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Lo peor que puedes hacer si llevas casado 25 años

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Dentro de pocas semanas, mi marido y yo cumpliremos 25 años de casados. 25 navidades, la muerte de un padre, de varios amigos, el nacimiento de tres hijos, cambios de trabajo, cuatro casas distintas con sus respectivas mudanzas y muchas cosas más.

Mi marido y yo hemos pasado muchas cosas juntos desde enero de 1991, cuando nos casamos en el despacho de un abogado en Antigua (Guatemala), para disgusto de mi madre. Yo tenía 27 años y él, 24... sólo cuatro años más que los que tiene ahora nuestro hijo mayor. La ceremonia duró 5 minutos y fue en español (y yo no lo hablaba), por lo que mi marido tuvo que indicarme cuando me tocaba decir "sí, quiero". No fue una boda por todo lo alto, pero para mí fue perfecta. En el final de lo que los expertos llaman la "fase de la luna de miel", estaba segura de que yo era la que salía ganando (y me aliviaba que él no se diera cuenta). Mi nuevo marido era inteligente, aventurero y le encantaba escribir tanto como a mí. No podíamos ser más felices. En los años siguientes, viajamos por muchos países trabajando como corresponsales, tuvimos hijos, hicimos grandes amigos y también sufrimos la pérdida de mi madre.

Aunque mi marido no es el más romántico del mundo, nunca hemos dejado de celebrar nuestro aniversario con todo el romanticismo característico de una pareja de recién casados. Un año, mi marido me sorprendió regalándome seis clases de bailes de salón, un gesto adorable de un hombre que, después de superar los primeros momentos de nuestro noviazgo, parecía dispuesto a no volver a pisar una pista de baile jamás. También recuerdo la ocasión en la que me regaló lencería sexy cuando estaba embarazada. Yo no le había dicho nada, pero él supo que lo necesitaba.

Con el paso de los años, el estrés de criar a tres hijos mientras trabajábamos a tiempo completo empezó a pasar factura y me pregunté cómo dos personas podían seguir juntas toda la vida. La fase de la luna de miel tiene su final y, con el paso del tiempo, muchos matrimonios -el mío también- parecen un negocio. Las dos escapadas románticas anuales de las que solíamos disfrutar ya no son más que un mero recuerdo. ¿Cuándo fue la última vez que sorprendí a mi marido con una cena especial en un restaurante? Sinceramente, no me acuerdo.

Volviendo la vista atrás, me doy cuenta de que los apasionados besos con los que nos saludábamos se convirtieron en un simple beso en la mejilla, y estos se han transformado en un simple gesto con la cabeza desde la mesa del ordenador. Me he percatado de que ya no le doy las gracias por las pequeñas cosas que hace por mí cada día. He dejado de darme cuenta de lo que vale mi marido. Y es lo peor que puedes hacer cuando llevas tanto tiempo casado.

En 2013, el actor Ben Affleck habló sobre su matrimonio en su discurso de agradecimiento por el Óscar a la película Argo. Miró a su ahora exmujer, Jennifer Garner, y dijo: "Quiero darte las gracias por llevar ya 10 años trabajando en nuestro matrimonio. Es trabajo, pero es el mejor tipo de trabajo. ¡Y no hay nadie mejor con quien trabajar que contigo!".

Affleck se llevó muchas críticas por decir que un matrimonio es trabajo. Por ejemplo, la bloguera del HuffPost Ronna Benjamin, que lleva casada 31 años, escribió que un matrimonio tiene que "funcionar por sí solo" y que, si hay que esforzarse, es que algo va mal.

No estoy de acuerdo. Aunque el matrimonio de Ben Affleck no funcionara, puede que tuviera razón. La verdad es que conseguir que un matrimonio vaya bien es un desafío constante y requiere trabajo. Mi marido y yo -como muchas otras parejas que conozco- hemos empezado a vivir nuestras vidas de forma paralela en vez de conjunta. Con el auge de las redes sociales, ya no tenemos que hablar para ver cómo van las cosas; podemos escribirnos constantemente. Pero eso no está bien.

Según una encuesta realizada en 2012 por psicólogos profesionales, lo que motiva a la mayoría a tener una aventura extramatrimonial es una brecha emocional, no sexual. Uno de los dos se aburre y busca la atención que no está recibiendo. Uno de los dos no se siente lo suficientemente atractivo, por lo que sucumbe a los encantos de cualquiera que le preste un poco de atención. Pero tampoco tiene por qué ser así.

Cuando a Goldie Hawn, actriz y mujer del también actor estadounidense Kurt Russell, le preguntaron por su duradera relación, ella dijo: "Los dos tienen que querer que funcione. Si una de las dos personas no está por la labor, no va a funcionar. Esa es la clave".

Y esa es la razón por la que, con motivo de mi 25 aniversario, pretendo dedicar un tiempo a pensar en las cosas que nos unieron a mí y a mi marido. Voy a organizar una escapada. Puede que le lleve a clases de baile de salón. Me esforzaré. ¿Sentiremos mariposas en el estómago? Probablemente no. ¿Volveremos a conectar? Espero que sí.

El amor que siento por mi marido sigue siendo el mismo que hace 25 años, puede que incluso ahora le quiera más. Pero, como he dicho antes, olvidar el valor que tiene alguien puede ser peligroso. Prometo no dejar que nos supere.


Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros

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Trabalenguas electoral

La cuenta atrás para la noche de los cristales rotos

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Era una noche fría de noviembre de 1938. Unos tipos duros con mucho odio en el corazón y varios bates en las manos se dispusieron a destrozar locales pertenecientes a judíos. Al final de la noche, había 267 sinagogas destruidas, 7.500 escaparates rotos y varios cementerios judíos profanados. Al menos 91 judíos fueron asesinados en ese caos. Hasta 30.000 fueron enviados a campos de concentración. Los cristales de las ventanas destrozadas que quedaron en las calles pusieron nombre a esa noche infame, que pasó a la historia como "la noche de los cristales rotos".

La noche de los cristales rotos fue un punto de inflexión en la vía hacia los campos de concentración y el Holocausto, donde 6 millones de judíos fueron asesinados, dando lugar a lo que se conoce como uno de los episodios más crueles y sangrientos de la historia.

Hoy en día, parece que nos acercamos de nuevo a ese mismo camino, pero esta vez con los musulmanes en lugar de con los judíos.

Los nazis justificaron la noche de los cristales rotos como respuesta al asesinato de un diplomático alemán en París a manos de un joven judío. Del mismo modo, muchos estadounidenses parecen justificar gran parte del actual grado de islamofobia por los terribles y trágicos asesinatos llevados a cabo por musulmanes en San Bernardino y París. De los asesinatos de San Bernardino se destacó en particular que fueron cometidos supuestamente por un ciudadano nacido en Estados Unidos y su mujer. Consistía, por tanto, en una doble traición: a su propia fe islámica, una religión de paz, y a su país, que los había acogido y les había brindado el sueño americano.


Trump ha dado los primeros pasos, pequeños aunque peligrosos, hacia unas fuerzas descontroladas que pueden desencadenar violencia a gran escala contra la comunidad musulmana.


El clásico guión del manual fascista siempre ha sido: primero abusar y demonizar a la comunidad minoritaria, luego aislarla, luego evocar la violencia y por último fomentarla y celebrarla. Puede que no hayamos llegado a esta última fase (afortunadamente), pero ya estamos en la segunda y quizá estemos pasando a la tercera. A continuación explicamos por qué.

Donald Trump, el precandidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, se ha centrado en proyectar una imagen extremadamente negativa de los musulmanes; cada intervención suya es más extrema que la anterior. Cuando un hombre en uno de sus discursos dijo: "Tenemos un problema en este país. Se llama musulmanes... ¿Cuándo podremos deshacernos de ellos?"; Trump simplemente replicó: "Estaremos pendientes de esto y de muchas otras cosas". El mes pasado, Trump afirmó estar dispuesto a crear una base de datos con los musulmanes estadounidenses o a obligarlos a llevar unos carnets de identidad específicos donde se mencionara su religión. Habló de cerrar las mezquitas en Estados Unidos porque estaban pasando "cosas malas". También aseguró: "Tendremos que hacer cosas que nunca hemos hecho", cosas "que nunca pensamos que ocurrirían en este país en cuestión de información y estudio del enemigo". Hace sólo unos pocos días, de repente dijo que prohibiría a todos los musulmanes la entrada a los Estados Unidos -una afirmación que causó escándalo tanto en el país como en el extranjero, provocando incluso la intervención del primer ministro británico, que no suele comentar las elecciones de Estados Unidos y en este caso se mostró contrario a Trump.

Trump estaba ejemplificando y enalteciendo la ya existente islamofobia en los Estados Unidos, que ya había sido alimentada por personajes islamófobos como el político y comentarista Frank Gaffney. De hecho, Trump utilizó la dudosa investigación de Gaffney para justificar su política de bloquear la entrada de todo musulmán a Estados Unidos. El estudio que Trump citó fue publicado por el Center for Security Policy -el think tank de Gaffney-, "uno de los grupos islamófobos más importantes de Estados Unidos" según el Southern Poverty Law Center (SPLC), una organización no gubernamental de defensa de los derechos civiles conocida por sus victorias legales contra grupos supremacistas blancos. El SPLC también señala que los informes del Center for Security Policy sirven para "reforzar los engaños de Gaffney" sobre la toma de Estados Unidos por parte de los musulmanes.

Los resultados de la tan extendida islamofobia son trágicos y aparecen en las noticias a diario. La lista es larga y sólo presentaré algunos ejemplos de las últimas semanas: varios musulmanes han sido físicamente atacados con una frecuencia aterradora, incluso en escuelas y universidades. Un pasajero preguntó a un taxista marroquí si era "un tío de Paquistán" y luego le disparó. Ha habido ataques y fuegos en mezquitas, así como en hogares musulmanes. Numerosas familias han recibido llamadas en las que les prometían que los musulmanes, incluidos los niños y las personas mayores, "serán asesinados". En un centro islámico también aparecieron "milicias" armadas y enmascaradas. Se han lanzado cabezas de cerdos dentro de mezquitas desafiando el rito musulmán que prohíbe comer ese animal. Una preocupante cantidad de mujeres y niños vive con miedo y no quiere salir de casa. Hace poco, un hombre entró a una tienda de Nueva York y golpeó salvajemente al propietario musulmán -al que tuvieron que hospitalizar- al grito de: "Quiero matar a los musulmanes".

Ante esta violencia, el director del Consejo de relaciones islamicoamericanas de Florida comentó preocupado: "La comunidad está buscando en nosotros protección, seguridad y guía. Estos días no podemos dormir". Luego llegó a realizar una comparación directa entre Trump y Hitler, añadiendo que no lo decía "a la ligera".

america muslims

Sarkar Haq, que fue golpeado en un presunto delito de odio, en una foto tomada durante una entrevista en su tienda de Nueva York. JEWEL SAMAD/AFP/Getty Images.




La Administración de Obama resulta ineficaz a la hora de controlar la islamofobia y la oposición, ahora encabezada por Trump, está echando leña al fuego. Trump ha puesto tanto combustible que lo único que necesita es una cerilla para hacer saltar por los aires el barril de pólvora.

Aunque no estoy sugiriendo que Trump sea otro Hitler ni que tenga sensibilidades hitlerianas, existen algunas semejanzas interesantes entre los dos. Según su exmujer, Trump está fascinado con Hitler y supuestamente tiene al lado de su cama un libro de sus discursos. Tanto Trump como Hitler son maestros del oportunismo que responden con velocidad y astucia a su entorno político y social. Los dos se identifican de forma apasionada con la nación y tienden a confundir su personalidad con la del país. Ambos son personajes carismáticos que parecen dejar admirados a sus seguidores. El poder de ambos radica en sus discursos públicos y en la histeria generada en sus reuniones. Los dos responden con vaguedad cuando les piden datos y promesas para hacer que la nación "vuelva a ser grande". Los dos surgieron en un momento de crisis económica, incertidumbre política y miedo generalizado en la sociedad. Ambos insisten en que la nación ha sido humillada y en que restaurarán su honor. Ninguno de los dos venía del mundo de la política y de los dos se hacen burlas (especialmente sobre el pelo de ambos y sobre el bigote de Hitler).

