NUEVA DELHI.- Saludos desde India, donde estamos lanzando nuestra última edición internacional en colaboración con el grupo The Times of India y su brazo digital, Times Internet (TIL).
India siempre ha tenido un significado especial para mí. Cuando tenía 17 años, estudié religión comparada en la Universidad Visva-Bharati de Calcuta, fundada por el escritor y artista Rabindranath Tagore. Mientras estudiaba, viajé por todo el país y me enamoré de él... Una historia de amor que ha seguido hasta hoy. En los últimos años, cuando me intereso cada vez más por cómo traer bienestar y sabiduría a nuestra vida basada en la tecnología moderna, India me resulta incluso más fascinante.
Con sus 1240 millones de habitantes, India es un país vasto en todos los sentidos -su historia, sus colores, su comida, sus tradiciones espirituales, las historias de su gente, sus contradicciones y los retos a los que se enfrenta-. Uno de los motivos por los que estoy tan emocionada es por la posibilidad de contar estas historias y crear una plataforma para que los hindúes cuenten sus historias por sí mismos a través del HuffPost India. Como explica Patrick French en India:
Sin duda, India se enfrenta a unos desafíos únicos e impresionantes. Mientras que ha pasado de ser la décima economía mundial en 2005 a la tercera en 2011 (y a un ritmo de superar a China como el país más poblado del mundo para el año 2028), 400 millones de hindúes están sumidos en la pobreza y el país acoge al 40% de los niños malnutridos del mundo. La corrupción es endémica en todos los niveles políticos, mientras que casi un cuarto de los hombres hindúes ha cometido un acto de violencia sexual; el año pasado 92 mujeres, de media, fueron violadas cada día, contando sólo los casos denunciados. Algunos activistas dicen que sólo un 10% (o incluso un 1%) de los casos se denuncian. Más de la mitad de la población -620 millones de personas- no tiene inodoro en casa. Como explica María Fernández de UNICEF, "ya sea un entorno urbano o rural, la mierda está por todas partes, en los patios de juegos y a la salida de nuestras oficinas". Jean Drèze y Amartya Sen escriben en Una gloria incierta: India y sus contradicciones:
En esta época de transición masiva, según el Banco Mundial, India se encuentra en medio de una de las mayores migraciones del ámbito rural al urbano en este siglo -los sistemas tradicionales de apoyo se han debilitado y la presión es inmensa-. Ahora mismo, una media de 371 personas en India se suicidan cada día o, lo que es lo mismo, 15 cada hora. "La cultura [corporativa multinacional] ha traído consigo más horas de trabajo, menos tiempo en familia, más distracciones y más dependencia de la tecnología", explica Johnson Thomas, director del centro de ayuda para la prevención del suicidio Aasra. En otras palabras, el aumento del estrés y el agotamiento, junto con la falta de conexión con los recursos de apoyo, como la familia y los amigos, están teniendo un efecto devastador.
Se asemeja a lo que ha ocurrido en Occidente, con la diferencia de que en India está pasando mucho más rápido y a una escala mucho mayor.
Al igual que en Estados Unidos, la hiperconexión y la dependencia excesiva de los teléfonos y dispositivos está teniendo un impacto negativo en el sueño de los hindúes, lo que se ha denominado junk sleep (o sueño basura). Se trata de un sueño que nos impide disfrutar de los beneficios necesarios de la fase REM y el descanso profundo debido a las interrupciones constantes y a la presencia de distracciones. El problema está muy extendido entre los jóvenes hindúes. "Aunque ya es frecuente ver a los preadolescentes presumir de móviles y iPods, regalos de sus generosos padres", explicaba Anisha Francis en Times of India, "los dispositivos electrónicos copan la lista de las causas de 'patrones de sueño no higiénicos'...''. Según un estudio realizado en 25 ciudades del país, el 92% de los participantes declaraba tener falta de sueño.
No obstante, India tiene recursos únicos para responder a todos estos desafíos. Cuando la gente habla de los puntos fuertes de India, se suele centran en aspectos como el sector de la tecnología; su compromiso educativo con la ciencia, la ingeniería y los ordenadores; y el crecimiento de la clase media. En cambio, se habla menos de lo que se observa cuando estás allí: cómo, en la vida diaria, los hindúes utilizan las herramientas y las costumbres de sus antiguas tradiciones espirituales de forma orgánica y sin esfuerzo. La forma en que estas tradiciones están tejidas en la tela de la vida hindú tendrá un papel muy importante para contribuir a que el país responda ante estos retos.
