Según el informe de la Universidad de Harvard La Prevención del cáncer, un 30% de los casos de cáncer mortales son provocados por una mala alimentación y por la obesidad. El cáncer es una enfermedad multifactorial, por lo tanto nadie nos puede asegurar que si llevamos una vida sana, nos alimentamos de forma saludable, hacemos ejercicio de manera regular y no fumamos, nos vayamos a librar de él. Son muchos los factores que interaccionan cuando hablamos de esta enfermedad. Sin embargo, lo que sí está claro es que tener hábitos de vida saludables que incluyan hacer ejercicio, eliminar el tabaco, llevar una dieta rica en alimentos frescos y reducir los niveles de estrés en nuestra vida entre otras cosas, reducen la probabilidad de desarrollar cáncer.
Existen alimentos que han demostrado su actividad anticarcinogénica, bien en la prevención o en el tratamiento y reducción de tumores.
Algunos de estos aliados naturales para prevenir y combatir la enfermedad son:
− Brócoli. Tiene un alto contenido en isotiocianatos. El gen 53, conocido también como el guardián del genoma se encarga de mantener a las células sanas y evitar que se inicie el crecimiento anormal propio del cáncer. Cuando este gen 53 se vuelve defectuoso su falta de control hace que las células anormales proliferen y den lugar a distintos tipos de cáncer. Los isotocianatos -que encontramos en el brócoli, el repollo y la coliflor-, pueden contribuir a eliminar la proteína del g53 defectuoso y dejar libres las proteínas sanas para ayudar a suprimir el desarrollo de tumores.
− Tomates, fresas y sandía. El licopeno que contienen podría reducir la incidencia de distintos tipos de cánceres, especialmente el de próstata, aunque no hay evidencias concluyentes. El licopeno inhibe la proliferación celular y modula los mecanismos inmunológicos.
− Frutas, verduras y mermeladas. Las personas que comen abundante cantidad de frutas y verduras tienen menos probabilidad de desarrollar cáncer. Esto se debe en gran medida a la pectina, un gelificante natural de las frutas y las hortalizas, que también se usa para fabricar mermeladas y que inhibe la galectina 3, una proteína que ayuda a la diseminación del cáncer en el organismo.
− Cúrcuma. Es uno de los antiinflamatorios naturales más potentes. Además tiene cualidades antitrombóticas, hipocolesterolemiantes, hepatoprotectoras, antimicrobianas, antioxidantes, anticancerosas. Algunos estudios han comprobado que la curcumina inhibe el crecimiento de algunos tumores como los de colon, hígado, estómago, mama, ovarios y leucemia entre otros. Favorece la eliminación de sustancias cancerosas, ayuda a nuestro cuerpo a producir sustancias anticancerosas como el glutatión y tiene un gran poder antioxidante (en algunos estudios se habla de que es hasta 300 veces más potente que la vitamina E).
− Setas chinas. Maitake, shiitake y reishi se utilizan en la medicina tradicional china para reforzar el sistema inmune por la presencia de unos compuestos llamados betaglutanos que estimulan la fabricación de interferón natural, un eficaz anticancerígeno. Las setas podrían ayudar a frenar el crecimiento de las células tumorales y la aparición de metástasis. También son ricas en Selenio, que ayuda en la lucha contra la enfermedad.
− Té verde. Contiene polifenoles que anulan los efectos de las nitrosaminas y tiene poderes antioxidantes. Es un poderoso protector contra las radiaciones ambientales. Potencia el efecto de la radioterapia en las células cancerosas.
− Aceite de oliva. Reduce el riesgo de cáncer de mama, próstata, colon e intestino. El aceite de oliva contiene un ácido graso esencial, el ácido oleico (omega 9) que disminuye los niveles de un oncogén, el HER2/neu, y aumenta la eficacia del tratamiento del trastuzumab que tiene como blanco dicho oncogén. También aumenta el efecto de otro fármaco utilizado en el cáncer de mama y ovario: el paclitaxel. Una alimentación que incluya aceite de oliva virgen extra podría contribuir a reducir el desarrollo de tumores entre un 8% y un 10%, y hasta un 15% en el caso de cáncer de mama.