Tanto Hitler como Trump se dieron cuenta de que manteniendo el foco de hostilidad sobre una minoría impopular como fuente de todos los males de la sociedad, podían reunir a las masas y alardear de liderazgo cuando la gente buscara desesperadamente un "líder fuerte". Ambos han sido capaces de explotar con cinismo la aversión hacia las minorías y de dirigirla en base a lo que ellos creen que quiere oír su público. Ambos han culpado a la minoría de amenazar el equilibrio de la sociedad: Hitler culpó a los judíos de traicionar a Alemania tras la Primera Guerra Mundial y a menudo citaba los ficticios y antisemitas Protocolos de los sabios de Sión, y Trump culpa a los musulmanes de simpatizar con los terroristas que quieren dañar al país. Ambos urden mentiras para promover su chovinismo: Hitler inventaba constantemente datos sobre los judíos y a Trump se le ha puesto en entredicho por afirmar cosas como que vio a miles de musulmanes celebrar el 11-S en Nueva Jersey.

Pero a pesar de sus muchas semejanzas, también hay diferencias entre ellos: mientras que Hitler estaba obsesionado con los judíos -Mein Kamp está repleto de antisemitismo y así lo demostró con su último deseo en el búnker antes de pegarse un tiro-, Trump ha mantenido buena relación con musulmanes y a menudo hace negocios con ellos (el año pasado estuvo en Dubai promocionando sus nuevas inversiones y alabando a los líderes locales).

Parece que Trump no entiende el peligro que tiene la retórica que está utilizando. Aunque quede muy lejos de la noche de los cristales rotos, cabe destacar lo que llevó a Alemania por ese camino aquella fatídica noche. Si Trump se convierte en presidente -para ello se necesitan dos condiciones: que sea candidato por su partido y que gane las elecciones-, el tema de este artículo dejará de ser hipotético. Trump ya ha dado los primeros pasos, pequeños aunque peligrosos, hacia unas fuerzas descontroladas que pueden desencadenar violencia a gran escala contra la comunidad musulmana.


La visión pluralista estadounidense debe defenderse tanto de ISIS en el exterior como de los Trumps en el interior y, en esta batalla, de la forma más profunda posible, los musulmanes tienen que ser aliados clave.


Por suerte, muchos estadounidenses han respondido a Trump siguiendo el verdadero espíritu de su identidad plural. Los candidatos demócratas a la presidencia Hillary Clinton y Bernie Sanders le han criticado de forma clara. Lo que es más, otros candidatos republicanos que han hecho comentarios islamófobos se han sentido, sin embargo, en la necesidad de condenar a Trump -Jeb Bush calificó de "desquiciada" su propuesta de bloqueo a los musulmanes y Lindsey Graham mandó a Trump "al infierno".

Los Estados Unidos de 2015 no es la Alemania de 1938. Es importante recordar que se trata de dos sociedades muy diferentes en puntos muy diferentes de su historia. Estados Unidos tiene una fuerte identidad plural que procede de la visión de los Padres Fundadores y que está reproducida en la Declaración de Independencia y la Constitución de Estados Unidos. Esta idea de América es la que impedirá que hombres como Trump siembren su mensaje de odio -que pone en peligro la pluralidad que reside en el corazón de la identidad americana- y que este dé sus frutos. La visión pluralista estadounidense debe defenderse tanto de ISIS en el exterior como de los Trumps en el interior y, en esta batalla, de la forma más profunda posible, los musulmanes tienen que ser aliados clave.

Como podría confirmar cualquier científico social, en la sociedad existe el principio de causa y efecto. Significa que si se hace algo, ese algo dará lugar a algo más. En nuestro caso, la demonización y la persecución de los judíos en Alemania llevó a la tragedia del Holocausto. Por eso necesitamos entender las consecuencias de demonizar y perseguir a la comunidad musulmana en la actualidad. Hay un par de lecciones por aprender de la noche de los cristales rotos.

Akbar Ahmed es titular de la cátedra Ibn Jaldún de Estudios Islámicos en la American University de Washington y acaba de presentar el documental 'Journey into Europe' [Viaje a Europa], que acompaña al libro del mismo título (Brookings Institution Press). También es autor de un proyecto a mayor escala sobre el Islam que engloba una película y un libro titulados 'Journey into America' [Viaje a América].


Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano

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Del PSOE a Podemos: historia de un viaje

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Ilustración: Jennifer Tapias


Debo haber votado en prácticamente todas las elecciones desde las municipales y autonómicas del 99, que fue la primera vez que pude hacerlo. Y en todas las generales lo he hecho por el PSOE, en algunos momentos ilusionado y, en otros, convencido de que había que practicar el llamado "voto útil", para que no ganara la derecha. Voté a Almunia, aunque no me entusiasmara, horrorizado ante la posibilidad de que Aznar ganara con mayoría absoluta. Voté convencido a Zapatero en 2004, porque creía que había que sacar al PP de La Moncloa, tan servil con los tics autoritarios e imperialistas de Aznar. Lo volví a hacer en 2008, asqueado con la actitud del PP en la negociación del Gobierno socialista con ETA y durante el proceso de elaboración del Estatut catalán. Incluso voté a Rubalcaba, aunque me sintiera ya muy alejado del PSOE, pero vinculado todavía a una cierta épica del Estado de bienestar consolidado definitivamente gracias a leyes socialistas en los ochenta, y que yo siempre he asociado, además de a una sanidad gratuita y de calidad o a una educación pública fuerte, a esa sensación de dignidad recuperada que me han contado algunas mujeres de campo en Canarias, que trabajaron sojuzgadas por caciques, señoronas, señoritos y señoritingas, y que un día pudieron descansar gracias a un sistema de pensiones impensable pocos años antes. Pero sobre todo, los voté esa última vez con la esperanza de que la militancia socialista, empoderada tras el mediocre papel de su dirigencia durante la crisis, pondría el PSOE a punto, plenamente consciente del desgarro que había producido la crisis de 2008 y de la necesidad de redefinir radicalmente el papel del socialismo democrático en España.

Pero no fue así. Y no tanto porque el PSOE optara por continuar con Rubalcaba y luego apostara en primarias por Pedro Sánchez, sino fundamentalmente porque los socialistas interpretaron que era suficiente una simple renovación generacional de tipo orgánica en un momento de ruptura histórica en toda regla, la del pacto que se produjo entre el capital y la clase obrera europea tras la segunda guerra mundial para dar lugar al Estado del bienestar, y que en España, con sus matices, se desarrolló con cierta plenitud durante los primeros años de la democracia. Si ese pacto se había roto definitivamente con la crisis económica, la socialdemocracia, también en nuestro país, no podía ser un simple instrumento pactista. Con respeto a la democracia, sin ningún tipo de violencia, pero había que confrontar.

Puede que esa incapacidad para interpretar el momento histórico se deba a que 22 años de Gobierno socialista en 38 años de democracia sean demasiados. Puede que el hiperliderazgo de Felipe González y Alfonso Guerra hiciera al partido absorber, a través de lealtades mal entendidas, vicios y contradicciones que no le eran propios. Puede que el zapaterismo fuera una renovación exitosa en materia de derechos civiles pero errática a la hora de transformar las estructuras profundas de este país. Puede que tantos años de poder en ayuntamientos, diputaciones y comunidades hayan generado una enorme casta burocrática con algunas personas de bajísimo nivel político e intelectual que no entienden el PSOE como un instrumento de emancipación ciudadana sino como una herramienta clientelar.

Lo cierto es que parte del PSOE no se ha enterado de nada, y donde antes hubo un movimiento activo, hoy muchos repiten cansinamente eslóganes y mantras que encubren una organización plagada de burócratas. Lo he visto yo mismo, en mi ciudad, en La Laguna, que tenía en los ochenta a un esplendoroso pintor socialista como alcalde, Pedro González, y que ahora tiene un líder que utiliza la agrupación para defender sus intereses políticos y su puesto de concejal, alejando a prácticamente todo el talento que antes se acercaba el partido socialista y convirtiendo al PSOE en la segunda fuerza de la izquierda tras la unidad popular, la tercera en el Ayuntamiento. Sin que nadie haya dimitido ni alzado la voz contundentemente.


Quizá los socialistas podrían haberse acercado al 15-M si en vez de a Pedro Sánchez hubieran elegido como líder a un tipo como José Antonio Pérez Tapias, una especie de Jeremy Corbin a la española.



Con estos mimbres, no es extraño que los socialistas no llenen la fisura que ha abierto la precariedad contemporánea, intensificada durante la crisis, y que hizo a la gente salir de casa para representarse a sí misma en el 15-M. Quizá los socialistas podrían haberse acercado a algo de esto si en vez de a Pedro Sánchez hubieran elegido como líder a un tipo como José Antonio Pérez Tapias, una especie de Jeremy Corbin a la española, pero decidieron no hacerlo.

Y ahí, en medio de esa fisura donde cohabitan la clase media precarizada, la clase trabajadora con expectativas de mejora frustradas, los investigadores que emigran a Latinoamérica, los parados que ya nunca volverán a trabajar, las mujeres que renunciaron a sus carreras para cuidar a sus hijos enfermos porque ya no les llega la Ley de dependencia..., ahí nace Podemos. A rellenar un hueco que el PSOE renunció a ocupar hace tiempo.

No soy un fan de Pablo Iglesias, bajo cuyo buenrrollismo me parece ver a veces, como simple espectador de televisión, un cierto adanismo común a las personas que se creen algo mejores o algo más puras por el hecho de manejar con más habilidad las palabras, los discursos o ciertas referencias culturales. Muchísimo menos fan aún soy de Monedero y sus bromas sobre lo que los demás se meten o se dejan de meter por la nariz, cuando debería preocuparse más por reprimir su creatividad fiscal. No entiendo bien el giro keynesiano de Podemos, porque estoy convencido de que en una sociedad con cada vez menos trabajo y ecológicamente más dañada tendremos que tender hacia una especie de decrecimiento cooperativo si no queremos cargarnos definitivamente el planeta con la economía de la competitividad capitalista. Nunca he pensado que Chávez fuera un crack, no me gusta Maduro, ni tampoco siento entusiasmo por Rafael Correa, por eso de que viví en Ecuador y vi lo que le gusta poner mordazas al periodismo o criminalizar la protesta política cuando no es a su favor, incluyendo la que viene de la izquierda alternativa, indígena y ecologista.

Pero en lugar de aspirar a la identificación absoluta con un partido y sus líderes, algo que en realidad es imposible, incluso militando en una organización, prefiero el placer de darme cuenta de que nunca hasta ahora había visto a tanta gente en las instituciones que me recordara tanto a mí mismo, personas normales, con historias de estudio, de esfuerzo, de emigraciones, de precariedad, de trabas por el camino, de obstáculos. Y es ahí donde surge la rotundidad implacable del aura que tienen las cosas y las personas, que las conecta o no con cierta sensación de verdad en un momento histórico determinado, y que hace que cualquier expatriado que sirve copas en Londres o cualquier becario sin remuneración seguramente se sientan mucho más identificados con Teresa Rodríguez o Ada Colau que con Antonio Hernando.

En dos de esos ayuntamientos donde en las pasadas elecciones municipales salieron concejales de candidaturas afines a Podemos, en Canarias, se sientan mis mejores amigos, con quienes he bebido y discutido sobre política hasta el amanecer, cada uno con sus ideas y contradicciones, pero convencidos unos y otros de que estamos de acuerdo en lo básico, una sociedad más justa, más igual y con el poder muchísimo más repartido. Supongo que algo de eso les debió de pasar a mis padres cuando votaban a amigos o conocidos suyos al Congreso para que hicieran presidente del Gobierno a Felipe González, allá por 1982, cuando el PSOE era el PSOE.

Los periodistas nos pasamos la vida intentando buscar historias que expliquen en pequeñito fenómenos más grandes. Pero a veces no hay que irse demasiado lejos. Con pararse uno un poquito y mirarse por dentro puede ser suficiente.

Colombia: por fin el acuerdo sobre víctimas

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Foto: EFE/ALEJANDRO ERNESTO


La presentación del acuerdo sobre víctimas, quinto punto de la agenda, ayer en La Habana, supone el paso más importante en los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP que desde hace más de tres años se viene desarrollando en Cuba. Es el avance hacia el acuerdo sobre el fin del conflicto armado y la concreción de los mecanismos de dejación de armas, de integración de desmovilizados y otros muchos temas en los que ya hay algunos avances.

En la retórica de todos los procesos de paz, y en eso Colombia no es una excepción, se incluyen siempre alusiones del tipo de "las víctimas deben estar en el centro del proceso" que luego la realidad muestra que no se toman de modo tan evidente. El punto de víctimas ha sido el último de los tratados y acordados en la negociación, y la buena noticia del acuerdo no nos debe impedir recordar que durante casi dos años, las partes negociadoras no mostraron mucho interés en el mismo. El deseo de la paz en un conflicto armado tan largo como el que ahora se negocia exige ser pragmáticos, y los humanitarios lo somos. "No existe un acuerdo perfecto (...) esta es una negociación, no es la construcción de un mundo ideal, no es la construcción de una utopía, es un acuerdo de política para terminar con una situación de guerra. Ahí es necesario hacer compromisos", tal como declaró el lunes a la agencia Efe el representante de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild.