En las últimas décadas, muchas de estas tradiciones y costumbres han llegado a la cultura occidental. Lo que antes se veía como alternativo ha pasado a estar completamente integrado en la cultura occidental, desde la adopción generalizada de la meditación hasta el auge del yoga.
Las tradiciones espirituales de India ahora se encuentran en el centro de una conversación global sobre el significado de vivir bien. El Bhágavad-guitá, parte del texto épico hinduista Majabhárata del siglo V a.C., detalla tres tipos diferentes de vida: una vida de inercia, vacía, sin objetivos ni logros; una vida llena de acción, de ocupación y deseo; y una vida de bondad, no sólo sobre uno mismo sino sobre los demás. La segunda vida es la que se ha instalado en nuestro día a día moderno, pero cada vez más personas de todo el mundo se dan cuenta de que este enfoque de vida está vacío. Para vivir plenamente, tenemos que combinarla con el tercer tipo de vida.
Algunos de los líderes de empresas más innovadoras se basan en principios originarios de India, entre ellos el yoga, la meditación y la renovación, un contrapunto necesario en el mundo laboral occidental alimentado por el agotamiento, el estrés y la falta de sueño. Tened en cuenta que Steve Jobs pidió que en su funeral no se leyera un manual de negocios ni sobre la innovación tecnológica, sino Autobiografía de un yogui, de Paramahansa Yogananda, una de las personas que contribuyó a extender la meditación en Occidente. Como explica Yogananda:
Jobs pasó un tiempo en India y le llamó la atención el papel de la intuición en la vida diaria de los hindúes. "La gente del campo no utiliza su intelecto como nosotros, sino que emplea su intuición, y su intuición está mucho más desarrollada que la del resto del mundo", afirmaba Jobs. "La intuición es algo muy poderoso, más que el intelecto, en mi opinión. Ha tenido un gran impacto en mi trabajo".
Este poder de intuición y de conciencia de uno mismo cada vez recibe más respaldo por parte de la ciencia. El pasado mes de octubre viajé a Dharamsala para un breve encuentro con el Dalai Lama organizado por el Mind and Life Institute. Durante mi estancia, fue imposible no darme cuenta de lo integrado que está el sentido de la gratitud en la vida cotidiana. Antes de comer, todos empiezan con una oración sencilla, hasta en las familias más pobres. La gente considera al Dalai Lama su líder espiritual (y lo es), pero al escucharlo, fue fascinante descubrir la forma en que utilizan la ciencia -en concreto, la neurociencia- para convencer a la sociedad escéptica y seglar del poder de la contemplación y la compasión para cambiar nuestra vida y nuestro mundo.
Una gran parte del potencial de India radica en su capacidad para redescubrir las costumbres arraigadas en su propio pasado y para incorporarlas en la vida diaria, también en la política. El Primer ministro, Narendra Modi, fue elegido el pasado mayo en una plataforma que aborda la necesidad de infraestructuras en India y la elevada pobreza y desigualdad. El liderazgo político consiste en mejorar la vida de las personas de todas las formas posibles. El mes pasado, Modi nombró al primer ministro del yoga, Shripad Yesso Naik. India ya tenía un departamento dentro del Ministerio de Salud centrado en el yoga y el ayurveda, que no sólo llevaba a cabo nuevas investigaciones, sino que trataba de concienciar sobre estas prácticas y sus beneficios. Naik lleva este compromiso al siguiente nivel, situando a India en una posición de mayor liderazgo sobre el bienestar. "Este es nuestro sistema y no se le ha dado suficiente importancia", explicó Naik. "Lo acercaremos a las masas".
Cuando me reuní con Naik durante el fin de semana en Bangalore en el áshram de Sri Sri Ravi Shankar, donde se celebraba el décimo aniversario del Sri Sri College para la Ciencia y la Investigación Ayurvédica, me dijo que le gustaría ver "un maestro de yoga en cada pueblo, y que se enseñara yoga en todos los colegios públicos". Pero él no hablaba del yoga desde la perspectiva reduccionista que lo considera un ejercicio. Lo que le da su poder, decía, "es la conexión con la mente y toda la sabiduría que se mantiene desde hace 5000 años, pudiendo prevenir las enfermedades y ofrecer asanas [posturas] específicas para diferentes dolencias".
