Recreación del 'Europelta carbonensis' de Ariño.
Un dinosaurio acorazado, el más antiguo de su género en Europa, el más completo hallado hasta ahora, el hallazgo más espectacular del Jurásico de los últimos tiempos en el continente. Se trata del Europelta carbonensis, un anquilosauro que vivió hace entre 110 y 113 millones de años y que murió en donde hoy se encuenra la gran mina a cielo abierto de carbón de Ariño (en Teruel). La plana mayor científica de Dinópolis, rodeada de autoridades, presentó al nuevo miembro de su familia el lunes 2 de diciembre, un reptil prehistórico que pone de manifiesto las muchas sorpresas que aún esconden las tierras aragonesas para la ciencia.
En realidad, como explicó el director científico de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, son ya dos carbonensis, que serán cuatro en poco tiempo. Se refería a que han hallado, en total, casi el 100% del nuevo género 'carbonensis' juntando piezas de dos ejemplares entre dos concentraciones de huesos de la mina. Durante tres largos años de excavación y restauración, los paleontólogos Luis Mampel y Eduardo Espilez han ido reconstruyendo el animal hasta comprobar que se trata de un anquilosaurio nodosáurido (es decir, que no lleva una gran maza o bola en la cola que caracteriza a otros anquilosaurios) y que tiene rasgos nunca vistos hasta ahora en otros similares.
Cráneo del anquilosauro nodosáurido de Ariño.
De hecho, hasta ahora, de este tipo de acorazados, que Mampel comparaba con un coche 4×4, hasta ahora sólo se habían encontrado piezas sueltas en Europa, porque su entorno habitual durante el Cretácico Superior fue Norteamérica. ¿Y por qué es extraño? Primero porque es más antiguo (Cretácico Inferior) y también porque tiene un cráneo, unas caderas y una disposición en las placas que recubren su cuerpo (osteodermos, sus defensas) que son diferentes en sus parientes americanos, lo que, como señalan en estudio publicado en PLos ONE, indica que hace 113 millones de años en Estados Unidos y Europa ya tenían evoluciones diferentes porque ambos continentes se estaban separando. "Esto es realmente muy importante porque estos ejemplares nos definen el momento del aislamiento entre dos continentes", explicó Alcalá.
El 'Europelta carbonensis' era un animal que medía unos cinco metros de largo (han recuperado su cola entera, y casi todo su cráneo), uno de ancho y unas dos toneladas de peso. Como no era muy alto, se alimentaba de los arbustos bajos que había en la zona, que entonces era una zona pantanosa cercana al Mar Tetis (el antiguo Mediterráneo). La vegetación tropical que se depositó encima, con el tiempo, se convirtió en el carbón del que ha vivido la zona desde hace decenios, ahora una actividad en crisis. Para poder entender sus peculiaridades, los científicos de Dinópolis han colaborado con colegas de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, lo que ha permitido hacer un estudio comparativo.
Mina de Sta Maria Ariño, Teruel.
La actividad minera es la que sacó a la luz un ecosistema que estaba enterrado a 200 metros de profundidad, en un área de unas 25 hectáreas. " A medida que van extrayendo el mineral, vamos encontrando fosiles. Puede convertirse en el mayor yacimiento a nivel mundial", señalaba el director científico. Así poco a poco, van recuperando una gran familia, porque en Dinópolis ya tienen un tercer Europelta en restauración y un cuarto esperando para ser excavado en uno de los 100 puntos donde han detectado acumulaciones de fósiles. En total, más de 6.000 recuperados en apenas tres años, tan sorprendentes como el Proa valdearinnoensis, un inusual dinosaurio ornitópodo presentado hace un año y del que ya tienen la friolera de nueve esqueletos.
Además de dinosaurios, en la mina de Santa María de Ariño los paleontólogos han encontrado dos nuevas especies de cocodrilos, el Hulkepholis plotos y el Anteophthalmosuchus escuchae, además de infinidad de tortugas, peces, ámbar, plantas, invertebrados. Sólo les falta un carnívoro, pero van a por él, porque algún depredador debían tener los numerosos hervíboros que se paseaban por la zona. Con este fin, han presentado un proyecto al Plan Nacional de I+D, el mismo que se ha retrasado este año 10 largos meses. "Esperamos estudiar los nuevos Proa y encontrar al gran depredador con este apoyo y con el de las autoridades aragonesas, que permiten que sigamos haciendo hallazgos de relevancia internacional en un terreo que es generoso", agradecía Alcalá.
De nuevo, como ya ocurriera hace un año, en Teruel se habló de la necesidad de abrir una subsede de Dinópolis en Ariño, como imán para atraer visitantes a aquel municipio, algo que ya ocurre con las otras que existen repartidas por la provincia, e incluso en la capital. Joaquín Noe, alcalde de Ariño, reconocía que el futuro del carbón no está nada claro a partir de 2015. Lo que es indudable es que tienen mina de dinosaurios para rato.
Este artículo se publicó originalmente en el blog del autora, Laboratorio para Sapiens.