Hace unas semanas, la revista The Economist publicó un artículo titulado "¿Por qué Fintech no matará a los bancos?". En él, aborda uno de los temas más candentes en el actual mundillo financiero: ¿cómo deben reaccionar los bancos tradicionales ante la fuerza que han tomado las plataformas de préstamos entre personas?
La solución no es ni fácil ni previsible. A pesar del ruido de los últimos meses, estamos ante un partido que acaba de comenzar. Lo único que ya está fuera de dudas es que las plataformas de préstamos entre personas en sus respectivas modalidades, desde el crowdfunding al crowdlending o el crowdequity, han llegado para quedarse.
Pero, como bien apunta la revista británica, Lending Club -que es la plataforma más grande- no ha llegado todavía a intermediar 10.000 millones de préstamos, frente a los billones que maneja la banca tradicional. La perspectiva de que el pez chico que se coma al pez grande no parece cercana, pero esto no evita que la inquietud y los movimientos en el sector financiero estén en máximos.
"En estos momentos, no hay nada claro. Hay algunos bancos que están asociándose a las plataformas ya existentes, siguiendo el modelo de Google, y otros valoran ir por su cuenta", explica Rodrigo García de la Cruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles y autor del informe Los nuevos competidores de la banca.
Los ejemplos de bancos que se asocian con las plataformas se suceden en todo el mundo. Entre las entidades españolas, las pruebas se están haciendo fuera del territorio nacional. En 2012, el Banco Santander se asoció con Funding Circle, del Reino Unido, y ese mismo año, BBVA hacía una operación similar en EEUU con Ondeck.
En la línea totalmente opuesta parece apuntar Goldman Sachs. El gigante mundial de la banca no quiere dejar pasar la cuota de mercado que ofrecen los préstamos minoristas y, según apuntaba hace unos días The New York Times, está trabajando en la puesta en marcha de su propia plataforma de préstamos p2p.
Son los primeros movimientos para posicionarse ante la potencia del sector Fintech, cuya principal amenaza no viene de las plataformas de p2p lending sino de los grandes jugadores del mundo tecnológico 2.0, como refleja un estudio realizado por el IEB.
Google, Paypal, Apple, Facebook, Amazon... Todos ellos ya han empezado a dar sus primeros pasos en el mundo financiero: desde los monederos electrónicos de Google, Paypal y Appel, hasta los préstamos directos de Amazon, la plataforma de envío de divisas de Facebook, e incluso un innovador bróker online que ha creado también Google.
"La gran amenaza de estas compañías está en la concepción del negocio. La gestión financiera no es su objetivo, no es su core business, sólo un medio más para hacer negocio con lo que ellos saben hacerlo, los datos", explica Rodrigo García de la Cruz. Esto significa, según este experto, que esos gigantes no tendrán ningún problema en ofrecer esos servicios a un coste muy inferior al que lo hace la banca, "provocando un descalabro en los márgenes".
Pero no sólo el factor precio juega a su favor. Estas compañías, además, hablan el mismo lenguaje que sus clientes, los famosos millenials, que ya están cambiando las reglas del juego en todos los negocios, especialmente en el de la banca. Son jóvenes, no tienen miedo a los negocios online, su relación con los bancos será por esta vía o no será, ya que la mayoría no ha pisado una sucursal en su vida ni sabe para qué tendría que hacerlo.
Ellos son los clientes del futuro y, en base a sus intereses, se está construyendo la banca de los próximos años, que antes o después combinará la banca que ahora conocemos como tradicional con la que, hasta ahora, era alternativa.
La solución no es ni fácil ni previsible. A pesar del ruido de los últimos meses, estamos ante un partido que acaba de comenzar. Lo único que ya está fuera de dudas es que las plataformas de préstamos entre personas en sus respectivas modalidades, desde el crowdfunding al crowdlending o el crowdequity, han llegado para quedarse.
Pero, como bien apunta la revista británica, Lending Club -que es la plataforma más grande- no ha llegado todavía a intermediar 10.000 millones de préstamos, frente a los billones que maneja la banca tradicional. La perspectiva de que el pez chico que se coma al pez grande no parece cercana, pero esto no evita que la inquietud y los movimientos en el sector financiero estén en máximos.
"En estos momentos, no hay nada claro. Hay algunos bancos que están asociándose a las plataformas ya existentes, siguiendo el modelo de Google, y otros valoran ir por su cuenta", explica Rodrigo García de la Cruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles y autor del informe Los nuevos competidores de la banca.
Los ejemplos de bancos que se asocian con las plataformas se suceden en todo el mundo. Entre las entidades españolas, las pruebas se están haciendo fuera del territorio nacional. En 2012, el Banco Santander se asoció con Funding Circle, del Reino Unido, y ese mismo año, BBVA hacía una operación similar en EEUU con Ondeck.
En la línea totalmente opuesta parece apuntar Goldman Sachs. El gigante mundial de la banca no quiere dejar pasar la cuota de mercado que ofrecen los préstamos minoristas y, según apuntaba hace unos días The New York Times, está trabajando en la puesta en marcha de su propia plataforma de préstamos p2p.
Son los primeros movimientos para posicionarse ante la potencia del sector Fintech, cuya principal amenaza no viene de las plataformas de p2p lending sino de los grandes jugadores del mundo tecnológico 2.0, como refleja un estudio realizado por el IEB.
Google, Paypal, Apple, Facebook, Amazon... Todos ellos ya han empezado a dar sus primeros pasos en el mundo financiero: desde los monederos electrónicos de Google, Paypal y Appel, hasta los préstamos directos de Amazon, la plataforma de envío de divisas de Facebook, e incluso un innovador bróker online que ha creado también Google.
"La gran amenaza de estas compañías está en la concepción del negocio. La gestión financiera no es su objetivo, no es su core business, sólo un medio más para hacer negocio con lo que ellos saben hacerlo, los datos", explica Rodrigo García de la Cruz. Esto significa, según este experto, que esos gigantes no tendrán ningún problema en ofrecer esos servicios a un coste muy inferior al que lo hace la banca, "provocando un descalabro en los márgenes".
Pero no sólo el factor precio juega a su favor. Estas compañías, además, hablan el mismo lenguaje que sus clientes, los famosos millenials, que ya están cambiando las reglas del juego en todos los negocios, especialmente en el de la banca. Son jóvenes, no tienen miedo a los negocios online, su relación con los bancos será por esta vía o no será, ya que la mayoría no ha pisado una sucursal en su vida ni sabe para qué tendría que hacerlo.
Ellos son los clientes del futuro y, en base a sus intereses, se está construyendo la banca de los próximos años, que antes o después combinará la banca que ahora conocemos como tradicional con la que, hasta ahora, era alternativa.