Tsipras ha visitado el Pleno del Parlamento Europeo. Tras una invitación a principios de semana, el primer ministro titubeó, pero finalmente celebramos un debate necesario y oportuno. La UE vive la peor crisis de su historia. Con los halcones presionando para un #Grexit y dificultades para llegar a un acuerdo antes de la anunciada fecha límite: domingo.
Tsipras explicó su posición con claridad, defendió la celebración del referéndum y cargó contra las políticas impuestas por la Troika durante los últimos años. Pero sin adecuar un ápice su discurso al escenario.
Weber (PP) se mostró incendiario, lleno de reproches y dureza. Fuera de lugar.
Pitella (S&D) reivindicó la posición de los socialistas: "No hay Europa sin Grecia". Los planes de rescate han sido un fracaso, necesitamos un acuerdo con reestructuración de deuda. Ha planteado una Conferencia sobre la deuda europea, necesaria tras una campaña de referéndum llena de salidas de tono.
Harms (Verdes), sin contenido. Pedía reformas y ni una mención a la deuda. Incomodidad alemana.
Zimmer (Izquierda) hizo una defensa cerrada de los postulados de Tsipras y el Gobierno de Syriza.
Farage y Le Pen jalearon la soberanía nacional y pusieron de ejemplo a Tsipras, mientras le animaban a la vuelta al dracma. Apoyo envenenado.
Juncker y Tusk (presidentes de la Comisión y el Consejo) han intentado bajar el tono. Se han mostrado críticos, pero en búsqueda de un compromiso.
En su réplica Tsipras ha defendido honestamente la necesidad de un acuerdo, y ha interpelado en tono conciliador a varios grupos. Ni una mención a su mayor potencial aliado: la socialdemocracia europea. Aquí radica una de sus mayores flaquezas.
Con todo, el Parlamento Europeo ha discutido sobre la crisis griega. Por primera vez en cinco años. Buena señal, pero mal síntoma de todo el funcionamiento de los rescates durante el último lustro en el continente. Sin duda, que el Parlamento Europeo quedara fuera de los mecanismos de rescate ha sido una de las causas de sonados fracasos como el griego. Ahora, los Estados trabajarán a contrarreloj con el objetivo de corregir ese fracaso. Esperemos que encuentren un acuerdo justo. Nos jugamos mucho.
Canción Arcade Fire, Ready to start
Tsipras explicó su posición con claridad, defendió la celebración del referéndum y cargó contra las políticas impuestas por la Troika durante los últimos años. Pero sin adecuar un ápice su discurso al escenario.
Weber (PP) se mostró incendiario, lleno de reproches y dureza. Fuera de lugar.
Pitella (S&D) reivindicó la posición de los socialistas: "No hay Europa sin Grecia". Los planes de rescate han sido un fracaso, necesitamos un acuerdo con reestructuración de deuda. Ha planteado una Conferencia sobre la deuda europea, necesaria tras una campaña de referéndum llena de salidas de tono.
Harms (Verdes), sin contenido. Pedía reformas y ni una mención a la deuda. Incomodidad alemana.
Zimmer (Izquierda) hizo una defensa cerrada de los postulados de Tsipras y el Gobierno de Syriza.
Farage y Le Pen jalearon la soberanía nacional y pusieron de ejemplo a Tsipras, mientras le animaban a la vuelta al dracma. Apoyo envenenado.
Juncker y Tusk (presidentes de la Comisión y el Consejo) han intentado bajar el tono. Se han mostrado críticos, pero en búsqueda de un compromiso.
En su réplica Tsipras ha defendido honestamente la necesidad de un acuerdo, y ha interpelado en tono conciliador a varios grupos. Ni una mención a su mayor potencial aliado: la socialdemocracia europea. Aquí radica una de sus mayores flaquezas.
Con todo, el Parlamento Europeo ha discutido sobre la crisis griega. Por primera vez en cinco años. Buena señal, pero mal síntoma de todo el funcionamiento de los rescates durante el último lustro en el continente. Sin duda, que el Parlamento Europeo quedara fuera de los mecanismos de rescate ha sido una de las causas de sonados fracasos como el griego. Ahora, los Estados trabajarán a contrarreloj con el objetivo de corregir ese fracaso. Esperemos que encuentren un acuerdo justo. Nos jugamos mucho.
Canción Arcade Fire, Ready to start