Así que te invitamos a que a partir de hoy incluyas todos estos alimentos en tu dieta habitual.
Existen alimentos que han demostrado su actividad anticarcinogénica, bien en la prevención o en el tratamiento y reducción de tumores.
Algunos de estos aliados naturales para prevenir y combatir la enfermedad son:
− Brócoli. Tiene un alto contenido en isotiocianatos. El gen 53, conocido también como el guardián del genoma se encarga de mantener a las células sanas y evitar que se inicie el crecimiento anormal propio del cáncer. Cuando este gen 53 se vuelve defectuoso su falta de control hace que las células anormales proliferen y den lugar a distintos tipos de cáncer. Los isotocianatos -que encontramos en el brócoli, el repollo y la coliflor-, pueden contribuir a eliminar la proteína del g53 defectuoso y dejar libres las proteínas sanas para ayudar a suprimir el desarrollo de tumores.
− Tomates, fresas y sandía. El licopeno que contienen podría reducir la incidencia de distintos tipos de cánceres, especialmente el de próstata, aunque no hay evidencias concluyentes. El licopeno inhibe la proliferación celular y modula los mecanismos inmunológicos.
− Frutas, verduras y mermeladas. Las personas que comen abundante cantidad de frutas y verduras tienen menos probabilidad de desarrollar cáncer. Esto se debe en gran medida a la pectina, un gelificante natural de las frutas y las hortalizas, que también se usa para fabricar mermeladas y que inhibe la galectina 3, una proteína que ayuda a la diseminación del cáncer en el organismo.
− Cúrcuma. Es uno de los antiinflamatorios naturales más potentes. Además tiene cualidades antitrombóticas, hipocolesterolemiantes, hepatoprotectoras, antimicrobianas, antioxidantes, anticancerosas. Algunos estudios han comprobado que la curcumina inhibe el crecimiento de algunos tumores como los de colon, hígado, estómago, mama, ovarios y leucemia entre otros. Favorece la eliminación de sustancias cancerosas, ayuda a nuestro cuerpo a producir sustancias anticancerosas como el glutatión y tiene un gran poder antioxidante (en algunos estudios se habla de que es hasta 300 veces más potente que la vitamina E).
− Setas chinas. Maitake, shiitake y reishi se utilizan en la medicina tradicional china para reforzar el sistema inmune por la presencia de unos compuestos llamados betaglutanos que estimulan la fabricación de interferón natural, un eficaz anticancerígeno. Las setas podrían ayudar a frenar el crecimiento de las células tumorales y la aparición de metástasis. También son ricas en Selenio, que ayuda en la lucha contra la enfermedad.
− Té verde. Contiene polifenoles que anulan los efectos de las nitrosaminas y tiene poderes antioxidantes. Es un poderoso protector contra las radiaciones ambientales. Potencia el efecto de la radioterapia en las células cancerosas.
− Aceite de oliva. Reduce el riesgo de cáncer de mama, próstata, colon e intestino. El aceite de oliva contiene un ácido graso esencial, el ácido oleico (omega 9) que disminuye los niveles de un oncogén, el HER2/neu, y aumenta la eficacia del tratamiento del trastuzumab que tiene como blanco dicho oncogén. También aumenta el efecto de otro fármaco utilizado en el cáncer de mama y ovario: el paclitaxel. Una alimentación que incluya aceite de oliva virgen extra podría contribuir a reducir el desarrollo de tumores entre un 8% y un 10%, y hasta un 15% en el caso de cáncer de mama.
Así que te invitamos a que a partir de hoy incluyas todos estos alimentos en tu dieta habitual.