Una chica joven, recién casada, observa mientras otras niñas de su comunidad caminan hacia la escuela. La imagen es un fotograma de un vídeo que hemos hecho con el objetivo de concienciar sobre los problemas del matrimonio infantil.
Ser una niña feliz. Ser parte de una familia que vive en armonía y paz. Ser una madre que tiene plena capacidad y conocimiento para criar a sus hijos para que crezcan sanos y alejados de la violencia. Estar rodeada por una comunidad fuerte y pacífica.
Estas son aspiraciones comunes a la mayoría de las personas, en todos los países del mundo. Pero cuando las niñas se casan y cuando tienen hijos siendo todavía niñas estos deseos se convierten en prácticamente imposibles de alcanzar.
En el peor de los casos, una niña que queda embarazada cuando su cuerpo no está listo todavía puede morir en el parto. Su bebé también puede no sobrevivir: una doble tragedia. Y hay muchos otros efectos negativos que pueden pasar inadvertidos. Las niñas que se casan es probable que dejen de ir a la escuela. Su futuro se corta de pronto, igual que el futuro de sus comunidades. Las niñas pueden ser objeto de violencia o abuso, incluso de relaciones sexuales no deseadas, y no son capaces de defenderse a sí mismas. Pueden sufrir aislamiento y depresión. Los niños nacidos de madres que también son niñas no pueden recibir la atención y el cuidado adecuado.
Garantizar la protección de las niñas, es clave para retrasar la edad del matrimonio y encaminarse a un futuro diferente.