Si hacemos algo de memoria podríamos ver que la voluntad de afrontar a fondo el tema de víctimas era bastante dudosa al inicio de los diálogos. De hecho, en el "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera" que dio origen a los diálogos se contenía un lacónico "Punto 5. Víctimas. Resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo Gobierno Nacional -FARC-EP. En ese sentido se tratarán: 1. Derechos humanos de las víctimas. 2. Verdad". Sin alusiones a lo que suele ser convencional en estos casos, que es incluir verdad, pero también justicia, reparación y garantías de no repetición. Tampoco en el inicio había ninguna voluntad de reconocer el daño causado por parte de los negociadores, y se producía la paradoja de que se pretendía hablar de víctimas sin hablar de victimarios y de la participación de las FARC-EP y de las Fuerzas armadas en la comisión de delitos y crímenes de guerra. Se necesitaron más de dos años, la constatación de que se seguían produciendo nuevas víctimas durante el proceso de negociación, y las visitas a La Habana de diversos colectivos de víctimas para que el terreno para la discusión del tema se fuera preparando.

Ha sido, sin embargo, la negociación sobre los temas de justicia, incluidos en este punto, la que ha hecho que el debate se acelerara y que propuestas como la creación de una Jurisdicción Especial para la Paz fuera ya conocida desde hace algunas semanas. De modo un poco apresurado, por cierto, por parte del presidente Juan Manuel Santos, que estuvo a punto de paralizar los diálogos.


Las perspectivas son prometedoras, y aprobado ya en el Senado el procedimiento de refrendación mediante plebiscito y remontando, algo al menos, el apoyo de la población, queda concretar el punto de Fin del conflicto.


El acuerdo presentado ayer crea un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que depende en su formulación definitiva del punto en el que aún no hay acuerdo: el fin del conflicto. En este Sistema se incluirían cinco estrategias: la creación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición; la Unidad Especial para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto; la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ya mencionada, las medidas de reparación integral y las garantías de no repetición. Por otra parte, tras las discusiones de las semanas pasadas parece quedar más claro, y así lo afirmaron los miembros de la FARC-EP en la presentación del acuerdo, el respeto a la jurisdicción penal internacional. Así, se dice que no serán objeto de amnistía ni indulto, ni de tratamientos equivalentes, los delitos de lesa humanidad, el genocidio, los graves crímenes de guerra, la toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, el acceso carnal violento y otras formas de violencia sexual, el desplazamiento forzado, además del reclutamiento de menores.

Aún en espera de analizar más a fondo el acuerdo sobre víctimas y sus implicaciones, ha sido muy importante en los pasados días el acto simbólico de petición de perdón por parte de las FARC-EP por la masacre de Bojayá (Chocó) en el año 2002, y el encuentro cara a cara con las víctimas. Estamos convencidos de que en esta fase final del proceso de paz este tipo de eventos tiene un enorme peso en la opinión pública y en su mayor o menor apoyo a los definitivos acuerdos de paz.

Las perspectivas, por tanto, son prometedoras, y aprobado ya en el Senado el procedimiento de refrendación mediante plebiscito y remontando, algo al menos, el apoyo de la población (la última encuesta de Gallup habla de un 52% de apoyo al proceso de paz), queda concretar el punto de Fin del conflicto con sus aspectos de Desarme, Desmovilización y Reinserción (DDR) o Dejación de Armas, Normalización y Participación Política (DNP), como prefieren llamarlo otros, con las consideraciones de territorios de paz, Terrepaz, o como quiera que se llamen finalmente. Pero eso será otro capítulo.

¿Qué proponen los partidos sobre I+D y ciencia?

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En estas próximas elecciones generales, las propuestas electorales en torno a la I+D y la ciencia deben ser uno de los factores determinantes a la hora de decidir nuestro voto. La mayoría de los partidos han entendido que el conocimiento, la investigación y la innovación tienen que ser los pilares del nuevo modelo productivo y motor de la economía española, tal y como hemos podido presenciar en los recientes debates sobre ciencia organizados por Indagando y Cotec. También lo han reflejado los partidos en sus programas electorales, donde la mayoría de ellos proponen un pacto estatal por la ciencia, alcanzar al menos la media de inversión europea en I+D (el 2 % del PIB anual) y estabilizar la carrera científica. Existen algunos análisis detallados de los programas electorales en materia de I+D+i, como el elaborado por la plataforma Ciencia con Futuro, que sitúa al PSOE y a Podemos como los mejor valorados, mientras que en otra comparativa publicada en El Confidencial las propuestas de Ciudadanos son las más destacadas. En este artículo no se pretende clasificar las propuestas de las distintas formaciones, sino realizar una síntesis de todas ellas para que cada lector pueda sacar sus propias conclusiones.

- PSOE. Las medidas que propone el partido socialista se encuentran en las páginas 19 a 21 de su programa, donde previamente se hace un balance de la situación actual del sistema de I+D español. En cuanto a objetivos estratégicos, el partido de Pedro Sánchez se compromete a invertir el 2,5 % de los Presupuestos Generales del Estado en I+D+i civil, a crear un Consejo para la Ciencia presidido por el propio presidente del Gobierno y a promover un acuerdo social y político por la ciencia. También se pretende recuperar y consolidar a 10 000 investigadores en cuatro años según criterios de excelencia, fomentar la interacción y movilidad de personal y crear una Agencia Estatal de Investigación (algo que hizo el PP a última hora antes de estas elecciones), además de revisar y reformar el funcionamiento del CSIC. Por otra parte, se comprometen a simplificar los procedimientos administrativos que realiza el personal investigador y a garantizar una regularidad en la convocatoria de los proyectos. Por último, se prevé estimular la colaboración público-privada mediante programas específicos, crear una red de centros tecnológicos para la innovación industrial y desarrollar un plan para la difusión, la comunicación y la cultura científicas.

- Podemos. Las propuestas del partido de Pablo Iglesias se recogen en las páginas 29 a 36 de su programa, cuya elaboración cuenta con la experiencia de profesores universitarios e investigadores. Entre ellas se incluye la estimulación de la vocación y divulgación científicas mediante colaboraciones con centros de investigación, el diseño de una carrera científica basada en el mérito y que ofrezca un progreso laboral a largo plazo, o la apuesta por investigadores sénior mediante un aumento del 100 % de las convocatorias posdoctorales dependientes del Gobierno central. Hay que destacar la convocatoria extraordinaria Margarita Comas, con la que se pretende recuperar a los jóvenes talentos que han tenido que emigrar para poder seguir investigando. Además, se comprometen a alcanzar el 2,7 % del PIB en inversión pública en I+D+i en 2017 y el 3 % en 2020, así como a crear un observatorio para la defensa de la transparencia en el acceso y la gestión de las instituciones investigadoras y universitarias. También se pretende garantizar el acceso a la cultura científica mediante la gratuidad de los museos de ciencia una vez al mes y promover la innovación en las empresas españolas, en especial entre las pymes.

- Ciudadanos. Los objetivos y las medidas propuestas por Ciudadanos en materia de política científica, en la que también se ha contado con investigadores de centros públicos, se encuentran detallados en las páginas 147 a 160 de su programa. Los cinco objetivos principales que se marcan son fomentar la cultura científica en la sociedad, aumentar la inversión pública y privada hasta el 3 % del PIB anual, desarrollar el estatus de Centros de Investigación de Excelencia, potenciar la internacionalización de la actividad investigadora y diseñar una política de infraestructuras eficaz para la I+D. Para llevar a cabo el primero de estos objetivos se propone desarrollar una educación orientada al método científico y fomentar actividades divulgativas. También se plantea una ley de mecenazgo científico para reactivar la inversión privada en I+D y el mencionado estatus de excelencia para los centros altamente eficaces y competitivos, que contarían con un plan de autofinanciamiento sostenible. Se pretende asimismo promover la ayuda institucional para facilitar la búsqueda de recursos internacionales y modernizar los procedimientos administrativos para facilitar su gestión. Por último, se propone crear un Comité de Ciencia y Tecnología que asesore al Gobierno en el ámbito de la I+D y revisar y reformar el funcionamiento de todos los organismos públicos como el CSIC y las universidades.

- Partido Popular. Las treinta y tres medidas propuestas por el Partido Popular se encuentran explicadas en las páginas 186 y 192 de su programa. El partido actualmente en el Gobierno promete impulsar ahora un acuerdo sobre la ciencia y superar el 2 % del PIB español invertido en I+D en 2020. También plantean impulsar la Agencia Estatal de Investigación, que fue aprobada de forma apresurada antes de estas elecciones, así como mejorar la comunicación y difusión de la información relativa a la I+D e impulsar procesos de selección abiertos más ágiles y la movilidad temporal de los investigadores. Además, se plantea promover la colaboración público-privada e impulsar la I+D+i empresarial y las pymes innovadoras. Por último, se comprometen a impulsar las vocaciones científicas y a alcanzar una posición de liderazgo en tecnologías poniendo como ejemplos la impresión en 3D o el big data.

- IU-UP. El partido liderado por Alberto Garzón expone sus propuestas de I+D en las páginas 116-119 de su programa, en el capítulo «Hacia otro modelo productivo». En él se propone alcanzar una inversión del 3 % del PIB dedicado a la I+D para reforzar los campos de investigación y educación. También se pretende promover la investigación orientada a las necesidades sociales y respetuosas con el medio ambiente. Además, se plantea democratizar la planificación y gestión de los programas de I+D y aplicar el principio de precaución en la evaluación de programas. Por último, se pretende aprobar una nueva ley de la ciencia que asegure la coordinación entre la Administración Central y las comunidades autónomas y que establezca un marco adecuado de relaciones entre el sector público y las empresas.

- UPyD. Por último, el partido de Andrés Herzog dedica a este campo nueve propuestas en las páginas 43 y 44 de su programa. En él se comprometen a alcanzar una inversión estable del 2 % del PIB anual y a retomar la carrera profesional del investigador. También se pretende optimizar el personal y los recursos, así como facilitar la movilidad de los investigadores. Se plantea, además, una evaluación periódica de los centros, potenciar las spin-off e incentivar las patentes.

En general, en la mayoría de los programas electorales ha habido una mejora notable respecto a elecciones anteriores en cuanto a la cantidad y la calidad de las propuestas en materia de política científica. Sin embargo, como no solo votamos en función de las promesas electorales sino también según el grado de compromiso y cumplimiento de estas, habrá que tener en cuenta la credibilidad de los partidos en relación con las medidas propuestas en I+D, algo que creo que el PP ha perdido en estos cuatro años. En cualquier caso, si tan solo se consiguiese llegar a un pacto estatal por la ciencia y se alcanzase el 2 % del PIB de inversión en I+D tal y como prometen la mayoría de los partidos, sería todo un logro. Esperemos que, como cantaba Iván Ferreiro, las promesas no se pierdan como lágrimas en la lluvia.

La agresividad le salió cara a Pedro Sánchez

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En los debates se necesita un plan, y Pedro Sánchez llegó al cara a cara de la Academia de la Televisión justo con eso: una carga de ataque incesante contra su rival que se volvió en su contra. No se puede decir que Mariano Rajoy sea el mejor debatiendo, pero gracias a la excesiva agresividad e insistencia de su oponente, que no dejó de litigar sobre el pasado, el presidente ganó este debate.

En cierto modo, Sánchez puede ser considerado como víctima de la sobrepreparación. El reto de prepararse para cualquier debate consiste en asegurarse de que dicha preparación pase desapercibida durante el propio debate. Cuando el público se da cuenta de la mecánica que hay detrás de una intervención, es como descubrir el truco de un mago o ver los hilos de una marioneta. Al ver a Sánchez, es como si estuviéramos escuchando todo el rato la voz de sus consejeros: las preguntas del guión, los insultos del guión, la estrategia del guión.

Se puede entender por qué Sánchez trató de hacerse con el control y pasar al ataque desde el primer minuto. ¿Cómo no aprovecharse de esta última y definitiva oportunidad para desplegar todas las armas de tu arsenal? Y, sin embargo, en este caso la estrategia fracasó. La agresividad degeneró en grosería. La interminable confrontación pasó a ser molesta, y más dañina para Sánchez que para Rajoy.

Las campañas presidenciales deben centrarse en el futuro, pero Sánchez parecía obsesionado con el pasado. Sin duda, los casos de corrupción merecen formar parte de la discusión, pero no en este escenario, que es una plataforma para tratar las preocupaciones de los votantes. Los contrincantes deben centrar su mensaje en cómo van a gobernar si son elegidos. Repitiendo de forma machacona el historial de Rajoy, Sánchez perdió la oportunidad de venderse a sí mismo como la clave para el futuro de España.

