"Vamos a explicar a la gente lo que hemos hecho juntos. Vamos a contarles que hemos luchado y ganado una guerra contra el fascismo juntos. Vamos a decirles que no hay ningún cementerio de guerra en el que no descansen juntas las tropas escocesas, inglesas, galesas y norirlandesas. Luchamos juntos, sufrimos juntos, nos sacrificamos juntos, lloramos juntos y luego lo celebramos juntos. Vamos a contarles que no sólo ganamos una guerra juntos, sino que también construimos juntos la paz, creamos un servicio sanitario juntos, levantamos un Estado del bienestar juntos (...) No dejemos que una divergencia nacionalista rompa lo que hemos creado juntos". La cita es de Gordon Brown, el hombre que salió de Dowing Street por la puerta de atrás y regresó a la política británica como salvador de la unidad patria y principal arquitecto de la victoria del "no" en el referéndum escocés de hace un año.
La que sigue a continuación es de Felipe González en una carta dirigida ayer desde las páginas de El País a los catalanes, quién sabe si porque la talla de los actuales dirigentes nacionales -como pasó con Cameron y Milliband en Reino Unido- está por debajo de la magnitud del desafío que se nos presenta o porque el otrora presidente se siente en deuda con el electorado catalán que le apoyó en sus peores momentos. En todo caso, estas son sus palabras: "Con vuestra confianza hemos progresado juntos, durante muchos años, superando la pesada herencia de de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno (...) El desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. En el enfrentamiento perdemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas".
E igual que el ex primer ministro británico salió de su retiro alarmado por la errática campaña del no a la independencia escocesa y para ofrecer más autonomía, González ha querido hacer lo propio ante la inminencia de unas elecciones con las que el nacionalismo catalán busca romper con España y el nacionalismo español, "tensionar" para sacar rédito en las generales. Entre unos y otros, el PSOE trabaja en la construcción de un relato en positivo que emocione, que ponga en valor lo que los catalanes y el resto de españoles han sido capaces de hacer juntos en estos casi cuarenta años de modelo autonómico, y cuyo eje central será una Cataluña mejor en una España diferente.
El primero en marcar la senda por la que debe transitar la campaña catalana para quienes no son independentistas fue ayer González. No será el único porque José Borrell, apartado hace años de la primera línea, irrumpirá también en la escena con la presentación esta misma semana de su último libro, Las cuentas y los cuentos del soberanismo. Tanto el otrora presidente como su ex ministro declinaron participar en la campaña de 2012 por la deriva de un PSC que decidió asumir como propios algunos postulados del nacionalismo, incluido el polémico derecho a decidir. En la que ahora arranca, uno y otro se implicarán a fondo. Ferraz tiene previsto que el primero participe en dos actos mientras que la presencia del segundo, que se coordinará desde la calle Nicaragua, se cerrará hoy en la primera reunión del curso político de la Ejecutiva del PSC, en la que se determinarán también las "plazas" a visitar por Carme Chacón. La ex ministra, que encabezará las listas del PSOE por Barcelona al Congreso, inaugurará mañana el curso con una entrevista de radio e incrementará además su presencia en los medios de comunicación.
Y es que si la Declaración de Granada impulsada por Alfredo Pérez Rubalcaba en 2013 evitó la ruptura con el PSC y sentó las bases de una reforma federal de la Constitución asumida por todo el PSOE, la renuncia hace dos meses de los socialistas catalanes al derecho a decidir ha supuesto el reconocimiento explícito de un error que en nueve años hizo perder a la formación de Miquel Iceta más de la mitad de la representación que tenía en el Parlament y la reconciliación de los dos partidos hermanos.
Los sondeos no dibujan un panorama muy halagüeño, pero el PSC busca incrementar la participación y movilizar a sus antiguos votantes del cinturón rojo -en su mayoría de origen no catalán- para evitar que el bloque secesionista sume mayoría absoluta en el Parlament. Y ello sólo se consigue con la recuperación de la marca PSOE en Cataluña. De ahí que el partido de Iceta y la dirección de Pedro Sánchez hayan diseñado conjuntamente una campaña muy en clave nacional en la que el socialismo catalán sea más socialismo español que nunca.
Nunca antes un secretario general del PSOE había tenido tanta presencia en una campaña catalana como la que tendrá Pedro Sánchez, que participará en media docena de actos para reforzar el discurso de Iceta sobre el federalismo y que, según lo acordado unánimemente en la declaración de Granada, reconoce los hechos diferenciales pero no da lugar a privilegios, ni siquiera en materia fiscal.
