El 5 de Junio de 1625, tras casi un año de asedio, la ciudad holandesa de Breda se rendía a los tercios españoles de Flandes. El acontecimiento resultaba una victoria decisiva de la corona española en el transcurso de la Guerra de los Treinta Años, frente a los defensores holandeses y a una fuerza combinada de rescate integrada por ingleses y daneses.
Unos diez años más tarde, Diego de Velázquez inmortalizaba el hito en su célebre cuadro de Las Lanzas, o La Rendición de Breda, a mayor gloria de la monarquía hispánica. En la obra maestra se aprecia en el centro del cuadro la simbólica entrega de las llaves de la ciudad de sitiados a sitiadores. El defensor de la plaza se inclina en gesto de sumisión ante el general español Ambrosio Spínola (uno de los últimos grandes generales de la época de los Austrias), quien en ademán caballeroso trata de alzar a Justino de Nassau, mientras toda la benevolencia y piedad hispana se reflejan en su cara. Y es que la guerra es un arte de caballeros aseados y de ropaje impecable, un ejercicio que se termina con un aquí no ha pasado nada, entre iguales. No hay nada en la obra que refleje el martirio de la soldadesca y la población sitiada, un asedio de once meses de hambre, humedad, viento, frío. No hay una referencia a los muertos, a los miles de mutilados, o a la podredumbre de las trincheras (no, no fueron un invento de la Gran Guerra).
La rendición de Breda, de Velázquez. Museo del Prado.
El pasado lunes, ya en el año 2014, se inauguró en Bilbao un Foro Económico organizado por el Gobierno de España, en una nueva maniobra de propaganda sobre lo bien que van las cosas; propaganda para los de dentro, por supuesto, fuera no les compra ya nadie nada. Al citado evento asistió la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagar...de, quien en un ejercicio de originalidad, pidió again que se endureciera la reforma laboral en España. Por lo visto, no es suficiente que se hayan reducido los salarios un 10% desde la aprobación de la última reforma del Partido Popular, que millones de trabajadores se hayan quedado sin convenio, o que ahora los salarios de tramitación se llamen así porque es mejor que te ahorres el trámite. No parece suficiente prueba de que las cosas solo han empeorado -menos para los grandes accionistas-, el que además se hayan perdido un millón de puestos de trabajo, que la propia directora afirmara (jarro de agua fría al Gobierno de los sobres) que las cosas siguen sin ir bien. No, Doña Christine quiere más; acabará reclamando un primogénito.
Esa misma mañana, nuestro Ministro de Economía recibía a la señora Lagar...de en la propia ciudad de Bilbao. Allí mismo, en un gesto de plasticidad cortesana inigualable, nuestro canciller económico emulaba la obra maestra del pintor sevillano. En un gesto de sumisión genuflexo, Luis de Guindos pareciera rendir la ciudad ante la directora del FMI. Ésta, benevolente, dedicaba a nuestro ministro su mejor sonrisa, mientras alargaba su brazo para que galantemente besara su mano. Eso sí, con los papeles cambiados: hoy es la centroeuropea la que recibe la sumisión española. Todo ello, con la presencia de su majestad hispánica al fondo del cuadro (muy pictórico aspecto), por si hacía falta más ambientación.
Efectivamente, España está rendida a la Troika, pero sin perder la caballerosidad y el porte, sin perder la sonrisa y la complicidad entre quiénes son de la misma condición; aquí no ha pasado nada, se trata de un arte entre caballeros y damas (estamos en el siglo XXI) aseados y con trajes impecables. Todos y todas, sin duda, hijos de la buena estirpe.
En la foto, no se ven los 6 millones de parados, ni el 12% de trabajadores que viven en el umbral de la pobreza, ni los millones de personas que no pueden poner la calefacción en invierno, ni los cientos de miles que han tenido que emigrar, ni los crónicos que apenas pueden pagar sus medicamentos, ni las personas desahuciadas... No, todo eso no se aprecia, ni parece que el ministro haya tenido eso en cuenta a la hora de medir siquiera sus gestos. La rendición de Guindos es una humillación para toda esa gente que está sufriendo hoy en nuestro país, en gran medida por las recetas del FMI.
Breda, y posteriormente Nördlingen en 1634, fueron el canto del cisne del poderío español en Centro Europa. Luego vendría Rocroi, en 1643, y posteriormente la paz de Westfalia, en 1648. A partir de este momento, la supremacía europea pertenecería a la Francia del Rey Sol.
Ojalá la foto de este lunes en Bilbao sea la antesala del canto del cisne de la Troika y de la Europa del sadismo económico-social. Que a partir del 25 de mayo, después de las elecciones europeas, se pueda conformar una mayoría socialdemócrata en Europa que reconstruya lo destruido y cree un nuevo modelo de bienestar para la ciudadanía europea del siglo XXI.
Unos diez años más tarde, Diego de Velázquez inmortalizaba el hito en su célebre cuadro de Las Lanzas, o La Rendición de Breda, a mayor gloria de la monarquía hispánica. En la obra maestra se aprecia en el centro del cuadro la simbólica entrega de las llaves de la ciudad de sitiados a sitiadores. El defensor de la plaza se inclina en gesto de sumisión ante el general español Ambrosio Spínola (uno de los últimos grandes generales de la época de los Austrias), quien en ademán caballeroso trata de alzar a Justino de Nassau, mientras toda la benevolencia y piedad hispana se reflejan en su cara. Y es que la guerra es un arte de caballeros aseados y de ropaje impecable, un ejercicio que se termina con un aquí no ha pasado nada, entre iguales. No hay nada en la obra que refleje el martirio de la soldadesca y la población sitiada, un asedio de once meses de hambre, humedad, viento, frío. No hay una referencia a los muertos, a los miles de mutilados, o a la podredumbre de las trincheras (no, no fueron un invento de la Gran Guerra).
La rendición de Breda, de Velázquez. Museo del Prado.
El pasado lunes, ya en el año 2014, se inauguró en Bilbao un Foro Económico organizado por el Gobierno de España, en una nueva maniobra de propaganda sobre lo bien que van las cosas; propaganda para los de dentro, por supuesto, fuera no les compra ya nadie nada. Al citado evento asistió la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagar...de, quien en un ejercicio de originalidad, pidió again que se endureciera la reforma laboral en España. Por lo visto, no es suficiente que se hayan reducido los salarios un 10% desde la aprobación de la última reforma del Partido Popular, que millones de trabajadores se hayan quedado sin convenio, o que ahora los salarios de tramitación se llamen así porque es mejor que te ahorres el trámite. No parece suficiente prueba de que las cosas solo han empeorado -menos para los grandes accionistas-, el que además se hayan perdido un millón de puestos de trabajo, que la propia directora afirmara (jarro de agua fría al Gobierno de los sobres) que las cosas siguen sin ir bien. No, Doña Christine quiere más; acabará reclamando un primogénito.
Esa misma mañana, nuestro Ministro de Economía recibía a la señora Lagar...de en la propia ciudad de Bilbao. Allí mismo, en un gesto de plasticidad cortesana inigualable, nuestro canciller económico emulaba la obra maestra del pintor sevillano. En un gesto de sumisión genuflexo, Luis de Guindos pareciera rendir la ciudad ante la directora del FMI. Ésta, benevolente, dedicaba a nuestro ministro su mejor sonrisa, mientras alargaba su brazo para que galantemente besara su mano. Eso sí, con los papeles cambiados: hoy es la centroeuropea la que recibe la sumisión española. Todo ello, con la presencia de su majestad hispánica al fondo del cuadro (muy pictórico aspecto), por si hacía falta más ambientación.
Efectivamente, España está rendida a la Troika, pero sin perder la caballerosidad y el porte, sin perder la sonrisa y la complicidad entre quiénes son de la misma condición; aquí no ha pasado nada, se trata de un arte entre caballeros y damas (estamos en el siglo XXI) aseados y con trajes impecables. Todos y todas, sin duda, hijos de la buena estirpe.
En la foto, no se ven los 6 millones de parados, ni el 12% de trabajadores que viven en el umbral de la pobreza, ni los millones de personas que no pueden poner la calefacción en invierno, ni los cientos de miles que han tenido que emigrar, ni los crónicos que apenas pueden pagar sus medicamentos, ni las personas desahuciadas... No, todo eso no se aprecia, ni parece que el ministro haya tenido eso en cuenta a la hora de medir siquiera sus gestos. La rendición de Guindos es una humillación para toda esa gente que está sufriendo hoy en nuestro país, en gran medida por las recetas del FMI.
Breda, y posteriormente Nördlingen en 1634, fueron el canto del cisne del poderío español en Centro Europa. Luego vendría Rocroi, en 1643, y posteriormente la paz de Westfalia, en 1648. A partir de este momento, la supremacía europea pertenecería a la Francia del Rey Sol.
Ojalá la foto de este lunes en Bilbao sea la antesala del canto del cisne de la Troika y de la Europa del sadismo económico-social. Que a partir del 25 de mayo, después de las elecciones europeas, se pueda conformar una mayoría socialdemócrata en Europa que reconstruya lo destruido y cree un nuevo modelo de bienestar para la ciudadanía europea del siglo XXI.