Además, al no dejar de atacar a lo largo del debate, Sánchez mostró una intervención sin variaciones. Un debate de dos horas se puede comparar con una larga obra musical: tiene que haber pausas, cambios en el tempo, momentos de mayor y menor volumen. En cambio, Sánchez mantuvo una única y disonante nota a lo largo de toda la emisión.

Cabe mencionar que en el debate de la semana pasada de Atresmedia, Sánchez salió mucho mejor parado. Ganó el debate al ser la persona más presidencial del escenario. Resultaba fácil imaginarse esa versión de Pedro Sánchez reunido con Barack Obama -o Hillary Clinton- en la Casa Blanca. Pero en el cara a cara, el Sánchez de la semana pasada -el hombre de las mil sonrisas- se desvaneció.

Resulta interesante que, aunque Sánchez perdiese el debate, fue también él quien lo dominó. Mariano Rajoy, un hombre que sabe ser agresivo cuando tiene que serlo, se vio obligado a mantener una postura defensiva desde el principio hasta el final. Pero Rajoy fue al debate con una ventaja: la de las bajas expectativas. Nadie pensaba que su intervención sería estelar. Así que, aunque no lo fuera, no sorprendió a nadie.

También me gustaría añadir algo sobre el formato. Antes del debate, hubo muchas quejas sobre lo aburrido que sería el cara a cara. Y ocurrió justo lo contrario. La intensidad de este cara a cara se produjo por un formato que se centraba en los participantes del debate, con una intervención mínima por parte del moderador. Con los primeros planos que destacaban la tensa relación entre los candidatos, los votantes vieron un debate clásico, quizá no del gusto de todo el mundo, pero ante todo bastante revelador.

El contraste generacional de este debate llamaba mucho la atención. A veces, la interacción parecía una discusión entre un padre y su hijo en plena cena, cada uno de ellos totalmente convencido de llevar la razón. Ninguno conectó con el otro, excepto por el hecho de que los dos parecían enfadados. En televisión, el programa parecía más un evento deportivo que una discusión civilizada.

La intensidad de este debate supuso un enorme reto para el moderador, Manuel Campo Vidal, que llevó a cabo su tarea con la neutralidad y elegancia que le caracterizan. Desde la década de los 90, Campo Vidal ha actuado como motor clave en la institucionalización de los debates electorales en España; además, es la única persona en el mundo que produce y modera los debates televisivos de su país. Este cara a cara no hubiera sido posible sin los esfuerzos de Campo Vidal y sus compañeros de la Academia de Televisión, que se han ganado la confianza de los principales partidos políticos durante un largo período de tiempo.

¿Habría sido mejor ver juntos a los cuatro candidatos favoritos? Por supuesto. Pero los políticos siempre harán lo que más les interese, y lo importante es que los votantes españoles al final pudieron ver a su presidente en un debate en directo. Sin la Academia, Rajoy habría eludido la confrontación directa con sus rivales en toda la campaña.

Por último, me gustaría sugerir algo como observador americano: en Estados Unidos, los candidatos a la presidencia tienen prohibido llevar papeles o cualquier objeto físico al debate. ¿Sería posible prohibir algo así en España? Si bien los candidatos adoran la seguridad que les proporcionan sus bártulos, mostrar papeles y gráficos a la cámara crea una distracción enorme durante un debate en directo. Mucho mejor que, la próxima vez, el candidato se dedique simplemente a hablar a los votantes... y se deje los malditos papeles en casa.

Traducción de Marina Velasco Serrano

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¿Cambias de opinión después de un debate? Análisis de comunidades tuiteras en torno al #7D y al #14D

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Foto: EFE


Escrito por Carmen Torrijos



En el momento en el que escribimos este post, Lynguo, nuestra herramienta de análisis de redes sociales, lleva ya diez días recogiendo y analizando datos relacionados con las elecciones generales del #20D. Más de cinco millones de tuits han entrado desde que comenzó la campaña electoral y los primeros análisis van demostrando el éxito en las redes de las nuevas formas de propaganda, de comunicación y, sobre todo, de debate. El éxito arrollador de esta forma de campaña en sus distintos formatos es difícil de medir más allá del ganador y el perdedor, y puede plantear más dudas. ¿Tienen los debates algún efecto real en los indecisos? ¿Se reafirman los convencidos en su idea de voto?

Con tanta actividad en las redes sociales, hay muchas métricas que se pueden extraer de ellas para responder estas preguntas, y una que puede resultar muy orientativa es la fluctuación de los usuarios de Twitter de un grupo de conversación a otro: ¿con quién interactúan, a quién retuitean? Observamos en el siguiente grafo la distribución de las comunidades políticas en los días previos al #debatedecisivo del 7 de diciembre, desde el inicio de la campaña hasta el inicio del debate:

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Una de las cosas que podemos observar aquí es la cercanía entre las comunidades de Podemos y Ciudadanos, que aparecen en el mismo sector del grafo, mientras que las de PP y PSOE aparecen en polos opuestos. Vemos también la situación periférica de las comunidades de UPyD y Vox. Vemos la distancia entre los líderes y las cuentas de sus respectivos partidos, y cómo algunas comunidades se llegan a mezclar con otras, como en el caso de Podemos y Unidad Popular. Los vínculos entre las comunidades son frecuentes y eso hace que el grafo resulte menos definido y más disperso. Vamos a ver ahora el mismo grafo, creado justo después del debate del #7d:

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En este segundo escenario, que recoge las horas que duró el debate y la resaca posterior en Twitter (del 7 al 10 de diciembre), observamos comunidades mucho más consolidadas, con gran cantidad de vínculos también entre ellas pero posicionadas de forma más polarizada. Vemos a Podemos y Ciudadanos mucho más alejados que en el grafo anterior, y sin embargo a PP y PSOE en el mismo sector aunque con escasos vínculos. Las comunidades de UPyD y Vox se acercan y aumentan la interacción con las demás. ¿Se consolida la opinión? ¿se afianza el voto? ¿se polarizan aún más los grupos? Lo que es claro es que, tras el debate, las comunidades se refuerzan y se vuelven más endogámicas y mejor delimitadas. El indeciso toma partido, mientras que el convencido se repliega y busca apoyo en su propio grupo.

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Cuando se realiza este tercer grafo ya han pasado unos días desde el debate a cuatro, y una vez consolidadas las comunidades como veíamos en el grafo anterior, la principal tendencia es distanciarse cada vez más unas de otras. Podemos y Ciudadanos continuan separándose, mientras que PP y PSOE se alejan del centro del grafo y tienden al aislamiento. La comunidad del PSOE, a la izquierda, conserva sus vínculos con la de Podemos, constantes en todos los grafos, mientras los usuarios de la comunidad del PP, a la derecha, interactúan de lejos con Ciudadanos y Vox. ¿Se debe este movimiento centrífugo de PSOE y PP a la proximidad del #CaraACara entre Rajoy y Sánchez? Solo nos queda por ver, en el siguiente grafo, la evolución de estas comunidades después del debate a dos del #14D:

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Este último grafo muestra los grupos de conversación en Twitter durante y después del cara a cara entre Rajoy y Sánchez del día 14 por la noche. Como podemos ver, la configuración del grafo cambia radicalmente y las comunidades más grandes y más centrales pasan a ser las de PP y PSOE, que aumentan su tamaño de forma sustancial y establecen por primera vez vínculos de interacción entre ellas. El núcleo de esta interacción es la cuenta de Antena 3 Noticias. Entre tanto, la comunidad de Izquierda Unida se sitúa a medio camino entre PSOE y Podemos, manteniendo interacción con ambas, y las comunidades de Ciudadanos y Podemos aparecen de nuevo cercanas, casi entremezcladas. Vox y UPyD se mantienen en su posición periférica, aunque ambas con interacciones frecuentes hacia la comunidad del PP.

La evolución, por tanto, de los grupos de conversación afines a PP y PSOE tiende al distanciamiento y al aislamiento como formas de refuerzo, mientras que las comunidades de los nuevos partidos establecen más relaciones con las demás. Los usuarios afines a Ciudadanos y a Podemos se distancian mucho unos de otros, pero vuelven a interactuar estrechamente cuando se pone de manifiesto su carácter de nueva política frente al bipartidismo, como es el caso del último grafo. En cuanto al alcance y la magnitud de las comunidades, PSOE y PP logran grupos de conversación de tamaño más bien pequeño antes del #14D, recuperando terreno en las redes gracias al debate a dos. Llama la atención en todos los grafos el tamaño y la posición central de la comunidad de Izquierda Unida, de quien cabría esperar una posición periférica al no participar en los debates centrales y que, sin embargo, constituye la segunda comunidad más grande durante el debate del #7D.

Todo esto se extrae únicamente con el análisis de la distribución de los usuarios en comunidades, pero, ¿y si pudiéramos saber cuántos usuarios han cambiado de comunidad, de dónde proceden y a dónde van? ¿qué más comunidades aparecen? ¿cuál es el papel de los medios? Si quieres conocer más en detalle nuestros informes sobre la campaña electoral y las elecciones en Twitter, escríbenos.

COP21: el 'Acuerdo de París' hace cosquillas a la industria automotriz

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Representantes de 195 países estuvieron en París para asistir a la cumbre COP 21 de las Naciones Unidas con la idea de atajar la crisis del cambio climático que enfrentamos los ciudadanos de todo el mundo debido a un modelo de desarrollo suicida y a la industrialización no sustentable.

Las naciones asistentes estuvieron representadas por jefes de Estado, presidentes, primeros ministros, vicepresidentes, ministros, miles de diplomáticos, así como por un gran arco iris de organizaciones no gubernamentales y activistas. La ONU estuvo representada por Ban Ki Moon, su secretario general, y por Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y por cientos de sus diplomáticos. Aunque muchos de los mejores periodistas del mundo cubrieron el evento COP 21, no ha habido ninguna mención en profundidad a lo que el mundo necesita hacer con sus más de mil millones de automóviles, camiones y autobuses y con el transporte público, porque el transporte es una de las principales causas de la emisión gases tóxicos.

Es bien conocido por todos nosotros que los motores de combustión de los automóviles se utilizan para cometer suicidio por parte de personas desesperadas, quienes se encierran en un garaje con el motor en marcha hasta que sus emisiones tóxicas les quitan la vida. Con más de mil millones de autos en circulación y más de 66 millones de automóviles nuevos producidos cada año este es el momento para darse cuenta de que la atmosfera es nuestro garaje colectivo y declarar que los autos de combustión deberían pertenecer a un museo que explicara cómo la humanidad casi se suicidó en forma masiva, aceptando que ese modelo absurdo de transporte mató a millones de personas cada año, con venenosos gases emitidos por los automóviles, camiones y autobuses y por muchos otros motores de combustión.

Los funcionarios de casi todos los Gobiernos tienen que admitir su falta de responsabilidad al no actuar para la protección de los ciudadanos. Muchos políticos han sido los principales defensores de la industria del automóvil de combustión, y también oponentes silenciosos a mayores inversiones en transporte publico masivo. Ejemplos terribles de esta suicidas políticas gubernamentales de transporte están en práctica en Europa y Japón, y especialmente en los Estados Unidos y Canadá. México, Brasil, Argentina, China, India, Indonesia, Egipto, Nigeria, Turquía, Australia, Sudáfrica, Rusia y muchos otros no son muy diferentes.


¿Qué líderes políticos están dispuestos a luchar hasta que todos los seres vivos podamos respirar de nuevo aire fresco y no mueran millones de personas debido a la contaminación del aire?


Las naciones G20 y otros mencionados no son la excepción. Sigue existiendo en todo el mundo un poderoso marketing para poseer un auto grande y pesado como un símbolo de estatus. El gran tamaño y peso no son solamente innecesarios, deberían ser ilegales. Ya es hora de que el uso de los autos con motor de combustión, como la principal forma de transporte personal y de carga, sea prohibida.

Para que la COP 21 pueda ser considerada una cumbre significativa esta debió haber adoptado una decisión importante para el transporte público. Las naciones desarrolladas deben considerar medidas de emergencia, como la reducción del uso y circulación de vehículos de motor de combustión en un 20% para finales de 2016, en un 40% para finales de 2018, y así hasta que todos esos vehículos estén fuera de circulación dentro de 5 años, a finales de 2020. Los plazos y medidas del COP 21 no tienen un sentido real de urgencia, ni tampoco la obligatoriedad indispensable para garantizar resultados.

Estas metas son alcanzables con políticas de transporte público agresivas y bien pensadas, y con nueva legislación sobre el tipo de motores, el tamaño y el peso de todos los vehículos que deben existir. Hay países de Europa como Alemania, Francia, Italia y España (todos países productores de automóviles) en el que el costo de los viajes en tren es artificialmente alto y donde los trenes nocturnos son casi ilegales para ayudar a los fabricantes de automóviles a venden vehículos, autobuses y camiones que pueden contaminar y matar 24 horas del día a quienes respiramos.

