El caso doble orfandad ganó el Premio Mallete del Público 2014 en los Premios Género y Justicia al Descubierto como la decisión judicial que más ha avanzado en el reconocimiento del derecho a la igualdad. El Premio del Público se decide por mayoría de votos emitidos a través de la página web y este caso, de un tribunal español, obtuvo casi 10.000 votos en un evento donde compitieron decisiones judiciales de 31 países diferentes.
En los últimos días, este premio ha atraído un importante interés mediático sobre el caso que no es de extrañar. La decisión tomada por el juez Juan Carlos Aparicio del Juzgado de lo Social número 3 de Almería se dirige a uno de los temas más preocupantes y a la vez más ignorados por parte del Estado español y muchos otros países en el mundo como es el de: ¿Qué pasa con los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género asesinadas por un maltratador que al mismo tiempo es el padre de esos menores y se encuentra en la cárcel?
Como bien alegó la abogada que presentó la demanda en este caso, la letrada María Vázquez Góngora, la Ley 1/2004 de violencia contra la mujer deja desprotegido al hijo o hija que acaba de perder a su madre víctima de violencia de género, al ignorar que en la mayoría de los casos se produce la retirada de la patria potestad de la otra figura parental, el padre y maltratador. Al no tomar en cuenta a esta otra víctima de la violencia machista, ni la legislación ni los mecanismos de protección estatal a menores son capaces de brindar protección a niños y niñas, dejados en situación de orfandad e incluso desamparo.
La sentencia en el caso conocido como doble orfandad es un paso en la dirección correcta al corregir una de las muchas injusticias en torno a este tema. La menor involucrada en este proceso judicial quedó huérfana cuando su padre mató de una paliza a su madre en septiembre de 2011. Por estos hechos, fue condenado a prisión y se le retiró la patria potestad de la niña. Como menor en situación de orfandad se le reconoció el derecho a recibir una pensión pero sólo se le otorgó una pensión de orfandad simple, que es aquella que corresponde por la muerte de uno sólo de los progenitores. El juez Aparicio supo reconocer lo equivocado de esta situación, afirmando que la menor tiene el derecho a percibir una pensión de orfandad doble ya que "a los efectos prácticos es como si la menor desde su nacimiento solo hubiera tenido un progenitor (madre) que era la única que cumplía con las obligaciones que le impone la patria potestad".
Esta decisión judicial es un buen ejemplo de la importancia del trabajo de los jueces y juezas y del impacto que pueden tener sus decisiones para superar graves injusticias o por el contrario perpetuarlas y legitimarlas, tal y como sugieren los premios. El caso doble orfandad es el primero en España en reconocer la situación de vulnerabilidad en que quedan los hijos e hijas víctimas de la violencia de género y en establecer una obligación de protección reforzada para estos menores en manos del Estado.
Esta sentencia ha impulsado la propuesta de una iniciativa ante el Congreso de los Diputados en la que se insta a declarar "víctimas directas" a los hijos e hijas menores de edad de víctimas mortales de violencia de género y del padre agresor, y ofrecerles una pensión extra de orfandad.
Sin embargo, es mucho lo que aún resta por hacer en este tema, casi todo la verdad. El caso Ángela González c. España, litigado por la organización Women's Link Worldwide y actualmente ante el Comité de Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Comité CEDAW), es el ejemplo más extremo de lo que puede llegar a pasar cuando el Estado no toma en cuenta que los hijos en hijas de mujeres maltratadas son también víctimas directas de la violencia. En este caso, lamentablemente, la menor fue asesinada por su padre, quien la mató con el objetivo de quitarle a su ex-pareja "lo que más quería".
La violencia machista al interior de la familia cobra muchas víctimas, a algunas trágicamente les cuesta la vida, pero las que sobreviven tienen derecho a recibir el mayor grado de protección posible por parte del Estado. Por esta razón, el caso doble orfandad merecía bien ser premiado por el público, que participó con sus votos en los Premios Género y Justicia al Descubierto 2014.
En los últimos días, este premio ha atraído un importante interés mediático sobre el caso que no es de extrañar. La decisión tomada por el juez Juan Carlos Aparicio del Juzgado de lo Social número 3 de Almería se dirige a uno de los temas más preocupantes y a la vez más ignorados por parte del Estado español y muchos otros países en el mundo como es el de: ¿Qué pasa con los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género asesinadas por un maltratador que al mismo tiempo es el padre de esos menores y se encuentra en la cárcel?
Como bien alegó la abogada que presentó la demanda en este caso, la letrada María Vázquez Góngora, la Ley 1/2004 de violencia contra la mujer deja desprotegido al hijo o hija que acaba de perder a su madre víctima de violencia de género, al ignorar que en la mayoría de los casos se produce la retirada de la patria potestad de la otra figura parental, el padre y maltratador. Al no tomar en cuenta a esta otra víctima de la violencia machista, ni la legislación ni los mecanismos de protección estatal a menores son capaces de brindar protección a niños y niñas, dejados en situación de orfandad e incluso desamparo.
La sentencia en el caso conocido como doble orfandad es un paso en la dirección correcta al corregir una de las muchas injusticias en torno a este tema. La menor involucrada en este proceso judicial quedó huérfana cuando su padre mató de una paliza a su madre en septiembre de 2011. Por estos hechos, fue condenado a prisión y se le retiró la patria potestad de la niña. Como menor en situación de orfandad se le reconoció el derecho a recibir una pensión pero sólo se le otorgó una pensión de orfandad simple, que es aquella que corresponde por la muerte de uno sólo de los progenitores. El juez Aparicio supo reconocer lo equivocado de esta situación, afirmando que la menor tiene el derecho a percibir una pensión de orfandad doble ya que "a los efectos prácticos es como si la menor desde su nacimiento solo hubiera tenido un progenitor (madre) que era la única que cumplía con las obligaciones que le impone la patria potestad".
Esta decisión judicial es un buen ejemplo de la importancia del trabajo de los jueces y juezas y del impacto que pueden tener sus decisiones para superar graves injusticias o por el contrario perpetuarlas y legitimarlas, tal y como sugieren los premios. El caso doble orfandad es el primero en España en reconocer la situación de vulnerabilidad en que quedan los hijos e hijas víctimas de la violencia de género y en establecer una obligación de protección reforzada para estos menores en manos del Estado.
Esta sentencia ha impulsado la propuesta de una iniciativa ante el Congreso de los Diputados en la que se insta a declarar "víctimas directas" a los hijos e hijas menores de edad de víctimas mortales de violencia de género y del padre agresor, y ofrecerles una pensión extra de orfandad.
Sin embargo, es mucho lo que aún resta por hacer en este tema, casi todo la verdad. El caso Ángela González c. España, litigado por la organización Women's Link Worldwide y actualmente ante el Comité de Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Comité CEDAW), es el ejemplo más extremo de lo que puede llegar a pasar cuando el Estado no toma en cuenta que los hijos en hijas de mujeres maltratadas son también víctimas directas de la violencia. En este caso, lamentablemente, la menor fue asesinada por su padre, quien la mató con el objetivo de quitarle a su ex-pareja "lo que más quería".
La violencia machista al interior de la familia cobra muchas víctimas, a algunas trágicamente les cuesta la vida, pero las que sobreviven tienen derecho a recibir el mayor grado de protección posible por parte del Estado. Por esta razón, el caso doble orfandad merecía bien ser premiado por el público, que participó con sus votos en los Premios Género y Justicia al Descubierto 2014.