¿Puede alguien hacerle frente a una crisis desde la cocina de su casa? ¿Puede un plato convertirse en una acción-protesta? ¿Maridar con ironía y una pizca de indignación el placer de degustarlo y la reivindicación? Cocina para Indignados ha creado una nueva forma de cocinar que va más allá de la olla, la sartén o la thermomix, y combina la actualidad política con recetas económicas, sabrosas, sencillas y aparentes. Recetas que vienen acompañadas, por un lado, por la sugerencia de un vino con una relación calidad-precio a prueba de carteras esmirriadas; y por otro, con dos temas musicales, uno para escuchar mientras se prepara, y el otro, para cuando te lo comas; ambos conforman en su conjunto la bodega y la banda sonora de la cocina indignada.
Y es que la cocina es tan versátil que se convierte en ese espacio ideal para casi todo, desde enamorar a través del paladar a esa persona que te hace soñar, hasta hacer frente a una crisis, intentar entenderla y reírte al mismo tiempo de ella..., y si es con una copa de vino en la mano y mecidos por los acordes de una buena canción, mucho mejor.
Cocina para Indignados surgió como reacción a una crisis, que después de tanto tiempo conviviendo con nosotros se ha convertido en esa pareja cansina e insufrible que nos coge de la mano sin desearlo y nos acompaña a todas partes por más empeño que pongamos en darle esquinazo. Es por tanto un producto de ella.
Porque después de estos años de matrimonio forzoso, hemos llegado a un punto en que hablamos más de política que de lo que nos gusta de verdad; un día en que nos preocupamos más de la economía que de aquello que nos hace felices. Y sin darnos cuenta, hemos colocado una silla en nuestra mesa y permitido que se sienten y acoden junto a nosotros personajes siniestros e instituciones de dudosa honradez. Comen a nuestro lado la Troika, el BCE, la CE, el FMI, las preferentes y Bankia. Y nos miran a los ojos como si nada, y hasta sonríen en nuestra cara Mérkeles, Pútines y Obamas de todo pelaje y condición; y Rajoys, también, cómo no, y Bárcenas y Aznares, y Montoros y de Guindos y hasta Rato a ratos... y la madre que los parió a todos.
Y a mí, que jamás me había visto interesado por la política, se me ocurrió un día que si cocinaba y escribía al mismo tiempo sobre ello, tal vez podría entender lo que nos estaban haciendo. Y ante la angustia que sentía por tenerlos a mi lado a toda hora, decidí echarlos de mi mesa, preparar con ellos un plato y compartirlo con los demás. Y es que las metáforas antropófagas es lo que tienen: ayudan no sabes cuánto a sobrellevar con dignidad esta puta crisis.
Cocina para indignados sale a la venta el 13 de abril de 2015