Los brasileños los llaman "Camiones de la Suerte" o "Caminhões da Sorte". Recorren los pueblos cada semana y su presencia es frecuente en las remotas aldeas de la montaña y selva de Brasil. Aparcados en la plaza, donde se celebran los sorteos de la lotería, estos enormes vehículos también venden billetes de lotería nacional y ofrecen servicios bancarios básicos a la gente de algunas de las comunidades más alejadas del país.
Puede que sean quioscos móviles donde se vende lotería y bancos sobre ruedas, pero los Caminhões da Sorte, gestionados por el banco público CAIXA Econômica Federal, también son proezas del ingenio. Son una prueba de cómo ingenieros y técnicos hacen uso de medios poco convencionales para conectar a más personas que nunca con los beneficios que ofrece Internet.
Recientemente, el Oxford Internet Institute ha creado un mapa que muestra el uso y penetración de Internet por países alrededor del mundo. Sin embargo, en este momento, sólo el 40 por ciento de la población mundial tiene acceso a Internet. A nivel mundial, hay cuatro mil millones de personas que aún no utilizan Internet, y más del 90% de ellas se encuentran en países en vías de desarrollo.
Conseguir que el 60 por ciento restante del planeta esté conectado no es tan fácil como instalar algunos cables. Significa que hay que combatir condiciones climáticas extremas y terrenos difíciles y proponer soluciones originales para llevar la conexión a lugares de difícil acceso.
En el mismo corazón de la conexión
Los Camiones de la Suerte son un ejemplo exitoso de todo esto. Para funcionar, los camiones necesitan una banda ancha móvil segura y fiable que los conecte con el centro de datos de Caixa en Brasilia. Esta solución a prueba de fallos se basa en una red redundante, una unión de satélite, banda ancha y enlaces por radio que se pueden intercambiar entre ellos, por lo que si uno de los enlaces en la cadena falla, existen algunas opciones alternativas de enrutamiento.
En la práctica, esto significa que, sin importar dónde se encuentren los jugadores, éstos pueden comprar sus billetes y ver el sorteo en directo desde el camión.
Pero si la sucursal de un banco en un camión parece algo sorprendente, Caixa también cuenta con dos sucursales flotantes. La sucursal Chico Mendes, llamada así por los ecologistas que lucharon por conservar la selva amazónica, es la primera de ellas: equipada con tecnología satelital para ofrecer una conexión segura con la red de datos del banco. Navega por el Amazonas (en un área del tamaño de Gran Bretaña) ofreciendo servicios esenciales a 260.000 personas para que puedan transferir dinero, solicitar microcréditos o acceder a beneficios sociales.
En Colombia, país vecino que cubre un área de más de un millón de kilómetros cuadrados, no se trata de barcos, sino de un medio de transporte mucho más tradicional que está ayudando al Gobierno a alcanzar su objetivo de contar con el 50% de los hogares conectados para finales del 2014.
Nosotros hemos apoyado el proyecto Vive Digital para la inclusión digital desde el año 2004, proporcionando infraestructura y servicios y combinando alta con baja tecnología para cumplir la misión. Así que, cuando el equipo tuvo que superar el desafío de llegar hasta las comunidades más inaccesibles, sabía que necesitaban caballos de verdad. Por ello, en la etapa final del viaje, se pueden ver mulas por caminos de tierra en las laderas de las montañas cargando con el equipo de satélites.
Conseguir que la gente que vive en lugares bajo condiciones climáticas extremas tenga acceso a Internet, incluye tanto climas calientes y áridos como fríos y ventosos. Tomemos como ejemplo los esfuerzos para hacer que la estación Ice Station Troll en la Antártida permanezca operativa. Esta es una parte de la red mundial de comunicaciones establecida por el sistema europeo de navegación por satélite, Galileo. Para proteger de las duras condiciones a la estación en tierra, una antena parabólica con VSAT de 3,8 metros, se instaló una cúpula protectora para cubrirla del viento y del frío, creando una enorme cubierta esférica.
Pero, para conectar mejor a la gente, no es necesario ir hasta el fin del mundo. Pensemos en el auge de la sanidad digital en Cornwall. Con la presión ejercida sobre el Sistema Nacional de Salud británico (NHS) para aumentar la eficiencia y el ahorro, se ha avanzado en el campo de la telesalud. Unos 1.000 pacientes en el suroeste de Gran Bretaña con problemas de salud a largo plazo (como enfermedades pulmonares crónicas o enfermedades cardíacas), supervisan y gestionan sus historiales médicos desde casa, en vez desde el hospital o con sus médicos de cabecera. El seguimiento periódico ayuda a los pacientes a autocontrolar su estado, apoyando el hecho de que el ser independientes por más tiempo puede evitar viajes costosos e imprevistos al hospital.
Existe un arte y una ciencia para asegurar que la red de redes llega a todos los rincones del mundo, pero se necesita iniciativa y determinación, por no mencionar medios poco convencionales necesarios para prolongar los hilos de la World Wide Web y hacer que la cobertura sea ubicua.
