Sí, así es. Los medios occidentales no prestan atención a la tragedia de Nigeria en la que quizás 2.000 personas fueron secuestradas por Boko Haram, según Naciones Unidas y algunos oficiales del lugar. En la portada de The New York Times del martes se publicaron dos historias sobre la tragedia en París, The Washington Post también publicó una y USA Today dedicó la mayor parte de su portada a Francia tras otras tres publicaciones de seguido. Desconozco la cobertura que han dado las redes y las noticias por cable, pero estoy segura de que siguen el mismo patrón.
Se puede concluir, como han hecho en los medios sociales, que esto se debe al sesgo racial inherente a los medios occidentales. O se podría adoptar una postura más indulgente a la falta de cobertura y decir que no es intencionado, sino que los periodistas más cercanos están a muchos de kilómetros de la escena de la masacre. También se podría señalar que los informes oficiales -que afirman que sólo murieron 150 personas- proceden del gobierno nigeriano, que a menudo ha sido acusado de subestimar las cifras de fallecidos para restar importancia a la amenaza de Boko Haram.
Sin embargo, tu enfado con los medios occidentales por la falta de cobertura en la masacre en Baga se ha ido disipando por las siguientes razones:
La cobertura de los medios no acabará con la violencia de Boko Haram (véase #BringBackOurGirls, #devolvednosanuestrasniñas).
Concienciar a la gente no dará al gobierno nigeriano la voluntad de luchar contra Boko Haram (véase #BringBackOurGirls).
La élite política nigeriana no valora la vida de sus compatriotas (véase #BringBackOurGirls).
Lo pillo. Es increíble ver las horas y horas de peritaje y de portadas dedicadas a la muerte de 17 personas mientras parece haber un completo silencio y una indiferencia tácita hacia las 2.000 personas en Baga que fueron perseguidas, disparadas, quemadas vivas y ahogadas -principalmente niños, mujeres y ancianos que no pudieron correr lo suficientemente rápido-. Muchos están indignados no sólo por la brutalidad y la barbarie ocurrida en el norte de Nigeria, sino también por la disparidad de cifras entre la tragedia en París y la masacre en Baga.
DOS MIL PERSONAS. Asesinadas. Derrotadas. Acabadas. Es una locura.
Pero seamos francos. Si esto va de contabilizar las víctimas, ¿dónde está nuestra indignación colectiva y las portadas por Siria y las casi 200.000 vidas perdidas en su larga guerra civil? En un mundo tan roto y abatido sólo nos ensuciamos en las alcantarillas de la tragedia global olímpica cuando recurrimos a discutir sobre la cobertura de los medios y las cifras dispares. No nos lleva a ningún sitio.
Permitidme ser incluso más franca. La indignación en los medios de Occidente es tan sorprendentemente simplista e inútil porque distrae nuestra atención de la élite política nigeriana ladrona y con la panza llena, cómplice de esta masacre y a la que le preocupa poco las vidas perdidas.
Porque mientras tú tuiteas tu indignación por la falta de cobertura, el presidente nigeriano Goodluck Jonathan, un imbécil redomado, sigue sin pronunciarse y está ocupado publicando fotos de fiestas en Facebook. Mientras a ti te hierve la sangre porque la masacre en Baga no copa los titulares de la CNN, este zoquete envió un comunicado de condolencias a Francia, calificando el ataque a Charlie Hebdo de cobarde. Se une a otros miembros de su gabinete y otras élites políticas africanas que no han dicho nada sobre la masacre de Baga, pero han mandado mensajes similares de solidaridad hacia Francia. Seis jefes de estado africanos fueron a París para mostrar su solidaridad con Francia.
Además, parece que los principales periódicos, desde Al Ahram en Egipto hasta Vanguard en Nigeria, pasando por East African en Kenia, tampoco quieren implicarse con esta tragedia africana. Parece que la élite africana no ha recibido la circular de que #BlackLivesMatter [#LasVidasNegrasImportan].
Y en un país en el que Charlie Hebdo ocurre a diario, un país en un constante estado de trauma, una nación paralizada por tragedias grandes y pequeñas, no se producen escenas de movilizaciones de masa, condenas o muestras colectivas de solidaridad. ¿Por qué?
Porque mi pueblo está cansado. Porque entienden demasiado bien que los encargados de protegerles y servirles no se preocupan por su humanidad.
Como consecuencia, resulta ingenuo centrar la indignación en los medios occidentales y no en Aso Rock y en los que en Abuja constantemente menosprecian y degradan las vidas nigerianas. Además, le hace un flaco favor a las víctimas de Baga. Porque a menos que todos centremos nuestra rabia en Abuja y profundicemos nuestro análisis y nuestra crítica contra el gobierno nigeriano que ha permitido la expansión de esta lacra, los asesinatos y las masacres seguirán siendo impunes.