Además de Sánchez, Iceta estará arropado por varios barones del PSOE, incluida la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que hará acto de presencia en Cataluña a partir de la segunda semana de mes, una vez retome su agenda institucional tras la baja por maternidad. Del mismo modo está prevista la presencia de Tximo Puig (Valencia), Francina Armengol (Baleares) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha). Lo dicho: el PSC será ante el 27-M más PSOE que nunca.
La que sigue a continuación es de Felipe González en una carta dirigida ayer desde las páginas de El País a los catalanes, quién sabe si porque la talla de los actuales dirigentes nacionales -como pasó con Cameron y Milliband en Reino Unido- está por debajo de la magnitud del desafío que se nos presenta o porque el otrora presidente se siente en deuda con el electorado catalán que le apoyó en sus peores momentos. En todo caso, estas son sus palabras: "Con vuestra confianza hemos progresado juntos, durante muchos años, superando la pesada herencia de de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno (...) El desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. En el enfrentamiento perdemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas".
E igual que el ex primer ministro británico salió de su retiro alarmado por la errática campaña del no a la independencia escocesa y para ofrecer más autonomía, González ha querido hacer lo propio ante la inminencia de unas elecciones con las que el nacionalismo catalán busca romper con España y el nacionalismo español, "tensionar" para sacar rédito en las generales. Entre unos y otros, el PSOE trabaja en la construcción de un relato en positivo que emocione, que ponga en valor lo que los catalanes y el resto de españoles han sido capaces de hacer juntos en estos casi cuarenta años de modelo autonómico, y cuyo eje central será una Cataluña mejor en una España diferente.
El primero en marcar la senda por la que debe transitar la campaña catalana para quienes no son independentistas fue ayer González. No será el único porque José Borrell, apartado hace años de la primera línea, irrumpirá también en la escena con la presentación esta misma semana de su último libro, Las cuentas y los cuentos del soberanismo. Tanto el otrora presidente como su ex ministro declinaron participar en la campaña de 2012 por la deriva de un PSC que decidió asumir como propios algunos postulados del nacionalismo, incluido el polémico derecho a decidir. En la que ahora arranca, uno y otro se implicarán a fondo. Ferraz tiene previsto que el primero participe en dos actos mientras que la presencia del segundo, que se coordinará desde la calle Nicaragua, se cerrará hoy en la primera reunión del curso político de la Ejecutiva del PSC, en la que se determinarán también las "plazas" a visitar por Carme Chacón. La ex ministra, que encabezará las listas del PSOE por Barcelona al Congreso, inaugurará mañana el curso con una entrevista de radio e incrementará además su presencia en los medios de comunicación.
Y es que si la Declaración de Granada impulsada por Alfredo Pérez Rubalcaba en 2013 evitó la ruptura con el PSC y sentó las bases de una reforma federal de la Constitución asumida por todo el PSOE, la renuncia hace dos meses de los socialistas catalanes al derecho a decidir ha supuesto el reconocimiento explícito de un error que en nueve años hizo perder a la formación de Miquel Iceta más de la mitad de la representación que tenía en el Parlament y la reconciliación de los dos partidos hermanos.
Los sondeos no dibujan un panorama muy halagüeño, pero el PSC busca incrementar la participación y movilizar a sus antiguos votantes del cinturón rojo -en su mayoría de origen no catalán- para evitar que el bloque secesionista sume mayoría absoluta en el Parlament. Y ello sólo se consigue con la recuperación de la marca PSOE en Cataluña. De ahí que el partido de Iceta y la dirección de Pedro Sánchez hayan diseñado conjuntamente una campaña muy en clave nacional en la que el socialismo catalán sea más socialismo español que nunca.
Nunca antes un secretario general del PSOE había tenido tanta presencia en una campaña catalana como la que tendrá Pedro Sánchez, que participará en media docena de actos para reforzar el discurso de Iceta sobre el federalismo y que, según lo acordado unánimemente en la declaración de Granada, reconoce los hechos diferenciales pero no da lugar a privilegios, ni siquiera en materia fiscal.
Además de Sánchez, Iceta estará arropado por varios barones del PSOE, incluida la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que hará acto de presencia en Cataluña a partir de la segunda semana de mes, una vez retome su agenda institucional tras la baja por maternidad. Del mismo modo está prevista la presencia de Tximo Puig (Valencia), Francina Armengol (Baleares) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha). Lo dicho: el PSC será ante el 27-M más PSOE que nunca.