Conocemos ya los datos de ventas de automóviles durante el 2013, facilitados por la Asociación de Fabricantes, ANFAC.
Se cerró el año con 722.703 ventas, lo que significa un incremento del 3,3 por ciento sobre el año 2012. No está mal si tenemos en cuenta que la tasa interanual del 2012 fue de -10,8% y en 2011 de -13,74%. Parece pues que se ha cortado la hemorragia. Pero no olvidemos que el mercado español es de 1,5 millones de coches al año y aun nos estamos moviendo en menos de la mitad. El enfermo sigue en estado muy grave, pero con esperanzadores signos de mejoría.
En el cuadro que se adjunta se recoge la evolución mensual de las ventas de coches (turismos y todo-terreno) desde 2005 hasta 2014. Una curva con los datos de la media móvil, que es la manera en que se reflejan las cifras sin las variaciones estacionales. Hasta el primer trimestre de 2008 los concesionarios españoles vendían en el entorno de los 135.000 coches de promedio mensual. A partir de entonces y durante dos años, el mercado se desplomó. Las ventas cayeron mes tras mes, alcanzando su mínimo (73.000 unidades) en el verano de 2009. Hasta el verano siguiente hubo un repunte también bastante evidente, gracias a los planes de incentivación de las ventas. Se recuperó hasta 93.600 unidades en junio de 2010, pero fue solo un espejismo porque el mercado desde entonces y durante otros dos años y medio no ha dejado de caer, hasta que en la primavera de 2013 parece que se ha estabilizado, en el entorno de las 60.000 unidades mensuales (720.000 anuales). A ver qué ocurre a partir de 2014 y cómo responden los planes de ayuda a la compra.
Fuente: ANFAC y elaboracion propia.
Sobre estos datos del mercado español conviene hacer algunas puntualizaciones para situar en su plano la realidad del sector.
La primera puntualización es que la "unidad coche" no es nada realista desde un punto de vista estadístico. Es una unidad tan variable en su precio que muy poco nos puede revelar. Así, y como ejemplo, un concesionario que un año venda 10 Audi A8 y al año siguiente venda 12 Audi A1, estadísticamente habrá incrementado sus ventas en un 20 por ciento, pero sin duda habrá arruinado su negocio. Y esto está ocurriendo en España desde el comienzo de la crisis en 2008.
En aquel año, las ventas de Volkswagen eran del 37,3% del Golf; del 28,3% Polo y del 20,0% Passat. Este año finalizado, la misma red ha vendido el 36,5% de Polo, el 35,2% de Golf y solo el 12,8% de Passat. Es decir, ha pasado de vender Passat a vender Polo. De vender coches de 25.000 euros a vender coches de 15.000 euros. Y eso una de las marcas con mayor dispersión en sus precios y líder de ventas en España.
Otra marca de este mismo grupo, Audi, para quien su modelo más vendido era el A4 (40,1%) ahora es sólo el 23,8% y el pequeño A1, que no existía en el año 2008, es ya el 26,0% de sus ventas.
Podríamos poner muchos más ejemplos, pero estos dos son bastante significativos del descenso importante del negocio automovilístico pese a la estabilización del número de ventas. La suma de los segmentos pequeño y medio-bajo es del 57,3 por ciento, que es donde se concentran más de la mitad de las ventas. Sería interesante que la patronal hiciera públicos los datos financieros: el dinero que se gastan los españoles en comprar coches nuevos y su evolución en los últimos años.
Y ya que hablamos de segmentos, mencionar que hay dos que se han desplomado: el de los monovolúmenes grandes (descenso del 16,8%) y el de los todoterreno grandes (descenso del 32,9%). En el caso de los t.t. sin duda por el lanzamiento de modelos intermedios y pequeños mucho más coherentes. Baste citar el extraordinario éxito del Nissan Qashquai que es nada menos que el cuarto coche más vendido de España, solo superado por el Citroën C4, el Renault Megane y el Seat Ibiza. Algo inimaginable en un todoterreno.
En cuanto al descalabro de los coches del segmento más lujoso, era esperado no sólo por la crisis que afecta a personas y empresas (más del 90 por ciento de los coches de lujo están matriculados a nombre de empresas), sino por la tijera en el gasto público. La compra de Audi A8, BMW Serie 7 o Mercedes Clase S por parte de las distintas Administraciones Públicas ha desaparecido. Es más: muchos de estos coches de representación se han subastado o se llenan de polvo en los garajes oficiales. Quizá el caso más singular sea el del carísimo Volkswagen Phaeton comprado por el Ayuntamiento de Madrid para el uso de Ruiz Gallardón y que ahora se utiliza por la Policía Municipal para patrullar por las calles, con sus sirena y sus luminosos. Debe ser el coche-patrulla más lujoso del mundo.
Se cerró el año con 722.703 ventas, lo que significa un incremento del 3,3 por ciento sobre el año 2012. No está mal si tenemos en cuenta que la tasa interanual del 2012 fue de -10,8% y en 2011 de -13,74%. Parece pues que se ha cortado la hemorragia. Pero no olvidemos que el mercado español es de 1,5 millones de coches al año y aun nos estamos moviendo en menos de la mitad. El enfermo sigue en estado muy grave, pero con esperanzadores signos de mejoría.
En el cuadro que se adjunta se recoge la evolución mensual de las ventas de coches (turismos y todo-terreno) desde 2005 hasta 2014. Una curva con los datos de la media móvil, que es la manera en que se reflejan las cifras sin las variaciones estacionales. Hasta el primer trimestre de 2008 los concesionarios españoles vendían en el entorno de los 135.000 coches de promedio mensual. A partir de entonces y durante dos años, el mercado se desplomó. Las ventas cayeron mes tras mes, alcanzando su mínimo (73.000 unidades) en el verano de 2009. Hasta el verano siguiente hubo un repunte también bastante evidente, gracias a los planes de incentivación de las ventas. Se recuperó hasta 93.600 unidades en junio de 2010, pero fue solo un espejismo porque el mercado desde entonces y durante otros dos años y medio no ha dejado de caer, hasta que en la primavera de 2013 parece que se ha estabilizado, en el entorno de las 60.000 unidades mensuales (720.000 anuales). A ver qué ocurre a partir de 2014 y cómo responden los planes de ayuda a la compra.
Fuente: ANFAC y elaboracion propia.
Sobre estos datos del mercado español conviene hacer algunas puntualizaciones para situar en su plano la realidad del sector.
La primera puntualización es que la "unidad coche" no es nada realista desde un punto de vista estadístico. Es una unidad tan variable en su precio que muy poco nos puede revelar. Así, y como ejemplo, un concesionario que un año venda 10 Audi A8 y al año siguiente venda 12 Audi A1, estadísticamente habrá incrementado sus ventas en un 20 por ciento, pero sin duda habrá arruinado su negocio. Y esto está ocurriendo en España desde el comienzo de la crisis en 2008.
En aquel año, las ventas de Volkswagen eran del 37,3% del Golf; del 28,3% Polo y del 20,0% Passat. Este año finalizado, la misma red ha vendido el 36,5% de Polo, el 35,2% de Golf y solo el 12,8% de Passat. Es decir, ha pasado de vender Passat a vender Polo. De vender coches de 25.000 euros a vender coches de 15.000 euros. Y eso una de las marcas con mayor dispersión en sus precios y líder de ventas en España.
Otra marca de este mismo grupo, Audi, para quien su modelo más vendido era el A4 (40,1%) ahora es sólo el 23,8% y el pequeño A1, que no existía en el año 2008, es ya el 26,0% de sus ventas.
Podríamos poner muchos más ejemplos, pero estos dos son bastante significativos del descenso importante del negocio automovilístico pese a la estabilización del número de ventas. La suma de los segmentos pequeño y medio-bajo es del 57,3 por ciento, que es donde se concentran más de la mitad de las ventas. Sería interesante que la patronal hiciera públicos los datos financieros: el dinero que se gastan los españoles en comprar coches nuevos y su evolución en los últimos años.
Y ya que hablamos de segmentos, mencionar que hay dos que se han desplomado: el de los monovolúmenes grandes (descenso del 16,8%) y el de los todoterreno grandes (descenso del 32,9%). En el caso de los t.t. sin duda por el lanzamiento de modelos intermedios y pequeños mucho más coherentes. Baste citar el extraordinario éxito del Nissan Qashquai que es nada menos que el cuarto coche más vendido de España, solo superado por el Citroën C4, el Renault Megane y el Seat Ibiza. Algo inimaginable en un todoterreno.
En cuanto al descalabro de los coches del segmento más lujoso, era esperado no sólo por la crisis que afecta a personas y empresas (más del 90 por ciento de los coches de lujo están matriculados a nombre de empresas), sino por la tijera en el gasto público. La compra de Audi A8, BMW Serie 7 o Mercedes Clase S por parte de las distintas Administraciones Públicas ha desaparecido. Es más: muchos de estos coches de representación se han subastado o se llenan de polvo en los garajes oficiales. Quizá el caso más singular sea el del carísimo Volkswagen Phaeton comprado por el Ayuntamiento de Madrid para el uso de Ruiz Gallardón y que ahora se utiliza por la Policía Municipal para patrullar por las calles, con sus sirena y sus luminosos. Debe ser el coche-patrulla más lujoso del mundo.