La impresionante caída de los precios del petróleo genera ganancias y pérdidas para los países que participan en Petrocaribe, un programa venezolano de cooperación en materia energética dirigido a algunos países de América Central y el Caribe. Desde 2005, esta iniciativa ha permitido que algunos gobiernos de América Central y el Caribe reciban préstamos a tasas inferiores a las de mercado si sus países compran petróleo a Venezuela. Cuando los precios del petróleo eran altos, los costos de importar petróleo eran grandes y también lo era el financiamiento de Petrocaribe, que alcanzó, en promedio, el 2,5% del PIB de los países importadores en 2014.
Los actuales precios bajos significan que en 2015 los costos de importar petróleo de los miembros de Petrocaribe descenderán en un promedio del 3¾ del PIB. Pero este importante beneficio se verá contrarrestado en cierta medida por un menor acceso al financiamiento (de alrededor del 1% del PIB para el país beneficiario promedio), ya que la cuantía de los préstamos de Petrocaribe disminuye junto con los pagos por las importaciones de petróleo y, al bajar los precios del petróleo, las condiciones de los préstamos se vuelven menos generosas.
A fin de cuentas, la caída del precio del petróleo mejorará la situación de todos los miembros de Petrocaribe ya que el beneficio resultante del abaratamiento del petróleo superará la disminución prevista de la asistencia de Petrocaribe.
Efecto del abaratamiento del petróleo
La posible interrupción de los fondos de Petrocaribe podría ser más manejable que en otras oportunidades. La pérdida de ingreso de Venezuela debido a la caída del precio del petróleo ha llevado a los analistas a cuestionar si el apoyo de Petrocaribe se mantendrá. Si se interrumpiera, el efecto variaría en función de los distintos miembros de Petrocaribe. Los gobiernos que reciben importantes aportes y carecen de otras fuentes de financiación (como los de Nicaragua y Haití) serían los más afectados--aunque en menor medida de lo que habría sido si el precio del petróleo estuviera alto. Los gobiernos que han creado reservas (como Guyana) o que cuentan con otras fuentes de financiación (como la República Dominicana y Jamaica), seguramente sufran un impacto menor. Belice se vería especialmente afectado ya que el abaratamiento del precio del petróleo tiene un efecto negativo en el valor de sus exportaciones de petróleo crudo. Hasta ahora, Venezuela ha asegurado a los miembros de Petrocaribe que la ayuda financiera continuará.
Sin embargo, la disminución del precio del petróleo y el financiamiento de Petrocaribe podría generar problemas. La caída del precio del petróleo afectará de forma diferente al sector público y al privado. En el sector privado seguramente se registre un aumento del ingreso disponible y las ganancias: la aplicación de los actuales mecanismos de precios de los países tendría como consecuencia un traslado total, o casi total, a los precios de venta al consumidor en unos dos tercios de la región para fines de 2015. Pero la reducción (o interrupción) del financiamiento de Petrocaribe hará que algunos gobiernos enfrenten dificultades financieras. Si no se reciclan recursos del sector privado al público (en la forma de financiamiento o reducciones de las subvenciones a la energía), algunos gobiernos podrían verse obligados a interrumpir los programas sociales o de inversión. Casi todos los países sufrirían algunas presiones fiscales adicionales.
Algunos programas de gasto público podrían verse especialmente afectados. Aunque Petrocaribe continuara, la disminución del financiamiento requeriría nuevos fondos o un ajuste promedio del orden del 0,8% del PIB (para países de los que se dispone de información). Es posible que Nicaragua y Haití, con poco acceso a mercados, ni reservas importantes o mercados financieros profundos, sean los que deban efectuar mayores ajustes. Guyana y St. Kitts (y en menor medida Jamaica) han creado reservas para compensar el impacto. En caso de interrupción de los fondos, se prevé que los déficits aumenten en Antigua, Dominica, Granada, Haití, Jamaica y Nicaragua, en la medida en que los gobiernos tomen el control de programas sociales o proyectos de infraestructura sin fondos.
Un par de países que proporcionan subsidios a la energía, especialmente Haití, se proponen compensar el costo adicional recuperando los ingresos de los impuestos a los productos energéticos a los que habían renunciado.
