Vivimos una época en la política española no recordada hace mucho tiempo. Quizás solo en los primeros años de nuestra democracia cuando se estaban conformando la distribución del electorado entre los partidos existentes, algo que llevó al PSOE y al PP a ser partidos mayoritarios en nuestro país durante muchos años, algo que parece estar cambiando, aunque soy de la opinión de que cualquier encuesta hecha en esta época de convulsión política tiene pocas posibilidades de convertirse en realidad a la hora de ir a votar.
Sigo con atención e interés el fenómeno del crecimiento de los nuevos partidos, intentando analizar causas, evolución y posibilidades de futuro. Debo reconocer que me resulta curioso que, ante la cantidad de siglas políticas surgidas y existentes en los últimos tiempos, una se haya diferenciado del resto con fuerza. Seguro que muchos recordarán la cantidad de papeletas disponibles en las últimas elecciones europeas: ¿por qué uno se destacó sobre el resto? Cuando la mayoría de los nuevos partidos planteaban propuestas y métodos parecidos.
La posibilidad de que un nuevo partido se convierta en mayoritario es muy complicada, se necesitan muchos recursos económicos, materiales y humanos para que te conozca un porcentaje mínimo de la población. Podemos contó con la suerte de que su líder era conocido por haber participado en tertulias con mucha audiencia, algo que les llevo a decidir acertadamente, como se demostró después, que el logo de la papeleta electoral fuera su cara, motivo de burla de muchos, pero que consiguió el objetivo deseado, que muchos ciudadanos cogieran esa papeleta y no otra de las muchas existentes. La consecución de más eurodiputados de lo esperado provocó que todos los medios hablaran de ellos y lo calificaran de fenómeno inesperado, algo que ha hecho aumentar considerablemente su popularidad y conocimiento.
Después de leer con atención esta encuesta de El País, todos los partidos políticos debían intentar sacar sus conclusiones para tomar las decisiones más acertadas. Podemos debe estar satisfecho por el resultado, pero preocupado por el dato de que la mitad de sus potenciales votantes no compartan su ideario, lo que vendría a demostrar que los que dicen que votarían a Podemos lo que están mostrando es un enfado con los partidos mayoritarios, ante esto Podemos puede caer en la equivocación de plantear propuesta electorales que agraden a la ciudadanía en general, pero que no puedan ser llevadas a la práctica en un hipotético gobierno, creando una gran frustración y desilusión en la sociedad. Seguramente por esto hayan decidido no concurrir a las elecciones municipales, para evitar desilusionar a la sociedad y no obtener el resultado electoral esperado en las elecciones generales, aunque esto suponga un engaño previo a los ciudadanos, que no entienden que un partido renuncie a presentarse a unas elecciones, por el miedo al desgaste en las elecciones posteriores.
En el PSOE también se debe analizar la encuesta con atención, teniendo en cuenta que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, obtiene una valoración bastante parecida al de Podemos: Pablo Iglesias, pero que el partido obtiene una valoración peor, se llega a la conclusión que el gran valor del partido a día de hoy es Sánchez, siendo bastante inteligente cuidarle y protegerle, como hace Podemos con su líder, además de potenciar en todas las estructuras el cambio que ha supuesto la elección del nuevo secretario general. En política no es suficiente con que los cambios se produzcan, estos deben hacerse visible, algo que es más complicado para el PSOE, porque como cuenta Michael Ignatieff en su libro Fuego y Cenizas, el PSOE ha perdido el derecho a ser escuchado, y debe buscar la forma de que la ciudadanía pueda valorar los cambios con objetividad, para comprobar que la llegada de Sánchez supone un cambio real en el PSOE, todo ello unido a propuestas bastante cercanas a las que se vienen demandando desde hace tiempo.