El propio Primer ministro, Modi, es un ávido seguidor del yoga (aparentemente, lo practica dos horas al día) y ha hablado sobre cómo, ayudándonos a mirar hacia nuestro interior, el yoga puede provocar cambios en el exterior. "El yoga no sólo debería ser un ejercicio, sino un medio para conectarse con el mundo y con la naturaleza", afirmaba Modi en un debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre. "Debería producir un cambio en nuestro estilo de vida y concienciarnos de que puede ayudarnos a luchar contra el cambio climático". En ese mismo discurso, pidió que se creara el Día Internacional del Yoga.
La adopción de estos principios se puede observar en todos los niveles. Hasmukh Patel, el comisario de policía de Surat, Gujarat, está utilizando el yoga para incrementar la efectividad de sus 3500 subordinados. El programa permite que los agentes lleven a cabo un curso intensivo de 10 días de meditación y yoga mientras siguen recibiendo su sueldo. La escuela de yoga es Vipassana, que significa ver las cosas como realmente son, una destreza muy importante para un agente. Como policía, decía Patel, "me enfrento a la injusticia. Antes me enfadaba, pero, tras la meditación, no. Lo que más noto es que ha bajado la reacción, la rabia, el miedo, que ha mejorado la concentración y que tomo decisiones más deliberadas".
Últimamente hemos escuchado muchas historias de agentes de policía estadounidenses que podrían haber tomado decisiones más deliberadas y acertadas.
La tecnología ha cambiado casi todos los aspectos de la sociedad hindú y ya tiene más de 240 millones de usuarios en Internet (más de los que hay en Estados Unidos). Antes, los viajes en tren conllevaban horas de espera en las taquillas. Ahora, los billetes se pueden comprar en Irctc.co.in, que ya es la mayor plataforma de comercio electrónico en el país. Los agricultores, incluso en los pueblos más remotos, pueden utilizar sus teléfonos móviles para saber los precios de las materias primas en tiempo real. Cualquiera con conexión a Internet puede asistir a una clase de programación en Stanford gracias a Coursera o a una clase de filosofía desde Yale. Además, ahora se ha creado en India un curso en línea masivo y abierto (MOOC, por sus siglas en inglés) llamado Swayam, que ofrecerá cusos desde el Insituto de Tecnología de Bombay y otras universidades. Los hindúes utilizan el móvil a destajo: de los más de 100 millones usuarios de Facebook en India, más de 84 millones acceden a través de un dispositivo móvil.
Aunque India se moderniza, no se separa de su sabiduría antigua. Incluso en el mundo de los negocios. Muchos líderes deciden impulsar cambios para paliar el agotamiento y ayudar a los empleados a dar su máximo potencial. Casi un tercio de los empresarios ofrece en la actualidad algún plan antiestrés, que incluye yoga, tai chi y programas de sensibilización.
Casi todo el mundo que he conocido en mi viaje lleva a cabo alguna práctica espiritual y, lo que es más, les encanta hablar sobre ella (¡y tuitearla!). Devendra Fadnavis, por ejemplo, presidenta del estado de Maharashtra y miembro del partido que gobierna en India, el Bharatiya Janata, tuiteó hace poco su objetivo de promover el yoga y otras iniciativas saludables holísticas "para construir un Maharashtra saludable"; el director de cine y actor Karan Johar explicó que la meditación le suele parecer "el momento más tranquilo del día", y añadió: "Todos queremos llegar a ese estado -llámalo como quieras, meditación, búsqueda...-". Barkha Dutt, que en 20 años como periodista ha viajado a regiones en conflicto, desde Cachemira a Irak, dijo que el yoga es clave para ayudarla a centrarse de cara a un trabajo que puede ser deprimente. "El inconveniente de este tipo de trabajo es que estás expuesto a demasiada muerte, violencia, conflicto y tragedia", dijo. "Esto te marca de un modo del que no eres consciente de forma inmediata... Por tanto, más que un rejuvenecimiento físico, necesito algo que me ayude a desestresarme".