¿Qué líderes políticos están dispuestos a luchar hasta que todos los seres vivos podamos respirar de nuevo aire fresco y no mueran millones de personas debido a la contaminación del aire? Lamento decir que no puedo nombrar a uno solo de lo que dirige actualmente una nación del G-20.

Si queremos aire fresco, debemos aceptar que es tiempo para el cambio! Tiempo para crear un GRUPO DE ACCIÓN (Task Force) con un verdadero sentido de misión que tenga como meta detener todas las muertes causadas por la contaminación del aire.

La mayoría de los que asistieron a la COP 21 contaminaron mucho viajando a París, pero no se enfrentaron a los graves problemas, sólo le hicieron cosquillas a la industria automotriz.

¿Qué piensa Ud.? ¿Cree Ud. que los autos con motor de combustión deben relegarse a los museos?

La noche más larga

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Foto: Alarga la tarde, de MAYTE PIERA.


"Santa Lucía, acorta la noche y alarga el día. Pero ni menguó ni creció hasta que Cristo no nació". Dicho popular.


Es observable que sobre el 13 de diciembre, día de santa Lucía, la tarde se alarga. Es decir, el sol se pone más tarde. Pero eso no concuerda con el hecho de que los días empiezan a crecer a partir del solsticio de invierno, sobre el 21 de diciembre, el día más corto, cuando el sol toma su mayor declinación sur y los rayos inciden más oblicuos sobre nuestro hemisferio.

Para todo hay explicación, y esta vez la encontramos en la segunda ley de Kepler: el radio vector que une a un planeta y el sol barre áreas iguales en tiempos iguales.

Es ahora, cerca del solsticio de invierno, cuando estamos más cerca del sol, en el perihelio, y para cumplir dicha ley la velocidad de traslación de la tierra tiene que ser mayor. Debido a esta aceleración, el paso del sol por un idéntico punto al del día anterior tarda más, pues la tierra debe girar sobre su eje en un ángulo extra. Como en nuestros relojes, medimos el tiempo con el sol medio, un sol ficticio que viaja siempre a la misma velocidad. Este dará las doce antes de que el sol culmine en nuestro meridiano. Y lo mismo ocurrirá con la puesta del sol y su aurora, ambos fenómenos se retrasarán en nuestro reloj artificial. Por eso alarga la tarde, pero no amanece antes. Al llegar al solsticio, cuando sí empieza a crecer el día de verdad, todavía no somos capaces de ver antes el alba, aunque sí vemos el crepúsculo después de manera constatable. Debemos esperar al día de Reyes, el 6 de enero, para que la inclinación del eje terrestre compense el retraso y empiece a notarse que amanece antes.

Hay que ver esta Santa Lucía, las cosas que nos hace observar; no en vano, es la figura del santoral relacionada con la vista, y es la que trae la luz, la que trae la luz del sol que crecerá a partir del 21; la luz benefactora. Yo me acuerdo de leer su vida en esos tebeos de vidas ejemplares que nos prestaban, ya muy sobados, en el colegio.

Santa Lucía nació en Siracusa, en una buena familia de patricios romanos, que se había convertido al cristianismo. Estaba prometida a un joven noble pagano, pero hizo la promesa de vivir al servicio de Cristo en castidad. Despechado, su pretendiente la acusó al procurador romano por cristiana; este la interrogó y la arrojó a un lupanar para ser violada. Los soldados la tomaron para llevársela, pero por más que se esforzaban, no pudieron con ella, ni atándola con cuerdas, ni tirando con toros; la muchacha permanecía rígida e inmóvil como una roca. Decidieron entonces sacarle los ojos, pero siguió viendo; desesperados, optaron por quemarla y decapitarla. Eran más crueles estos tebeos que las películas de Tarantino. Este culebrón viene a justificarnos el hecho de que Lucía sea la portadora de la luz y la patrona de los invidentes. Hay dos estrellas de la constelación de Tauro, apreciables a simple vista, llamadas Los ojos de Lucía.

Es conocida la afición de los cristianos a asimilar y fagocitar a los antiguos dioses, posiblemente para que el pueblo iletrado no los echara en falta, adaptándolos a su santoral; ya que dios solo podía haber uno, tengamos innumerables virtuosos venerables. De esta manera, muchos de los templos clásicos fueron reconvertidos en basílicas dedicadas a santos que tenían las características o los nombres de sus antiguos titulares. No resulta por tanto extraño que Siracusa fuera en realidad fundada como colonia griega por los Dorios en el año 734 a.C. y dedicada a Artemisa, la diosa de la Luna, la diosa siempre virgen y la dadora de luz, la phaesporia. Diosa que fue a su vez usurpadora del trono que ostentaba Selene, la luna, y así aparece en muchas representaciones, con una corona lunar.

Santa Lucía de Siracusa es pues la cristianización de una de las deidades adoradas en el panteón grecolatino, y simboliza a la vez a la anunciadora del Solsticio, el nacimiento o resurrección del dios sol, así como a la luna, la portadora de la luz.

Y la canción de Sabina Yannatu que viene a continuación quizás no tenga nada que decir, o es posible que mucho; pero me ha parecido preciosa. La traducción la he puesto a pesar de que puede ser tan engañosa como la luna de la que habla. ¡Salud a todos, que ya se van a alargar los días!



Lunita engañosa

En la mitad de Selene
habita una luna,
una lunita engañosa.

Lo sé, los amaneceres de la nada
ensombrecen mis días.
Lo sé, los magos lanzan sus hechizos.

Oh, tus palabras mortificantes...
Oh, nuestros impotentes pájaros...

¡Ah! Y la luz como cambia del ocaso hasta el eclipse sobre ti...
¡Ah! Y yo recogeré los satenes...
¡Ah! Y las sombras de las heladas...
¡Oh! Y qué era tuyo...



PD. ¡Que santa Lucía nos conserve la vista! Pues vamos a tener que vivir a oscuras cuando venga el próximo recibo de la luz.

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Foto: El recibo de la luz, de MAYTE PIERA.

Pase lo que pase, te diré que es maravilloso

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Si me preguntas que cómo es tener dos hijas, te diré que es maravilloso. Te diré que mi hija Tegan es amable y considerada y que tiene mucha imaginación y es muy lista. Te diré que mi hija Sienna duerme del tirón por las noches y que es una niña alegre e inquieta. Te diré que las dos son muy cariñosas, que son encantadoras.

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No te diré que Tegan se puso a llorar como una loca en la farmacia. Ni que se hizo pis en el supermercado. Ni que a Sienna tuve que cambiarle el pañal tres veces porque se pasó dos horas llorando sin motivo aparente.

No te diré que Tegan se enfadó conmigo y me tiró del pelo después de decirme que me tiraría a la basura. Ni que Sienna se pone a llorar si no la tengo cogida en brazos y no me deja hacer la cena ni ir al cuarto de baño.

Porque yo soy madre. Y ellas son niñas. Porque son gajes del oficio. Porque la vida sigue siendo maravillosa. Mis chicas siguen siendo maravillosas y las quiero pase lo que pase.

Sigue siendo un buen día aunque Sienna me vomite en la ropa limpia o aunque Tegan se ponga a llorar porque se le ha roto una pintura, porque lleva un calcetín al revés o porque su silla está coja.

Sigue siendo un buen día aunque haya patitos de goma (y caca) en el váter (y fuera de él) y juguetes tirados por todas partes.

Porque la situación acabará por mejorar. Las chicas se calmarán. Sienna sonreirá. Tegan se pondrá a bailar. Se lavarán las manos y, de alguna manera, conseguiremos ordenar la casa y hacer la cena. Con sus risas, las chicas me harán olvidarme del caos. Micah llegará a casa.

Tegan no se dormirá hasta las diez. Bailará cuando su padre se ponga a tocar la guitarra, le leeremos un cuento en la cama. La abrazaremos y nos contará que ha jugado con Miles en el recreo, que el Sol está dormido y que en su clase ha entrado una mariposa.

Sienna protestará a la hora del baño, pero luego sonreirá cuando le cantemos, se reirá cuando le coja los pies y me ponga a aplaudir con ellos y me cogerá de la mano mientras me mira con esos ojos tan grandes que tiene.

Prepararé la ropa y los almuerzos para el día siguiente y dejaré la sillita del coche al lado de la puerta. Micah pondrá el lavavajillas y la lavadora y limpiará la cocina. La casa se quedará en silencio y podremos descansar. Para volver a empezar mañana a lavar dientes, a cambiar pañales y a dar besos.

Me reconfortará mirar las fotos enmarcadas de mis hijas y pensar que están en buenas manos y que volveré a verlas por la tarde.

Pensaré en las tortitas de los sábados y en que las risas y el amor inundan nuestra casa. Siempre es maravilloso, aunque a veces sea duro. Mis chicas son un regalo, son las que me hacen disfrutar al máximo de la vida.

Y, cuando sean mayores, cuando los juguetes y los dibujos dejen de cubrir el suelo, cuando ya no quieran que leamos cuentos en la cama, cuando ya no quieran ir al parque, cuando ya no las oiga corretear por el pasillo, cuando ya no oiga sus risas, recordaré nuestras aventuras y pensaré: fue maravilloso.


Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero

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El impacto de la subida de tipos de la Reserva Federal

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¿Qué impacto tendrá la decisión de la Reserva Federal de EEUU de elevar en 0,25 puntos porcentuales los tipos de interés? ¿Cómo afectará a la eurozona?


Blog Ontiveros por elhuffingtonpost

20D: la eutanasia entra por fin en la agenda política

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Hace unos meses, en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas, compartí con los lectores y lectoras El Huffington Post un análisis de las oportunidades que para la reivindicación de la muerte digna podría suponer en nuestro país el cambio de escenario político. Análisis más esperanzador que esperanzado, asentado no tanto en la confianza generada por los actores políticos, como en la urgente necesidad del cambio de escenario.

Por ello, fue una sorpresa que, por primera vez en el marco de unas elecciones locales, hiciera acto de presencia la preocupación por la dignidad en el proceso de muerte. Y no de una forma anecdótica, ya que doce de las fuerzas políticas en liza, entre ellas algunas que aspiraban -con razón, a la vista de los resultados- a formar parte del gobierno en autonomías y ciudades relevantes, incluyeron en sus programas actuaciones encaminadas a avanzar en la dignidad del morir.

Desde luego, el limitado marco de competencias de ayuntamientos y parlamentos regionales, ciñó las propuestas programáticas a ofertas más bien instrumentales, muchas de ellas ya contempladas en leyes en vigor, pero cuyo cumplimiento, en ausencia de voluntad política, ha sido hasta ahora insignificante. Así, la mayoría de propuestas se referían a la extensión y mejora de los cuidados paliativos y al impulso del testamento vital, pero me parece relevante el hecho de que en algunos programas la atención paliativa se reclamara ya como un derecho subjetivo y no como un mero elemento de la cartera de servicios sanitarios.

En ese sentido, es también valorable el hecho de que muchos de aquellos programas hicieran hincapié en garantizar el respeto a la voluntad del paciente en trance de morir. No estará de más insistir en que la moralidad de las decisiones al final de la vida no reside en la evitación del sufrimiento, que es una obligación mínima exigible en cualquier sociedad civilizada, sino en el respeto a la dignidad personal, es decir a la autonomía de su voluntad. Bienvenidos sean estos cambios, por más sutiles que sean.

Cabe preguntarse si nuestros políticos habrán decidido terminar con el secuestro de nuestra voluntad desde una moral pública dictada por el poder religioso y gestionada desde un paternalismo trasnochado, impropio del siglo XXI. Si habrán empezado a comprender, por fin, el potencial liberador que tiene para las personas y las sociedades ser capaces de tomar las riendas de un proceso tan inevitable y personalísimo como el morir.

Al igual que hicimos para las autonómicas, en la Asociación Derecho a Morir Dignamente hemos intentando responder estas preguntas analizando las propuestas programáticas de los principales partidos, tanto de ámbito estatal como en circunscripciones autonómicas.

Hemos buscado compromisos explícitos sobre la regulación del final de la vida y los hemos recogido en un documento titulado 20D. Partidos políticos y eutanasia donde están a disposición del interesado.


El camino hacia la despenalización de la eutanasia en nuestro país es todavía largo. Será preciso remover muchas inercias, recordarles sus compromisos a los partidos una y otra vez. Será precisa mucha pedagogía y convicción para lograrlo.