Acceso gracias a las mulas: campaña de Internet en Colombia- proyecto Vive DigitalEstación de satélites en la Antártida- Ice Station Troll en la Antártida
Puede que sean quioscos móviles donde se vende lotería y bancos sobre ruedas, pero los Caminhões da Sorte, gestionados por el banco público CAIXA Econômica Federal, también son proezas del ingenio. Son una prueba de cómo ingenieros y técnicos hacen uso de medios poco convencionales para conectar a más personas que nunca con los beneficios que ofrece Internet.
Recientemente, el Oxford Internet Institute ha creado un mapa que muestra el uso y penetración de Internet por países alrededor del mundo. Sin embargo, en este momento, sólo el 40 por ciento de la población mundial tiene acceso a Internet. A nivel mundial, hay cuatro mil millones de personas que aún no utilizan Internet, y más del 90% de ellas se encuentran en países en vías de desarrollo.
Conseguir que el 60 por ciento restante del planeta esté conectado no es tan fácil como instalar algunos cables. Significa que hay que combatir condiciones climáticas extremas y terrenos difíciles y proponer soluciones originales para llevar la conexión a lugares de difícil acceso.
En el mismo corazón de la conexión
Los Camiones de la Suerte son un ejemplo exitoso de todo esto. Para funcionar, los camiones necesitan una banda ancha móvil segura y fiable que los conecte con el centro de datos de Caixa en Brasilia. Esta solución a prueba de fallos se basa en una red redundante, una unión de satélite, banda ancha y enlaces por radio que se pueden intercambiar entre ellos, por lo que si uno de los enlaces en la cadena falla, existen algunas opciones alternativas de enrutamiento.
En la práctica, esto significa que, sin importar dónde se encuentren los jugadores, éstos pueden comprar sus billetes y ver el sorteo en directo desde el camión.
Pero si la sucursal de un banco en un camión parece algo sorprendente, Caixa también cuenta con dos sucursales flotantes. La sucursal Chico Mendes, llamada así por los ecologistas que lucharon por conservar la selva amazónica, es la primera de ellas: equipada con tecnología satelital para ofrecer una conexión segura con la red de datos del banco. Navega por el Amazonas (en un área del tamaño de Gran Bretaña) ofreciendo servicios esenciales a 260.000 personas para que puedan transferir dinero, solicitar microcréditos o acceder a beneficios sociales.
En Colombia, país vecino que cubre un área de más de un millón de kilómetros cuadrados, no se trata de barcos, sino de un medio de transporte mucho más tradicional que está ayudando al Gobierno a alcanzar su objetivo de contar con el 50% de los hogares conectados para finales del 2014.
Nosotros hemos apoyado el proyecto Vive Digital para la inclusión digital desde el año 2004, proporcionando infraestructura y servicios y combinando alta con baja tecnología para cumplir la misión. Así que, cuando el equipo tuvo que superar el desafío de llegar hasta las comunidades más inaccesibles, sabía que necesitaban caballos de verdad. Por ello, en la etapa final del viaje, se pueden ver mulas por caminos de tierra en las laderas de las montañas cargando con el equipo de satélites.
Conseguir que la gente que vive en lugares bajo condiciones climáticas extremas tenga acceso a Internet, incluye tanto climas calientes y áridos como fríos y ventosos. Tomemos como ejemplo los esfuerzos para hacer que la estación Ice Station Troll en la Antártida permanezca operativa. Esta es una parte de la red mundial de comunicaciones establecida por el sistema europeo de navegación por satélite, Galileo. Para proteger de las duras condiciones a la estación en tierra, una antena parabólica con VSAT de 3,8 metros, se instaló una cúpula protectora para cubrirla del viento y del frío, creando una enorme cubierta esférica.
Pero, para conectar mejor a la gente, no es necesario ir hasta el fin del mundo. Pensemos en el auge de la sanidad digital en Cornwall. Con la presión ejercida sobre el Sistema Nacional de Salud británico (NHS) para aumentar la eficiencia y el ahorro, se ha avanzado en el campo de la telesalud. Unos 1.000 pacientes en el suroeste de Gran Bretaña con problemas de salud a largo plazo (como enfermedades pulmonares crónicas o enfermedades cardíacas), supervisan y gestionan sus historiales médicos desde casa, en vez desde el hospital o con sus médicos de cabecera. El seguimiento periódico ayuda a los pacientes a autocontrolar su estado, apoyando el hecho de que el ser independientes por más tiempo puede evitar viajes costosos e imprevistos al hospital.
Existe un arte y una ciencia para asegurar que la red de redes llega a todos los rincones del mundo, pero se necesita iniciativa y determinación, por no mencionar medios poco convencionales necesarios para prolongar los hilos de la World Wide Web y hacer que la cobertura sea ubicua.
Acceso gracias a las mulas: campaña de Internet en Colombia- proyecto Vive DigitalEstación de satélites en la Antártida- Ice Station Troll en la Antártida
Sucursales bancarias en el Amazonas
Sucursales bancarias flotantes: este barco pertenece al banco público Caixa Econômica Federal. Foto: Caixa