Y ahora, un poco sobre nuestro equipo del HuffPost India. Estamos encantados de trabajar con Satyan Gajwani, al que conocí hace cinco años. Se convirtió en director ejecutivo de Times Internet (TIL) a los 27 años y conoció a su mujer, Trishla Jain, cuando estudiaban en Stanford. Puneet Singhvi dirige Times Global Partners, una sección del grupo The Times of India que impulsa las empresas digitales en India y lleva varios años de experiencia internacional en móviles y ventas. Estamos encantados de que el HuffPost India esté dirigido por KK Sruthijith, nuestro jefe de redacción, que se unió al equipo desde Quartz India.
Estaremos en la escena digital con historias centradas en muchos aspectos de la vida y la cultura hindú. Por ejemplo, los primeros seis meses del Gobierno de Narendra Modi, la forma en que la bajada del precio del petróleo ayuda a la economía india, el récord del cambio climático en el país, una entrevista con el director de Bollywood Farah Khan, y algunas de las mejores aplicaciones indias para viajar. Con la esperanza de que el HuffPost India entable la conversación para llevar a cabo una vida más plena y menos estresante, en el lanzamiento se incluyen, entre otras historias, consejos de expertos para sobrellevar el estrés de la hora punta en el Metro de Delhi, los motivos por los que muchos hindúes tienen falta de sueño, entrevistas con jóvenes hindúes expertos en tecnología que han transformado el ajetreo de la ciudad en estaciones de montaña, y 11 posturas de yoga que puedes practicar en la oficina.
Aunque el HuffPost India informará sobre los desafíos a los que se enfrenta India y sobre los aspectos que no funcionan, también contaremos historias positivas. Para empezar, destacamos las organizaciones que fomentan la creatividad y la compasión del colectivo para mejorar la vida de los individuos y de la comunidad.
Por ejemplo, el Ugly Indian Project, un grupo que invita a la gente de Bangalore a limpiar y embellecer la ciudad -y, por supuesto, a publicar las fotos del resultado en las redes sociales-. Contaremos la historia de Raahgiri, un movimiento para recuperar las calles peatonales, para reducir los atascos y la contaminación. También tendremos en cuenta la forma creativa en que los hindúes utilizan las redes sociales y la tecnología: utilizan grupos de Facebook para encontrar alojamiento sin necesidad de intermediarios y aplicaciones vigilantes como Pothole Watch, que permite a los usuarios etiquetar geográficamente fotos de los baches en carreteras indias.
También presentamos a Rwitwika Bhattacharya, una joven de 27 años graduada en Harvard cuya ONG ayuda a los parlamentarios a identificar las cuestiones clave para el electorado.
Lanzamos los blogs del HuffPost India con posts del aclamado actor Manoj Bajpayee sobre los consejos que da a su hija; de la bloguera MissMalini sobre la creciente influencia cultural hindú en el mundo; Arnab Ray sobre la batalla política que comienza en Delhi; el redactor jefe de YaleGlobal Online, Nayan Chanda, sobre el acuerdo fronterizo en potencia con Bangladesh; el experto en psicología Tanu Shree Singh sobre el reto de enseñar a los niños a respetar a las mujeres en una cultura patriarcal; la activista por el medio ambiente Sunita Narain sobre la crisis de la contaminación en Delhi; la presentadora de radio Anant Nath Jha sobre el tráfico en Delhi; el parlamentario Baijayant "Jay" Panda sobre el poder de la tecnología; Chapal Mehra sobre los derechos de los homosexuales en India; el estudiante Raza Habib Raja sobre sus raíces paquistaníes y su amor por India; y el actor Rahul Khanna sobre su relación con su abuelo.
Es evidente que India se enfrenta a numerosos e importantes desafíos. Pero, con la mirada puesta en sus antiguas tradiciones exportadas al mundo, descubrirá la sabiduría y la fuerza que necesita para afrontar esos retos. Estoy entusiasmada por que el HuffPost India esté ahí para informar sobre esta historia, así como para ayudar a los hindúes a contar sus propias historias. Animaos para dar la bienvenida a India en su incorporación a la familia del HuffPost.
Este post fue publicado originalmente en la edición india de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
India siempre ha tenido un significado especial para mí. Cuando tenía 17 años, estudié religión comparada en la Universidad Visva-Bharati de Calcuta, fundada por el escritor y artista Rabindranath Tagore. Mientras estudiaba, viajé por todo el país y me enamoré de él... Una historia de amor que ha seguido hasta hoy. En los últimos años, cuando me intereso cada vez más por cómo traer bienestar y sabiduría a nuestra vida basada en la tecnología moderna, India me resulta incluso más fascinante.
