Señoras y señoritas, gracias a Gallardón y la reforma del aborto hemos vuelto a convertirnos en objeto del deseo. No importa si sois jóvenes o viejas, si lleváis silicona o arrugas; si sois ricas o pobres. A los políticos solo les interesa vuestra mano... esa con la que vais a introducir el voto en la urna. Muy listos, porque hasta ahora la orientación del voto de las mujeres se ha revelado decisivo para dar la victoria a uno u otro partido. El ejemplo más claro está en las elecciones de 2008, cuando las mujeres propiciaron el triunfo de Zapatero. "En 2008 si solo hubieran votado los hombres, Rajoy hubiera ganado las elecciones, Zapatero ganó por las mujeres. Es pronto para saber cómo puede afectar esta reforma en las urnas. La cuestión del aborto es un driver de voto en minorías significativas que se sitúan a ambos extremos de la escala ideológica izquierda-derecha, pero para la mayoría se trata más de un debate político que de una prioridad en sus vidas", atestigua Narciso Michavila, reconocido demoscópico, presidente de la consultora Gad3 y en el que más confía el PP, con permiso de Arriola.
Aunque es pronto aún para determinar cuánto influirá la Ley de Gallardón (y de Rajoy), los partidos se aplican a estudiar sus consecuencias. Algo se temen, cuando un día sí y otro también los críticos populares con el proyecto no paran de pedir moderación tras el rechazo ciudadano a la reforma. El último, José Antonio Monago, presidente de Extremadura, que ha pedido su retirada directamente.
Hasta ahora, más que la ideología, a la mujer le preocupa que estén solucionados los asuntos sociales, cuyo peso en el hogar aun recae sobre ellas. A pesar de que se declaran más católicas y conservadoras que los hombres, estudios demoscópicos post electorales reconocen que la orientación de su voto vira hacia aquel partido que les ofrece más cobertura en políticas sociales y más capacidad de garantizar su Estado del bienestar. "Aunque ideológicamente son más moderadas, es verdad que para la reelección de Zapatero fueron determinantes. Las becas, las guarderías, el cuidado de los ancianos, influye mucho en las mujeres. En el 96, con Felipe González se quedaron las mujeres y los pensionistas porque son los que percibían el Estado del bienestar", analiza Ignacio Urquizu, otro sociólogo de los que más aciertan, próximo al PSOE. Urquizu observa cómo ante el hundimiento en Valencia del PP, el PSPV está utilizando el aborto como arma concreta de campaña. Otra socióloga reputada, Belén Barreiro, exdirectora del CIS, directora de la empresa de estudios de mercado My World y del Laboratorio de Fundación Alternativas dice que aunque no hay datos concretos, lo que se puede ver es que "las mujeres católicas están contra el aborto, pese a que la malformación sorprenda; pero las mujeres no católicas mayoritariamente están a favor de abortar. Es un asunto en el que las personas están muy polarizadas".
Los datos del CIS sobre intención de voto del barómetro de octubre muestran la atípica situación de que la orientación del voto de las mujeres con respecto a los dos grandes partidos está prácticamente igualada. Un 14,1% para el PP y un 16,8% para el PSOE, frente a las elecciones del 2011, cuando la predilección femenina por el PP era del 37,7% mientras con el PSOE fue del 26%. El PP parece haber tirado por la borda todo el trabajo electoral de 2011, cuando por primera vez hizo campaña para captar el voto de la mujer incluyendo numerosa presencia femenina en los carteles y empleando a tope la publicidad subliminal, como recuerda uno de los dirigentes que entonces trabajaron en esa área. Por eso internamente se entienden tan mal "las razones para desafiar al colectivo femenino con un asunto tan conflictivo como el aborto. Un tema que no era necesario poner encima de la mesa cuando lo que de verdad importa a los ciudadanos es cómo llegar a fin de mes", en palabras de un diputado que conoce bien las encuestas y que ha tenido puestos destacados en el partido. Las menores de 40, según el experto diputado, votan más en clave de igualdad salarial, derechos y libertades mientras que las mayores no responden a esos parámetros.
"A las mujeres lo que las ha movido siempre, según comprobé en dos estudios amplios que hice, son las políticas de igualdad y ese fue uno de los éxitos de Zapatero. Consideran que el aborto entra en esas políticas igualitarias. Mi experiencia con ellas es que moviliza más el voto las políticas de igualdad que las políticas sociales del Estado de Bienestar. Y no tengo razones para pensar que no sigue siendo así, aunque puede haber variado por la crisis", apunta Belén Barreiro.
Lo cierto es que habrá que estar atentos. Se ha abierto la caza del voto femenino entre los dos grandes partidos. No sólo por los datos espectaculares que da el CIS de cómo han caído las dos grandes marcas en intención de voto, sino porque por ahora ni siquiera los más sabios tienen muy claro qué efecto va a tener entre los votantes del PP el aborto. Como reconoce el diputado consultado: "Con la Ley Gallardón fidelizamos el voto de nuestra derecha más derecha, pero no sabemos cómo va a influir entre nuestras filas menos recalcitrantes. Tengo muchas compañeras enfadadas con el asunto de la malformación". En resumen, siguen sin ver la oportunidad de la medida.
