Cuando ya se llevaban ayer varias horas de retraso en el lamentable y lentísimo cómputo de votos, cuentan las crónicas que ni en la sede del Partido Popular ni en la del Partido Socialista se habían congregado muchos de sus más reconocidos dirigentes. Obviamente, ni en Génova ni en Ferraz hubo presencia de militantes o simpatizantes como en otras ocasiones. Tanto el PP como el PSOE perdieron ayer votos, por más que entre los dos millones y medio del primero y los más de medio millón del segundo haya una notable diferencia.
Lo cierto es que, a esa misma hora en que los dos partidos dinásticos trataban de digerir la debacle o el consuelo, en Barcelona y Madrid dos mujeres eran aclamadas por la ciudadanía después de obtener unos sobresalientes resultados en ambas ciudades. Las dos, Ada Colau y Manuela Carmena, como candidatas respectivamente de Barcelona en común y Ahora Madrid, podrán ser alcaldesas de las dos capitales más importantes del país gracias a los votos cosechados por el estimulante impulso que Podemos ha dado a la participación política en España y a un ejercicio decente de la política.
No sé si el Partido Popular será capaz de reconocer lo que esto representa para el porvenir del país y dejará de lado la deplorable campaña electoral de insidias y difamaciones con la que ha combatido al partido de Pablo Iglesias. Supongo que el PSOE acierte también a verificar la autocrítica que merece su imitación en este sentido del mal ejemplo del PP. Lo cierto es que Podemos ha obtenido -solo o en común- unos magníficos resultados. Tal como ha dicho Iglesias, aunque esperaba que el desgaste de los dos grandes partidos hubiera sido mayor, es evidente que cada vez que se abren las urnas Podemos crece y que su partido está actuando como auténtica palanca del cambio.
Nada mejor para ilustrar lo que las urnas han dicho ayer que la imagen de Ada Colau hace unos años, cuando presidía la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), colectivo desde el que dio el salto a Barcelona en común. Quien fue detenida por agentes policiales por su valiente compromiso en pro de las familias desalojadas de sus casas, podrá ser muy pronto alcaldesa de Barcelona. Tanto Ada Colau como Manuela Carmena han podido, aunque no solo con Podemos. Y esto puede ser el principio de lo que la próxima cita electoral puede deparar a quienes confluyan con las dos próximas alcaldesas de Barcelona y Madrid en ese objetivo.
Se podría decir, sin ninguna exageración, que Colau y Carmena son ahora mismo dos mujeres fundamentalmente significativas para el futuro inmediato de España. Y quienes, desde otras alternativas políticas, no lo estimen así, podrían quedarse al margen de ese porvenir.
Este post fue publicado inicialmente en el blog del autor
Lo cierto es que, a esa misma hora en que los dos partidos dinásticos trataban de digerir la debacle o el consuelo, en Barcelona y Madrid dos mujeres eran aclamadas por la ciudadanía después de obtener unos sobresalientes resultados en ambas ciudades. Las dos, Ada Colau y Manuela Carmena, como candidatas respectivamente de Barcelona en común y Ahora Madrid, podrán ser alcaldesas de las dos capitales más importantes del país gracias a los votos cosechados por el estimulante impulso que Podemos ha dado a la participación política en España y a un ejercicio decente de la política.
No sé si el Partido Popular será capaz de reconocer lo que esto representa para el porvenir del país y dejará de lado la deplorable campaña electoral de insidias y difamaciones con la que ha combatido al partido de Pablo Iglesias. Supongo que el PSOE acierte también a verificar la autocrítica que merece su imitación en este sentido del mal ejemplo del PP. Lo cierto es que Podemos ha obtenido -solo o en común- unos magníficos resultados. Tal como ha dicho Iglesias, aunque esperaba que el desgaste de los dos grandes partidos hubiera sido mayor, es evidente que cada vez que se abren las urnas Podemos crece y que su partido está actuando como auténtica palanca del cambio.
Nada mejor para ilustrar lo que las urnas han dicho ayer que la imagen de Ada Colau hace unos años, cuando presidía la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), colectivo desde el que dio el salto a Barcelona en común. Quien fue detenida por agentes policiales por su valiente compromiso en pro de las familias desalojadas de sus casas, podrá ser muy pronto alcaldesa de Barcelona. Tanto Ada Colau como Manuela Carmena han podido, aunque no solo con Podemos. Y esto puede ser el principio de lo que la próxima cita electoral puede deparar a quienes confluyan con las dos próximas alcaldesas de Barcelona y Madrid en ese objetivo.
Se podría decir, sin ninguna exageración, que Colau y Carmena son ahora mismo dos mujeres fundamentalmente significativas para el futuro inmediato de España. Y quienes, desde otras alternativas políticas, no lo estimen así, podrían quedarse al margen de ese porvenir.
Este post fue publicado inicialmente en el blog del autor