Las lesiones son uno de los principales temores de deportistas, profesionales y amantes de la actividad física. Porque, por muy experto que se sea, nadie está exento de sufrir una.
De este modo, igual que el verano es un momento perfecto para poner en práctica todos aquellos deportes para los que no tenemos tiempo en invierno, también es una época en la que abundan las lesiones. Y éstas pueden producirse por varias razones: desde accidentes fortuitos hasta mala ejecución de los ejercicios pasando por la falta de calentamiento previo o de estiramiento posterior, el sobreuso o la sobrecarga. Sea de la manera que sea, lo cierto es que a todas las personas que sufren una lesión, si son deportistas más aún, el periodo de recuperación les resulta un infierno.
Pero hay salida, siempre la hay, especialmente para los amantes del yoga y el pilates. El autoconocimiento y la indagación de ambas disciplinas ayuda a crear una firme y sólida armadura moral para seguir adelante en caso de lesión.
Estos cuatro puntos pueden ser un buen comienzo para enfrentarse a una situación así:
Durante los primeros días puede que no se vea más allá de las consecuencias desastrosas que se van a tener durante una temporada: reposo, muletas, medicación... Pero con el paso del tiempo, si se mantiene una disciplina constante --meditación, pranayama (respiración), posturas restauradoras de yoga o pilates para el refuerzo muscular profundo-- se alcanzará la sabiduría necesaria para darle al cuerpo la atención que necesita.
Resulta realmente sorprendente descubrir que pese a no estar al 100%, nuestro cuerpo consigue hacer posturas que antes, estando físicamente más fuerte, no podía hacer.
Una lesión puede ser una lección de vida, la oportunidad perfecta para desarrollar un autoconocimiento físico y emocional, y para saber que la vida tiene momentos amargos pero tenemos las herramientas adecuadas para salir airosos de ellos.
De este modo, igual que el verano es un momento perfecto para poner en práctica todos aquellos deportes para los que no tenemos tiempo en invierno, también es una época en la que abundan las lesiones. Y éstas pueden producirse por varias razones: desde accidentes fortuitos hasta mala ejecución de los ejercicios pasando por la falta de calentamiento previo o de estiramiento posterior, el sobreuso o la sobrecarga. Sea de la manera que sea, lo cierto es que a todas las personas que sufren una lesión, si son deportistas más aún, el periodo de recuperación les resulta un infierno.
Pero hay salida, siempre la hay, especialmente para los amantes del yoga y el pilates. El autoconocimiento y la indagación de ambas disciplinas ayuda a crear una firme y sólida armadura moral para seguir adelante en caso de lesión.
Estos cuatro puntos pueden ser un buen comienzo para enfrentarse a una situación así:
- No deprimirse y aceptar lo que ahora toca.
- Servirse de buenos profesionales para que ayuden en la recuperación.
- Aprovechar para hacer esas cosas para las que antes nunca había tiempo.
- Aprender de los errores: si la lesión vino por no estirar o calentar a tiempo, ya se sabe...
Durante los primeros días puede que no se vea más allá de las consecuencias desastrosas que se van a tener durante una temporada: reposo, muletas, medicación... Pero con el paso del tiempo, si se mantiene una disciplina constante --meditación, pranayama (respiración), posturas restauradoras de yoga o pilates para el refuerzo muscular profundo-- se alcanzará la sabiduría necesaria para darle al cuerpo la atención que necesita.
Resulta realmente sorprendente descubrir que pese a no estar al 100%, nuestro cuerpo consigue hacer posturas que antes, estando físicamente más fuerte, no podía hacer.
Una lesión puede ser una lección de vida, la oportunidad perfecta para desarrollar un autoconocimiento físico y emocional, y para saber que la vida tiene momentos amargos pero tenemos las herramientas adecuadas para salir airosos de ellos.