"Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil". Ya lo dijo Abraham Lincoln que por algo fue el XVI presidente de los EE.UU, abolió la esclavitud, prohibió la servidumbre involuntaria e impulsó una generosa política de reconciliación por la reconstrucción de un país devastado por una guerra civil. Los socialistas no están en guerra pero casi y Eduardo Madina, uno de los candidatos en liza por la secretaría general del PSOE, no es Lincoln aunque todas las balas que disparan desde los aparatos orgánicos y las terminales mediáticas de la derecha apuntan estos días sobre su cabeza. Todo desde que el susanismo emergente se replegara y dijera "pase de mí este cáliz". Ella, como Felipe VI, es más de proclamaciones que de votaciones. Y decir esto -aclaración para "susanistas"- no es poner en duda ni su firme compromiso con Andalucía ni su atinada decisión de no arriesgar el poder político e institucional que ya ostenta. Sólo se trata de recordar que, con su anuencia o no, todo estaba previsto para auparla al liderato. Y que un "radical", "sectario" e "inexperto" diputado vasco (como etiquetan a Madina sus detractores) hizo saltar por los aires el tablero de juego al pedir voto para los militantes y negarse a una nueva componenda orgánica. Dio así al traste con una medida operación político-económica-institucional con la que había que apuntalar los cimientos del Estado, mantener el statu quo y encumbrar a Susana Díaz en un congreso de delegados manejado por los aparatos.
Así que aunque la todopoderosa líder del socialismo andaluz haya prometido neutralidad en la batalla, la realidad desmiente sus palabras. La federación andaluza se ha volcado con Pedro Sánchez en la recogida de avales (dicen que suma el doble de los necesarios) y lo hará en campaña. Y no porque vean en el principal competidor de Madina un valor en alza, sino porque consideran que de ocupar el diputado por Madrid el sillón principal de Ferraz, la federación andaluza tendrá más fácil seguir influyendo en el futuro del PSOE. Dicho de otro modo: con Sánchez en la secretaría general, Susana Díaz dejaría una puerta abierta para presentarse a las primarias que elegirán candidato a la Presidencia del Gobierno en 2015. Otra cosa será que el diputado por Madrid, que hoy busca el favor de los barones y que va de menos a más, permita -en caso de imponerse como vencedor- que el lobby andaluz haga y deshaga a su antojo en el socialismo como en los tiempos de Suresnes. Pero el objetivo prioritario ahora es tumbar al vizcaíno, y si para ello hace falta que otro de los aspirantes en liza, José Antonio Pérez Tapias, consiga antes del próximo viernes 27 los casi 10.000 avales necesarios, Andalucía hará lo que esté en su mano para proporcionarle los apoyos.
No son en todo caso los fusiles del susanismo los únicos que apuntan contra Madina. Las huestes del chaconismo siguen activas y listas a la espera de la convocatoria de primarias abiertas que elegirán candidato a las generales. Una de las más estrechas colaboradoras de la ex ministra, la diputada por Lleida Teresa Cunillera, acaba de incorporarse al equipo de campaña de Pedro Sánchez, pero uno de los personajes más oscuros del PSC e íntimo de Chacón, José Zaragoza, hace tiempo que asesora al joven economista. La que compitiera contra Rubalcaba en el congreso de Sevilla regresa esta semana de su retiro en Miami y vuelve dispuesta a todo, incluida la aniquilación del diputado por Vizcaya. La pasada semana corrió como la pólvora por Madrid que Luis Arroyo, uno de los grandes de la comunicación política e íntimo de Chacón, telefoneó a Juan Fernando López Aguilar para convencerle de que se presentara al congreso. El ex ministro sondeó posibles apoyos, pero tras una ronda de llamadas por los territorios comprobó que corría el riesgo de no obtener los avales necesarios y decidió, finalmente, no dar el paso.
