolas reembolsa a sus clientes las pérdidas causadas por fraude en Internet de forma inmediata, mientras que un 33% lo hace al cabo de un periodo corto de tiempo, sin realizar una investigación sobre las circunstancias en que se ha producido. Además, y esto es lo más importante, ninguno de nuestros bancos o cajas espera a que haya concluido una investigación de la policía para hacer el reembolso.
Nadie quiere cuantificar cuánto pierden los bancos al año por ataques o fraudes online, pero en el sector se hablaba hace unos años de más de 300 millones de euros cada ejercicio. En cualquier caso, los bancos piensan que es más barato reembolsar que invertir en sistemas de protección que impidan el fraude. También hay quien piensa que los bancos andan tranquilos porque al final compensan los robos de números de tarjeta, o las sustracciones que provienen del phising y los troyanos, con la subida de las famosas comisiones.
Pero cuidado. Tampoco hay que olvidar nuestra negligencia y la falta de precaución que exhibimos cuando andamos con nuestra cuenta online del banco. Según Kaspersky, más de un tercio de los usuarios españoles prestan poca o ninguna atención a la seguridad, precisamente porque creen que es responsabilidad del banco tomar las medidas necesarias para garantizarla. Aquí dejo algunas recomendaciones para evitar que nos den un sablazo:
-Desconfiad de los correos del banco donde nos piden contraseñas o números de cuenta. Eso no lo hará nunca nuestro banco de verdad. Es mejor ir directamente a la página web del banco, como nos recuerda Luis Corrons, del laboratorio de Panda.
-No contestéis a correos de emisores desconocidos.
-Estad atentos a enlaces falsos. Sigue habiendo mucho spam por el ciberespacio.
-Cuidado con las falsas llamadas desde números desconocidos donde el interlocutor se presenta como personal del banco.
-Conviene estar alerta también cuando empezamos a recibir mensajes SMS o llamadas desde un móvil que no tiene que ver con nuestro banco habitual.
-No os dejéis seducir por los mensajes engañosos de páginas que nos piden descargarnos algún fichero como requisito para ver un vídeo, por ejemplo.
-Actualizad siempre el sistema operativo, el navegador o complementos tipo Flash o Java, pues los que diseñan los ataques aprovechan los agujeros de seguridad del software obsoleto.
-Finalmente, usad un buen antivirus; no es la panacea, pero ayuda a prevenir.
Los bancos no quieren que nadie ande hurgando en estas cuestiones. Hace unos meses, el fabricante Kaspersky desvelaba datos de una encuesta que decían que el 7% de las compañías financieras españolas reembolsa a sus clientes las pérdidas causadas por fraude en Internet de forma inmediata, mientras que un 33% lo hace al cabo de un periodo corto de tiempo, sin realizar una investigación sobre las circunstancias en que se ha producido. Además, y esto es lo más importante, ninguno de nuestros bancos o cajas espera a que haya concluido una investigación de la policía para hacer el reembolso.
Nadie quiere cuantificar cuánto pierden los bancos al año por ataques o fraudes online, pero en el sector se hablaba hace unos años de más de 300 millones de euros cada ejercicio. En cualquier caso, los bancos piensan que es más barato reembolsar que invertir en sistemas de protección que impidan el fraude. También hay quien piensa que los bancos andan tranquilos porque al final compensan los robos de números de tarjeta, o las sustracciones que provienen del phising y los troyanos, con la subida de las famosas comisiones.
Pero cuidado. Tampoco hay que olvidar nuestra negligencia y la falta de precaución que exhibimos cuando andamos con nuestra cuenta online del banco. Según Kaspersky, más de un tercio de los usuarios españoles prestan poca o ninguna atención a la seguridad, precisamente porque creen que es responsabilidad del banco tomar las medidas necesarias para garantizarla. Aquí dejo algunas recomendaciones para evitar que nos den un sablazo:
-Desconfiad de los correos del banco donde nos piden contraseñas o números de cuenta. Eso no lo hará nunca nuestro banco de verdad. Es mejor ir directamente a la página web del banco, como nos recuerda Luis Corrons, del laboratorio de Panda.
-No contestéis a correos de emisores desconocidos.
-Estad atentos a enlaces falsos. Sigue habiendo mucho spam por el ciberespacio.
-Cuidado con las falsas llamadas desde números desconocidos donde el interlocutor se presenta como personal del banco.
-Conviene estar alerta también cuando empezamos a recibir mensajes SMS o llamadas desde un móvil que no tiene que ver con nuestro banco habitual.
-No os dejéis seducir por los mensajes engañosos de páginas que nos piden descargarnos algún fichero como requisito para ver un vídeo, por ejemplo.
-Actualizad siempre el sistema operativo, el navegador o complementos tipo Flash o Java, pues los que diseñan los ataques aprovechan los agujeros de seguridad del software obsoleto.
-Finalmente, usad un buen antivirus; no es la panacea, pero ayuda a prevenir.