La producción cultural de los últimos tiempos ha indagado en las causas y efectos de la crisis que desde agosto de 2007 asuela Occidente y, de manera muy particular, los países del Sur de Europa. En el caso español es de destacar la proliferación de textos que, bien desde manifestaciones artísticas contemporáneas como el cómic y el vídeo-web, o más tradicionales como la literatura, el cine o el teatro, describen la situación social y económica del país a la par que apuntan posibles soluciones al problema. En el terreno del cómic podemos citar, entre muchas otras, las obras del dibujante Aleix Saló: Españistán, Simiocracia y ¿Quién se ha comido a la clase media? cada una con su vídeo viral, alguno especialmente divertido; en terrenos cinematográficos se puede destacar la película, Cinco metros cuadrados (2011) dirigida por Max Lemcke y protagonizada por Fernando Tejero, Malena Alterio y Emilio Gutiérrez Caba, entre otros; en cuanto al ensayo, destaca el de Antonio Muñoz Molina, Cuando todo era sólido, que plantea, a partir de distintas escenas antes y después de la caída de Lehman Brothers, un análisis de las causas de la misma; finalmente, en terrenos teatrales quizá el caso más llamativo sea la adaptación de Macbeth llevada a cabo por Andrés Lima, Los Mácbez, en la que el Coruñés sitúa la tragedia escocesa en el contexto del clientelismo de un partido fácilmente asimilable al PP gallego.
En este sentido, El agua de la muerte de José Antonio Nieto Solís (Madrid, Verbum, 2014) responde a este movimiento cultural que pretende explicar cómo llegamos a la actual situación a la par que apunta posibles responsabilidades. José Antonio Nieto es economista, activo miembro de econo nuestra, profesor en la Complutense y fellow blogger en el HuffPost .
En este tipo de literatura, de la que la novela de Nieto es un ejemplo fundamental, se busca una suerte de catarsis nacional (y Katarsis es precisamente el título de otro ensayo dedicado al tema por Javier Benegas y Juan M. Blanco). La novela negra es un género muy dúctil que permite el reflejo de la sociedad sin limitarse a reflejarla completamente. En esta misma línea lleva trabajando un tiempo Petros Márkaris en su trilogía de la crisis: Pan, educación, libertad, Con el agua al cuello y Liquidación final (todas en Tusquets).
En el caso de la novela de Nieto, la catarsis se produce por medio del asesinato de algunos de los más destacados culpables: un banquero del grupo Bankamadrid, de nombre Arturo Cantalapiedra Muñoz; un abogado a cargo de la Patronal de Empresarios y Emprendedores y jefe del grupo de viajes Marsella Plus llamado Antonio Federico Contreras Álvarez de Calatayud y Marcial Señaris, un profesional de la medicina metido a gestor. Especialmente acertada es la descripción de la pareja formada por Emilia González-Lastre, Emi, rubia platino a quien su marido escribe artículos con su nombre (p. 117) y su marido Juan Ramón López-Bárcenas, médico exitoso y gerente de la empresa Precarpium que pretende aprovecharse de la privatización de la sanidad pública madrileña. Un matrimonio bien avenido engendrado de corruptelas y que forman parte del principal entramado corrupto que aparece en la obra y en el que no es difícil entrever una unión contra-natura entre los dos partidos políticos principales de este país a través de los nombres de sus más destacados autores de escándalos políticos (Amy Martin y Luis Bárcenas).
Sin duda, una de las grandes aportación de la novela de Nieto Solís es la de situar la trama de asesinatos en el contexto de crisis generalizada, pérdida de confianza en las instituciones y percepción de la corrupción. Esta ha de ser una de las grandes respuestas a las preguntas de hoy en día.
En este sentido, El agua de la muerte de José Antonio Nieto Solís (Madrid, Verbum, 2014) responde a este movimiento cultural que pretende explicar cómo llegamos a la actual situación a la par que apunta posibles responsabilidades. José Antonio Nieto es economista, activo miembro de econo nuestra, profesor en la Complutense y fellow blogger en el HuffPost .
En este tipo de literatura, de la que la novela de Nieto es un ejemplo fundamental, se busca una suerte de catarsis nacional (y Katarsis es precisamente el título de otro ensayo dedicado al tema por Javier Benegas y Juan M. Blanco). La novela negra es un género muy dúctil que permite el reflejo de la sociedad sin limitarse a reflejarla completamente. En esta misma línea lleva trabajando un tiempo Petros Márkaris en su trilogía de la crisis: Pan, educación, libertad, Con el agua al cuello y Liquidación final (todas en Tusquets).
En el caso de la novela de Nieto, la catarsis se produce por medio del asesinato de algunos de los más destacados culpables: un banquero del grupo Bankamadrid, de nombre Arturo Cantalapiedra Muñoz; un abogado a cargo de la Patronal de Empresarios y Emprendedores y jefe del grupo de viajes Marsella Plus llamado Antonio Federico Contreras Álvarez de Calatayud y Marcial Señaris, un profesional de la medicina metido a gestor. Especialmente acertada es la descripción de la pareja formada por Emilia González-Lastre, Emi, rubia platino a quien su marido escribe artículos con su nombre (p. 117) y su marido Juan Ramón López-Bárcenas, médico exitoso y gerente de la empresa Precarpium que pretende aprovecharse de la privatización de la sanidad pública madrileña. Un matrimonio bien avenido engendrado de corruptelas y que forman parte del principal entramado corrupto que aparece en la obra y en el que no es difícil entrever una unión contra-natura entre los dos partidos políticos principales de este país a través de los nombres de sus más destacados autores de escándalos políticos (Amy Martin y Luis Bárcenas).
Sin duda, una de las grandes aportación de la novela de Nieto Solís es la de situar la trama de asesinatos en el contexto de crisis generalizada, pérdida de confianza en las instituciones y percepción de la corrupción. Esta ha de ser una de las grandes respuestas a las preguntas de hoy en día.