Al susanismo y al chaconismo se suma también el zapaterismo. El hombre que más veces susurró al oído de Eduardo Madina en los dos últimos años que debía ser él y nadie más quien tomara las riendas del partido se ha pasado también al pedrosanchismo, después de que el vasco desoyera sus reiteradas peticiones para que no se presentara al congreso y se sumara a un proyecto liderado por Susana Díaz. En León, concretamente en la agrupación de Astorga, son conocidas sus gestiones para promocionar a Pedro Sánchez. Claro que no es la primera vez que José Luis Rodríguez Zapatero cambia de caballo a mitad de la carrera. Lo hizo cuando dejó tirada a Chacón frente a Rubalcaba en unas primarias anunciadas y nunca celebradas; lo repitió en el Congreso de Sevilla, donde tras empujar a su ex vicepresidente a la candidatura maniobró sin éxito para que ganara la catalana y lo ha vuelto a hacer ahora con Madina. En estos días ha dicho que siente un afecto muy especial por el diputado vasco y que el potencial de liderazgo de Pedro Sánchez crece por momentos, pero que no quiere influir en esta suerte de primarias. ¡Pues quién lo diría!
Pero, lean, lean, porque hay más "ismos" contra Madina: el blanquismo, el bonismo y el tomasismo. A José Blanco, ex vicesecretario general del PSOE, que aún mueve los hilos de la federación gallega, se le atribuyen -junto a Antonio Hernando- no pocas gestiones en busca de apoyos para Pedro Sánchez. E idem al secretario general del PSM, quien curiosamente vetó en la Comisión Federal de Listas la candidatura por Madrid al Congreso de 2011 por llevar en ella el nombre de Sánchez, ya que éste había sido colaborador estrecho de Blanco, enemigo irreconciliable del número uno de los socialistas madrileños.
¡Cosas veredes, don Sancho! Hoy, Gómez ha ligado su supervivencia política a Susana Díaz y si Andalucía marca el camino de Sánchez no será el líder del PSM el que la contradiga, aunque para ello tenga que coincidir con Blanco. Y lo mismo el secretario general de los socialistas valencianos, Tximo Puig; el de Aragón, Javier Lambán; el de la Rioja, César Luena y un largo etcétera. Tan largo que salvo los secretarios generales de Extremadura y Asturias, Guillermo Fernández Vara y Javier Fernández, no se conoce más barón que haya mostrado abiertamente preferencia por el diputado vasco. Tanto es así que en el equipo de Sánchez, que siempre puso en valor su no pertenencia a los órganos federales, ha saltado ya alguna alarma, tras la adhesión disimulada de prácticamente todos los "aparatos" regionales. Por esto y por los continuos elogios de la prensa de la derecha , empeñada en contraponer a un "guerracivilista", "radical" y "resentido" como Madina con un "moderado" de "atractiva sonrisa" como Pedro Sánchez. Pues eso: que los apoyos orgánicos y mediáticos parecen claros. La balanza, en favor del madrileño; las balas de los fusiles, en dirección al vasco, pero la fuerza del voto la tienen, en esta ocasión, sólo los militantes.
Así que aunque la todopoderosa líder del socialismo andaluz haya prometido neutralidad en la batalla, la realidad desmiente sus palabras. La federación andaluza se ha volcado con Pedro Sánchez en la recogida de avales (dicen que suma el doble de los necesarios) y lo hará en campaña. Y no porque vean en el principal competidor de Madina un valor en alza, sino porque consideran que de ocupar el diputado por Madrid el sillón principal de Ferraz, la federación andaluza tendrá más fácil seguir influyendo en el futuro del PSOE. Dicho de otro modo: con Sánchez en la secretaría general, Susana Díaz dejaría una puerta abierta para presentarse a las primarias que elegirán candidato a la Presidencia del Gobierno en 2015. Otra cosa será que el diputado por Madrid, que hoy busca el favor de los barones y que va de menos a más, permita -en caso de imponerse como vencedor- que el lobby andaluz haga y deshaga a su antojo en el socialismo como en los tiempos de Suresnes. Pero el objetivo prioritario ahora es tumbar al vizcaíno, y si para ello hace falta que otro de los aspirantes en liza, José Antonio Pérez Tapias, consiga antes del próximo viernes 27 los casi 10.000 avales necesarios, Andalucía hará lo que esté en su mano para proporcionarle los apoyos.
