Se cerró hace varios días una nueva edición del Mobile World Congress en Barcelona el exitoso evento de referencia mundial sobre el desarrollo digital y la tecnología móvil. Estaban todos. Todos los que dominan este mundo hoy en día. Este mundo donde todo se conecta, todo se digitaliza, todo habla y todo escucha. Estaba Mark Zuckerberg con su Facebook, los de Samsung con su Galaxy, los Sony intentando recuperar terreno, Huawei y otros asiáticos hambrientos por dominar el mundo..., todos y muchos más apuntados al aquelarre tecnológico.
Ya no son sólo teléfonos con movilidad y conectividad, son drones que vuelan y te hacen selfies, relojes que monitorizan tu ritmo cardíaco, pulseras que te dicen si duermes bien o descansas mal, gafas que te abducen en un mundo tridimensional de experiencias galácticas, mandos conectados para encender las luces de tu casa y dejarla bien calentita antes de que llegues, wearables, apps, internet of things..., el mundo en tus manos. ¡Una pasada!. O no, o no lo sé, o ya veremos. Y es que las 93.000 personas que pasaron por los stands de la feria seguramente alucinaron con todo ello, pero a lo mejor nos olvidamos de una parte de la población que ni sabe de lo que hablo, ni llegarán a saberlo o tan si quiera les importa. Es lo de menos. Lo jodido es pensar si ese desconocimiento, o esa lejanía, o esa ignorancia será el brebaje para una mayor desigualdad social en los próximos años.
El mismísimo Zuckerberg sacó su vena altruista para denunciar lo que hoy ya se conoce como la brecha digital. Él mismo y su fundación internet.org ponen en el centro del futuro desarrollo social y económico a la conectividad de la población y sus comunidades. O estás conectado o no existes, o no te enteras, o no accedes y no progresas. Como en su momento no supiste hacer fuego, o no te apuntaste al carro de la escritura.
Según sus datos sólo el 38% de la población mundial se ha conectado alguna vez a internet, siendo ese dato escalofriantemente desigual por nivel de desarrollo del país. Mientras que en los países desarrollados la media sube hasta casi el 80%, en los países en desarrollo apenas un 28% se ha conectado nunca. Además, el ritmo de conectividad de estos países se ha ralentizado en los últimos años paradójicamente. Los motivos pueden ser:
Estoy convencido que la brecha digital es síntoma de más desigualdades. Conectividad y tecnología hoy son información información, conocimiento, educación y transparencia. También mucha tontería superflua, gadgets innecesarios e inventos del tebeo sin futuro real. Para ello los stands y las ferias seguirán funcionando muy bien, aunque vayan 3 pueblos por delante de la vida real de las personas. Lo importante es no desaprovechar lo otro, trabajar para que Mr. Facebook y otros poderosos utilicen sus armas para algo más que hacerse aún más ricos. Tienen la oportunidad de ayudar e impulsar un desarrollo más transversal, igualitario y sostenible. Él mismo (Zuckerberg) lo denomina la futura economía del conocimiento. Pues pónganle "seny", algo de corazoncito, y miren como los drones, wearables y apps puedan quedar en la historia como aquello que realmente (pero re-al-men-te), cambió el mundo.
Ya no son sólo teléfonos con movilidad y conectividad, son drones que vuelan y te hacen selfies, relojes que monitorizan tu ritmo cardíaco, pulseras que te dicen si duermes bien o descansas mal, gafas que te abducen en un mundo tridimensional de experiencias galácticas, mandos conectados para encender las luces de tu casa y dejarla bien calentita antes de que llegues, wearables, apps, internet of things..., el mundo en tus manos. ¡Una pasada!. O no, o no lo sé, o ya veremos. Y es que las 93.000 personas que pasaron por los stands de la feria seguramente alucinaron con todo ello, pero a lo mejor nos olvidamos de una parte de la población que ni sabe de lo que hablo, ni llegarán a saberlo o tan si quiera les importa. Es lo de menos. Lo jodido es pensar si ese desconocimiento, o esa lejanía, o esa ignorancia será el brebaje para una mayor desigualdad social en los próximos años.
El mismísimo Zuckerberg sacó su vena altruista para denunciar lo que hoy ya se conoce como la brecha digital. Él mismo y su fundación internet.org ponen en el centro del futuro desarrollo social y económico a la conectividad de la población y sus comunidades. O estás conectado o no existes, o no te enteras, o no accedes y no progresas. Como en su momento no supiste hacer fuego, o no te apuntaste al carro de la escritura.
Según sus datos sólo el 38% de la población mundial se ha conectado alguna vez a internet, siendo ese dato escalofriantemente desigual por nivel de desarrollo del país. Mientras que en los países desarrollados la media sube hasta casi el 80%, en los países en desarrollo apenas un 28% se ha conectado nunca. Además, el ritmo de conectividad de estos países se ha ralentizado en los últimos años paradójicamente. Los motivos pueden ser:
- Infraestructura: no tengo conexión
- Affordability: no me lo puedo pagar
- Relevancia: o por idioma o por desconocimiento no lo aprovecho
Estoy convencido que la brecha digital es síntoma de más desigualdades. Conectividad y tecnología hoy son información información, conocimiento, educación y transparencia. También mucha tontería superflua, gadgets innecesarios e inventos del tebeo sin futuro real. Para ello los stands y las ferias seguirán funcionando muy bien, aunque vayan 3 pueblos por delante de la vida real de las personas. Lo importante es no desaprovechar lo otro, trabajar para que Mr. Facebook y otros poderosos utilicen sus armas para algo más que hacerse aún más ricos. Tienen la oportunidad de ayudar e impulsar un desarrollo más transversal, igualitario y sostenible. Él mismo (Zuckerberg) lo denomina la futura economía del conocimiento. Pues pónganle "seny", algo de corazoncito, y miren como los drones, wearables y apps puedan quedar en la historia como aquello que realmente (pero re-al-men-te), cambió el mundo.