Ustedes no lo recordarán, pero 2003 fue un año lleno de prodigios. En ese año el accidente del transbordador Columbia acabó con la carrera espacial estadounidense, George Bush comenzó a bombardear Bagdad allegro ma non troppo, y Fran Perea se encaramó 16 semanas al top de ventas español con su nunca bien ponderada por la crítica 1+1 son 7. Santo, santo, santo.
Pues bien, ese mismo año, el fotógrafo Kenneth Adelman -tranquilos, no les tiene que sonar de nada-, que dedicaba todos sus esfuerzos a fotografiar los efectos de la erosión en la costa californiana, inmortalizó esta naturaleza muerta compuesta de casoplón, piscina, monte bajo y barranco para su apasionante estudio.
Foto: Kenneth & Gabrielle Adelman (Wikimedia Commons)
Pues bien, el casoplón en cuestión pertenecía a la cantante y actriz ( o actriz y cantante) Barbara Streisand, que corrió a denunciar al fotógrafo por atentado contra su intimidad.
El pequeño problema es que hasta ese momento NADIE sabía que esa casa pertenecía a la actriz y cantante ( o cantante y actriz), y esa información, gracias a un invento del maligno llamado Internet, corrió como la pólvora por la red, dando origen al -a partir de entonces- llamado "efecto Streisand", que viene a decir algo así como que si no quieres que algo se sepa en Internet, no cometas el error de convertirlo tu mismo en noticia, melón.
Pues bien, algo similar ha pasado hace escasos días con el muy viajero presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago. Y se lo voy a contar en cuatro actos, como si de una obra de teatro se tratase.
Acto primero
Aparece en la red un vídeo llamado 50 mentiras, claramente un teaser, que no habla de política ni menciona a Monago por ningún lado:
Acto segundo
El PP de Extremadura, dándose por aludido, contesta al vídeo en pocas horas utilizando su particular sentido del humor. Bueno, en realidad, su nulo sentido del humor.
Acto tercero
Como consecuencia de la contestación del PP, el vídeo de las 50 mentiras comienza a viralizarse de forma acelerada, alcanzando las 30.000 visualizaciones en Youtube y un alcance de más de 120.000 personas en Facebook.
Acto cuarto
Otros actores extremeños comienzan a sumarse a la fiesta, convirtiendo las 50 mentiras de Monago en toda una nueva categoría política:
Conclusión: Gracias a una contestación precipitada e innecesaria, el equipo de Monago convirtió en noticia algo que no lo era y que claramente le perjudicaba. Un efecto Streisand de libro.
Pues bien, ese mismo año, el fotógrafo Kenneth Adelman -tranquilos, no les tiene que sonar de nada-, que dedicaba todos sus esfuerzos a fotografiar los efectos de la erosión en la costa californiana, inmortalizó esta naturaleza muerta compuesta de casoplón, piscina, monte bajo y barranco para su apasionante estudio.
Foto: Kenneth & Gabrielle Adelman (Wikimedia Commons)
Pues bien, el casoplón en cuestión pertenecía a la cantante y actriz ( o actriz y cantante) Barbara Streisand, que corrió a denunciar al fotógrafo por atentado contra su intimidad.
El pequeño problema es que hasta ese momento NADIE sabía que esa casa pertenecía a la actriz y cantante ( o cantante y actriz), y esa información, gracias a un invento del maligno llamado Internet, corrió como la pólvora por la red, dando origen al -a partir de entonces- llamado "efecto Streisand", que viene a decir algo así como que si no quieres que algo se sepa en Internet, no cometas el error de convertirlo tu mismo en noticia, melón.
Pues bien, algo similar ha pasado hace escasos días con el muy viajero presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago. Y se lo voy a contar en cuatro actos, como si de una obra de teatro se tratase.
Acto primero
Aparece en la red un vídeo llamado 50 mentiras, claramente un teaser, que no habla de política ni menciona a Monago por ningún lado:
Acto segundo
El PP de Extremadura, dándose por aludido, contesta al vídeo en pocas horas utilizando su particular sentido del humor. Bueno, en realidad, su nulo sentido del humor.
Acto tercero
Como consecuencia de la contestación del PP, el vídeo de las 50 mentiras comienza a viralizarse de forma acelerada, alcanzando las 30.000 visualizaciones en Youtube y un alcance de más de 120.000 personas en Facebook.
Acto cuarto
Otros actores extremeños comienzan a sumarse a la fiesta, convirtiendo las 50 mentiras de Monago en toda una nueva categoría política:
Conclusión: Gracias a una contestación precipitada e innecesaria, el equipo de Monago convirtió en noticia algo que no lo era y que claramente le perjudicaba. Un efecto Streisand de libro.