Parece que en cuanto se remueve un poco de tierra en México, aparecen cadáveres que alguien ha querido ocultar. Al menos 50 fosas más han sido encontradas en Guerrero. Ya van más de 60 fosas clandestinas halladas (la gran mayoría de ellas por ciudadanos, no por la policía) y casi un centenar de cadáveres exhumados desde que se busca a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Lo que sucede en México es atroz, pero no hay que olvidar que, al menos en este sentido, España no es muy diferente. A nuestros muertos también han querido ocultarlos. A muchos españoles también les han arrebatado el consuelo de poder llevarle flores a un ser querido a una tumba con su nombre. El mapa de fosas accesible en la página del Ministerio de Justicia muestra los miles de enterramientos comunes que han sido encontrados en todo el país. Se calcula que más de 114.200 desaparecidos del franquismo siguen enterrados en fosas, y todavía no se ha encontrado a Lorca, entre muchos otros.
Quizás las fosas españolas sean más antiguas, pero en ambos casos se han sembrado cuerpos asesinados, y la impunidad, injusticia, ignorancia e indignación que se han cosechado son imprescindibles para entender el presente de ambos países. Quien entierra cuerpos de personas asesinadas en una fosa común invoca el olvido. Desenterrarlos es un acto cívico en contra de la ignorancia y el olvido forzados.
La empatía que estas fosas clandestinas pueden inspirar en un país con una historia como la nuestra tendría que ser razón suficiente para que España muestre su solidaridad con México. Pero hay más: México es un exportador de crimen organizado, y España, siendo la puerta hacia el resto de Europa, es uno de varios países importadores. Los ciudadanos españoles harían bien en dejar de consumir cualquier droga de dudosa procedencia mientras ésta no sea legalizada, pues el consumo internacional es lo que sostiene el aparato criminal del narcotráfico.
A su vez, la comunidad internacional tendría que presionar para que se acuerde la legalización de las drogas, como ya han propuesto líderes internacionales a la ONU. Si bien esta medida no es una panacea para todos los problemas relacionados con el crimen organizado, dado el fracaso de las medidas de prohibición, la regulación parece un paso necesario que tomar para poder tener algún control sobre la compraventa de drogas.
Harían falta más controles internacionales para evitar el lavado de dinero. Cada vez que se descubran fosas clandestinas y cuerpos, España tendría que pedir cuentas al Gobierno mexicano. Hace falta más presión internacional para que en México se respeten los derechos humanos.
Por último, México necesita testigos y defensores internacionales. La sociedad civil mexicana necesita de la protección de la comunidad internacional. Edgardo Buscaglia, investigador en derecho y economía en la Universidad de Columbia y presidente del Instituto Acción Ciudadana en México, ha advertido que "si los movimientos sociales se convierten en movimientos de acción (...) pero la comunidad internacional no defiende a la sociedad civil mexicana (...), van a asesinar a cada uno de los líderes sociales, uno a uno a uno".
Enrique Peña Nieto, Presidente de México, ha llamado a "superar" el dolor de Ayotzinapa. Por otra parte, se ha confirmado un ataque orquestado (no se sabe por quién) que ha tumbado el trending topic (tendencia mundial) #YaMeCansé, herramienta para la organización civil y símbolo de la indignación mexicana. El hashtag surgió después de que el Procurador General de la República, Murillo Karam, concluyó con la famosa frase "Ya me cansé" una sesión de preguntas al final de una conferencia de prensa sobre los avances en la investigación del caso Ayotzinapa. Después del ataque cibernético, la etiqueta ha sido reemplazada por el hashtag #YaMeCansé2. Hay quienes desearían que las marchas cesaran, que los movimientos sociales se disolvieran, que se olvidaran las fosas, los desaparecidos, y los muchos sucesos que han hecho temblar al país en los últimos meses y años. Pero los mexicanos parecen determinados a seguir exigiendo un Estado de derecho que, de momento, a todas luces es inexistente.
Las democracias no son un fenómeno ajeno a la voluntad de la ciudadanía. No nacen por sí mismas. Como apunta Buscaglia, por las democracias se lucha. La ciudadanía mexicana está luchando valientemente por su democracia, y necesita todo el apoyo que pueda obtener por parte de la comunidad internacional. Que #YaMeCansé2 (o #YaMeCansé3, o 4, o 43) siga siendo trending topic hasta que se implementen soluciones a los problemas que aquejan al pueblo de México, hasta que la gente deje de desaparecer, hasta que los muertos en las fosas clandestinas sean exhumados e identificados, y sus asesinos encarcelados. Hace casi ochenta años, México proporcionó un apoyo incondicional a España cuando el país luchaba por su democracia. ¿Tomará España su lugar como el aliado que hoy necesita la democracia en México?
