Hace pocos días escuché una frase que me llamó mucho la atención por su originalidad y por responder claramente a la cruda realidad: "La vida es como una orquesta dirigida por un idiota". Si cambiamos la palabra "vida" por "política española", reflejaría a la perfección lo que vive nuestro país en los últimos años.
Repasando estos últimos cuatro años, hemos visto escenarios muy distintos en un corto espacio de tiempo. Un país muy estable políticamente, donde lo máximo que podíamos esperar era la alternancia en los gobiernos entre los dos partidos mayoritarios PSOE y PP. En un principio IU y UPyD subían como la espuma, incluso IU llegó a pensar que su histórico sueño del sorpasso al PSOE podía convertirse en realidad, y UPyD se veía en una posición que nunca hubiera imaginado. Los ciudadanos buscaban como locos una alternativa a los partidos que han gobernado este país durante muchos años, ya que la gestión de la crisis económica ha puesto en duda su capacidad, algo que le hubiera pasado a cualquier partido que le hubiera tocado gestionar esta situación tan complicada, como se ha comprobado también en Grecia.
Entonces apareció Podemos, que se convirtió en una posible esperanza para los que huían de los partidos mayoritarios, pero también se convirtió en referente para los que habían pensado en IU y UPyD como posible refugio electoral. El paso del tiempo demostró que no era tan virgen como pensábamos y acabo cayendo en las mismas prácticas que criticaban previamente a los dos grandes partidos. Esta primera fase significó la caída en picado de IU e incluso el traslado de mucho capital humano a Podemos, en esta realidad tan cambiante puede incluso darse la curiosa situación del arrepentimiento precipitado de algunos de los que decidieron abandonar IU antes de tiempo.
En una segunda fase nos encontramos con el ascenso fulgurante de Ciudadanos, un partido menos nuevo que Podemos pero con menor recorrido en el ámbito nacional. Los potenciales votantes que se mostraban dispuestos a apoyar a Podemos sin compartir su ideología, se refugiaron en Ciudadanos, al igual que muchos votantes tradicionales del PP que no se sentían identificados ideológicamente con ningún otro partido de los existentes hasta ahora. Antes del ascenso de Ciudadanos se produjo un hecho del que se arrepentirá toda la vida Rosa Díez y que seguramente suponga la muerte de su partido, UPyD: unas negociaciones para unir fuerzas con Ciudadanos que decidió no aceptar, en contra de algunos dirigentes de su partido. Al igual que pasó con IU, vemos cómo muchos de los cuadros de UPyD están abandonando el partido para unirse a Ciudadanos, al ver que las encuestas les dan más opciones en las próximas elecciones.
Todo esto, hasta llegar a la situación actual, donde vemos a cuatro partidos con poca diferencia, PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos. Dependiendo de la encuesta, el primer puesto pasa de unos a otros. Se ve claramente cómo Podemos ha empezado una caída que se acentúa con el paso del tiempo, PSOE y PP se encuentran estabilizados y con poco crecimiento y Ciudadanos parece estar llegando a su techo.
La evolución a partir de ahora dependerá de muchos factores. Les dejo mi previsión, que tiene una parte de deseo, que pasa por que el PSOE consiga que se visualice el cambio que se está produciendo en la organización a nivel nacional, pero que todavía no ha calado del todo en la ciudadanía. ¿Cuántos ciudadanos conocen que según Transparencia Internacional, el PSOE es el partido más transparente, por delante de Podemos? ¿Cuántos conocen que su líder se enfrenta a menudo a asambleas abiertas a pecho descubierto? ¿Cuántos conocen que se expulsó inmediatamente a todos los relacionados con las polémicas 'tarjetas black'?
Si consigue que el barco no se mueva mucho después del 24 de mayo y si dejan que Pedro Sánchez se siga consolidando, el PSOE ganará las elecciones generales. Aunque también se podría dar otro escenario que, a día de hoy, considero poco probable: el hipotético cambio de candidato del PP. Pero ni con eso bastaría para llegar a tiempo, frente a los muchos cambios que el PSOE ya ha hecho. El PP llega tarde.