Una primera conclusión es que la ampliación de las opciones políticas ha traído ya un efecto beneficioso en cuanto se refiere a la muerte con dignidad: trece de los dieciséis programas analizados contienen algún compromiso al respecto. Un panorama bien distinto al del bipartidismo, en el que resultaba muy fácil eludir una cuestión como la eutanasia, que el adversario no tenía ningún interés en abordar.

En el nuevo escenario multibanda, cada opción necesita definirse ante el elector porque el rechazo al gobierno de un partido ya no dirige mecánicamente el voto a su contrario. Ahora, los matices se han hecho importantes para elegir.

Pues bien, en las ofertas electorales con posibilidades de decidir en el futuro parlamento aparece ya la derogación del artículo 143 del Código Penal, que castiga la colaboración altruista en una muerte decidida libre y responsablemente por una persona. Al menos seis partidos con posibilidades ciertas de obtener escaños ofrecen una ley de eutanasia, y dos de ellos se comprometen a ir más allá y regular la libre disposición de la propia vida. Regulación que, superando la motivación compasiva ante el sufrimiento, se fundamenta en la defensa de la libertad individual para decidir sobre si mismo y la propia vida. Todo un cambio.

Este nuevo panorama de sintonía con lo que la ciudadanía quiere, de forma muy mayoritaria y desde hace años, deja no sólo en minoría, también en evidencia, la posición pusilánime de quienes eluden el debate o tratan de entorpecerlo. Por primera vez, los partidos están sintiendo la necesidad de sintonizar con lo que la ciudadanía quiere al respecto.

Y debo decir, sin temor a ser tachado de inmodestia, que en este cambio de actitud de los partidos ha tenido un papel determinante la asociación que tengo el honor de presidir. Los más de treinta años defendiendo en solitario la eutanasia, a fuerza de pedagogía ciudadana razonada y de testimonio público, empiezan por fin a mostrarse útiles. Lo estamos viendo en el desarrollo mediático de esta campaña: la pregunta a los candidatos respecto a la regulación de la eutanasia se ha hecho obligada. Y por cierto, sólo Rajoy se ha manifestado en contra.
Que la eutanasia y la propiedad de la vida hayan entrado en la agenda política y periodística no es exclusivo fruto de la coyuntura política. Lo es también del esfuerzo de decenas de sociactivistas de nuestra organización que han difundido nuestros argumentos en los medios clásicos y en las nuevas formas de comunicación; que han sacado nuestra reivindicación a la calle y están movilizando a sectores sociales que hasta ahora no se habían manifestado al respecto. Un trabajo de concienciación popular, tanto con las bases como con los cuadros de los partidos, que parece haber empezado a dar frutos.

Pero no es el momento de relajarse en méritos ni logros parciales. El camino hacia la despenalización de la eutanasia en nuestro país es todavía largo. Será preciso remover muchas inercias, recordarles sus compromisos a los partidos una y otra vez. Será precisa mucha pedagogía y convicción para lograrlo.

Ni esta lucha, ni ninguna otra, pueden alcanzar el éxito sin un trabajo tenaz por parte de quienes creemos en la justicia de nuestra reivindicación. Nunca se consiguió ningún derecho sin pelearlo. Menos aún el de poder ejercer el dominio de nuestras vidas, sin más sujeción que a la propia conciencia ni más límite que el legítimo derecho de los demás. Lograrlo será el final del chantaje permanente con el miedo a la muerte. Algo que los elementos reaccionarios de la sociedad no van a permitirnos sin que nos esforcemos y comprometamos.

Cuantos más seamos en el empeño, más cercano tendremos el éxito. No es casualidad que los países que han alcanzado ya leyes de eutanasia hayan contado previamente con asociaciones pro-eutanasia integradas por decenas de miles de personas. Sólo organizaciones con una presencia social fuerte son capaces de llevar al ánimo de los gobernantes la necesidad de escuchar la voz de la ciudadanía. Por ello, y porque nos afecta a todos, te animo a unirte a esta tarea en este nuevo tiempo que se avecina.

Cooperación: diez propuestas de profesionales

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Reparto de kits de higiene tras las inundaciones en Ecuador en 2007. Imagen de Ricardo Landetta/Oxfam Intermon

La Asociación ACADE, formada por profesionales de la cooperación internacional, ha elaborado un comunicado dirigido a los partidos políticos antes de las próximas elecciones. Se trata de un decálogo de actuaciones básicas e imprescindibles para lograr que España cumpla con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible en cuya definición el propio país ha colaborado.

ACADE, es la Asociación de Profesionales por la Calidad de la Cooperación al Desarrollo, una organización independiente fundada en el año 2000 por especialistas de distintos ámbitos (técnicos de organismos internacionales, diplomáticos, técnicos comerciales, funcionarios y técnicos de las Administraciones General, Autonómica y Local; directivos y técnicos de ONG españolas y de empresas relacionadas con la cooperación, profesores universitarios y profesionales independientes). Su objetivo es aprovechar la experiencia acumulada por este colectivo para propiciar cambios cualitativos en el sistema de cooperación.

De acuerdo con el compromiso adquirido el pasado 25 de septiembre en Naciones Unidas, el próximo Gobierno tiene que cumplir con los 17 objetivos y 169 metas para poner fin a la pobreza y el hambre, combatir las desigualdades y construir sociedades pacíficas, justas e incluyentes.

La asociación de profesionales reconoce que España ha participado activamente en la definición de la Agenda 2030 y ha suscrito el acuerdo internacional que la respalda. Pese a ello, en los últimos años ha debilitado su sistema de cooperación para el desarrollo y recortado la ayuda internacional más que otros países, como Portugal o Irlanda, que han atravesado situaciones de crisis más agudas. Además, en España se han registrado retrocesos significativos en numerosos parámetros sociales (pobreza, desigualdad o protección social) a los que remite la Agenda 2030.

Por lo tanto, se requiere por parte del nuevo Gobierno que saldrá de las urnas tras las elecciones del próximo 20 de diciembre un compromiso firme para cambiar esas tendencias y situar a España en el camino para cumplir sus compromisos y avanzar hacia una sociedad más incluyente y sostenible. Las próximas elecciones generales constituyen una oportunidad única para que las diversas fuerzas políticas que demandan el apoyo ciudadano adelanten sus compromisos en esta materia.

Las diez medidas básicas propuestas para lograr una mejora en la calidad y eficacia de nuestra cooperación y alinear a España con el logro de los objetivos y metas comprometidos son:

1. Asumir la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible como agenda de gobierno y aplicarla a la realidad española, comprometiéndose a presentar al Parlamento antes de Junio de 2016 un plan para la implementación de lo acordado, tanto a nivel nacional como internacional.

2. Establecer una nueva arquitectura gubernamental, bajo la forma de una Vicepresidencia o Ministerio de Desarrollo Sostenible, que garantice el compromiso político al más alto nivel, competencia ejecutiva sobre las políticas de desarrollo y cooperación y medioambiente, e impulso de la coherencia de políticas. Revisión del mandato y del estatuto jurídico de los actuales organismos de gestión de la cooperación, (especialmente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID).

3. Compromiso para lograr un crecimiento sostenido y programado de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) a partir de 2016 para alcanzar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) en 10 años.

4. Garantizar que al menos el 40% de la ayuda oficial al desarrollo bilateral se destina a los Países Menos Adelantados.

5. Reservar entre el 7% y el 10% de la ayuda oficial a Ayuda Humanitaria para responder con eficacia a las crisis humanitarias.

6. Establecer mecanismos de estímulo para favorecer alianzas entre agentes públicos y privados españoles, de modo que puedan sumar sus respectivas capacidades, experiencia y recursos.

7. Reforzar la presencia de España en foros y espacios internacionales y contribuir a la construcción de mecanismos de gobernanza globales transparentes, democráticos y representativos.

8. Establecer mecanismos eficaces, en el Parlamento y en los órganos de participación de la sociedad civil, para velar por la transparencia y la rendición de cuentas de los actores públicos y privados, y contrastar el cumplimiento de las metas internacionales y nacionales de la Agencia de Desarrollo Sostenible. También una política continuada de evaluación que permita mejorar la calidad de las intervenciones.

9. Fomentar una ciudadanía informada, crítica y comprometida con la eliminación de la pobreza, la justicia social y el desarrollo sostenible. Promover un nuevo discurso público que ponga de relieve las interdependencias globales y la necesidad de promover respuestas compartidas a los desafíos colectivos de la humanidad.

10. Incentivar la mejora de las capacidades del personal de las Administraciones Públicas y de los actores implicados en la política de cooperación para que puedan incorporar nuevas prácticas, gestionar el conocimiento y responder mejor a los cambios que la Agenda 2030 demanda.

Merece la pena leer y valorar el comunicado completo de los profesionales ante las Elecciones Generales: un Decálogo para avanzar en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Porque se trata de definir con eficacia la contribución y el papel de nuestro país en un mundo cambiante que requiere de estrategias positivas y eficaces para lograr un desarrollo sostenible.

¿Cómo van las primarias Republicanas en EEUU?


La justicia climática y la época del Plutoceno

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Lo que se ha discutido en las negociaciones de la COP21 en París no es tanto el clima como la desigualdad climática: hay setenta millones de personas que emiten cien toneladas por barba de gases de efecto invernadero, equivalentes al total que producen los tres mil millones de personas más pobres y más azotadas por la alteración del clima. Sea justo o inicuo, desde hace un par de siglos hemos aceptado que crezca la desigualdad del dinero. Es decir, el motor del capitalismo. La compensación por ello está en un fuerte crecimiento de la duración media -subrayo media - de la vida humana; del número de seres humanos; de la prosperidad material de una parte de la humanidad; del uso de energía per cápita y, con ello, de las emisiones de gases de efecto invernadero. No cuestionamos que la desigualdad económica funcione como la madre de todos los cambios. Pues claro que funciona, a las mil maravillas. Lo que tenemos que cuestionar es si las leyes de la biosfera nos permiten mantener esta desigualdad. De hecho, si los bits en los computadores del banco dicen que mi capital financiero ha pasado de 1 a 100 millones, cambian mis relaciones de poder con los hombres (cuyas reglas son arbitrarias y negociables), pero nada cambia en la biosfera. Por el contrario, si mis emisiones de gases de efecto invernadero pasan de 1 a 100, lo que cambia es mi relación material con la biosfera, cuyas leyes no son negociables.

La alteración del clima es la punta del iceberg que destaca entre los varios efectos de las dos revoluciones permanentes que están cambiando la faz de la tierra: la industrial y la capitalista. En un abrir y cerrar de ojos, ambas han traído consigo el crecimiento exponencial de un sinnúmero de intervenciones humanas que sorprenden no sólo por su novedad y su incompatibilidad con la biosfera, sino sobre todo por su alcance global: llenamos los océanos de miles de millones de toneladas de micro-fragmentos de los plásticos y de las fibras textiles sintéticas que usamos y tiramos día tras día; sembramos la estratosfera de decenas de miles de satélites de usar y tirar. No bastaría este artículo para enumerar otras lesiones planetarias de este tipo. Podría ser que nuestros nietos tengan que decir con nostalgia, "Ah, qué tiempos aquellos, cuando el cambio climático parecía el mayor problema". De hecho, contamos desde hace años con las tecnologías necesarias para resolver "la cuestión del clima". Lo que nos falta es el concepto de que el bien común prevalezca sobre el bien privado.

Pero, ¿cómo sanar las heridas permanentes que hemos infligido a la atmósfera, a la estratosfera, a los océanos, a las aguas subterráneas, a los suelos y subsuelos? Y sobre todo, ¿cómo borrar las heridas infligidas a esa maravilla de equilibrio y de convivencia de miles de millones de especies vivientes, cuya historia natural nos sitúa entre los últimos en haber llegado? Por ejemplo, ¿cómo retirar de la atmósfera nuestro tetrafluorometano (CF4), el gas Teflon casi indestructible, que permanece allí miles de años, con una capacidad de alterar el clima miles de veces mayor que la del dióxido de carbono? ¿Y quién piensa en esto cuando usamos una cómoda sartén antiadherente? Según el premio Nobel Paul Crutzen, el nombre apropiado para nuestra época sería el Antropoceno: la era en la que los antropoi se han convertido en una fuerza bio-geológica decisiva a escala planetaria. ¿Pero qué daños planetarios causan los millones de seres humanos que viven de ese poco de tierra, alimentos y agua que con una hora de camino tienen a su alcance? ¿Qué parte de responsabilidad tiene esa mitad de la humanidad que emite dos toneladas de gases de efecto invernadero per cápita, mientras que aquéllos que deciden el futuro están emitiendo cien toneladas per cápita, siempre per cápita? La actual desigualdad de emisiones es sólo una fotografía instantánea de la "cuestión del clima".

