Lo de hablar de VALORES suena como muy serio, como algo muy gordo sin tampoco tener muy claro a lo que referirnos. Eso sí, da respeto, posiblemente porque es entrar en terreno pantanoso, en algo etéreo de lo que además parece adolecer el mundo de hoy, y en concreto, nuestra sociedad actual. La de aquí, me refiero.
Pues eso es lo que justamente los colegas de Punto de Fuga (un instituto de investigación sociológica) han preguntado a miles de españoles en los últimos meses para, como dicen ellos, tomar el pulso y poner termómetro a la sociedad española actual. Los VALORES son criterios que dan significación y sentido a los comportamientos de las personas dentro de una sociedad, características morales inherentes a las personas y sus contextos sociales. ¡Toma ya! Confianza, credibilidad, sabiduría, amistad, fidelidad, compromiso, bienestar, respeto, éxito.... En el estudio han salido y se ha profundizado sobre 36 de ellos, los más importantes y representativos. Su significado, su vigencia actual y evolución, sus campos fronterizos y ámbitos de actuación, para que luego, más allá de los comportamientos individuales, instituciones, agentes sociales, compañías e incluso marcas, los tengan en cuenta para dirigirse a las personas y a la sociedad en general.
¿Qué hemos visto al poner el termómetro? Pues que esto está hirviendo, en estado de ebullición puro, ¡una olla a presión, vaya! Hace 4 años, en una primera versión de este estudio, el termómetro social nos marcaba una sociedad en depresión, decaída, decepcionada, e incluso autoinculpada por lo que estaba sucediendo, ¡expulsados del paraíso!, nos decían. Hoy, la ebullición viene más por el cabreo y la reacción. ¡Ya está bien!, ¡de culpables nada!, o sólo un poquito en comparación con lo que estamos viendo: tarjetas Black, excursiones a Tenerife, princesas y consortes, presidents y excelentísimos.
La sociedad cabreada se cree ahora más que antes que puede, que Podemos. Un reflejo de ello es la valoración de las instituciones en nuestro país. De 1 a 10, ¿cómo las valoraríais? No sorprende pero impacta. Empiezo por abajo, lo menos valorado: partidos políticos, lo peor, cate patatero (1,4); sindicatos, lamentable (2,9); Iglesia, nada que decir (3,2); organizaciones empresariales, tampoco se salvan (3,8) y grandes pmpresas (4,4) y medios de comunicación (4,8), en término medio, aprobado justito, Policía y Ejército (5,1 y 5,4). Y liderando la clasificación, lo más valorado, con un notable: las ONG´s (6,9) y las pymes (7,1). Ejemplo de lo que se aprueba y de lo que se machaca hoy. No me extraña.
Pues bien, todo ello es reflejo de unos nuevos valores emergentes, o más que nuevos, reconvertidos y actualizados. ¿Qué se VALORA hoy? ¿Qué es aquello que VALORAMOS más en criterios y comportamientos sociales, aquello que se considera inherentemente deseable en nuestra sociedad? Tampoco sorprende, pero cae por su propio peso. La ÉTICA. Y entendemos Ética como un conjunto de valores referidos a la sinceridad, transparencia, confianza, fidelidad, incluso calidad. ¡Cuánta nos falta! No me mientas, dime lo que eres, y también lo que no eres. Lo que harás y lo que no harás, sé sincero, sin letra pequeña, sin sorpresas desagradables. Relacionado con ello, toma hoy también mucha relevancia el valor del SABER HACER, un conjunto de esfuerzo, profesionalidad, respeto, compromiso, credibilidad y sabiduría. Ya no hay nada gratis, hemos de currar y valoramos a aquellos que lo hacen, que se lo ganan. Es muestra de compromiso y respeto, hacia uno mismo y hacia el resto. Todo ello marcado por una importante dosis de PRAGMATISMO, otro de los valores en auge, entendido como asequible, cercano, ¡pónmelo fácil! Y si puede ser bueno y barato, mejor. No estamos para tonterías, ni para muchos rodeos ni adornos. Cobra también mucha importancia hoy en día el COMPROMISO CON EL FUTURO, tanto la parte ecológica, como sobre todo, la parte social, la SOLIDARIDAD. Lo que hacemos y dejamos de hacer es para hoy, pero también debe pensar en el mañana. Y cuanto más cerca, mejor, de la solidaridad macro de las catástrofes y las enfermedades africanas, a solidaridad micro de mi barrio y el negocio del vecino.
Uno de los valores emergentes -y podríamos llamar nuevos- es el de DISPOSICION AL CAMBIO, encarnado en la tecnología y lo digital, como símbolo de innovación y modernidad. Necesitamos tirar para adelante, con herramientas y habilidades nuevas, con superpoderes en nuestras manos.
Si bien estos son los valores en más ebullición, no dejan de sobresalir los de disfrute, bienestar, la amistad y la libertad, el empuje vital y el atrevimiento. Éramos una sociedad dormida, anestesiada y queremos despertar, salir y gozar con lo que se pueda. También buscar confort en lo de siempre: lo tradicional y artesano vuelve. Y ojito con lo premium y la excelencia, que si bien son valores necesarios en algunos aspectos de la vida, últimamente restan más que suman. Se han utilizado muy mal.
