Se cumple un año de la proclamación de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE en el congreso extraordinario que ratificó su elección por el voto directo de los militantes socialistas. Hace un año, pocos fuera del Partido Socialista pronosticaban las circunstancias y expectativas que nos empujan ahora, sólo doce meses después.
En aquel Congreso, Pedro Sánchez recibió el testigo del PSOE y lo invitó a ponerse en pie, "en marcha para cambiar España una vez más", según dijo en su proclamación. Repasando aquella intervención, vemos con mejor perspectiva por qué hemos conseguido tanto en tan poco tiempo. Ha sido posible, entre otras cosas, porque todo respondía a un proyecto seguro y fiable en el que los socialistas hemos perseverado con rigor, tesón y compromiso.
Aquel verano de 2014, el PSOE salió al encuentro de todos los españoles que querían cambiar nuestro país para volver a reconocerse en él. Con un liderazgo reforzado y una dirección renovada, los socialistas reanudamos la marcha para ofrecer a los ciudadanos un proyecto alternativo que nos ha consolidado, doce meses después, como el gran partido del cambio en España.
"Hoy es un pésimo día para los que quieren un PSOE débil, porque de este Congreso salimos más fuertes y unidos", proclamó entonces Pedro Sánchez. Dicho y hecho. Los primeros compromisos anunciados comenzaron a fortalecernos sólo unos días más tarde.
La primera medida fue un acto de transparencia, la publicación de las cuentas del PSOE y el anuncio de que serían públicas también las declaraciones de bienes, renta e intereses de la dirección del partido. Fue una forma gráfica de abrir camino en una triple dirección que no hemos abandonado: mejorar la calidad democrática, trabajar en favor de un crecimiento económico justo y salvaguardar el Estado del Bienestar.
Con decenas de propuestas y medidas concretas, en todo este tiempo hemos trabajado para hacer un PSOE con más transparencia, bolsillos de cristal y cuentas públicas, hasta convertirnos en la primera formación que firma un convenio que lo acredita con Transparencia Internacional. Un PSOE con mayor compromiso ético, implacable contra la corrupción, que ha aprobado un Código Ético que hace de la austeridad, la honradez y la ejemplaridad principios irrenunciables.
Un PSOE con más democracia y participación, porque hemos celebrado cientos de procesos de primarias en toda España para renovar candidaturas y equipos. Un PSOE con más cercanía y proximidad, con un candidato en ruta que ha hecho de la carretera su despacho y de las asambleas abiertas una forma de contacto real con la gente.
Un PSOE que ha demostrado que "Ser socialistas es Hacer", reforzando el trabajo de nuestros militantes y nuestras Casas del Pueblo, abiertas más que nunca para convertirse en seña de identidad de una nueva forma de hacer política.
Ha sido un año intenso y gratificante en el que los socialistas hemos acometido una transformación de fondo mientras el PP hacía el recorrido inverso. Hemos aportado respuestas y soluciones reales y realistas a la vez que el PP y Mariano Rajoy gobernaban contra la mayoría de la gente con recortes sociales, de derechos y de libertades, y cabalgando siempre sobre veinte años de corrupción desbocada. Mientras el PP ha gobernado de espaldas a la realidad y a la gente, el PSOE ha construido una alternativa segura. Mientras Mariano Rajoy se diluye, Pedro Sánchez ha afianzado un liderazgo social y político que nadie discute.
Este PSOE cumple su primer año en una semana predispuesta al balance y que cierra algo más que un curso político, porque empieza a poner fin a una legislatura agónica y calamitosa para la inmensa mayoría de los españoles. En este año, los socialistas nos hemos esforzado en construir un proyecto sólido, fiable y valiente desde la ejemplaridad y la moderación.
Hemos trabajado frente a la desigualdad, la pobreza, el paro y la corrupción que definen el tiempo de Rajoy, a quien los españoles dieron la espalda en marzo en Andalucía, en mayo en las elecciones autonómicas y municipales, y volverán a dar la espalda en las próximas elecciones generales.
Tras agotar la paciencia de los españoles, un Rajoy que se precipita en barrena electoral está agotando su tiempo de descuento. Por eso los socialistas nos reafirmamos en el compromiso que asumimos el pasado mes de julio: llevar al Gobierno de España un cambio seguro, el cambio que une. Llevar a La Moncloa al presidente de un buen Gobierno que garantiza al mismo tiempo crecimiento, igualdad y decencia.
Esa es la conclusión de este año de propuestas, conexión con los ciudadanos y respuestas solventes. Luchamos por una España mejor con un PSOE mejor, como anunciamos que haríamos hace exactamente un año.
En aquel Congreso, Pedro Sánchez recibió el testigo del PSOE y lo invitó a ponerse en pie, "en marcha para cambiar España una vez más", según dijo en su proclamación. Repasando aquella intervención, vemos con mejor perspectiva por qué hemos conseguido tanto en tan poco tiempo. Ha sido posible, entre otras cosas, porque todo respondía a un proyecto seguro y fiable en el que los socialistas hemos perseverado con rigor, tesón y compromiso.
Aquel verano de 2014, el PSOE salió al encuentro de todos los españoles que querían cambiar nuestro país para volver a reconocerse en él. Con un liderazgo reforzado y una dirección renovada, los socialistas reanudamos la marcha para ofrecer a los ciudadanos un proyecto alternativo que nos ha consolidado, doce meses después, como el gran partido del cambio en España.
"Hoy es un pésimo día para los que quieren un PSOE débil, porque de este Congreso salimos más fuertes y unidos", proclamó entonces Pedro Sánchez. Dicho y hecho. Los primeros compromisos anunciados comenzaron a fortalecernos sólo unos días más tarde.
La primera medida fue un acto de transparencia, la publicación de las cuentas del PSOE y el anuncio de que serían públicas también las declaraciones de bienes, renta e intereses de la dirección del partido. Fue una forma gráfica de abrir camino en una triple dirección que no hemos abandonado: mejorar la calidad democrática, trabajar en favor de un crecimiento económico justo y salvaguardar el Estado del Bienestar.
Con decenas de propuestas y medidas concretas, en todo este tiempo hemos trabajado para hacer un PSOE con más transparencia, bolsillos de cristal y cuentas públicas, hasta convertirnos en la primera formación que firma un convenio que lo acredita con Transparencia Internacional. Un PSOE con mayor compromiso ético, implacable contra la corrupción, que ha aprobado un Código Ético que hace de la austeridad, la honradez y la ejemplaridad principios irrenunciables.
Un PSOE con más democracia y participación, porque hemos celebrado cientos de procesos de primarias en toda España para renovar candidaturas y equipos. Un PSOE con más cercanía y proximidad, con un candidato en ruta que ha hecho de la carretera su despacho y de las asambleas abiertas una forma de contacto real con la gente.
Un PSOE que ha demostrado que "Ser socialistas es Hacer", reforzando el trabajo de nuestros militantes y nuestras Casas del Pueblo, abiertas más que nunca para convertirse en seña de identidad de una nueva forma de hacer política.
Ha sido un año intenso y gratificante en el que los socialistas hemos acometido una transformación de fondo mientras el PP hacía el recorrido inverso. Hemos aportado respuestas y soluciones reales y realistas a la vez que el PP y Mariano Rajoy gobernaban contra la mayoría de la gente con recortes sociales, de derechos y de libertades, y cabalgando siempre sobre veinte años de corrupción desbocada. Mientras el PP ha gobernado de espaldas a la realidad y a la gente, el PSOE ha construido una alternativa segura. Mientras Mariano Rajoy se diluye, Pedro Sánchez ha afianzado un liderazgo social y político que nadie discute.
Este PSOE cumple su primer año en una semana predispuesta al balance y que cierra algo más que un curso político, porque empieza a poner fin a una legislatura agónica y calamitosa para la inmensa mayoría de los españoles. En este año, los socialistas nos hemos esforzado en construir un proyecto sólido, fiable y valiente desde la ejemplaridad y la moderación.
Hemos trabajado frente a la desigualdad, la pobreza, el paro y la corrupción que definen el tiempo de Rajoy, a quien los españoles dieron la espalda en marzo en Andalucía, en mayo en las elecciones autonómicas y municipales, y volverán a dar la espalda en las próximas elecciones generales.
Tras agotar la paciencia de los españoles, un Rajoy que se precipita en barrena electoral está agotando su tiempo de descuento. Por eso los socialistas nos reafirmamos en el compromiso que asumimos el pasado mes de julio: llevar al Gobierno de España un cambio seguro, el cambio que une. Llevar a La Moncloa al presidente de un buen Gobierno que garantiza al mismo tiempo crecimiento, igualdad y decencia.
Esa es la conclusión de este año de propuestas, conexión con los ciudadanos y respuestas solventes. Luchamos por una España mejor con un PSOE mejor, como anunciamos que haríamos hace exactamente un año.