Repasando estos últimos cuatro años, hemos visto escenarios muy distintos en un corto espacio de tiempo. Un país muy estable políticamente, donde lo máximo que podíamos esperar era la alternancia en los gobiernos entre los dos partidos mayoritarios PSOE y PP. En un principio IU y UPyD subían como la espuma, incluso IU llegó a pensar que su histórico sueño del sorpasso al PSOE podía convertirse en realidad, y UPyD se veía en una posición que nunca hubiera imaginado. Los ciudadanos buscaban como locos una alternativa a los partidos que han gobernado este país durante muchos años, ya que la gestión de la crisis económica ha puesto en duda su capacidad, algo que le hubiera pasado a cualquier partido que le hubiera tocado gestionar esta situación tan complicada, como se ha comprobado también en Grecia.
Entonces apareció Podemos, que se convirtió en una posible esperanza para los que huían de los partidos mayoritarios, pero también se convirtió en referente para los que habían pensado en IU y UPyD como posible refugio electoral. El paso del tiempo demostró que no era tan virgen como pensábamos y acabo cayendo en las mismas prácticas que criticaban previamente a los dos grandes partidos. Esta primera fase significó la caída en picado de IU e incluso el traslado de mucho capital humano a Podemos, en esta realidad tan cambiante puede incluso darse la curiosa situación del arrepentimiento precipitado de algunos de los que decidieron abandonar IU antes de tiempo.
En una segunda fase nos encontramos con el ascenso fulgurante de Ciudadanos, un partido menos nuevo que Podemos pero con menor recorrido en el ámbito nacional. Los potenciales votantes que se mostraban dispuestos a apoyar a Podemos sin compartir su ideología, se refugiaron en Ciudadanos, al igual que muchos votantes tradicionales del PP que no se sentían identificados ideológicamente con ningún otro partido de los existentes hasta ahora. Antes del ascenso de Ciudadanos se produjo un hecho del que se arrepentirá toda la vida Rosa Díez y que seguramente suponga la muerte de su partido, UPyD: unas negociaciones para unir fuerzas con Ciudadanos que decidió no aceptar, en contra de algunos dirigentes de su partido. Al igual que pasó con IU, vemos cómo muchos de los cuadros de UPyD están abandonando el partido para unirse a Ciudadanos, al ver que las encuestas les dan más opciones en las próximas elecciones.
Todo esto, hasta llegar a la situación actual, donde vemos a cuatro partidos con poca diferencia, PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos. Dependiendo de la encuesta, el primer puesto pasa de unos a otros. Se ve claramente cómo Podemos ha empezado una caída que se acentúa con el paso del tiempo, PSOE y PP se encuentran estabilizados y con poco crecimiento y Ciudadanos parece estar llegando a su techo.
La evolución a partir de ahora dependerá de muchos factores. Les dejo mi previsión, que tiene una parte de deseo, que pasa por que el PSOE consiga que se visualice el cambio que se está produciendo en la organización a nivel nacional, pero que todavía no ha calado del todo en la ciudadanía. ¿Cuántos ciudadanos conocen que según Transparencia Internacional, el PSOE es el partido más transparente, por delante de Podemos? ¿Cuántos conocen que su líder se enfrenta a menudo a asambleas abiertas a pecho descubierto? ¿Cuántos conocen que se expulsó inmediatamente a todos los relacionados con las polémicas 'tarjetas black'?
Si consigue que el barco no se mueva mucho después del 24 de mayo y si dejan que Pedro Sánchez se siga consolidando, el PSOE ganará las elecciones generales. Aunque también se podría dar otro escenario que, a día de hoy, considero poco probable: el hipotético cambio de candidato del PP. Pero ni con eso bastaría para llegar a tiempo, frente a los muchos cambios que el PSOE ya ha hecho. El PP llega tarde.