Un interesante estudio de PwC titulado Trabajar en 2033 nos dice en su presentación que "el anterior modelo productivo en España ha estado basado en buscar la competencia vía precio, es decir, haciendo las cosas más baratas. En el próximo ciclo debemos competir por valor añadido, estos es, haciendo las cosas mejor."
Esta idea, aplicable a la economía española en general, es igualmente básica para entender cómo será el empleo del futuro y cómo nos deberíamos adaptar a este escenario. Los más jóvenes ya lo tienen claro: nada volverá a ser como era.
En un país que no domina recursos naturales, tiene una influencia geoestratégica muy limitada y una demanda interna en zozobra, la base del crecimiento futuro se basará en nuestro capital humano, multiplicado de forma exponencial con el buen uso de Internet y las herramientas online. Y esta es la oportunidad y peligro para el empleado: adaptarse a un cambio en el mercado laboral enorme. El poder de los sindicatos dejará paso a otro tipo de comunidades menos jerarquizadas, la autoridad del patrono se difuminará cuando uno pueda mostrar al mundo su trabajo y, además, quiera o deba vivir de los ingresos de varias empresas y negocios.
El empleo de baja y media cualificación verá reducir sus ingresos y parcelas, con lo que la formación continua no será una opción, sino una necesidad.
Estamos ante un futuro, o ya más bien presente, bastante complicado para el trabajador medio, que debe reciclarse al mismo tiempo que trata de obtener los ingresos necesarios para hacer frente a su día a día. Un mercado laboral mucho más competitivo, agresivo y exigente, que requerirá de mucha habilidad, capacidad de trabajo e ingenio. Pero que también ofrece nuevas oportunidades de ganar dinero y nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo, que permite ahorrase el dinero y tiempo de los desplazamientos o gestionar mejor el tiempo que dedicamos a nuestras familias. Las herramientas online, por otra parte, nos permitirán trabajar para varias empresas a la vez, en varios países si podemos y queremos. No solo en tareas puramente online, sino en otras como el diseño de máquinas, por ejemplo, gracias a realidades como las impresoras 3D, que permitirán que nuestro trabajo se plasme en el mundo físico pese a estar a miles de kilómetros.
El trabajador pasará de ser anónimo a una marca personal, o mejor dicho, una marca profesional. Todo lo que hagamos en nuestros blogs, redes sociales y demás medios online podrá y será analizado por nuestros competidores y empleadores. Labrarse una buena y sólida marca profesional será vital para captar el trabajo del futuro.
¿Trabajar más para ganar lo mismo?
La realidad es que en España oír que se trabaja más y se gana menos es muy frecuente. Incluso, después de esta afirmación, se oyen cosas del estilo -y no me puedo quejar, que al menos tengo trabajo-.
En este aspecto, en los años venideros, con un mercado laboral tan complejo, muchos ganarán menos trabajando mucho más. Pero la clave no es mentalizarse para trabajar 12 horas al día, sino para trabajar lo menos posible maximizando los resultados obtenidos.
La cultura de valorar al empleado por las horas que trabaja en la oficina (o mejor dicho, las horas presenciales en la oficina) sigue imperando en el tejido empresarial patrio; sin embargo, es un anacronismo y está en vías de extinción por la propia dinámica del mercado. Estar horas y horas en el trabajo no hace que trabajes más, ni mucho menos mejor.
El trabajo por objetivos va a ser lo normal, ya que las empresas, grandes y pequeñas, contratarán a muchos de sus trabajadores de lugares dispersos de la geografía nacional e internacional. Por otro lado, estos empleados ofrecerán sus servicios a varias empresas a la vez. Al no ofrecer una empresa un trabajo de por vida, ni los ingresos necesarios para que el empleado viva satisfactoriamente, no se podrá pretender tener una fuerza laboral que viva en la empresa. Marcar un sueldo muy relacionado con unos objetivos claros será la base de la relación laboral moderna.
Aprender a trabajar por objetivos y a gestionar el tiempo de forma óptima serán cualidades imprescindibles del nuevo trabajador. Por otro lado, parece probable que el contrato indefinido como lo conocemos hoy en día dé paso a otras formas de relación persona-empresa mucho más parecidas al autónomo emprendedor.
Retos y dificultades que, cuanto antes conozcamos y nos preparemos para ellas, mejor posición nos harán lograr en el mercado laboral del emprendedor por necesidad y supervivencia.
Esta idea, aplicable a la economía española en general, es igualmente básica para entender cómo será el empleo del futuro y cómo nos deberíamos adaptar a este escenario. Los más jóvenes ya lo tienen claro: nada volverá a ser como era.
En un país que no domina recursos naturales, tiene una influencia geoestratégica muy limitada y una demanda interna en zozobra, la base del crecimiento futuro se basará en nuestro capital humano, multiplicado de forma exponencial con el buen uso de Internet y las herramientas online. Y esta es la oportunidad y peligro para el empleado: adaptarse a un cambio en el mercado laboral enorme. El poder de los sindicatos dejará paso a otro tipo de comunidades menos jerarquizadas, la autoridad del patrono se difuminará cuando uno pueda mostrar al mundo su trabajo y, además, quiera o deba vivir de los ingresos de varias empresas y negocios.
El empleo de baja y media cualificación verá reducir sus ingresos y parcelas, con lo que la formación continua no será una opción, sino una necesidad.
Estamos ante un futuro, o ya más bien presente, bastante complicado para el trabajador medio, que debe reciclarse al mismo tiempo que trata de obtener los ingresos necesarios para hacer frente a su día a día. Un mercado laboral mucho más competitivo, agresivo y exigente, que requerirá de mucha habilidad, capacidad de trabajo e ingenio. Pero que también ofrece nuevas oportunidades de ganar dinero y nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo, que permite ahorrase el dinero y tiempo de los desplazamientos o gestionar mejor el tiempo que dedicamos a nuestras familias. Las herramientas online, por otra parte, nos permitirán trabajar para varias empresas a la vez, en varios países si podemos y queremos. No solo en tareas puramente online, sino en otras como el diseño de máquinas, por ejemplo, gracias a realidades como las impresoras 3D, que permitirán que nuestro trabajo se plasme en el mundo físico pese a estar a miles de kilómetros.
El trabajador pasará de ser anónimo a una marca personal, o mejor dicho, una marca profesional. Todo lo que hagamos en nuestros blogs, redes sociales y demás medios online podrá y será analizado por nuestros competidores y empleadores. Labrarse una buena y sólida marca profesional será vital para captar el trabajo del futuro.
¿Trabajar más para ganar lo mismo?
La realidad es que en España oír que se trabaja más y se gana menos es muy frecuente. Incluso, después de esta afirmación, se oyen cosas del estilo -y no me puedo quejar, que al menos tengo trabajo-.
En este aspecto, en los años venideros, con un mercado laboral tan complejo, muchos ganarán menos trabajando mucho más. Pero la clave no es mentalizarse para trabajar 12 horas al día, sino para trabajar lo menos posible maximizando los resultados obtenidos.
La cultura de valorar al empleado por las horas que trabaja en la oficina (o mejor dicho, las horas presenciales en la oficina) sigue imperando en el tejido empresarial patrio; sin embargo, es un anacronismo y está en vías de extinción por la propia dinámica del mercado. Estar horas y horas en el trabajo no hace que trabajes más, ni mucho menos mejor.
El trabajo por objetivos va a ser lo normal, ya que las empresas, grandes y pequeñas, contratarán a muchos de sus trabajadores de lugares dispersos de la geografía nacional e internacional. Por otro lado, estos empleados ofrecerán sus servicios a varias empresas a la vez. Al no ofrecer una empresa un trabajo de por vida, ni los ingresos necesarios para que el empleado viva satisfactoriamente, no se podrá pretender tener una fuerza laboral que viva en la empresa. Marcar un sueldo muy relacionado con unos objetivos claros será la base de la relación laboral moderna.
Aprender a trabajar por objetivos y a gestionar el tiempo de forma óptima serán cualidades imprescindibles del nuevo trabajador. Por otro lado, parece probable que el contrato indefinido como lo conocemos hoy en día dé paso a otras formas de relación persona-empresa mucho más parecidas al autónomo emprendedor.
Retos y dificultades que, cuanto antes conozcamos y nos preparemos para ellas, mejor posición nos harán lograr en el mercado laboral del emprendedor por necesidad y supervivencia.