La otra mitad de esta historia comienza hace dos siglos, cuando sólo una parte de los antropoi, únicamente nosotros europeos, pusimos fin a una civilización energética milenaria que funcionaba al 100% con energías renovables, y comenzamos la breve era de los combustibles fósiles. Hoy se utilizan en todo el mundo, pero en los primeros 150 años de la revolución industrial y capitalista, únicamente se beneficiaron de ellos los países más ricos, o casi. Estos países fundaron sobre estos combustibles su increíble ascenso y su gobierno -igualmente colonial- sobre el resto del mundo. Debido a esta doble desigualdad de las emisiones de los países, tanto en el tiempo como en el espacio, hay economistas eminentes, como Eric Neumayer, de la London School of Economics, que abogan por el cálculo de las emisiones históricas acumuladas en casi dos siglos como base para determinar las respectivas responsabilidades del cambio climático, y atribuir los costos que serán necesarios para remediarlo. Los países más pobres apoyan esta propuesta; los más ricos se oponen.

La dramática emergencia climática nos lleva a reflexionar sobre la aceleración de los dos fenómenos que, repetimos, están cambiando "la faz de la tierra": el genio técnico y el genio financiero. Sin el segundo, el primero probablemente habría seguido siendo una realidad marginal (la "primera máquina de vapor" fue inventada en la antigua Grecia para abrir las puertas de un templo). El drama del genio financiero está en su propia eficacia. Nada se le puede comparar en cuanto a intensidad y velocidad de los cambios que ha traído al mundo. De modo que tendríamos que llamar a nuestra época el Plutoceno (la era de la riqueza), no el Antropoceno. La emergencia climática, junto con la ecológica, realmente podrían llevar a un fin de la historia. Exactamente el fin contrario a la predicción de las personas que, con esta misma expresión, anunciaron el triunfo definitivo de este capitalismo.

* Grupo de Política Climática, ETH Zurich

Entrevista a María José Jiménez, feminista, gitana y candidata de Podemos al Congreso

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2015-12-15-1450187845-4622083-IMG20151210WA00032.jpgMaría José Jiménez ha sido el último fichaje de Podemos para encabezar la lista del partido por Salamanca de cara a las elecciones a Cortes Generales que se celebrarán el siguiente domingo 20 de diciembre. Su vínculo político e intelectual con esta capital europea de la cultura se remonta a sus años de estudiante universitaria; donde se licenció en Trabajo Social y Humanidades.

La trayectoria biográfica, profesional y política de María José desafía todas las expectativas que la sociedad proyecta sobre una mujer gitana; y es que esta "gitana feminista", tal y como ella misma se define, ha roto todos los techos de cristal que de manera invisible condicionan su doble posición de subalternidad como segundo sexo y como minoría invisibilizada. María José pasó su infancia en un asentamiento chabolista situado en el extrarradio de Ourense. No empezó a ir a la escuela hasta los nueve años; pero nos cuenta que trabajó muy duro para comprimir varios años de estudio y acceder con dieciséis años a BUP (Bachillerato Unificado Polivalente en el sistema de enseñanza de su época). Asegura que cuando aprobó la selectividad tenía muy claro que quería ser trabajadora social; y tras acabar sus estudios universitarios, su sueño se hizo realidad: desde el año 2000, María José comenzó a trabajar en diferentes proyectos de intervención social en distintas comunidades gitanas. Su trabajo le ha permitido "entrar en la cocina de muchas casas gitanas", donde asegura, "he sido testigo tanto de la profunda hospitalidad de las familias gitanas como de sus carencias". Hace dos años, María José consiguió por oposición una plaza como funcionaria en el Samur Social de Madrid. Además de cumplir con su trabajo vocacional como trabajadora social, desde 2004 colabora como profesora invitada en el Máster en Género, Educación, Políticas de Igualdad y Liderazgo que se imparte en la Universidad de Vigo.

Una de las principales críticas que enfrenta Podemos es su falta de experiencia en el campo de la política profesional. En tu caso, ¿cuál ha sido tu formación política? ¿Cómo ha contribuido Podemos a tu educación como candidata al Congreso?

Claramente, mi educación política no se ha fraguado dentro del partido; hay que tener en cuenta que Podemos es un partido muy joven y que éste es el primer año que se presenta a unas elecciones; por lo tanto, aún no hemos desarrollado una escuela de formación política como la que tienen los partidos tradicionales. Mi caso, como el de otras muchas personas que forman parte de Podemos, es el de una activista que ha aprendido el significado de la política en las luchas por los derechos sociales; concretamente, en la lucha por los derechos de las mujeres, y en particular, por el reconocimiento de los derechos de las mujeres gitanas. Respondiendo a tu pregunta, podría decirte que mi escuela de formación política ha sido la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad. Esta asociación se creó hace dos años y se compone de un grupo de quince mujeres gitanas de distintos puntos de España, quienes de manera permanente hemos venido organizando seminarios de formación sobre feminismo gitano y acciones de denuncia, tanto contra la violencia machista como contra el racismo antigitano. Ha sido dentro de este grupo de mujeres gitanas donde he construido mi discurso político y he desarrollado una noción de justicia que me gustaría trasladar al Congreso si soy elegida.

¿Es el feminismo gitano algo más que la lucha de las mujeres gitanas por la igualdad de género? ¿Qué aportaciones originales trae el feminismo gitano?

Tanto por su discurso político como por su estructura organizativa y su estrategia de intervención social, el feminismo gitano es mucho más que la lucha por la igualdad de género. Por supuesto, el feminismo gitano persigue como objetivo la igualdad de oportunidades entre diferentes géneros; pero, además, el feminismo gitano cuestiona la estructura social de privilegios que se legitiman no solo en base a diferencias de género, sino también en base a diferencias socioeconómicas y étnico-raciales. El feminismo gitano desafía la posición de privilegio de la que disfrutan las mujeres payas, y obliga a nuestras compañeras feministas a hacer un ejercicio de autocrítica. Lo que dice el feminismo gitano es que si bien es cierto que las mujeres en general sufren discriminación y desigualdad respecto a la posición de poder de los hombres, las mujeres gitanas sufren una doble discriminación como mujeres y como gitanas. Cuando se habla de derechos de las mujeres, generalmente no se incluye un análisis de la jerarquía de posiciones que existe entre las propias mujeres. Por otro lado, en el plano organizativo, las gitanas feministas hemos tenido siempre muy claro que no queremos reproducir un modelo de poder centralizado, sino que nos hemos preocupado de poner en marcha una estructura en red abierta a la participación de mujeres gitanas de cualquier punto de España. Por último, el feminismo gitano ha llegado a aquellos lugares que se consideran inaccesibles a ojos de la sociedad mayoritaria. Me refiero a los barrios gueto del extrarradio y a los asentamientos de chabolas. Pues bien, el feminismo gitano ha llegado hasta ahí, y ha hecho de estos lugares un objetivo principal de su estrategia de intervención y transformación social: nosotras, las feministas gitanas, creemos que un verdadero cambio social ha de transformar todos los estratos de la sociedad. En este sentido, el feminismo gitano implica un nivel más profundo de crítica a la jerarquía social que el que alcanza el feminismo de las mujeres payas. Nosotras, las feministas gitanas, nos consideramos hermanas del feminismo negro y de los feminismos indígenas, pues entendemos que el elemento de estratificación étnico-racial y socio-económico es tan importante como el elemento de estratificación de género a la hora de justificar y reproducir privilegios sociales.

¿Crees que el feminismo payo proyecta prejuicios sobre las gitanas feministas?

Mi experiencia de dos años con el grupo de Gitanas Feministas por la Diversidad me ha demostrado que las gitanas feministas suponemos un desafío tanto para el establishment payo como para el establishment gitano; porque en ambos lados cuestionamos posiciones de autoridad y denunciamos privilegios. Es muy significativo que tanto la sociedad paya como la comunidad gitana conciban como contradictorio ser gitana y feminista: generalmente se tiene la idea de que una gitana no puede ser feminista. Obviamente, nosotras pensamos que sí es posible ser gitanas y ser feministas. De hecho, pensamos que muchas madres y abuelas gitanas en su día a día son feministas, pues luchan de manera incansable para que sus hijas y nietas prosperen y tengan acceso a una educación de calidad y a un trabajo digno en igualdad de condiciones con los hombres; y eso es feminismo. Además, hay muchas mujeres gitanas que se solidarizan con las mujeres víctimas de la violencia machista, y la solidaridad entre mujeres contra la violencia machista es feminismo. En nuestros dos años de experiencia, Gitanas Feministas por la Diversidad hemos encontrado gitanas feministas en cada ciudad, en cada barrio, en cada asentamiento de chabolas. Por parte de las feministas payas muchas veces hemos escuchado que deberíamos cortarnos el pelo como un modo de emancipación de los roles estéticos impuestos por el machismo; pero para nosotras el feminismo trasciende lo estético: el feminismo es una lucha por la justicia social y la igualdad de oportunidades.

¿Crees que la identidad gitana supone un hándicap mayor a la hora de encontrar trabajo que la identidad de ser mujer?

Creo que, aunque aún queda mucho por hacer, las políticas de género en nuestro país están más desarrolladas, bastante más desarrolladas, que las políticas de gestión de la diversidad cultural. Respecto al caso de la comunidad gitana, a día de hoy en cada ciudad de España podemos encontrar escuelas y barrios gueto, donde la inmensa mayoría de la población es gitana, y esto obedece a un plan de diseño urbanístico de segregación racial que ha propiciado una estructura de marginalidad y pobreza crónica. Además de este factor de segregación geográfica, a nivel cultural existe un ambiente cargado de estereotipos y prejuicios contra la comunidad gitana que yo interpreto como una forma de violencia invisible: las personas gitanas cargan con una mochila de prejuicios que los sitúa en clara desventaja respecto a las personas payas en el acceso al empleo. Pero si la propia Real Academia de la Lengua nos define como trapaceros y ningún partido ha reaccionado ante eso, ninguna institución pública nos ha defendido... Siento la responsabilidad de llevar al Congreso un discurso de dignidad para la comunidad gitana de este país y confío en que Podemos va a apoyar mi lucha.

Desde mi punto de vista, precisamente, uno de los vacíos discursivos de Podemos lo encontramos en su vaga definición de la configuración de los nuevos antagonismos sociales, valiéndose de términos tan ambiguos como "la casta" contra "la gente"; o "los de arriba" contra "los de abajo". En ese esquema discursivo hay pocos matices sobre las diferencias de clase, género o etnia de las que tú hablas. ¿Qué opinas a este respecto?

El discurso de Podemos básicamente se abandera de la lucha del 99% (la gente) contra el 1% (la casta). Este discurso parte de la premisa de que la igualdad es la base de la democracia. Es decir, que sin igualdad no hay democracia real. Creo que la creciente desigualdad entre una minoría, mejor dicho, una élite económica muy poderosa y el resto de la sociedad pone en riesgo el funcionamiento de la democracia; no puede ser que el 1% gobierne sobre el 99%. Yo estoy de acuerdo con este discurso de Podemos, pero creo que más allá de la igualdad, la democracia real implica la participación ciudadana en todas las áreas que generan conciencia pública y, en última instancia, creo que la participación significa participar en los espacios de toma de decisiones. Y es en el ámbito de la participación política donde las categorías arriba / abajo no permiten describir con precisión los procesos institucionales de inclusión / exclusión que durante muchos años han privilegiado a determinadas identidades sociales por encima de otras. En mi caso, yo entro en Podemos para defender un discurso que desafía muy claramente los privilegios sociales que se justifican en base a diferencias de clase, género y / o etnia. Y en este sentido, la verdad es que me he sentido muy respaldada por el equipo de Podemos Feminismos. Yo puedo decir que si Podemos cuenta conmigo es porque es un partido que apuesta por dar voz, por un lado, a las minorías, y, por otro lado, a los movimientos sociales y las iniciativas de activismo crítico. En mi caso, el movimiento que yo represento es el de Gitanas Feministas por la Diversidad y han sido las mujeres feministas de Podemos quienes han abierto un espacio para nosotras, para que nuestra voz se escuche en el Congreso.

¿Para cuándo una mujer (gitana o no gitana) candidata a la presidencia del Gobierno?

Ese momento yo cada vez lo veo más cerca... ya ha ocurrido lo imposible, y es que las dos ciudades más importantes de España, Madrid y Barcelona, se vistieron de morado en las últimas elecciones municipales y estén siendo gobernadas por dos mujeres, Manuela Carmena y Ada Colau. No sabría decirte para cuándo, pero lo que sí puedo decir, partiendo de mi propia experiencia, es que la política siempre abre un espacio para lo impredecible, y hay mujeres muy formadas en Podemos que podrían desempeñar cualquier cargo político.