En suma, la caída de los precios del petróleo es más compleja para los miembros de Petrocaribe que para otros importadores de petróleo. Al igual que los demás, estos países se beneficiarán. Pero es posible que, de todas formas, sus gobiernos se vean perjudicados. Resultará más que nada dulce, pero con una pizca amarga.
Por Diálogo a Fondo
Los actuales precios bajos significan que en 2015 los costos de importar petróleo de los miembros de Petrocaribe descenderán en un promedio del 3¾ del PIB. Pero este importante beneficio se verá contrarrestado en cierta medida por un menor acceso al financiamiento (de alrededor del 1% del PIB para el país beneficiario promedio), ya que la cuantía de los préstamos de Petrocaribe disminuye junto con los pagos por las importaciones de petróleo y, al bajar los precios del petróleo, las condiciones de los préstamos se vuelven menos generosas.
A fin de cuentas, la caída del precio del petróleo mejorará la situación de todos los miembros de Petrocaribe ya que el beneficio resultante del abaratamiento del petróleo superará la disminución prevista de la asistencia de Petrocaribe.
Efecto del abaratamiento del petróleo
La posible interrupción de los fondos de Petrocaribe podría ser más manejable que en otras oportunidades. La pérdida de ingreso de Venezuela debido a la caída del precio del petróleo ha llevado a los analistas a cuestionar si el apoyo de Petrocaribe se mantendrá. Si se interrumpiera, el efecto variaría en función de los distintos miembros de Petrocaribe. Los gobiernos que reciben importantes aportes y carecen de otras fuentes de financiación (como los de Nicaragua y Haití) serían los más afectados--aunque en menor medida de lo que habría sido si el precio del petróleo estuviera alto. Los gobiernos que han creado reservas (como Guyana) o que cuentan con otras fuentes de financiación (como la República Dominicana y Jamaica), seguramente sufran un impacto menor. Belice se vería especialmente afectado ya que el abaratamiento del precio del petróleo tiene un efecto negativo en el valor de sus exportaciones de petróleo crudo. Hasta ahora, Venezuela ha asegurado a los miembros de Petrocaribe que la ayuda financiera continuará.
Sin embargo, la disminución del precio del petróleo y el financiamiento de Petrocaribe podría generar problemas. La caída del precio del petróleo afectará de forma diferente al sector público y al privado. En el sector privado seguramente se registre un aumento del ingreso disponible y las ganancias: la aplicación de los actuales mecanismos de precios de los países tendría como consecuencia un traslado total, o casi total, a los precios de venta al consumidor en unos dos tercios de la región para fines de 2015. Pero la reducción (o interrupción) del financiamiento de Petrocaribe hará que algunos gobiernos enfrenten dificultades financieras. Si no se reciclan recursos del sector privado al público (en la forma de financiamiento o reducciones de las subvenciones a la energía), algunos gobiernos podrían verse obligados a interrumpir los programas sociales o de inversión. Casi todos los países sufrirían algunas presiones fiscales adicionales.
Algunos programas de gasto público podrían verse especialmente afectados. Aunque Petrocaribe continuara, la disminución del financiamiento requeriría nuevos fondos o un ajuste promedio del orden del 0,8% del PIB (para países de los que se dispone de información). Es posible que Nicaragua y Haití, con poco acceso a mercados, ni reservas importantes o mercados financieros profundos, sean los que deban efectuar mayores ajustes. Guyana y St. Kitts (y en menor medida Jamaica) han creado reservas para compensar el impacto. En caso de interrupción de los fondos, se prevé que los déficits aumenten en Antigua, Dominica, Granada, Haití, Jamaica y Nicaragua, en la medida en que los gobiernos tomen el control de programas sociales o proyectos de infraestructura sin fondos.
Un par de países que proporcionan subsidios a la energía, especialmente Haití, se proponen compensar el costo adicional recuperando los ingresos de los impuestos a los productos energéticos a los que habían renunciado.
En suma, la caída de los precios del petróleo es más compleja para los miembros de Petrocaribe que para otros importadores de petróleo. Al igual que los demás, estos países se beneficiarán. Pero es posible que, de todas formas, sus gobiernos se vean perjudicados. Resultará más que nada dulce, pero con una pizca amarga.
Por Diálogo a Fondo