Canción recomendada: Urik gullaganda, Sevara Nazarkhan.
Hoy quiero empezar hablando del #festival #WOMAD. Como seguro muchos sabéis, los festivales WOMAD (World of Music, Arts and Dance) fueron creados en 1980 por Peter Gabriel. Su idea era que a través de este festival pudieran darse a conocer músicos de todos los rincones del mundo. El festival original se realizó en Charlton Park, Wiltshire, en Inglaterra. Y ahí sigue realizándose, pero a ese escenario se le han sumado otros en Australia, Emiratos Arabes, Nueva Zelanda, Italia y España. Y en nuestro país era por partida doble, en primavera se celebra en Cáceres y, hasta hace unos pocos años, en otoño se celebraba en Las Palmas de Gran Canaria.
La peculiaridad del WOMAD es que en este festival la música es una puerta de entrada a otras culturas. Además de las actuaciones, en el WOMAD se pueden ver muestras de pintura, artesanía, danza y todo lo que se os pueda ocurrir. Por supuesto, también hay lugar para la gastronomía. No son pocos los cocineros que se han asomado a sus múltiples instalaciones, ni pocos los músicos que han deleitado a los asistentes preparando platos típicos de su país.
Y aquí llegamos a donde nos interesa. Si bien no puedo asistir a la última edición del WOMAD, y no sabéis cuánto me jode, cuento con algunas recopilaciones de música del festival, y fue gracias a ellas que hace ya un tiempo descubrí a una cantante uzbeka llamada Sevara Nazarkhan. Como sabéis, soy bastante aficionado a la música, incluso estuve cerca de 6 años pinchando en el programa de Alberto Granados en la SER, y estoy siempre a la caza de nuevos descubrimientos de músicos de todas partes del mundo. La música es para mí casi tan importante como la cocina. Es más, yo las encuentro íntimamente ligadas. Pocas cosas mejores que cocinar con música para los amigos o la familia o, sencillamente, cocinar dejándose inspirar por alguna canción.
Así que estaba hace unos días yo escuchando a la estupenda Sevara Nazarkhan en casa, pensando en sobre qué escribiros y qué receta regalaros, cuando de pronto caí en cuenta: primero, que nada tengo que hablaros acerca de ella para que os vayáis sin falta al Spotify, al iTunes o a la tienda de discos y os dejéis seducir por esa maravillosa voz. Y acompañados de esos sonidos del Este, poneos manos a la obra con el plato nacional de la patria de Sevara Nazarkhan: el plov. El plov es una variedad del pilaf típica de Uzbekistán. Un guiso de arroz cocido en un sabroso caldo de cordero y verduras llamado zirvak. Ligerito, vamos. Una auténtica delicia, eso sí. Y el maridaje musical, cortesía de la señorita Nazarkhan.
Que disfrutéis.
Plov: plato de culto en Uzbekistán, la ex república soviética, y en Rusia
2 piernas de cordero en dados no muy gruesos
4 cabezas de ajos
4 zanahorias
3 cebollas
2 puerros
1 nabo
1 manojo de tomillo limonero
2 dientes de ajo
500g de garbanzos remojados
200g de carne rica en colágeno
Pimienta negra en grano
8g de pimienta en grano
3g de semillas de cilantro
5g de semillas de comino
380g de arroz basmati
100g grasa de cordero (Crepineta gruesa)
120g de bérberos o moras ácidas secas de un intenso color rojo (granos de granada seca en su defecto)
Abrir los ajos por la mitad y rociarlos de aceite de oliva. Envolverlos en papel de aluminio. Y asarlos en el horno durante una hora a 180ºC. De esta manera pierde su acritud y su fuerza (el asado transforma los dientes de ajo en una pasta dorada y caramelizada).
Preparar un caldo de verduras con una zanahoria pelada y partida en dados; un puerro, un nabo, una cebolla de igual manera que la zanahoria, un manojo de tomillo, los garbanzos, un hueso de caña, dos dientes de ajo, diez gramos de pimienta negra. Dejar hervir todo durante 45 minutos. Sazonar y filtrar. Reservar en lugar templado.
Pelar y cortar las cebollas en juliana gruesamente. Repetir la misma operación con las zanahorias y puerros. Machacar las especias por un molinillo viejo de café (de madera). Deshacer la grasa de cordero en una cazuela ancha y no muy profunda, hasta que se convierta líquida. Rehogar los dados de cordero en la grasa, sin que llegue a quemarse, y dejar que se doren, salpimentar. Escurrir los dados de cordero y reservar en lugar templado.
Cocinar las verduras, cortadas en juliana en la cazuela de haber salteado el cordero. Dejar que se caramelicen; será el momento de incorporar el cordero. Rehogar bien el conjunto e incorporar las especias molidas. Añadir 380 gramos de arroz, rehogar; incorporar los ajos asados y verter 760 gramos de caldo de verduras. Dejar cocer 15 minutos tapando la cazuela.
Destapar e incorporar los bèrberos y remover el arroz con cuidado.
Servir bien caliente...
La receta me la dio una muy buena amiga ... cocinera y cantante.
#sedcuriosos.