Este post apareció publicado originalmente en Brookings Institution, y ha sido traducido del inglés.
Por segundo año consecutivo, las cifras del primer trimestre el Producto Interior Bruto han sido decepcionantes. El Wall Street Journal, en un editorial titulado "El lento crecimiento de la Fed", aprovecha la oportunidad para discutir (de nuevo) a favor de una política monetaria más restrictiva. Los editorialistas señalan que las proyecciones de crecimiento económico del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) han sido demasiado altas desde la crisis financiera, lo cual es cierto. Por lo tanto (concluye el WSJ), la política monetaria no está funcionando y los esfuerzos para apoyar la recuperación se debe interrumpirse.
Es generoso por parte de los editorialistas del WSJ señalar, como hacen, que "la predicción económica no es fácil." Ellos deben saberlo, ya que el periódico ha estado previendo un estallido de la inflación y el colapso del dólar al menos desde 2006, cuando el FOMC decidió no elevar la tasa de los fondos federales por encima de 5-1/4 por ciento.
Sin embargo, los editorialistas del WSJ extraen algunas conclusiones incorrectas de las últimas previsiones de crecimiento del FOMC. Lo más importante es que no tienen en cuenta que, aunque el FOMC (y prácticamente todos los economistas del sector privado) han sido demasiado optimistas sobre el crecimiento, también han sido siempre demasiado pesimistas sobre el desempleo, que ha caído más rápidamente de lo previsto. La tasa de desempleo es un mejor indicador de las condiciones cíclicas que la tasa de crecimiento económico, y la relativamente rápida disminución del desempleo en los últimos años muestra que se está cumpliendo el objetivo fundamental de poner a la gente a trabajar de nuevo. El crecimiento de la producción ha sido lento, a pesar de la creación de empleo sólido, debido a que el aumento de la productividad han sido lento, tal vez como resultado de la crisis financiera, que machacó la creación de nuevas empresas y la inversión en investigación y desarrollo, o tal vez por otras razones. Pero nadie dice que la política monetaria puede hacer mucho sobre el aumento de la productividad. Donde puede ser útil es en el apoyo al regreso al pleno empleo, y aquí los datos han sido razonablemente buenos. De hecho, parece claro que las actuaciones agresivas de la Fed han sido una de las razones importantes por las que la creación de empleo en los Estados Unidos ha superado a la de otros países industrializados por un amplio margen.
El WSJ también sostiene que, debido a que la política monetaria no ha sido una panacea para nuestros problemas económicos, deberíamos dejar de usarla. Estoy de acuerdo en que la política monetaria no es la panacea, y como presidente de la Fed lo he dicho con frecuencia. Con los tipos de interés a corto plazo cerca de cero, la política monetaria no es tan potente o tan predecible como en otras ocasiones. Pero la inferencia correcta no es que debamos dejar de usar la política monetaria, sino que debemos aportar también otras herramientas políticas. Estoy a la espera de que el Wall Street Journal abogue por un programa bien estructurado de desarrollo de infraestructuras públicas, lo que apoyaría el crecimiento en el corto plazo mediante la creación de puestos de trabajo y en el largo plazo haría nuestra economía más productiva. No debemos renunciar a la política monetaria, que en los últimos años ha sido prácticamente la única carta en nuestras manos en cuanto a la política económica se refiere. En cambio, deberíamos buscar un mejor equilibrio entre las políticas monetarias y otras que promuevan el crecimiento, incluida la política fiscal.
Por segundo año consecutivo, las cifras del primer trimestre el Producto Interior Bruto han sido decepcionantes. El Wall Street Journal, en un editorial titulado "El lento crecimiento de la Fed", aprovecha la oportunidad para discutir (de nuevo) a favor de una política monetaria más restrictiva. Los editorialistas señalan que las proyecciones de crecimiento económico del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) han sido demasiado altas desde la crisis financiera, lo cual es cierto. Por lo tanto (concluye el WSJ), la política monetaria no está funcionando y los esfuerzos para apoyar la recuperación se debe interrumpirse.
Es generoso por parte de los editorialistas del WSJ señalar, como hacen, que "la predicción económica no es fácil." Ellos deben saberlo, ya que el periódico ha estado previendo un estallido de la inflación y el colapso del dólar al menos desde 2006, cuando el FOMC decidió no elevar la tasa de los fondos federales por encima de 5-1/4 por ciento.
Sin embargo, los editorialistas del WSJ extraen algunas conclusiones incorrectas de las últimas previsiones de crecimiento del FOMC. Lo más importante es que no tienen en cuenta que, aunque el FOMC (y prácticamente todos los economistas del sector privado) han sido demasiado optimistas sobre el crecimiento, también han sido siempre demasiado pesimistas sobre el desempleo, que ha caído más rápidamente de lo previsto. La tasa de desempleo es un mejor indicador de las condiciones cíclicas que la tasa de crecimiento económico, y la relativamente rápida disminución del desempleo en los últimos años muestra que se está cumpliendo el objetivo fundamental de poner a la gente a trabajar de nuevo. El crecimiento de la producción ha sido lento, a pesar de la creación de empleo sólido, debido a que el aumento de la productividad han sido lento, tal vez como resultado de la crisis financiera, que machacó la creación de nuevas empresas y la inversión en investigación y desarrollo, o tal vez por otras razones. Pero nadie dice que la política monetaria puede hacer mucho sobre el aumento de la productividad. Donde puede ser útil es en el apoyo al regreso al pleno empleo, y aquí los datos han sido razonablemente buenos. De hecho, parece claro que las actuaciones agresivas de la Fed han sido una de las razones importantes por las que la creación de empleo en los Estados Unidos ha superado a la de otros países industrializados por un amplio margen.
El WSJ también sostiene que, debido a que la política monetaria no ha sido una panacea para nuestros problemas económicos, deberíamos dejar de usarla. Estoy de acuerdo en que la política monetaria no es la panacea, y como presidente de la Fed lo he dicho con frecuencia. Con los tipos de interés a corto plazo cerca de cero, la política monetaria no es tan potente o tan predecible como en otras ocasiones. Pero la inferencia correcta no es que debamos dejar de usar la política monetaria, sino que debemos aportar también otras herramientas políticas. Estoy a la espera de que el Wall Street Journal abogue por un programa bien estructurado de desarrollo de infraestructuras públicas, lo que apoyaría el crecimiento en el corto plazo mediante la creación de puestos de trabajo y en el largo plazo haría nuestra economía más productiva. No debemos renunciar a la política monetaria, que en los últimos años ha sido prácticamente la única carta en nuestras manos en cuanto a la política económica se refiere. En cambio, deberíamos buscar un mejor equilibrio entre las políticas monetarias y otras que promuevan el crecimiento, incluida la política fiscal.