Foto: Mayte Piera
Los grandes vientos mediterráneos, los que tienen derecho a nombre propio, lo toman del lugar de donde proceden, situándonos en el centro; en un punto intermedio entre Creta y Malta.
El Gregal es el viento de dirección noreste; viene de Grecia. El Mistral, Maestrale o Maestro es el viento del noroeste; viene del Maestrazgo, en el valle del Ródano. El Siroco es el viento del sureste que viene de Siria. El Lebeche o Libeccio es el viento de componente suroeste; viene de Libia.
Hay que tener un poco de flexibilidad e imaginar que en el momento incierto en el que se empezó a llamar así Siria no era la Siria actual, ni Libia tampoco. Licencia histórica.
El Levante viene de donde vemos levantarse el sol y las estrellas; y el poniente, de donde observamos su ocaso. El Norte es simplemente Norte, y el Sur, Sur, o todo lo más, viento meridional, porque sopla de la dirección donde se encuentra el sol a mediodía, es decir cuando está sobre nuestro meridiano.
Pero hoy le voy a dar la vuelta a la historia, porque creo que es posible que todo empezara al revés, que los vientos denominaran a las zonas de las que proceden. En todo caso, ¿quién podría contradecirme a estas alturas?
SIROCO
Sirio es la estrella más brillante del hemisferio norte. Sirio, del can mayor, sigue a Orión, el cazador, la constelación más bella del cielo, en su viaje diario por el universo. Este prodigio no es visible todo el año. A finales del periodo estival comenzamos a ver a Orión y su fiel perro, cruzar por la noche, el firmamento. Pero su orto helíaco (primera salida de una estrella que ha permanecido invisible unos meses) se producía en la Grecia clásica cerca del solsticio de verano, en el periodo de máximo calor. La canícula coincidía con la salida del Can mayor, de ahí su nombre y su estrella, Sirio, Σείριος, en griego "la ardiente", "la abrasadora".
Ya los egipcios relacionaron la época de inundaciones del Nilo con la observación nocturna de Sirio a finales de verano. Adoraron a la estrella como a un dios benefactor de las cosechas y crearon un calendario, el sótico, dependiente de sus ciclos. Justamente, Sirio salía por el sureste, hace 8000 años, como se puede comprobar con cualquier programa astronómico, haciendo retroceder el tiempo; se puede utilizar stellarium, que es gratuito y sencillo.
No es de extrañar que el viento del sureste, caliente y abrasador, que soplaba desde el punto por donde salía Sirio se llamara Siroco, y el lugar de procedencia, Siria, la tierra de Sirio.
LEBECHE
Libis era el dios-viento del suroeste para los griegos. Se representa como un hombre alado, muy joven, sin barba, vestido con túnica y descalzo, sosteniendo entre sus manos el timón o la popa de una nave. En la mitología romana, su equivalente es el dios-viento Africus.
Así que no sería de extrañar que el viento suroeste se llame como el dios: líbico, libeccio o lebeche y denominara a la región de donde soplaba como Libia.
GREGAL
El Gregal es el viento que para los romanos soplaba de Graecus, el noreste, la actual Grecia. Γραικός, fue el hijo de Pandora y Zeus y se considera el origen de "los griegos", palabra que paradójicamente utilizamos todos menos ellos para referirnos a los habitantes de Grecia.
MISTRAL
Etimológicamente, proviene del latín "Magister", maestro o magistral, que dará en antiguo provenzal Maestral o Mestral. Los romanos llamaban Magister al viento que provenía del centro del mundo, o sea, Roma. Situados en el punto medio del Mediterráneo, este viento tenía dirección noroeste. Me atrevería a suponer que el valle del Ródano se llama Maestrazgo por la predominancia del Mistral en esta zona, que llega a ser enloquecedor.
Todo esto pudo ser así o de cualquier otra forma, la que más nos haga soñar.
Este post fue publicado inicialmente en el blog de la autora