Como cada semana, el equipo de Jordi Évole me regala ese oasis televisivo que es Salvados. Digo regala con algo de mala conciencia, ya que no pago por verlo; me encantaría hacerlo, pero no sé cómo. En este caso no quiero colaborar con la Sexta ni con los anunciantes que la infectan, ni con Atresplayer o el Terrat, ni pagar impuestos al Gobierno para que fomente la cultura. Quiero ayudar exclusivamente al programa, o sólo a Jordi, o a Lupe y Víctor, por ejemplo. Y desde luego, no quiero que mi aportación pase por ningún banco, sino que vaya directamente de mi bolsillo al suyo. Pero ¿cómo?
Admiro a Lucio Urtubia. Coincido con él en todo lo que dice y hace. Aunque él no necesita mi admiración; él querrá, supongo, que me ponga manos a la obra: menos admirar y más hacer. Lucio, yo no sé robar bancos, lo siento. Si alguien me enseña, estaré encantado de hacerlo; mientras tanto, prometo evitarlos siempre que pueda, y ayudar a otra gente a que también se independice de la casta bancaria, causa de tanto dolor y destrucción. Pero para eso hace falta tener una alternativa realista. Y en eso estamos...
El programa da voz a esos pequeños héroes silenciados por el resto del establishment mediático, que ya es mucho decir. Pero lo hace en tono anecdótico, como si hablara de una entrañable curiosidad histórica. No enlaza con la actualidad, no es plenamente consciente de la importancia e influencia que tales personajes pueden tener en la sociedad contemporánea.
Lucio Urtubia habla para la campaña #OccupyBanking #RetornoEnLibertad from Radi.ms on Vimeo.
En el caso de Lucio, siguen la estela del documental de RTVE con el calculadamente despectivo título de El último anarquista. En el caso de Enric Duran, omite descaradamente los datos más significativos de su relato: omite el intento de abrir el debate sobre la nula legitimidad democrática y moral de banqueros, políticos y hombres de negocios, así como de algunos jueces que trabajan en connivencia con los banqueros; sobre las posibles alternativas que la sociedad civil está diseñando; y en especial sobre el verdadero quid de la cuestión, el mecanismo de creación del dinero, que hasta el propio Bank of England admite que es injusto y perjudicial para la sociedad.
Comunicado #OccupyBanking #RetornoEnLibertad Enric Duran (Subtitulado Castellano) from Radi.ms on Vimeo.
Enric es conocido más allá de nuestras fronteras por las innovadoras cooperativas que ha impulsado pese a sus dificultades legales. Salvados omite, por ejemplo, las cooperativas integrales, como la CIC, una compleja red de personas jurídicas y aplicaciones informáticas que está permitiendo que miles de catalanes vivan cada vez más al margen del Estado capitalista, de sus bancos y de su terrorismo financiero. En Cataluña, el miedo ya está cambiando de bando, y eso no es algo que periodistas de la talla de Évole debieran pasar por alto. Paradójicamente, el interés internacional por la CIC y su modo de operar es creciente y abrumador.
Retorn. Una història que vam construir juntes from Radi.ms on Vimeo.
Se omite también la FairCoop, un ambicioso proyecto que con menos de un año de vida ya se presenta como una posible alternativa. Este nuevo ecosistema global cooperativo y descentralizado cuenta ya con algunos servicios que nos permiten recuperar nuestra soberanía financiera.
Con faircoin, la criptodivisa que utiliza FairCoop, cada persona es dueña de sus ahorros, y decide cómo quiere gastarlos. Ya se puede comprar y vender todo tipo de cosas en faircoins, gracias a aplicaciones que está desarrollando FairCoop conjuntamente con Entropy Factory y otros. Se puede incluso pagar la factura del teléfono, del alquiler o de cualquier otro servicio usando faircoin o la criptomoneda que más te guste, sin siquiera tener que registrarte. Gracias a Litepaid y Bitswop, cualquier comercio puede elegir aceptar pagos en euros, faircoins o lo que quiera. Con Ukash y Halcash puedo enviarte dinero directa e instantáneamente desde la otra punta del planeta, y tú lo puedes sacar del cajero sin necesidad de que ni tú ni yo tengamos tarjeta ni cuenta bancaria. Getfaircoin y Fairtoearth permiten intercambiar fácilmente euros por faircoins, y viceversa.
El faircoin como reserva de valor (via Coinmarketcap)
Todo esto ya es una realidad, y son sólo algunas de las alternativas que facilitan la migración progresiva a otro sistema económico más equitativo, democrático y transparente.
No se trata de que la nueva economía mundial esté en manos de un ladrón de bancos, ni de un puñado de hackers y activistas; para evitar la creación de una nueva oligarquía, es necesaria una estructura inclusiva y horizontal de democracia participativa, gobernada por unos férreos valores y principios éticos que antepongan el bien común al privado. Por eso, FairCoop es una cooperativa abierta: significa que tú también puedes influir, opinar y formar parte de la toma de decisiones, votando o participando en la fairNetwork, la red social de FairCoop.
Gracias a estas herramientas, tal vez algún día pueda pagarle a Salvados lo que merece, sin pasar por el banco. Y tal vez algún día Salvados pueda liberarse del entramado empresarial al que pertenece, y alcanzar así una verdadera independencia y una libertad de expresión completa.
Vivimos en un país en el que la primera causa de muerte no natural es el suicidio, en un continente con las playas manchadas de sangre, en un planeta que se asfixia. Honestamente, no sé si ésta es la solución, ni siquiera sé si es el camino, pero si esto no funciona lo seguiremos intentando, hasta el fin de nuestras fuerzas. No podemos seguir dejando nuestras vidas en manos de draghis, lagardes, botines, florentinos, merkels y ratos. Como dice Enric, el planeta no puede esperar.
-----------------
El 'HuffPost' no me paga nada por este blog, pero si te gusta, puedes invertir en él:
Bitcoin → 1MB2dHuWHLGYFdWnaigrUSQTdooZZyq8Dg
Faircoin → fFsgGuVab6Mibk4pCxM8rK9p1oFocNXzYC