Más claro lo tiene Belén Barreiro, quien está segura de que el aborto de Gallardón servirá para contentar y "sacar de casa" a los votantes del Partido Popular en las elecciones europeas. Porque ese es el objetivo de los dos grandes, PP y PSOE, sacar de sus hogares al voto fiel, dada la mala situación en la que se encuentran ambas formaciones.
Aunque es pronto aún para determinar cuánto influirá la Ley de Gallardón (y de Rajoy), los partidos se aplican a estudiar sus consecuencias. Algo se temen, cuando un día sí y otro también los críticos populares con el proyecto no paran de pedir moderación tras el rechazo ciudadano a la reforma. El último, José Antonio Monago, presidente de Extremadura, que ha pedido su retirada directamente.
Hasta ahora, más que la ideología, a la mujer le preocupa que estén solucionados los asuntos sociales, cuyo peso en el hogar aun recae sobre ellas. A pesar de que se declaran más católicas y conservadoras que los hombres, estudios demoscópicos post electorales reconocen que la orientación de su voto vira hacia aquel partido que les ofrece más cobertura en políticas sociales y más capacidad de garantizar su Estado del bienestar. "Aunque ideológicamente son más moderadas, es verdad que para la reelección de Zapatero fueron determinantes. Las becas, las guarderías, el cuidado de los ancianos, influye mucho en las mujeres. En el 96, con Felipe González se quedaron las mujeres y los pensionistas porque son los que percibían el Estado del bienestar", analiza Ignacio Urquizu, otro sociólogo de los que más aciertan, próximo al PSOE. Urquizu observa cómo ante el hundimiento en Valencia del PP, el PSPV está utilizando el aborto como arma concreta de campaña. Otra socióloga reputada, Belén Barreiro, exdirectora del CIS, directora de la empresa de estudios de mercado My World y del Laboratorio de Fundación Alternativas dice que aunque no hay datos concretos, lo que se puede ver es que "las mujeres católicas están contra el aborto, pese a que la malformación sorprenda; pero las mujeres no católicas mayoritariamente están a favor de abortar. Es un asunto en el que las personas están muy polarizadas".
Los datos del CIS sobre intención de voto del barómetro de octubre muestran la atípica situación de que la orientación del voto de las mujeres con respecto a los dos grandes partidos está prácticamente igualada. Un 14,1% para el PP y un 16,8% para el PSOE, frente a las elecciones del 2011, cuando la predilección femenina por el PP era del 37,7% mientras con el PSOE fue del 26%. El PP parece haber tirado por la borda todo el trabajo electoral de 2011, cuando por primera vez hizo campaña para captar el voto de la mujer incluyendo numerosa presencia femenina en los carteles y empleando a tope la publicidad subliminal, como recuerda uno de los dirigentes que entonces trabajaron en esa área. Por eso internamente se entienden tan mal "las razones para desafiar al colectivo femenino con un asunto tan conflictivo como el aborto. Un tema que no era necesario poner encima de la mesa cuando lo que de verdad importa a los ciudadanos es cómo llegar a fin de mes", en palabras de un diputado que conoce bien las encuestas y que ha tenido puestos destacados en el partido. Las menores de 40, según el experto diputado, votan más en clave de igualdad salarial, derechos y libertades mientras que las mayores no responden a esos parámetros.
"A las mujeres lo que las ha movido siempre, según comprobé en dos estudios amplios que hice, son las políticas de igualdad y ese fue uno de los éxitos de Zapatero. Consideran que el aborto entra en esas políticas igualitarias. Mi experiencia con ellas es que moviliza más el voto las políticas de igualdad que las políticas sociales del Estado de Bienestar. Y no tengo razones para pensar que no sigue siendo así, aunque puede haber variado por la crisis", apunta Belén Barreiro.
Lo cierto es que habrá que estar atentos. Se ha abierto la caza del voto femenino entre los dos grandes partidos. No sólo por los datos espectaculares que da el CIS de cómo han caído las dos grandes marcas en intención de voto, sino porque por ahora ni siquiera los más sabios tienen muy claro qué efecto va a tener entre los votantes del PP el aborto. Como reconoce el diputado consultado: "Con la Ley Gallardón fidelizamos el voto de nuestra derecha más derecha, pero no sabemos cómo va a influir entre nuestras filas menos recalcitrantes. Tengo muchas compañeras enfadadas con el asunto de la malformación". En resumen, siguen sin ver la oportunidad de la medida.
Más claro lo tiene Belén Barreiro, quien está segura de que el aborto de Gallardón servirá para contentar y "sacar de casa" a los votantes del Partido Popular en las elecciones europeas. Porque ese es el objetivo de los dos grandes, PP y PSOE, sacar de sus hogares al voto fiel, dada la mala situación en la que se encuentran ambas formaciones.