Lo que sucede en México es atroz, pero no hay que olvidar que, al menos en este sentido, España no es muy diferente. A nuestros muertos también han querido ocultarlos. A muchos españoles también les han arrebatado el consuelo de poder llevarle flores a un ser querido a una tumba con su nombre. El mapa de fosas accesible en la página del Ministerio de Justicia muestra los miles de enterramientos comunes que han sido encontrados en todo el país. Se calcula que más de 114.200 desaparecidos del franquismo siguen enterrados en fosas, y todavía no se ha encontrado a Lorca, entre muchos otros.
Quizás las fosas españolas sean más antiguas, pero en ambos casos se han sembrado cuerpos asesinados, y la impunidad, injusticia, ignorancia e indignación que se han cosechado son imprescindibles para entender el presente de ambos países. Quien entierra cuerpos de personas asesinadas en una fosa común invoca el olvido. Desenterrarlos es un acto cívico en contra de la ignorancia y el olvido forzados.
La empatía que estas fosas clandestinas pueden inspirar en un país con una historia como la nuestra tendría que ser razón suficiente para que España muestre su solidaridad con México. Pero hay más: México es un exportador de crimen organizado, y España, siendo la puerta hacia el resto de Europa, es uno de varios países importadores. Los ciudadanos españoles harían bien en dejar de consumir cualquier droga de dudosa procedencia mientras ésta no sea legalizada, pues el consumo internacional es lo que sostiene el aparato criminal del narcotráfico.
A su vez, la comunidad internacional tendría que presionar para que se acuerde la legalización de las drogas, como ya han propuesto líderes internacionales a la ONU. Si bien esta medida no es una panacea para todos los problemas relacionados con el crimen organizado, dado el fracaso de las medidas de prohibición, la regulación parece un paso necesario que tomar para poder tener algún control sobre la compraventa de drogas.
Harían falta más controles internacionales para evitar el lavado de dinero. Cada vez que se descubran fosas clandestinas y cuerpos, España tendría que pedir cuentas al Gobierno mexicano. Hace falta más presión internacional para que en México se respeten los derechos humanos.
Por último, México necesita testigos y defensores internacionales. La sociedad civil mexicana necesita de la protección de la comunidad internacional. Edgardo Buscaglia, investigador en derecho y economía en la Universidad de Columbia y presidente del Instituto Acción Ciudadana en México, ha advertido que "si los movimientos sociales se convierten en movimientos de acción (...) pero la comunidad internacional no defiende a la sociedad civil mexicana (...), van a asesinar a cada uno de los líderes sociales, uno a uno a uno".
Enrique Peña Nieto, Presidente de México, ha llamado a "superar" el dolor de Ayotzinapa. Por otra parte, se ha confirmado un ataque orquestado (no se sabe por quién) que ha tumbado el trending topic (tendencia mundial) #YaMeCansé, herramienta para la organización civil y símbolo de la indignación mexicana. El hashtag surgió después de que el Procurador General de la República, Murillo Karam, concluyó con la famosa frase "Ya me cansé" una sesión de preguntas al final de una conferencia de prensa sobre los avances en la investigación del caso Ayotzinapa. Después del ataque cibernético, la etiqueta ha sido reemplazada por el hashtag #YaMeCansé2. Hay quienes desearían que las marchas cesaran, que los movimientos sociales se disolvieran, que se olvidaran las fosas, los desaparecidos, y los muchos sucesos que han hecho temblar al país en los últimos meses y años. Pero los mexicanos parecen determinados a seguir exigiendo un Estado de derecho que, de momento, a todas luces es inexistente.
Las democracias no son un fenómeno ajeno a la voluntad de la ciudadanía. No nacen por sí mismas. Como apunta Buscaglia, por las democracias se lucha. La ciudadanía mexicana está luchando valientemente por su democracia, y necesita todo el apoyo que pueda obtener por parte de la comunidad internacional. Que #YaMeCansé2 (o #YaMeCansé3, o 4, o 43) siga siendo trending topic hasta que se implementen soluciones a los problemas que aquejan al pueblo de México, hasta que la gente deje de desaparecer, hasta que los muertos en las fosas clandestinas sean exhumados e identificados, y sus asesinos encarcelados. Hace casi ochenta años, México proporcionó un apoyo incondicional a España cuando el país luchaba por su democracia. ¿Tomará España su lugar como el aliado que hoy necesita la democracia en México?