Como vamos viendo a lo largo de esta serie, no todos los detectives o policías de la novela negra sobreviven única y exclusivamente a base de whisky barato y hamburguesas. El comisario Maigret es uno de los grandes referentes para demostrar la gran falsedad de dicho estereotipo. El maravilloso personaje de Georges Simenon no sabe hacer un mísero huevo frito, pero ni puñetera falta que le hace. Louise Leonard, más conocida como Madame Maigret, lo hace por él a diario, obsequiándole cada noche cuando llega a casa después de pelearse con los peores delincuentes de Paris con contundentes, deliciosos e inigualables platos de lo mejor de la cocina francesa.
Es tal el nivel gastronómico del personaje, que hace ya años el escritor Robert J. Courtine se ocupó de recopilar la ingente cantidad de recetas que aparecen en sus libros y las puso en blanco y negro en un maravilloso volumen. Nació así Las recetas de Madame Maigret, todo un tratado gastronómico criminal completamente indispensable en la biblioteca de cualquier aficionado al género que se precie. No obstante, cabe una alternativa aún mucho mas gratificante. Si se desea disfrutar de la cocina del comisario, bastará con bucear por cualquiera de sus más de setenta magnificas e inolvidables novelas. Ojo, las novelas de Maigret dan hambre. Estais avisados.
Para ir haciendo boca, aquí relato una de sus mejores recetas que, oh casualidad, era el plato preferido de Georges Simenon, padre literario de nuestro ilustre comisario e impagable personaje. ¡Bon apetit!
 
 
MUNICIÓN
- 2 kilos de mejillones
- 1 cebolla
- 1 puerro
- 2 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 vaso de vino blanco
- Nata para cocinar
- Mostaza de Dijon
- 50 gr. de mantequilla
- Perejil
- Patatas
PRÁCTICAS DE TIRO
Limpiar los mejillones y ponerlos en un bol con agua durante unos minutos. A continuación, dejarlos en un escurridor. Antes de cocinar los mejillones, ponemos a freír una buena cantidad de patatas. En lo que se fríen éstas, tendremos preparados los mejillones, y es imprescindible que este maravilloso plato se consuma recién hecho.
Calentamos en una cazuela la mantequilla con un chorrito de aceite. Añadimos el ajo, la cebolla y el puerro muy picados y los dejamos pochar. A continuación, añadimos un par de puñados generosos de perejil picado y la hoja de laurel, y lo dejamos un par de minutos más.
Transcurrido ese tiempo, añadiremos a la cazuela el vaso de vino blanco, medio vaso de nata y un par de cucharaditas de mostaza de Dijon. Removemos bien el conjunto para que se integren los sabores y subimos el fuego al máximo para que se evapore el alcohol. Añadimos a la cazuela los mejillones y tapamos la cazuela, dejando hervir unos cinco minutos, ahora ya a fuego medio.
Pasado ese tiempo, apagamos el fuego y retiramos la cazuela. Espolvoreamos nuevamente con dos puñados generosos de perejil y llevamos la cazuela al centro de la mesa a toda velocidad. Y a comer. La gracia de este plato es ir comiendo los mejillones en sus conchas bien inundados de salsa, acompañados de una inmensa fuente de patatas fritas. La mezcla resulta absolutamente espectacular. De hecho, acabo de apuntar en la lista de la compra mejillones y patatas. Escribir esta serie de posts me está matando...
PARA BEBER
Cerveza belga, posiblemente la mejor del mundo (no le digas esto jamás a un aleman). Me fascina la "Duvel", tipo Ale, con el amargor justo.
PARA ESCUCHAR
Jacques Brel. "Ne Me Quitte Pas". Una y otra vez en bucle el disco completo.
PARA LEER
Todo Maigret es fantastico. "Las vacaciones de Maigret" es una de mis preferidas. Georges Simenon.
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J.L. Rod es guionista y escritor de novela negra. Autor de "La suerte de los irlandeses", la novela negra mas vendida en la historia de Amazon en España, con mas de 50.000 ejemplares descargados por los lectores. Acaba de publicar "Señales de humo", un delicioso e inolvidable recorrido gastronómico y criminal por lo mejor de la Novela Negra, a través del amor a la cocina de sus personajes más inolvidables.