Los prisioneros se divierten en la Caverna

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Foto: EFE


Los prisioneros comentaban entre ellos que en pocas horas iban a asistir a un gran acontecimiento en la pared donde habitualmente contemplaban figuras y voces cambiantes: Cara a Cara, las dos Figuras oficialmente principales del Reino de la Caverna iban a enfrentarse sobre diversos temas, resumidos en uno: pros y contras de la UHF. Algún prisionero avispado incluso llegó a preguntarse a qué venía ese tema tan obsoleto, pero casi nadie había osado pensar que a dos Figuras principales obsoletas corresponde un tema igualmente obsoleto. En cualquier caso, común entre todos los prisioneros era que después habría que comentar cuál de las Figuras había resultado triunfadora, lo cual equivalía a plantear si los osos panda bucean o hablan inglés.

Llegado el momento, el espectáculo fue magnífico, al menos eso es lo que acabaron pensando bastantes prisioneros de la Caverna. Las voces provenían de detrás de sus cabezas, atadas firmemente para que solo pudieran mirar hacia el muro de enfrente, y las imágenes de aquellas dos Figuras principales, dos bustos parlantes más otro busto de un presunto mediador, rebotaron sin encontrar lugar propio hasta el final del debate. Al parecer, cuatro años de estancia en aquella caverna no habían sido suficientes para que aquellos prisioneros tuviesen criterio propio y datos más que de sobra para decidirse por alguno de aquellas Figuras discutidoras sobre la UHF. De hecho, una voz les había informado de que a fin de poder decidir necesitaban ver y escuchar detenidamente aquel Cara a Cara para decantarse por la oferta de UHF que uno y otro proponían.

La mayor parte de los prisioneros hace oídos sordos a algunas voces discordantes ("ocurrencias", las llama una Figura; "extremistas", las califica la otra) que invitan a ensayar el método novedoso de mirar hacia atrás, contemplar la churrigueresca tramoya montada a sus espaldas, desatarse unos a otros las ligaduras que los tienen aprisionados desde tiempos inmemoriales y probar a subir la empinada cuesta que, según algunos, conduce hacia un mundo nuevo, desconocido, donde puede percibirse las cosas tal como son, sin vivir ya medio a oscuras, envueltos en sus propios detritos, sino a la luz del sol, caminando cada uno por sí mismo. Pero los bustos del Cara a Cara fascinan y subyugan a muchos de los prisioneros, cautivos también del miedo, la incertidumbre y la inseguridad, aferrados a las bondades de la UHF de una u otra Figura candidata.

No obstante, los prisioneros parecían felices, conectados todos ellos mediante teléfonos móviles de última generación, mandando mensajes y mensajes con la esperanza de ahuyentar la sensación de estar solos, informándose mutuamente del último anuncio, tan chulo, de la 2 que tan bien se captaba por la UHF propuesta por la Figura preferida por tirios y no por troyanos, o por la Figura adversaria, preferida por troyanos y no por tirios.

En algunos rincones de la Caverna, algunos prisioneros cuchicheaban que algunos osados prisioneros, liberados de sus ligaduras, tras ascender hasta el mundo iluminado por el astro sol y contemplar, fascinados, la naturaleza y la realidad tal como son, habían escogido descender de nuevo a la Caverna. Sin embargo, cuando intentaron contar a sus compañeros encadenados cómo era el mundo iluminado por el sol, solo recibieron chanzas y burlas, pues fueron tomados por extravagantes y locos. E incluso cuando intentaron desatarlos y conducirlos a la luz, corrieron el riesgo de acabar asesinados, salvados del linchamiento solo porque los prisioneros que seguían atados estaban la mar de divertidos viendo el último capítulo de los futbolistas Oliver y Benji.

'La novia': dolor de mujer honrada

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2015-12-15-1450200285-2656239-Capturadepantalla20151215alas18.17.51.jpgPocos universos son tan difíciles de trasladar a la gran pantalla como el que Lorca dibujó en un teatro atípico, más cercano al baile de la poesía que a la rotundidad de la prosa, tan lleno de imágenes -paradójicamente tan visuales algunas- que siempre ha resultado complicado de poner en escena sin traicionar buena parte de lo que el poeta quiso derramar en sus páginas. El gran mérito de la versión que Paula Ortiz ha hecho de Bodas de sangre reside precisamente en cómo ha sabido plasmar en imágenes ese torrente de versos y símbolos, tanta palabra desgarrada y la inmensidad de unos sentimientos que parecen surgir directamente de la tierra. Como raíces cuya savia es la sangre de quienes sufren por pasiones extremas.

La novia es un desbordante ejercicio de luminosa belleza, de metáforas convertidas en fotogramas, de colores que huelen y tiemblan, de cristales que hieren y nos duelen. Un caudal estético (y ético) que nos hipnotiza y que, sin embargo, no endulza la tragedia. El drama tantas veces señalado por Federico: el de las mujeres encerradas en un mundo de hombres, el de un planeta de machos en el que ellas difícilmente alzan el vuelo, el de unas costumbres ancestrales que las heterodesignan y que las hacen al fin víctimas sufrientes. La esposa, la madre, la hija. La que arrastra el duelo de generaciones pasadas y la que cuida que no se manche la honra de la familia. La que debe permanecer callada mientras que los hombres pactan, o se retan a duelo, o se matan con cuchillos.

La inmensidad de ese universo de mujeres que esperan y callan, que sueñan y se sienten Evas expulsadas del paraíso, es lo que mejor ha retratado Paula Ortiz en esta singular versión del drama. Tal vez algunos le reprochen un excesivo esteticismo, una brillante formal apabullante que puede que suavice la sangre que mana de la historia. Pero en esa opción personalísima, ya presente en la anterior película de la directora, radica, desde mi punto de vista, toda una declaración de intenciones que, me temo, solo podía haber sido hecha por una mujer. Porque ellas son las que mejor pueden entender todo eso que Lorca plasmó en sus versos: el sufrimiento de las pasiones que las convierten en marionetas y los sueños de amores de los que ellas finalmente sean dueñas.

Toda esa apuesta narrativa hubiera fracasado sin contar con un plantel de actrices que dicen y miran con hondura - Luisa Gavasa, Consuelo Trujillo, Ana Fernández, Leticia Dolera -, y a cuyo lado los actores apenas son bocetos, muy especialmente en el caso de los interpretados por Asier Etxendía y Alex García. La presencia contundente de Inma Cuesta, con esos ojos, con esa voz, con esas manos, hace el resto. De esta manera, en esta singular película se invierten los términos habituales de nuestro cine: ellas son las dueñas de la pantalla, ellos no son más que secundarios necesarios para la trama. Por más que tengan la presencia sólida del añorado Carlos Alvarez Novoa.

La novia contiene sin duda algunas de las imágenes más bellas del cine español reciente. Pura alfarería de luces y músicas, soplido de arte que hace filigranas con vidrios y telas. Los mismos escenarios elegidos - la Capadocia turca, el desierto aragonés - y el aire de atemporalidad del relato hacen que seamos capaces de vivir el drama como si fuera posible en cualquier momento y en cualquier lugar. Pero no es solo eso. Es toda una lección sobre como las mujeres han tenido, y tienen todavía hoy en gran medida, que batirse en un mundo hecho a imagen y semejanza del que galopa a caballo. Mujeres de negro, en duelo, cuidadoras y resignadas. Las Marías de tantas historias. Las que cuando deciden romper los barrotes de la jaula sufren la pena eterna. Las novias que solo pueden vivir para ser las fieles compañeras: un hombre, una mujer, una cama. El matrimonio como destino y como hoguera. Mujeres que arrastran la tragedia como si fuera una larga cola, la que un día tuvo su traje de novia. Las que parecen mendigar ternura y aliento, las que habita en el lado oculto de la luna, esas que solo unos pocos hombres, como Federico, llegan a descubrir. Como si fueran magos capaces de rescatarlas de la jaula y hacerlas, al fin, sopladoras de su propio vidrio. Sin necesidad de un varón que las salve o las condene.

Este post fue publicado originalmente en el blog del autor

No voy a sentirme culpable por tener una 'Navidad a lo grande'

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El año pasado, mi hermana publicó en Facebook esta fotografía en la que se ven los regalos de su familia y de la mía colocados bajo su árbol de Navidad (y por todo su salón) y me etiquetó en ella.

kristen mae

En los comentarios, podían leerse tres "guau", un "hala" y un "madre de Dios".

Entiendo esa reacción. Incluso nosotros mismos decíamos: "¿Se habrán reproducido?". Pero, aun así, no puedo evitar sentirme algo juzgada. Sentí la necesidad de defenderme. Sentí la necesidad de explicar que en la fotografía se ven regalos para nueve personas, y que muchos de ellos eran cosas usadas de mis sobrinas -que mi hermana había envuelto porque le pareció divertido- que ahora pasarían a mi hija pequeña. Pero todas mis justificaciones parecían poco sólidas y al final acabé sintiéndome avergonzada por nuestra aparentemente excesiva extravagancia con los regalos de Navidad.

Este año voy a contenerme mucho más.

Eso fue lo que pensé en octubre.

Y ahora mismo, a mediados de diciembre, cada vez que cojo algo del armario me siento como Catherine Zeta-Jones en esa escena de La trampa en la que tiene que pasar por una red de láser con un traje de licra súper ajustado, pero bastante menos sexy.

Por mucho que intento ceñirme a lo que piden los niños y por mucho que luego intento ver si puedo devolver algo, nunca lo consigo (me he hecho hasta una hoja de cálculo en Excel. Vale, ya podéis empezar a odiarme). Pero es que me cuesta mucho decidirme. Conozco a mis hijos y sé que les encantará jugar con cada muñeca, con cada caja de Lego y con cada juego de mesa. Y sé que estarán muy agradecidos. Porque son unos niños muy agradecidos.

Hace poco, hablaba con mi marido de que me sentía culpable por ser materialista. Pero él me dijo que nosotros no éramos materialistas. La Navidad es la única época del año en la que mimamos a nuestros hijos. Nunca compramos juguetes por impulso cuando salimos y cuando cumplen años les compramos muy pocos regalos, o cambiamos los regalos por hacer un plan en familia. Mi marido también me hizo ver que estamos enseñando a nuestros hijos lo verdaderamente importante de la Navidad: el amor, la gratitud, la familia. Hablamos a diario de las diferentes formas de vida que llevan las personas a lo largo y ancho del mundo, de lo afortunados que somos, y de por qué tenemos que ser agradecidos y dar algo a cambio a la sociedad. Hacemos donaciones, materiales y económicas. Nuestra prioridad es pasar tiempo con la familia y los amigos. Y lo hacemos siempre, no solo en Navidad.

Mi marido también me dijo que le encanta la idea de que nuestros hijos recuerden con alegría la mañana de Navidad desenvolviendo regalos como locos, entre otras cosas. Y la verdad es que a mí también. Recuerdo las Navidades de mi infancia, recuerdo ver trozos de papel de regalo por todas partes y escuchar gritos de emoción, y recuerdo pasarme toda la tarde jugando con mis juguetes nuevos. Recuerdo la inocente felicidad que me provocaba creer que un señor vestido de rojo aparecía en nuestro salón (porque yo vivía en Florida, al sur de Estados Unidos, y no teníamos chimenea) y nos dejaba un montón de regalos en el sofá. Son recuerdos muy preciados de mi infancia. Están entre mis favoritos.

Entonces, ¿por qué no puedo dejar de sentirme culpable por tener guardados unos cuantos juguetes en el armario?

Bueno... si soy sincera, si supiera que solo nosotros íbamos a saber de la existencia de todos esos juguetes, no me sentiría nada culpable. Mi sentimiento de culpabilidad no tiene nada que ver con lo que significa la Navidad para mí o con el materialismo, mi culpabilidad reside en la posibilidad de que los demás me juzguen.

Facebook está lleno de padres que comentan que solo dejan que cada uno de sus hijos se pida tres cosas por Navidad o que pasan de hacer regalos, directamente. O de padres que compran muchos regalos a sus hijos y luego dicen que deberían sentir vergüenza de sí mismos porque están enseñando a sus hijos a ser materialistas o, incluso, que son malos padres.

Lo cierto es que a nadie debería importarle cómo decidan unos padres celebrar la Navidad, o cualquier otra fiesta, con sus hijos. Nadie tiene derecho a juzgar si unos padres están maleducando a sus hijos basándose en una prueba fotográfica de un día del año. Mi familia, igual que otras familias que se vuelven un poco locas cuando llegan estas fechas, no lo está haciendo mal. Simplemente, para nosotros es una especie de tradición celebrar las navidades a lo grande. Y no hay nada malo en eso.

Ahora, si me disculpáis, tengo unos cuantos regalos que envolver.

Puedes seguir a Kristen en su intento por dejar de sentirse culpable por cosas por las que realmente nadie tendría que preocuparse .


Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero

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