No son en todo caso los fusiles del susanismo los únicos que apuntan contra Madina. Las huestes del chaconismo siguen activas y listas a la espera de la convocatoria de primarias abiertas que elegirán candidato a las generales. Una de las más estrechas colaboradoras de la ex ministra, la diputada por Lleida Teresa Cunillera, acaba de incorporarse al equipo de campaña de Pedro Sánchez, pero uno de los personajes más oscuros del PSC e íntimo de Chacón, José Zaragoza, hace tiempo que asesora al joven economista. La que compitiera contra Rubalcaba en el congreso de Sevilla regresa esta semana de su retiro en Miami y vuelve dispuesta a todo, incluida la aniquilación del diputado por Vizcaya. La pasada semana corrió como la pólvora por Madrid que Luis Arroyo, uno de los grandes de la comunicación política e íntimo de Chacón, telefoneó a Juan Fernando López Aguilar para convencerle de que se presentara al congreso. El ex ministro sondeó posibles apoyos, pero tras una ronda de llamadas por los territorios comprobó que corría el riesgo de no obtener los avales necesarios y decidió, finalmente, no dar el paso.
Al susanismo y al chaconismo se suma también el zapaterismo. El hombre que más veces susurró al oído de Eduardo Madina en los dos últimos años que debía ser él y nadie más quien tomara las riendas del partido se ha pasado también al pedrosanchismo, después de que el vasco desoyera sus reiteradas peticiones para que no se presentara al congreso y se sumara a un proyecto liderado por Susana Díaz. En León, concretamente en la agrupación de Astorga, son conocidas sus gestiones para promocionar a Pedro Sánchez. Claro que no es la primera vez que José Luis Rodríguez Zapatero cambia de caballo a mitad de la carrera. Lo hizo cuando dejó tirada a Chacón frente a Rubalcaba en unas primarias anunciadas y nunca celebradas; lo repitió en el Congreso de Sevilla, donde tras empujar a su ex vicepresidente a la candidatura maniobró sin éxito para que ganara la catalana y lo ha vuelto a hacer ahora con Madina. En estos días ha dicho que siente un afecto muy especial por el diputado vasco y que el potencial de liderazgo de Pedro Sánchez crece por momentos, pero que no quiere influir en esta suerte de primarias. ¡Pues quién lo diría!
Pero, lean, lean, porque hay más "ismos" contra Madina: el blanquismo, el bonismo y el tomasismo. A José Blanco, ex vicesecretario general del PSOE, que aún mueve los hilos de la federación gallega, se le atribuyen -junto a Antonio Hernando- no pocas gestiones en busca de apoyos para Pedro Sánchez. E idem al secretario general del PSM, quien curiosamente vetó en la Comisión Federal de Listas la candidatura por Madrid al Congreso de 2011 por llevar en ella el nombre de Sánchez, ya que éste había sido colaborador estrecho de Blanco, enemigo irreconciliable del número uno de los socialistas madrileños.
¡Cosas veredes, don Sancho! Hoy, Gómez ha ligado su supervivencia política a Susana Díaz y si Andalucía marca el camino de Sánchez no será el líder del PSM el que la contradiga, aunque para ello tenga que coincidir con Blanco. Y lo mismo el secretario general de los socialistas valencianos, Tximo Puig; el de Aragón, Javier Lambán; el de la Rioja, César Luena y un largo etcétera. Tan largo que salvo los secretarios generales de Extremadura y Asturias, Guillermo Fernández Vara y Javier Fernández, no se conoce más barón que haya mostrado abiertamente preferencia por el diputado vasco. Tanto es así que en el equipo de Sánchez, que siempre puso en valor su no pertenencia a los órganos federales, ha saltado ya alguna alarma, tras la adhesión disimulada de prácticamente todos los "aparatos" regionales. Por esto y por los continuos elogios de la prensa de la derecha , empeñada en contraponer a un "guerracivilista", "radical" y "resentido" como Madina con un "moderado" de "atractiva sonrisa" como Pedro Sánchez. Pues eso: que los apoyos orgánicos y mediáticos parecen claros. La balanza, en favor del madrileño; las balas de los fusiles, en dirección al vasco, pero la fuerza del voto la tienen, en esta ocasión, sólo los militantes.