La columna cervical y la parte alta de la espalda son zonas muy sensibles a mostrar tensión, dolor y bloqueo ante problemas emocionales y preocupaciones. Las personas que trabajan muchas horas sentadas frente a una pantalla también son propensas a padecer dolores cervicales.
Tanto si el dolor de cuello tiene su origen en tensiones emocionales, como si la causa es por la postura diaria del cuerpo, la práctica de yoga es una excelente herramienta preventiva y curativa para mitigar los dolores.
Os proponemos estas cuatro posturas para aligerar la carga, procurando siempre hacerlo con responsabilidad, respetando nuestros límites y escuchando las señales del cuerpo de cuándo debemos parar. Os invitamos, durante el tiempo que se sostenga cada postura, a respirar con conciencia, en profundidad y localizando la respiración con la zona afectada.
1. GATO / VACA
Para empezar podemos calentar toda la espina dorsal con este agradable movimiento. Desde cuadrupedia, permitiendo que la columna muestre sus curvas naturales y dejando el cuello en línea, inhalamos dejando caer el pecho y el vientre hacia el suelo, mientras elevamos la mirada y el coxis, generando espacio dentro del tronco; al exhalar, redondeamos la columna hacia el cielo, miramos hacia el ombligo y nos dejamos llevar por el profundo estiramiento entre las vértebras.
Realizamos entre 12-15 repeticiones.
2. GOMUKHASANA (Postura de la cara de vaca-solo brazos)
Intentamos agarrar nuestras manos por detrás de la espalda. Si estamos muy rígidos, usaremos una toalla o un cinturón. Respiramos y sentimos cómo los hombros y el pecho se abren.
3. UTTANASANA (Postura de flexión al frente)
Haremos una variante a la postura original: entrelazamos las manos por detrás de la espalda y nos flexionamos hacia delante. Una vez doblados, dejamos que la respiración y la gravedad se encarguen de ir soltando los brazos hacia delante. Sentiremos una agradable sensación de libertad y descongestión de la parte alta del cuerpo.
4-.BHARADVAJASANA (Torsión del sabio)
Esta simple torsión resulta muy eficaz: al girar la columna a ambos lados, encontramos nuestro centro. Podemos sentarnos en el suelo o en una silla. Colocamos la mano derecha detrás de la espalda y la mano izquierda sobre la rodilla derecha. Respiramos y nos dejamos llevar, sintiendo cómo la columna sigue creciendo y el cuello soltándose, mientras rotamos. Repetimos la torsión hacia el lado izquierdo.
Mientras realizamos cada postura, nuestra atención reside en el flujo de la respiración, dejando que nos alimente cada impulso de aire en la zona más congestionada.
Tanto si el dolor de cuello tiene su origen en tensiones emocionales, como si la causa es por la postura diaria del cuerpo, la práctica de yoga es una excelente herramienta preventiva y curativa para mitigar los dolores.
Os proponemos estas cuatro posturas para aligerar la carga, procurando siempre hacerlo con responsabilidad, respetando nuestros límites y escuchando las señales del cuerpo de cuándo debemos parar. Os invitamos, durante el tiempo que se sostenga cada postura, a respirar con conciencia, en profundidad y localizando la respiración con la zona afectada.
1. GATO / VACA
Para empezar podemos calentar toda la espina dorsal con este agradable movimiento. Desde cuadrupedia, permitiendo que la columna muestre sus curvas naturales y dejando el cuello en línea, inhalamos dejando caer el pecho y el vientre hacia el suelo, mientras elevamos la mirada y el coxis, generando espacio dentro del tronco; al exhalar, redondeamos la columna hacia el cielo, miramos hacia el ombligo y nos dejamos llevar por el profundo estiramiento entre las vértebras.
Realizamos entre 12-15 repeticiones.
2. GOMUKHASANA (Postura de la cara de vaca-solo brazos)
Intentamos agarrar nuestras manos por detrás de la espalda. Si estamos muy rígidos, usaremos una toalla o un cinturón. Respiramos y sentimos cómo los hombros y el pecho se abren.
3. UTTANASANA (Postura de flexión al frente)
Haremos una variante a la postura original: entrelazamos las manos por detrás de la espalda y nos flexionamos hacia delante. Una vez doblados, dejamos que la respiración y la gravedad se encarguen de ir soltando los brazos hacia delante. Sentiremos una agradable sensación de libertad y descongestión de la parte alta del cuerpo.
4-.BHARADVAJASANA (Torsión del sabio)
Esta simple torsión resulta muy eficaz: al girar la columna a ambos lados, encontramos nuestro centro. Podemos sentarnos en el suelo o en una silla. Colocamos la mano derecha detrás de la espalda y la mano izquierda sobre la rodilla derecha. Respiramos y nos dejamos llevar, sintiendo cómo la columna sigue creciendo y el cuello soltándose, mientras rotamos. Repetimos la torsión hacia el lado izquierdo.
Mientras realizamos cada postura, nuestra atención reside en el flujo de la respiración, dejando que nos alimente cada impulso de aire en la zona más congestionada.