Una niña que nazca hoy está condenada a ganar un 24% menos que un niño y trabajar 79 días más al año para igualar el salario del chico. Y de una jubilación digna, ya ni hablamos, porque tendrá que trabajar 11 años más si quiere tener la misma pensión que un hombre. Esta es la situación actual, que ha empeorado con la crisis. Aquí somos campeones en desigualdad salarial de genero. Si en Europa la brecha media se sitúa en el 16%, en España hay ocho puntos más de injusticia. Tranquilos, que Rajoy tiene un plan para esa niña. Hoy ha desvelado el nombre: Plan de Igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral. La duda es si el contenido es un secreto o responde a la improvisación ante los brutales datos que esta semana copaban titulares.
El desinterés de los hombres ante la injustificable diferencia de sueldos lo hemos podido constatar en el Congreso, desde donde se podría legislar para paliar un problema que no se va a solucionar solo. En la sesión de control de hoy, Pedro Sánchez preguntó de trámite a Rajoy por la brecha salarial, con la cabeza puesta en cómo decirles a Griñán y Chavez que desalojen sin montar el pollo de Tomás Gómez. Y Rajoy respondió con que la creación de empleo hará milagros en la equiparación de sueldos, como si ignorásemos que el poco empleo que se crea es precario y profundiza aun más la brecha. Justo lo contrario de lo que recomienda la UE: empleos de calidad para luchar contra las diferencias. Algo tendrá que ver que en Europa un 34,9 % de mujeres trabajen a tiempo parcial, frente a solo el 8,6 % de los hombres.
Preguntamos al ministro de Igualdad, Sanidad y Servicios Sociales, Alfonso Alonso, si están pensando en alguna medida concreta que permita acortar este terrible drama de la desigualdad. "Tenemos en marcha el plan para luchar contra la brecha salarial, y ahí es donde daremos respuesta a este problema". Notición, hay un plan en marcha y, a pesar de estar en modo electoralista nadie del PP le había sacado todavía partido, hasta que Rajoy se ha vanagloriado de su próxima aprobación. Satisfecho con la respuesta, se marcha corriendo para anunciar a los colegas que Rafael Hernando "va a anunciar algo" -literal-. Ha dejado al portavoz parlamentario la explicación de que el Gobierno recupera la obligatoriedad de consentimiento paterno para abortar siendo menor de edad. Y es que la fuga de los diputados cuando sacamos el tema desigualdad es denominador común, mientras que las diputadas, sean del partido que sean, profundizan en la lacra.
"Es un problema que viene de largo. En la negociación colectiva nunca se defendieron por igual los salarios de los hombres y las mujeres. Y los sindicatos ahí tuvieron una parte de culpa. Cada vez que hay crisis, lo más fácil es cargarse a las mujeres, y los empresarios utilizan todo tipo de trucos, porque en nuestros empresarios persiste la desconfianza en la capacidad femenina. Es así y tenemos que decirlo. Piensan que cuando se contrata a una mujer va a faltar al trabajo porque tiene hijos, por más que este concepto sea obsoleto. En lo que no estoy de acuerdo es en que la reforma laboral haya acabado con la negociación colectiva y esté perjudicando más a las mujeres. El contrato a tiempo parcial las favorece. Por ejemplo, en Holanda el 90% de las mujeres tienen un contrato a tiempo parcial. Lo que está claro es que es un problema trasversal sin distinción ideológica entre partidos. Después de ver la encuesta del CIS sobre las nuevas formas de violencia de género entre las jóvenes, me pregunto en qué nos hemos equivocado en estos tres años", dice Celia Villalobos.
La ex portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, comparte con Villalobos que a los hombre les parece que el asunto no va con ellos, aunque insiste en que el Gobierno de Zapatero en materia de igualdad de género será lo que le haga pasar a la historia. "La brecha salarial es una consecuencia de la desigualdad entre hombres y mujeres, en España, en Europa y en el mundo entero, que no se puede tratar solo en términos de estructura de mercado. Es un problema de origen y eso provoca no solo la desigualdad salarial, sino también la violencia de género. Desde esos anuncios viscosos que se diluyen como el aceite en nuestra vida cotidiana. Los Gobiernos hemos fracasado en que somos una sociedad que avanza más rápidos en otros asuntos que en la igualdad. Y las diferencias salariales retratan la situación. En mi propio partido hay hombres y mujeres que consideran que hablar de desigualdad perjudica los avances que se han producido".
El drama real, según el informe de la UE sobre cómo combatir la brecha salarial, no es solo que los sueldos sean notablemente menores, sino lo que eso supone a la hora de calcular la jubilación, provocando "un mayor riesgo de pobreza en la tercera edad. En 2012, el 21,7 % de las mujeres a partir de 65 años estaban en situación de riesgo de pobreza, frente al 16,3 % de hombres de la misma edad". Volvemos a insistir al partido de Gobierno. "La fijación salarial no depende del Gobierno. De todas formas, estamos en adoptar medidas, pero como ha dicho el presidente, en 2014 se ha recuperado el empleo y en la reforma fiscal se incluyen medidas de ayuda a la familia", dice José Luis Ayllón, secretario de Estado con las Cortes y enviado especial del Gobierno para solucionar los problemas de comunicación, para vendernos que están en ello. Y uno se imagina a los asesores de turno, en los sótanos de Moncloa, trabajando como chinos en un plan del que por ahora solo se sabe el título, Plan de Igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral, según ha dictado el presidente a los susodichos chinos desde la tribuna.