Este post fue publicado anteriormente en The World Post en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
Se puede concluir, como han hecho en los medios sociales, que esto se debe al sesgo racial inherente a los medios occidentales. O se podría adoptar una postura más indulgente a la falta de cobertura y decir que no es intencionado, sino que los periodistas más cercanos están a muchos de kilómetros de la escena de la masacre. También se podría señalar que los informes oficiales -que afirman que sólo murieron 150 personas- proceden del gobierno nigeriano, que a menudo ha sido acusado de subestimar las cifras de fallecidos para restar importancia a la amenaza de Boko Haram.
Sin embargo, tu enfado con los medios occidentales por la falta de cobertura en la masacre en Baga se ha ido disipando por las siguientes razones:
La cobertura de los medios no acabará con la violencia de Boko Haram (véase #BringBackOurGirls, #devolvednosanuestrasniñas).
Concienciar a la gente no dará al gobierno nigeriano la voluntad de luchar contra Boko Haram (véase #BringBackOurGirls).
La élite política nigeriana no valora la vida de sus compatriotas (véase #BringBackOurGirls).
Lo pillo. Es increíble ver las horas y horas de peritaje y de portadas dedicadas a la muerte de 17 personas mientras parece haber un completo silencio y una indiferencia tácita hacia las 2.000 personas en Baga que fueron perseguidas, disparadas, quemadas vivas y ahogadas -principalmente niños, mujeres y ancianos que no pudieron correr lo suficientemente rápido-. Muchos están indignados no sólo por la brutalidad y la barbarie ocurrida en el norte de Nigeria, sino también por la disparidad de cifras entre la tragedia en París y la masacre en Baga.
DOS MIL PERSONAS. Asesinadas. Derrotadas. Acabadas. Es una locura.
Pero seamos francos. Si esto va de contabilizar las víctimas, ¿dónde está nuestra indignación colectiva y las portadas por Siria y las casi 200.000 vidas perdidas en su larga guerra civil? En un mundo tan roto y abatido sólo nos ensuciamos en las alcantarillas de la tragedia global olímpica cuando recurrimos a discutir sobre la cobertura de los medios y las cifras dispares. No nos lleva a ningún sitio.
Permitidme ser incluso más franca. La indignación en los medios de Occidente es tan sorprendentemente simplista e inútil porque distrae nuestra atención de la élite política nigeriana ladrona y con la panza llena, cómplice de esta masacre y a la que le preocupa poco las vidas perdidas.
Porque mientras tú tuiteas tu indignación por la falta de cobertura, el presidente nigeriano Goodluck Jonathan, un imbécil redomado, sigue sin pronunciarse y está ocupado publicando fotos de fiestas en Facebook. Mientras a ti te hierve la sangre porque la masacre en Baga no copa los titulares de la CNN, este zoquete envió un comunicado de condolencias a Francia, calificando el ataque a Charlie Hebdo de cobarde. Se une a otros miembros de su gabinete y otras élites políticas africanas que no han dicho nada sobre la masacre de Baga, pero han mandado mensajes similares de solidaridad hacia Francia. Seis jefes de estado africanos fueron a París para mostrar su solidaridad con Francia.
Además, parece que los principales periódicos, desde Al Ahram en Egipto hasta Vanguard en Nigeria, pasando por East African en Kenia, tampoco quieren implicarse con esta tragedia africana. Parece que la élite africana no ha recibido la circular de que #BlackLivesMatter [#LasVidasNegrasImportan].
Y en un país en el que Charlie Hebdo ocurre a diario, un país en un constante estado de trauma, una nación paralizada por tragedias grandes y pequeñas, no se producen escenas de movilizaciones de masa, condenas o muestras colectivas de solidaridad. ¿Por qué?
Porque mi pueblo está cansado. Porque entienden demasiado bien que los encargados de protegerles y servirles no se preocupan por su humanidad.
Como consecuencia, resulta ingenuo centrar la indignación en los medios occidentales y no en Aso Rock y en los que en Abuja constantemente menosprecian y degradan las vidas nigerianas. Además, le hace un flaco favor a las víctimas de Baga. Porque a menos que todos centremos nuestra rabia en Abuja y profundicemos nuestro análisis y nuestra crítica contra el gobierno nigeriano que ha permitido la expansión de esta lacra, los asesinatos y las masacres seguirán siendo impunes.
Este post fue publicado anteriormente en The World Post en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano