Existen dos expresiones bastante comunes en España que remiten, como tantas otras, al mundo del fútbol. Dichas frases son ¡penalti y expulsión! y ¡No me jodas Rafa!. Ambas se utilizan con relativa frecuencia, dentro y fuera del ámbito futbolístico para denunciar o enfatizar que se ha cometido un error, un comportamiento negligente o culposo y que dicha infracción debe ir acompañado de algún tipo de sanción.
A pesar del interés de ambas expresiones, prestaremos atención solo a la primera. Los aficionados al fútbol recordarán perfectamente de dónde proviene dicha expresión: en octubre de 1996 se estaba disputando un encuentro de la Liga española entre el Real Zaragoza y el FC Barcelona. En el minuto 67, estando perdiendo el club catalán por 3 a 2, se produjo una refriega en el área del equipo aragonés entre jugadores de ambos equipos. El árbitro del partido, Mejuto González, no percibió nada anómalo o digno de ser pitado, pero el juez de línea, Rafa Guerrero, levantó la bandera reclamando la presencia del árbitro. Entonces se produjo un diálogo entre ambos que ha pasado a la historia del fútbol español. La escena fue larga dado que discutieron acerca de si el balón estaba en juego o no, y si por ello, debía ser señalado además de la expulsión el penalti.
De lo que no eran conscientes ambos colegiados es de que su diálogo estaba siendo escuchado a través de la televisión. Y lo que llamó la atención a los medios de comunicación y aficionados, y a partir de ahí pasó a engrosar el vocabulario popular fueron las primeras palabras que Rafa Guerrero dirigió al árbitro: "¡Penalti y expulsión!", a lo que éste respondió "Vaya joder Rafa, me cago en mi madre. ¿Expulsión de quién?" Desde entonces, la expresión ¡penalti y expulsión! forma parte del habla cotidiana. Una vez más, el saber popular volvió a importar una expresión futbolística para caracterizar ingeniosamente un acontecer social. Es más, Rafa Guerrero se convirtió en una figura pública que aparece ocasionalmente en programas de televisión y que en la actualidad es comentador de uno de los principales programas de radio especializados en la transmisión de partidos de fútbol.
Pues bien, tal expresión puede ser que deje de tener sentido (al menos parcialmente) en la medida que es probable que la FIFA cambie la normativa actual que se refiere a la infracción conocida como triple castigo, que provoca automáticamente el señalamiento de penalti, la expulsión del jugador que comete la falta y una suspensión posterior. En efecto, desde hace ya más de una década el presidente de la UEFA, Michel Platini, viene reclamando la modificación de esta regla, pues según el mandatario francés, "el triple castigo es demasiado", llegando incluso a calificar la regla como "tonta".
En principio, el asunto del triple castigo fue discutido por un grupo de trabajo de la FIFA conocido como Task Force Football 2014, presidido por Franz Beckenbauer pero ya desarticulado, cuyo objetivo era "estudiar diferentes propuestas encaminadas a potenciar tanto el atractivo del fútbol como el control de los partidos en las competiciones de élite". Entre tales medidas se encontraba el mantenimiento o supresión del triple castigo.
Para el grupo de trabajo, el triple castigo es excesivo. En su opinión, las infracciones que malogran una oportunidad manifiesta de gol en un área deberían castigarse con penalti y tarjeta amarilla en lugar de tarjeta roja, la cual debería estar reservada para las infracciones más peligrosas. Por lo tanto, se suprimiría el tercer elemento del castigo, la suspensión del infractor para un próximo partido, y eventualmente la tarjeta roja cuando la infracción cometida no tuviera la suficiente gravedad. Hace poco Platini recordó en la misma línea argumental que la reforma es secundada por diversos estamentos del mundo del fútbol y aseguró que "llevamos 15 años pidiendo que se cambie, pero nosotros no podemos hacerlo. Hemos escrito a la FIFA pidiendo que lo modifiquen, pero no nos corresponde a nosotros".
Sin embargo, a pesar de que existe ya a estas alturas un consenso muy amplio acerca de la desproporción de la regla del triple castigo, tal asunto no fue resuelto por la International Football Association Board (IFAB) en su reunión de principios de marzo. A pesar de ello, la "IFAB reconoció que la llamada 'triple sanción' ha sido objeto de un intenso debate" y "resolvió que los grupos de asesoramiento deberían estudiar el asunto para analizar cómo podría aclararse". No sabemos con certeza si en la próxima reunión lo tratarán y si lo hacen, si suprimirán el triple castigo. No obstante, creemos que no debe transcurrir mucho más tiempo manteniéndose una regla que no sólo es manifiestamente desproporcionada en su castigo sino que además ha concitado un rechazo tan extendido entre los distintos estamentos del fútbol. Pero aunque la regla desaparezca, creemos que la exclamación ¡penalti y expulsión!, por su capacidad de describir perspicazmente la pena que merecen ciertas acciones, todavía tendrá una larga vida en el lenguaje popular.
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Coautor: César R. Torres. The College at Brockport, State University of New York (EEUU)
A pesar del interés de ambas expresiones, prestaremos atención solo a la primera. Los aficionados al fútbol recordarán perfectamente de dónde proviene dicha expresión: en octubre de 1996 se estaba disputando un encuentro de la Liga española entre el Real Zaragoza y el FC Barcelona. En el minuto 67, estando perdiendo el club catalán por 3 a 2, se produjo una refriega en el área del equipo aragonés entre jugadores de ambos equipos. El árbitro del partido, Mejuto González, no percibió nada anómalo o digno de ser pitado, pero el juez de línea, Rafa Guerrero, levantó la bandera reclamando la presencia del árbitro. Entonces se produjo un diálogo entre ambos que ha pasado a la historia del fútbol español. La escena fue larga dado que discutieron acerca de si el balón estaba en juego o no, y si por ello, debía ser señalado además de la expulsión el penalti.
De lo que no eran conscientes ambos colegiados es de que su diálogo estaba siendo escuchado a través de la televisión. Y lo que llamó la atención a los medios de comunicación y aficionados, y a partir de ahí pasó a engrosar el vocabulario popular fueron las primeras palabras que Rafa Guerrero dirigió al árbitro: "¡Penalti y expulsión!", a lo que éste respondió "Vaya joder Rafa, me cago en mi madre. ¿Expulsión de quién?" Desde entonces, la expresión ¡penalti y expulsión! forma parte del habla cotidiana. Una vez más, el saber popular volvió a importar una expresión futbolística para caracterizar ingeniosamente un acontecer social. Es más, Rafa Guerrero se convirtió en una figura pública que aparece ocasionalmente en programas de televisión y que en la actualidad es comentador de uno de los principales programas de radio especializados en la transmisión de partidos de fútbol.
Pues bien, tal expresión puede ser que deje de tener sentido (al menos parcialmente) en la medida que es probable que la FIFA cambie la normativa actual que se refiere a la infracción conocida como triple castigo, que provoca automáticamente el señalamiento de penalti, la expulsión del jugador que comete la falta y una suspensión posterior. En efecto, desde hace ya más de una década el presidente de la UEFA, Michel Platini, viene reclamando la modificación de esta regla, pues según el mandatario francés, "el triple castigo es demasiado", llegando incluso a calificar la regla como "tonta".
En principio, el asunto del triple castigo fue discutido por un grupo de trabajo de la FIFA conocido como Task Force Football 2014, presidido por Franz Beckenbauer pero ya desarticulado, cuyo objetivo era "estudiar diferentes propuestas encaminadas a potenciar tanto el atractivo del fútbol como el control de los partidos en las competiciones de élite". Entre tales medidas se encontraba el mantenimiento o supresión del triple castigo.
Para el grupo de trabajo, el triple castigo es excesivo. En su opinión, las infracciones que malogran una oportunidad manifiesta de gol en un área deberían castigarse con penalti y tarjeta amarilla en lugar de tarjeta roja, la cual debería estar reservada para las infracciones más peligrosas. Por lo tanto, se suprimiría el tercer elemento del castigo, la suspensión del infractor para un próximo partido, y eventualmente la tarjeta roja cuando la infracción cometida no tuviera la suficiente gravedad. Hace poco Platini recordó en la misma línea argumental que la reforma es secundada por diversos estamentos del mundo del fútbol y aseguró que "llevamos 15 años pidiendo que se cambie, pero nosotros no podemos hacerlo. Hemos escrito a la FIFA pidiendo que lo modifiquen, pero no nos corresponde a nosotros".
Sin embargo, a pesar de que existe ya a estas alturas un consenso muy amplio acerca de la desproporción de la regla del triple castigo, tal asunto no fue resuelto por la International Football Association Board (IFAB) en su reunión de principios de marzo. A pesar de ello, la "IFAB reconoció que la llamada 'triple sanción' ha sido objeto de un intenso debate" y "resolvió que los grupos de asesoramiento deberían estudiar el asunto para analizar cómo podría aclararse". No sabemos con certeza si en la próxima reunión lo tratarán y si lo hacen, si suprimirán el triple castigo. No obstante, creemos que no debe transcurrir mucho más tiempo manteniéndose una regla que no sólo es manifiestamente desproporcionada en su castigo sino que además ha concitado un rechazo tan extendido entre los distintos estamentos del fútbol. Pero aunque la regla desaparezca, creemos que la exclamación ¡penalti y expulsión!, por su capacidad de describir perspicazmente la pena que merecen ciertas acciones, todavía tendrá una larga vida en el lenguaje popular.
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Coautor: César R. Torres. The College at Brockport, State University of New York (EEUU)