Con sus 1240 millones de habitantes, India es un país vasto en todos los sentidos -su historia, sus colores, su comida, sus tradiciones espirituales, las historias de su gente, sus contradicciones y los retos a los que se enfrenta-. Uno de los motivos por los que estoy tan emocionada es por la posibilidad de contar estas historias y crear una plataforma para que los hindúes cuenten sus historias por sí mismos a través del HuffPost India. Como explica Patrick French en India:
Con la superposición de la riqueza extrema y la pobreza opulenta, su mezcla entre los cultos y los ignorantes, su amabilidad y su profunda crueldad, su compleja relación con la religión, sus realidades paralelas y la increíble velocidad del cambio social, India es un macrocosmos y puede ser la configuración predeterminada del mundo para el futuro.
Sin duda, India se enfrenta a unos desafíos únicos e impresionantes. Mientras que ha pasado de ser la décima economía mundial en 2005 a la tercera en 2011 (y a un ritmo de superar a China como el país más poblado del mundo para el año 2028), 400 millones de hindúes están sumidos en la pobreza y el país acoge al 40% de los niños malnutridos del mundo. La corrupción es endémica en todos los niveles políticos, mientras que casi un cuarto de los hombres hindúes ha cometido un acto de violencia sexual; el año pasado 92 mujeres, de media, fueron violadas cada día, contando sólo los casos denunciados. Algunos activistas dicen que sólo un 10% (o incluso un 1%) de los casos se denuncian. Más de la mitad de la población -620 millones de personas- no tiene inodoro en casa. Como explica María Fernández de UNICEF, "ya sea un entorno urbano o rural, la mierda está por todas partes, en los patios de juegos y a la salida de nuestras oficinas". Jean Drèze y Amartya Sen escriben en Una gloria incierta: India y sus contradicciones:
La desigualdad en India adopta la forma terrible de la disparidad masiva entre los privilegiados y el resto, con una gran deficiencia de los requisitos básicos para una vida mínimamente aceptable para los más desfavorecidos de la sociedad. Un gran porcentaje de la población india carece de servicios básicos como una escuela en condiciones de uso, un hospital accesible, un inodoro en casa o dos buenas comidas al día.
En esta época de transición masiva, según el Banco Mundial, India se encuentra en medio de una de las mayores migraciones del ámbito rural al urbano en este siglo -los sistemas tradicionales de apoyo se han debilitado y la presión es inmensa-. Ahora mismo, una media de 371 personas en India se suicidan cada día o, lo que es lo mismo, 15 cada hora. "La cultura [corporativa multinacional] ha traído consigo más horas de trabajo, menos tiempo en familia, más distracciones y más dependencia de la tecnología", explica Johnson Thomas, director del centro de ayuda para la prevención del suicidio Aasra. En otras palabras, el aumento del estrés y el agotamiento, junto con la falta de conexión con los recursos de apoyo, como la familia y los amigos, están teniendo un efecto devastador.
Se asemeja a lo que ha ocurrido en Occidente, con la diferencia de que en India está pasando mucho más rápido y a una escala mucho mayor.
Al igual que en Estados Unidos, la hiperconexión y la dependencia excesiva de los teléfonos y dispositivos está teniendo un impacto negativo en el sueño de los hindúes, lo que se ha denominado junk sleep (o sueño basura). Se trata de un sueño que nos impide disfrutar de los beneficios necesarios de la fase REM y el descanso profundo debido a las interrupciones constantes y a la presencia de distracciones. El problema está muy extendido entre los jóvenes hindúes. "Aunque ya es frecuente ver a los preadolescentes presumir de móviles y iPods, regalos de sus generosos padres", explicaba Anisha Francis en Times of India, "los dispositivos electrónicos copan la lista de las causas de 'patrones de sueño no higiénicos'...''. Según un estudio realizado en 25 ciudades del país, el 92% de los participantes declaraba tener falta de sueño.
No obstante, India tiene recursos únicos para responder a todos estos desafíos. Cuando la gente habla de los puntos fuertes de India, se suele centran en aspectos como el sector de la tecnología; su compromiso educativo con la ciencia, la ingeniería y los ordenadores; y el crecimiento de la clase media. En cambio, se habla menos de lo que se observa cuando estás allí: cómo, en la vida diaria, los hindúes utilizan las herramientas y las costumbres de sus antiguas tradiciones espirituales de forma orgánica y sin esfuerzo. La forma en que estas tradiciones están tejidas en la tela de la vida hindú tendrá un papel muy importante para contribuir a que el país responda ante estos retos.
