Imagen: Adoración de los reyes Magos, de Pedro de Campaña (Catedral de León). Fuente: Wikipedia
Todos los años escribo una carta a los Reyes Magos (sanitarios). Les pido una sanidad pública y de calidad. Les pido equidad para todos, que el tratamiento para la fractura de cadera de aquel anciano de pueblo sea igual al del rey de España, que los pacientes y los profesionales sanitarios sean tratados con justicia y un ciudadano no tenga que esperar 3 meses más que otro para operarse según en qué comunidad viva, o que un médico gane un 30% menos haciendo el mismo trabajo que otro, pero en una provincia distinta.... Pido gestores comprometidos y políticos sanitarios honestos que defiendan el bien común de la sociedad. Pido una atención primaria fuerte que sea capaz de lidiar con el aumento de incertidumbre y complejidad de los pacientes. Hospitales que puedan dar respuesta a los problemas de salud sin derrapar en tratamientos excesivamente caros o de eficacia no demostrada. Pido que la sociedad sea capaz de autogestionar mejor su salud y dependa menos del sistema sanitario...
Me suele salir una carta larga y, lo reconozco, en los últimos años, algo acre.
Tras ver el excelente vídeo de una campaña de una tienda donde se les pide a unos niños escribir a los Reyes Magos y luego a sus padres, reflexiono y decido escribir otra carta. Esta vez, dirigida a mí mismo. Mis peticiones (sanitarias) para este año.
Querido Salvador:
Te escribo esta carta para pedirte algunas cosas en relación a cómo ejerces la medicina. Me he dado cuenta de que en muchas ocasiones pasas la consulta deprisa y despistado. Si fuera posible, aplica un poco más de atención y diligencia a la tarea y despliega el máximo de conciencia a cada situación, a cada paciente. Ellos necesitan que lo hagas. Minimiza los ruidos de fondo y distracciones. Mejora la gestión de los errores, detectándolos y hablándolos con otros para evitarlos en el futuro. Cuida mejor a tus colegas de trabajo, compartiendo con ellos dudas, conocimientos, casos clínicos.... Preocúpate de tus gestores, aportándoles alguna de las muchas iniciativas que se te ocurren, hablando con ellos sobre lo que te preocupa, o simplemente teniéndolos en cuenta. Si fuera posible, sal más de la consulta, eres especialista en medicina familiar y comunitaria, sal a la comunidad. Trata de que otros encuentren salud fuera del centro de salud. Sigue escribiendo todo lo que puedas y compartiéndolo en el blog, eso sí me gusta que lo hagas. Tal vez sugeriría que pases menos tiempo en internet, al final es ruido. Creo que sería bueno que hicieras menos cosas, no hace falta ir a tanto curso y congreso, no hace falta participar en tanto proyecto e iniciativa. Lo importante lo tienes delante, son tus pacientes. Acuérdate de ello todos los días. Ellos te enseñarán lo que te falta por aprender.
Y por último, sonríe. Sonríe mucho, y recuerda que la vida es fantástica y es necesario que lo veas para poder recordárselo a los que temporalmente lo olvidaron.
Recibe un fuerte abrazo (de ti mismo ;)