El desinterés de los hombres ante la injustificable diferencia de sueldos lo hemos podido constatar en el Congreso, desde donde se podría legislar para paliar un problema que no se va a solucionar solo. En la sesión de control de hoy, Pedro Sánchez preguntó de trámite a Rajoy por la brecha salarial, con la cabeza puesta en cómo decirles a Griñán y Chavez que desalojen sin montar el pollo de Tomás Gómez. Y Rajoy respondió con que la creación de empleo hará milagros en la equiparación de sueldos, como si ignorásemos que el poco empleo que se crea es precario y profundiza aun más la brecha. Justo lo contrario de lo que recomienda la UE: empleos de calidad para luchar contra las diferencias. Algo tendrá que ver que en Europa un 34,9 % de mujeres trabajen a tiempo parcial, frente a solo el 8,6 % de los hombres.
Preguntamos al ministro de Igualdad, Sanidad y Servicios Sociales, Alfonso Alonso, si están pensando en alguna medida concreta que permita acortar este terrible drama de la desigualdad. "Tenemos en marcha el plan para luchar contra la brecha salarial, y ahí es donde daremos respuesta a este problema". Notición, hay un plan en marcha y, a pesar de estar en modo electoralista nadie del PP le había sacado todavía partido, hasta que Rajoy se ha vanagloriado de su próxima aprobación. Satisfecho con la respuesta, se marcha corriendo para anunciar a los colegas que Rafael Hernando "va a anunciar algo" -literal-. Ha dejado al portavoz parlamentario la explicación de que el Gobierno recupera la obligatoriedad de consentimiento paterno para abortar siendo menor de edad. Y es que la fuga de los diputados cuando sacamos el tema desigualdad es denominador común, mientras que las diputadas, sean del partido que sean, profundizan en la lacra.
"Es un problema que viene de largo. En la negociación colectiva nunca se defendieron por igual los salarios de los hombres y las mujeres. Y los sindicatos ahí tuvieron una parte de culpa. Cada vez que hay crisis, lo más fácil es cargarse a las mujeres, y los empresarios utilizan todo tipo de trucos, porque en nuestros empresarios persiste la desconfianza en la capacidad femenina. Es así y tenemos que decirlo. Piensan que cuando se contrata a una mujer va a faltar al trabajo porque tiene hijos, por más que este concepto sea obsoleto. En lo que no estoy de acuerdo es en que la reforma laboral haya acabado con la negociación colectiva y esté perjudicando más a las mujeres. El contrato a tiempo parcial las favorece. Por ejemplo, en Holanda el 90% de las mujeres tienen un contrato a tiempo parcial. Lo que está claro es que es un problema trasversal sin distinción ideológica entre partidos. Después de ver la encuesta del CIS sobre las nuevas formas de violencia de género entre las jóvenes, me pregunto en qué nos hemos equivocado en estos tres años", dice Celia Villalobos.
La ex portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, comparte con Villalobos que a los hombre les parece que el asunto no va con ellos, aunque insiste en que el Gobierno de Zapatero en materia de igualdad de género será lo que le haga pasar a la historia. "La brecha salarial es una consecuencia de la desigualdad entre hombres y mujeres, en España, en Europa y en el mundo entero, que no se puede tratar solo en términos de estructura de mercado. Es un problema de origen y eso provoca no solo la desigualdad salarial, sino también la violencia de género. Desde esos anuncios viscosos que se diluyen como el aceite en nuestra vida cotidiana. Los Gobiernos hemos fracasado en que somos una sociedad que avanza más rápidos en otros asuntos que en la igualdad. Y las diferencias salariales retratan la situación. En mi propio partido hay hombres y mujeres que consideran que hablar de desigualdad perjudica los avances que se han producido".
El drama real, según el informe de la UE sobre cómo combatir la brecha salarial, no es solo que los sueldos sean notablemente menores, sino lo que eso supone a la hora de calcular la jubilación, provocando "un mayor riesgo de pobreza en la tercera edad. En 2012, el 21,7 % de las mujeres a partir de 65 años estaban en situación de riesgo de pobreza, frente al 16,3 % de hombres de la misma edad". Volvemos a insistir al partido de Gobierno. "La fijación salarial no depende del Gobierno. De todas formas, estamos en adoptar medidas, pero como ha dicho el presidente, en 2014 se ha recuperado el empleo y en la reforma fiscal se incluyen medidas de ayuda a la familia", dice José Luis Ayllón, secretario de Estado con las Cortes y enviado especial del Gobierno para solucionar los problemas de comunicación, para vendernos que están en ello. Y uno se imagina a los asesores de turno, en los sótanos de Moncloa, trabajando como chinos en un plan del que por ahora solo se sabe el título, Plan de Igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral, según ha dictado el presidente a los susodichos chinos desde la tribuna.