Este post fue escrito el el 8 de diciembre
Escribo esto con la sangre helada. Se me ha helado cuando he visto el post de una conocida informando de que hoy han asesinado a dos mujeres más. Van cinco mujeres asesinadas en las últimas 48 horas. Un total de 55 desde el 1 de enero de 2014.
Se me ha helado la sangre cuando he visto que 14 de las 15 asesinadas (con fecha de 1 de diciembre, porque desde entonces ha habido unas cuantas más) habían sido clasificadas por el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial en la bandeja de "riesgo bajo o nulo".
Se me ha helado la sangre porque yo conozco a una mujer que está ahora mismo en esa bandeja a pesar de los quebrantamientos de la orden de alejamiento e incomunicación, a pesar de que su agresor está condenado anteriormente por violencia de género, a pesar de que reincidió con ella durante condena anterior... Se me ha helado la sangre porque esa persona de la que hablo soy yo misma.
Sí, yo soy una de esas mujeres vivas que leen en el periódico que han asesinado a otras mujeres que estaban en sus mismas circunstancias. No sé describir la sensación que tengo cuando leo estas noticias. Creo que por higiene mental y emocional tiendo a pensar eso de "a mí no me va a pasar", pero se me hace un nudo en el estómago. Siento furia, siento desprotección, desamparo... Siento indefensión. Siento impotencia, ganas de llorar, ganas de gritar, ganas de coger a los jueces y los fiscales de las togas y sacudirles para que despierten y vean que nos están asesinando y que yo puedo ser la siguiente. Y que esas mujeres hacen una semana estaban igual que yo, vivas.
Se me ha helado la sangre al pensar cuántas mujeres más están en esta misma bandeja y me hace preguntarme qué aspectos se han tenido en cuenta para esa valoración. ¿Valoran la declaración de una mujer asustada que por fin se atreve a denunciar? ¿Valoran su declaración en un estado mental de bloqueo, de miedo, de culpa y de vergüenza? ¿Nos valoran así? ¿Valoran la posibilidad de que ocultemos información por miedo? ¿Lo valoran? ¿Valoran que cada caso es único? ¿Valoran en algún momento que no son funcionarios al uso? ¿Valoran que necesitan expertos para tratar estas denuncias? ¿Valoran en algún momento que nuestras vidas dependen de su valoración y de las actuaciones que siguen a esta?
Mientras me pregunto todo esto (todo esto "que no depende de ti porque tú ya has hecho todo lo que tenías que hacer, que ha sido denunciar", que es lo que me repite mi psicólogo), rezo para que todas las que estamos en la bandeja de "riesgo bajo o nulo" de ser asesinadas permanezcamos ahí y no pasemos a la bandeja de "víctimas mortales" y, de esta, en forma de número, a una celda de un Excel para estadística del Ministerio pertinente.
Apuesto una mano y parte de la otra a que esas mujeres habían escuchado las mismas palabras que he escuchado yo: "¿De qué tiene miedo? Objetivamente no es peligroso". Apuesto una mano y parte de la otra a que a todas estas 55 mujeres les llevarán flores por Navidad.
Por cierto, señores y señoras del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial: además de valorarnos a nosotras, ¿los han valorado a ellos en algún momento? Probablemente no, porque efectivamente, en este país, una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario o, como ocurre en estos casos, hasta que nos lleve a la tumba.
Escribo esto con la sangre helada. Se me ha helado cuando he visto el post de una conocida informando de que hoy han asesinado a dos mujeres más. Van cinco mujeres asesinadas en las últimas 48 horas. Un total de 55 desde el 1 de enero de 2014.
Se me ha helado la sangre cuando he visto que 14 de las 15 asesinadas (con fecha de 1 de diciembre, porque desde entonces ha habido unas cuantas más) habían sido clasificadas por el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial en la bandeja de "riesgo bajo o nulo".
Se me ha helado la sangre porque yo conozco a una mujer que está ahora mismo en esa bandeja a pesar de los quebrantamientos de la orden de alejamiento e incomunicación, a pesar de que su agresor está condenado anteriormente por violencia de género, a pesar de que reincidió con ella durante condena anterior... Se me ha helado la sangre porque esa persona de la que hablo soy yo misma.
Sí, yo soy una de esas mujeres vivas que leen en el periódico que han asesinado a otras mujeres que estaban en sus mismas circunstancias. No sé describir la sensación que tengo cuando leo estas noticias. Creo que por higiene mental y emocional tiendo a pensar eso de "a mí no me va a pasar", pero se me hace un nudo en el estómago. Siento furia, siento desprotección, desamparo... Siento indefensión. Siento impotencia, ganas de llorar, ganas de gritar, ganas de coger a los jueces y los fiscales de las togas y sacudirles para que despierten y vean que nos están asesinando y que yo puedo ser la siguiente. Y que esas mujeres hacen una semana estaban igual que yo, vivas.
Se me ha helado la sangre al pensar cuántas mujeres más están en esta misma bandeja y me hace preguntarme qué aspectos se han tenido en cuenta para esa valoración. ¿Valoran la declaración de una mujer asustada que por fin se atreve a denunciar? ¿Valoran su declaración en un estado mental de bloqueo, de miedo, de culpa y de vergüenza? ¿Nos valoran así? ¿Valoran la posibilidad de que ocultemos información por miedo? ¿Lo valoran? ¿Valoran que cada caso es único? ¿Valoran en algún momento que no son funcionarios al uso? ¿Valoran que necesitan expertos para tratar estas denuncias? ¿Valoran en algún momento que nuestras vidas dependen de su valoración y de las actuaciones que siguen a esta?
Mientras me pregunto todo esto (todo esto "que no depende de ti porque tú ya has hecho todo lo que tenías que hacer, que ha sido denunciar", que es lo que me repite mi psicólogo), rezo para que todas las que estamos en la bandeja de "riesgo bajo o nulo" de ser asesinadas permanezcamos ahí y no pasemos a la bandeja de "víctimas mortales" y, de esta, en forma de número, a una celda de un Excel para estadística del Ministerio pertinente.
Apuesto una mano y parte de la otra a que esas mujeres habían escuchado las mismas palabras que he escuchado yo: "¿De qué tiene miedo? Objetivamente no es peligroso". Apuesto una mano y parte de la otra a que a todas estas 55 mujeres les llevarán flores por Navidad.
Por cierto, señores y señoras del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial: además de valorarnos a nosotras, ¿los han valorado a ellos en algún momento? Probablemente no, porque efectivamente, en este país, una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario o, como ocurre en estos casos, hasta que nos lleve a la tumba.