En las últimas décadas, muchas de estas tradiciones y costumbres han llegado a la cultura occidental. Lo que antes se veía como alternativo ha pasado a estar completamente integrado en la cultura occidental, desde la adopción generalizada de la meditación hasta el auge del yoga.
Las tradiciones espirituales de India ahora se encuentran en el centro de una conversación global sobre el significado de vivir bien. El Bhágavad-guitá, parte del texto épico hinduista Majabhárata del siglo V a.C., detalla tres tipos diferentes de vida: una vida de inercia, vacía, sin objetivos ni logros; una vida llena de acción, de ocupación y deseo; y una vida de bondad, no sólo sobre uno mismo sino sobre los demás. La segunda vida es la que se ha instalado en nuestro día a día moderno, pero cada vez más personas de todo el mundo se dan cuenta de que este enfoque de vida está vacío. Para vivir plenamente, tenemos que combinarla con el tercer tipo de vida.
Algunos de los líderes de empresas más innovadoras se basan en principios originarios de India, entre ellos el yoga, la meditación y la renovación, un contrapunto necesario en el mundo laboral occidental alimentado por el agotamiento, el estrés y la falta de sueño. Tened en cuenta que Steve Jobs pidió que en su funeral no se leyera un manual de negocios ni sobre la innovación tecnológica, sino Autobiografía de un yogui, de Paramahansa Yogananda, una de las personas que contribuyó a extender la meditación en Occidente. Como explica Yogananda:
La intuición es la guía del alma, que aparece de forma natural en el hombre en esos instantes en los que su mente está en calma. Casi todo el mundo ha experimentado una corazonada inexplicablemente correcta o ha transferido sus pensamientos a otra persona. La mente humana, libre de la agitación que bloquea, puede efectuar a través de su antena de la intuición todas las funciones de mecanismos complejos que envían y reciben pensamientos, y alejan los indeseados.
Jobs pasó un tiempo en India y le llamó la atención el papel de la intuición en la vida diaria de los hindúes. "La gente del campo no utiliza su intelecto como nosotros, sino que emplea su intuición, y su intuición está mucho más desarrollada que la del resto del mundo", afirmaba Jobs. "La intuición es algo muy poderoso, más que el intelecto, en mi opinión. Ha tenido un gran impacto en mi trabajo".
Este poder de intuición y de conciencia de uno mismo cada vez recibe más respaldo por parte de la ciencia. El pasado mes de octubre viajé a Dharamsala para un breve encuentro con el Dalai Lama organizado por el Mind and Life Institute. Durante mi estancia, fue imposible no darme cuenta de lo integrado que está el sentido de la gratitud en la vida cotidiana. Antes de comer, todos empiezan con una oración sencilla, hasta en las familias más pobres. La gente considera al Dalai Lama su líder espiritual (y lo es), pero al escucharlo, fue fascinante descubrir la forma en que utilizan la ciencia -en concreto, la neurociencia- para convencer a la sociedad escéptica y seglar del poder de la contemplación y la compasión para cambiar nuestra vida y nuestro mundo.
Una gran parte del potencial de India radica en su capacidad para redescubrir las costumbres arraigadas en su propio pasado y para incorporarlas en la vida diaria, también en la política. El Primer ministro, Narendra Modi, fue elegido el pasado mayo en una plataforma que aborda la necesidad de infraestructuras en India y la elevada pobreza y desigualdad. El liderazgo político consiste en mejorar la vida de las personas de todas las formas posibles. El mes pasado, Modi nombró al primer ministro del yoga, Shripad Yesso Naik. India ya tenía un departamento dentro del Ministerio de Salud centrado en el yoga y el ayurveda, que no sólo llevaba a cabo nuevas investigaciones, sino que trataba de concienciar sobre estas prácticas y sus beneficios. Naik lleva este compromiso al siguiente nivel, situando a India en una posición de mayor liderazgo sobre el bienestar. "Este es nuestro sistema y no se le ha dado suficiente importancia", explicó Naik. "Lo acercaremos a las masas".
