Lluís Olivé lleva fotografiando la ciudad de Barcelona desde hace 50 años: escenas callejeras, manifestaciones, desfiles, detalles arquitectónicos, azulejos, esculturas de hierro, pomos de puertas, ventanas y, por supuesto, grafitis y arte urbano. Olivé, quien se autodenomina amateur, ha capturado cómo ha evolucionado el panorama artístico de la Ciudad Condal en la última década. El fotógrafo ha compartido sus imágenes favoritas de entre los más de 2.500 retratos que ha tomado de la ciudad.
MAMM. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
"Empecé a fotografiar grafitis en 2005 cuando descubrí una pintura hecha con spray de la cara de una niña; me impresionó tanto que empecé a buscar más", dice para contar cómo le entró el gusanillo.
ManuTwice. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Desde 2010 vive mucho más cerca de la ciudad, y gracias a las amistades que ha ido haciendo, asegura que incluso algunos artistas le avisan para que vaya y retrate sus obras. Al vivir más cerca de las piezas, se ha vuelto más metódico: "Busco en internet, miro ciertos hashtags y reviso mi email. También suelo hacer rutas semanales", explica.
Desafortunadamente para los amantes del arte callejero como él, la ciudad de Barcelona ha tomado medidas para limitarlo en los últimos años. Algunas áreas de la ciudad en las que hace tiempo se podían ver miles de murales, piezas, plantillas o afiches habían empezado a atraer turistas interesados en la escena artística, hasta el punto de eclipsar a otras capitales. Sin embargo, según algunos artistas, la ciudad y el sector inmobiliario vieron oportunidades de desarrollo y acabaron asfixiando una escena que había inspirado libros, webs, vídeos, galerías y eventos culturales.
Penao. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Mientras los esfuerzos por limpiar la ciudad han generado críticas por parte de algunos sectores que opinan que el arte urbano ha sido borrado para favorecer a empresas y centros comerciales, los portavoces municipales aseguran que se han creado algunas zonas para que la creación individual se pueda expresar sin apenas restricciones. Según Olivé, ambas partes tienen algo de razón.
MAMM. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Su favorito de esos espacios donde el grafitis está autorizados es un parque inaugurado en los 90 donde hay una estación eléctrica ya en desuso. Los Jardines de las Tres Chimeneas, llamados así por sus tres altas construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX, abergan un espacio para practicar skateboarding y muros específicamente reservados para exponer grafitis. Allí se celebran eventos como competiciones de monopatín, conciertos de música electrónica y exhibiciones de hip-hop y break dance.
Olivé se va a jubilar en el próximo mes de julio y está planeando una ruta por Estados Unidos para celebrarlo con su mujer y, cómo no, para hacer fotografías. De hecho, tiene un plan para cuando deje de trabajar: "Empezaré en octubre; estoy planeando un nuevo proyecto para documentar semanalmente durante un año el Tres Chimeneas", afirma.
Y por supuesto, también tendrá multitud de rincones donde fotografiar arte urbano, sólo que quizás sean un poco más difíciles de encontrar...
Millo. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
P.Nitas. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Reuunit. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Roc BlacBlock. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Feo Flip . Roc BlacBlock. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Marino. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
M2. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Enric Sant. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
El Pez. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Cranio . El Pez. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
PAM SR. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Aryz. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Chanoir . Xupet. Barcelona, España. (Fotografía © Lluis Olive Bulbuena)
Tanto el texto como las imágenes son de © BrooklynStreetArt.com. El contenido se puede utilizar para fines no comerciales siempre y cuando se cite al fotógrafo y a BSA, se incluya un enlace al artículo original y no se elimine el nombre del artista del archivo .jpg. ¡Gracias!
Este artículo fue originalmente publicado en la sección de Arte de la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés. También fue publicado en Brooklyn Street Art.
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"Empecé a fotografiar grafitis en 2005 cuando descubrí una pintura hecha con spray de la cara de una niña; me impresionó tanto que empecé a buscar más", dice para contar cómo le entró el gusanillo.
Comencé a recorrer los diferentes barrios y, a pesar de que en ese momento vivía a 150 kilómetros de Barcelona, viajaba allí todo lo que podía para hacer fotografías de los grafitis y el arte callejero.
Desde 2010 vive mucho más cerca de la ciudad, y gracias a las amistades que ha ido haciendo, asegura que incluso algunos artistas le avisan para que vaya y retrate sus obras. Al vivir más cerca de las piezas, se ha vuelto más metódico: "Busco en internet, miro ciertos hashtags y reviso mi email. También suelo hacer rutas semanales", explica.
Desafortunadamente para los amantes del arte callejero como él, la ciudad de Barcelona ha tomado medidas para limitarlo en los últimos años. Algunas áreas de la ciudad en las que hace tiempo se podían ver miles de murales, piezas, plantillas o afiches habían empezado a atraer turistas interesados en la escena artística, hasta el punto de eclipsar a otras capitales. Sin embargo, según algunos artistas, la ciudad y el sector inmobiliario vieron oportunidades de desarrollo y acabaron asfixiando una escena que había inspirado libros, webs, vídeos, galerías y eventos culturales.
Mientras los esfuerzos por limpiar la ciudad han generado críticas por parte de algunos sectores que opinan que el arte urbano ha sido borrado para favorecer a empresas y centros comerciales, los portavoces municipales aseguran que se han creado algunas zonas para que la creación individual se pueda expresar sin apenas restricciones. Según Olivé, ambas partes tienen algo de razón.
Desde que empecé a hacer fotos en Barcelona he visto una gran transformación. El arte callejero ha disminuido debido a las altas sanciones, pero el Ayuntamiento ha creado también 8 ó 10 zonas donde los grafitis están autorizados y suelen ser bastante buenos.
Su favorito de esos espacios donde el grafitis está autorizados es un parque inaugurado en los 90 donde hay una estación eléctrica ya en desuso. Los Jardines de las Tres Chimeneas, llamados así por sus tres altas construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX, abergan un espacio para practicar skateboarding y muros específicamente reservados para exponer grafitis. Allí se celebran eventos como competiciones de monopatín, conciertos de música electrónica y exhibiciones de hip-hop y break dance.
Olivé se va a jubilar en el próximo mes de julio y está planeando una ruta por Estados Unidos para celebrarlo con su mujer y, cómo no, para hacer fotografías. De hecho, tiene un plan para cuando deje de trabajar: "Empezaré en octubre; estoy planeando un nuevo proyecto para documentar semanalmente durante un año el Tres Chimeneas", afirma.
Y por supuesto, también tendrá multitud de rincones donde fotografiar arte urbano, sólo que quizás sean un poco más difíciles de encontrar...
Tanto el texto como las imágenes son de © BrooklynStreetArt.com. El contenido se puede utilizar para fines no comerciales siempre y cuando se cite al fotógrafo y a BSA, se incluya un enlace al artículo original y no se elimine el nombre del artista del archivo .jpg. ¡Gracias!
Este artículo fue originalmente publicado en la sección de Arte de la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés. También fue publicado en Brooklyn Street Art.
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