En esta última encuesta también ha aparecido con fuerza la formación política Ciudadanos, seguramente porque al igual que Podemos, acertaron al decidir su denominación, en los dos casos se identifica claramente con los ciudadanos, intentando mostrar que son las herramientas que la ciudadanía tiene para acceder a la política. Pero en la práctica son partidos políticos al uso, con sus virtudes y sus defectos.
Sigo con atención e interés el fenómeno del crecimiento de los nuevos partidos, intentando analizar causas, evolución y posibilidades de futuro. Debo reconocer que me resulta curioso que, ante la cantidad de siglas políticas surgidas y existentes en los últimos tiempos, una se haya diferenciado del resto con fuerza. Seguro que muchos recordarán la cantidad de papeletas disponibles en las últimas elecciones europeas: ¿por qué uno se destacó sobre el resto? Cuando la mayoría de los nuevos partidos planteaban propuestas y métodos parecidos.
La posibilidad de que un nuevo partido se convierta en mayoritario es muy complicada, se necesitan muchos recursos económicos, materiales y humanos para que te conozca un porcentaje mínimo de la población. Podemos contó con la suerte de que su líder era conocido por haber participado en tertulias con mucha audiencia, algo que les llevo a decidir acertadamente, como se demostró después, que el logo de la papeleta electoral fuera su cara, motivo de burla de muchos, pero que consiguió el objetivo deseado, que muchos ciudadanos cogieran esa papeleta y no otra de las muchas existentes. La consecución de más eurodiputados de lo esperado provocó que todos los medios hablaran de ellos y lo calificaran de fenómeno inesperado, algo que ha hecho aumentar considerablemente su popularidad y conocimiento.
Después de leer con atención esta encuesta de El País, todos los partidos políticos debían intentar sacar sus conclusiones para tomar las decisiones más acertadas. Podemos debe estar satisfecho por el resultado, pero preocupado por el dato de que la mitad de sus potenciales votantes no compartan su ideario, lo que vendría a demostrar que los que dicen que votarían a Podemos lo que están mostrando es un enfado con los partidos mayoritarios, ante esto Podemos puede caer en la equivocación de plantear propuesta electorales que agraden a la ciudadanía en general, pero que no puedan ser llevadas a la práctica en un hipotético gobierno, creando una gran frustración y desilusión en la sociedad. Seguramente por esto hayan decidido no concurrir a las elecciones municipales, para evitar desilusionar a la sociedad y no obtener el resultado electoral esperado en las elecciones generales, aunque esto suponga un engaño previo a los ciudadanos, que no entienden que un partido renuncie a presentarse a unas elecciones, por el miedo al desgaste en las elecciones posteriores.
En el PSOE también se debe analizar la encuesta con atención, teniendo en cuenta que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, obtiene una valoración bastante parecida al de Podemos: Pablo Iglesias, pero que el partido obtiene una valoración peor, se llega a la conclusión que el gran valor del partido a día de hoy es Sánchez, siendo bastante inteligente cuidarle y protegerle, como hace Podemos con su líder, además de potenciar en todas las estructuras el cambio que ha supuesto la elección del nuevo secretario general. En política no es suficiente con que los cambios se produzcan, estos deben hacerse visible, algo que es más complicado para el PSOE, porque como cuenta Michael Ignatieff en su libro Fuego y Cenizas, el PSOE ha perdido el derecho a ser escuchado, y debe buscar la forma de que la ciudadanía pueda valorar los cambios con objetividad, para comprobar que la llegada de Sánchez supone un cambio real en el PSOE, todo ello unido a propuestas bastante cercanas a las que se vienen demandando desde hace tiempo.
En esta última encuesta también ha aparecido con fuerza la formación política Ciudadanos, seguramente porque al igual que Podemos, acertaron al decidir su denominación, en los dos casos se identifica claramente con los ciudadanos, intentando mostrar que son las herramientas que la ciudadanía tiene para acceder a la política. Pero en la práctica son partidos políticos al uso, con sus virtudes y sus defectos.