Cuando me reuní con Naik durante el fin de semana en Bangalore en el áshram de Sri Sri Ravi Shankar, donde se celebraba el décimo aniversario del Sri Sri College para la Ciencia y la Investigación Ayurvédica, me dijo que le gustaría ver "un maestro de yoga en cada pueblo, y que se enseñara yoga en todos los colegios públicos". Pero él no hablaba del yoga desde la perspectiva reduccionista que lo considera un ejercicio. Lo que le da su poder, decía, "es la conexión con la mente y toda la sabiduría que se mantiene desde hace 5000 años, pudiendo prevenir las enfermedades y ofrecer asanas [posturas] específicas para diferentes dolencias".
El propio Primer ministro, Modi, es un ávido seguidor del yoga (aparentemente, lo practica dos horas al día) y ha hablado sobre cómo, ayudándonos a mirar hacia nuestro interior, el yoga puede provocar cambios en el exterior. "El yoga no sólo debería ser un ejercicio, sino un medio para conectarse con el mundo y con la naturaleza", afirmaba Modi en un debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre. "Debería producir un cambio en nuestro estilo de vida y concienciarnos de que puede ayudarnos a luchar contra el cambio climático". En ese mismo discurso, pidió que se creara el Día Internacional del Yoga.
La adopción de estos principios se puede observar en todos los niveles. Hasmukh Patel, el comisario de policía de Surat, Gujarat, está utilizando el yoga para incrementar la efectividad de sus 3500 subordinados. El programa permite que los agentes lleven a cabo un curso intensivo de 10 días de meditación y yoga mientras siguen recibiendo su sueldo. La escuela de yoga es Vipassana, que significa ver las cosas como realmente son, una destreza muy importante para un agente. Como policía, decía Patel, "me enfrento a la injusticia. Antes me enfadaba, pero, tras la meditación, no. Lo que más noto es que ha bajado la reacción, la rabia, el miedo, que ha mejorado la concentración y que tomo decisiones más deliberadas".
Últimamente hemos escuchado muchas historias de agentes de policía estadounidenses que podrían haber tomado decisiones más deliberadas y acertadas.
La tecnología ha cambiado casi todos los aspectos de la sociedad hindú y ya tiene más de 240 millones de usuarios en Internet (más de los que hay en Estados Unidos). Antes, los viajes en tren conllevaban horas de espera en las taquillas. Ahora, los billetes se pueden comprar en Irctc.co.in, que ya es la mayor plataforma de comercio electrónico en el país. Los agricultores, incluso en los pueblos más remotos, pueden utilizar sus teléfonos móviles para saber los precios de las materias primas en tiempo real. Cualquiera con conexión a Internet puede asistir a una clase de programación en Stanford gracias a Coursera o a una clase de filosofía desde Yale. Además, ahora se ha creado en India un curso en línea masivo y abierto (MOOC, por sus siglas en inglés) llamado Swayam, que ofrecerá cusos desde el Insituto de Tecnología de Bombay y otras universidades. Los hindúes utilizan el móvil a destajo: de los más de 100 millones usuarios de Facebook en India, más de 84 millones acceden a través de un dispositivo móvil.
Aunque India se moderniza, no se separa de su sabiduría antigua. Incluso en el mundo de los negocios. Muchos líderes deciden impulsar cambios para paliar el agotamiento y ayudar a los empleados a dar su máximo potencial. Casi un tercio de los empresarios ofrece en la actualidad algún plan antiestrés, que incluye yoga, tai chi y programas de sensibilización.
Casi todo el mundo que he conocido en mi viaje lleva a cabo alguna práctica espiritual y, lo que es más, les encanta hablar sobre ella (¡y tuitearla!). Devendra Fadnavis, por ejemplo, presidenta del estado de Maharashtra y miembro del partido que gobierna en India, el Bharatiya Janata, tuiteó hace poco su objetivo de promover el yoga y otras iniciativas saludables holísticas "para construir un Maharashtra saludable"; el director de cine y actor Karan Johar explicó que la meditación le suele parecer "el momento más tranquilo del día", y añadió: "Todos queremos llegar a ese estado -llámalo como quieras, meditación, búsqueda...-". Barkha Dutt, que en 20 años como periodista ha viajado a regiones en conflicto, desde Cachemira a Irak, dijo que el yoga es clave para ayudarla a centrarse de cara a un trabajo que puede ser deprimente. "El inconveniente de este tipo de trabajo es que estás expuesto a demasiada muerte, violencia, conflicto y tragedia", dijo. "Esto te marca de un modo del que no eres consciente de forma inmediata... Por tanto, más que un rejuvenecimiento físico, necesito algo que me ayude a desestresarme".