En definitiva, valores de hoy y, sobre todo, valores para mañana. Creo que lo tenemos claro, falta ahora que nos escuchen y que no se falle, ni nosotros ni ellos. ¡Una de Valores por favor!
Pues eso es lo que justamente los colegas de Punto de Fuga (un instituto de investigación sociológica) han preguntado a miles de españoles en los últimos meses para, como dicen ellos, tomar el pulso y poner termómetro a la sociedad española actual. Los VALORES son criterios que dan significación y sentido a los comportamientos de las personas dentro de una sociedad, características morales inherentes a las personas y sus contextos sociales. ¡Toma ya! Confianza, credibilidad, sabiduría, amistad, fidelidad, compromiso, bienestar, respeto, éxito.... En el estudio han salido y se ha profundizado sobre 36 de ellos, los más importantes y representativos. Su significado, su vigencia actual y evolución, sus campos fronterizos y ámbitos de actuación, para que luego, más allá de los comportamientos individuales, instituciones, agentes sociales, compañías e incluso marcas, los tengan en cuenta para dirigirse a las personas y a la sociedad en general.
¿Qué hemos visto al poner el termómetro? Pues que esto está hirviendo, en estado de ebullición puro, ¡una olla a presión, vaya! Hace 4 años, en una primera versión de este estudio, el termómetro social nos marcaba una sociedad en depresión, decaída, decepcionada, e incluso autoinculpada por lo que estaba sucediendo, ¡expulsados del paraíso!, nos decían. Hoy, la ebullición viene más por el cabreo y la reacción. ¡Ya está bien!, ¡de culpables nada!, o sólo un poquito en comparación con lo que estamos viendo: tarjetas Black, excursiones a Tenerife, princesas y consortes, presidents y excelentísimos.
La sociedad cabreada se cree ahora más que antes que puede, que Podemos. Un reflejo de ello es la valoración de las instituciones en nuestro país. De 1 a 10, ¿cómo las valoraríais? No sorprende pero impacta. Empiezo por abajo, lo menos valorado: partidos políticos, lo peor, cate patatero (1,4); sindicatos, lamentable (2,9); Iglesia, nada que decir (3,2); organizaciones empresariales, tampoco se salvan (3,8) y grandes pmpresas (4,4) y medios de comunicación (4,8), en término medio, aprobado justito, Policía y Ejército (5,1 y 5,4). Y liderando la clasificación, lo más valorado, con un notable: las ONG´s (6,9) y las pymes (7,1). Ejemplo de lo que se aprueba y de lo que se machaca hoy. No me extraña.
Pues bien, todo ello es reflejo de unos nuevos valores emergentes, o más que nuevos, reconvertidos y actualizados. ¿Qué se VALORA hoy? ¿Qué es aquello que VALORAMOS más en criterios y comportamientos sociales, aquello que se considera inherentemente deseable en nuestra sociedad? Tampoco sorprende, pero cae por su propio peso. La ÉTICA. Y entendemos Ética como un conjunto de valores referidos a la sinceridad, transparencia, confianza, fidelidad, incluso calidad. ¡Cuánta nos falta! No me mientas, dime lo que eres, y también lo que no eres. Lo que harás y lo que no harás, sé sincero, sin letra pequeña, sin sorpresas desagradables. Relacionado con ello, toma hoy también mucha relevancia el valor del SABER HACER, un conjunto de esfuerzo, profesionalidad, respeto, compromiso, credibilidad y sabiduría. Ya no hay nada gratis, hemos de currar y valoramos a aquellos que lo hacen, que se lo ganan. Es muestra de compromiso y respeto, hacia uno mismo y hacia el resto. Todo ello marcado por una importante dosis de PRAGMATISMO, otro de los valores en auge, entendido como asequible, cercano, ¡pónmelo fácil! Y si puede ser bueno y barato, mejor. No estamos para tonterías, ni para muchos rodeos ni adornos. Cobra también mucha importancia hoy en día el COMPROMISO CON EL FUTURO, tanto la parte ecológica, como sobre todo, la parte social, la SOLIDARIDAD. Lo que hacemos y dejamos de hacer es para hoy, pero también debe pensar en el mañana. Y cuanto más cerca, mejor, de la solidaridad macro de las catástrofes y las enfermedades africanas, a solidaridad micro de mi barrio y el negocio del vecino.
Uno de los valores emergentes -y podríamos llamar nuevos- es el de DISPOSICION AL CAMBIO, encarnado en la tecnología y lo digital, como símbolo de innovación y modernidad. Necesitamos tirar para adelante, con herramientas y habilidades nuevas, con superpoderes en nuestras manos.
Si bien estos son los valores en más ebullición, no dejan de sobresalir los de disfrute, bienestar, la amistad y la libertad, el empuje vital y el atrevimiento. Éramos una sociedad dormida, anestesiada y queremos despertar, salir y gozar con lo que se pueda. También buscar confort en lo de siempre: lo tradicional y artesano vuelve. Y ojito con lo premium y la excelencia, que si bien son valores necesarios en algunos aspectos de la vida, últimamente restan más que suman. Se han utilizado muy mal.
En definitiva, valores de hoy y, sobre todo, valores para mañana. Creo que lo tenemos claro, falta ahora que nos escuchen y que no se falle, ni nosotros ni ellos. ¡Una de Valores por favor!