Y ahora, un poco sobre nuestro equipo del HuffPost India. Estamos encantados de trabajar con Satyan Gajwani, al que conocí hace cinco años. Se convirtió en director ejecutivo de Times Internet (TIL) a los 27 años y conoció a su mujer, Trishla Jain, cuando estudiaban en Stanford. Puneet Singhvi dirige Times Global Partners, una sección del grupo The Times of India que impulsa las empresas digitales en India y lleva varios años de experiencia internacional en móviles y ventas. Estamos encantados de que el HuffPost India esté dirigido por KK Sruthijith, nuestro jefe de redacción, que se unió al equipo desde Quartz India.
Estaremos en la escena digital con historias centradas en muchos aspectos de la vida y la cultura hindú. Por ejemplo, los primeros seis meses del Gobierno de Narendra Modi, la forma en que la bajada del precio del petróleo ayuda a la economía india, el récord del cambio climático en el país, una entrevista con el director de Bollywood Farah Khan, y algunas de las mejores aplicaciones indias para viajar. Con la esperanza de que el HuffPost India entable la conversación para llevar a cabo una vida más plena y menos estresante, en el lanzamiento se incluyen, entre otras historias, consejos de expertos para sobrellevar el estrés de la hora punta en el Metro de Delhi, los motivos por los que muchos hindúes tienen falta de sueño, entrevistas con jóvenes hindúes expertos en tecnología que han transformado el ajetreo de la ciudad en estaciones de montaña, y 11 posturas de yoga que puedes practicar en la oficina.
Aunque el HuffPost India informará sobre los desafíos a los que se enfrenta India y sobre los aspectos que no funcionan, también contaremos historias positivas. Para empezar, destacamos las organizaciones que fomentan la creatividad y la compasión del colectivo para mejorar la vida de los individuos y de la comunidad.
Por ejemplo, el Ugly Indian Project, un grupo que invita a la gente de Bangalore a limpiar y embellecer la ciudad -y, por supuesto, a publicar las fotos del resultado en las redes sociales-. Contaremos la historia de Raahgiri, un movimiento para recuperar las calles peatonales, para reducir los atascos y la contaminación. También tendremos en cuenta la forma creativa en que los hindúes utilizan las redes sociales y la tecnología: utilizan grupos de Facebook para encontrar alojamiento sin necesidad de intermediarios y aplicaciones vigilantes como Pothole Watch, que permite a los usuarios etiquetar geográficamente fotos de los baches en carreteras indias.
También presentamos a Rwitwika Bhattacharya, una joven de 27 años graduada en Harvard cuya ONG ayuda a los parlamentarios a identificar las cuestiones clave para el electorado.
Lanzamos los blogs del HuffPost India con posts del aclamado actor Manoj Bajpayee sobre los consejos que da a su hija; de la bloguera MissMalini sobre la creciente influencia cultural hindú en el mundo; Arnab Ray sobre la batalla política que comienza en Delhi; el redactor jefe de YaleGlobal Online, Nayan Chanda, sobre el acuerdo fronterizo en potencia con Bangladesh; el experto en psicología Tanu Shree Singh sobre el reto de enseñar a los niños a respetar a las mujeres en una cultura patriarcal; la activista por el medio ambiente Sunita Narain sobre la crisis de la contaminación en Delhi; la presentadora de radio Anant Nath Jha sobre el tráfico en Delhi; el parlamentario Baijayant "Jay" Panda sobre el poder de la tecnología; Chapal Mehra sobre los derechos de los homosexuales en India; el estudiante Raza Habib Raja sobre sus raíces paquistaníes y su amor por India; y el actor Rahul Khanna sobre su relación con su abuelo.
Es evidente que India se enfrenta a numerosos e importantes desafíos. Pero, con la mirada puesta en sus antiguas tradiciones exportadas al mundo, descubrirá la sabiduría y la fuerza que necesita para afrontar esos retos. Estoy entusiasmada por que el HuffPost India esté ahí para informar sobre esta historia, así como para ayudar a los hindúes a contar sus propias historias. Animaos para dar la bienvenida a India en su incorporación a la familia del HuffPost.
Este post fue publicado originalmente en la edición india de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano